Con Cuba contra la muerte de pena
12/05/2003
- Opinión
A los compañeros de la Embajada de Cuba en Argentina aquí
presentes, les pido que les lleven el mensaje a su pueblo
de quienes aquí estamos, y quienes no están físicamente,
pero que también nos acompañan en este lugar de manera
permanente, como son los 30.000 compañeros y compañeras
desaparecidos.
Les pedimos que les digan que vamos con Cuba, vamos a
andar, enarbolando su estrella como estandarte contra la
muerte de pena que sentiríamos sin su herejía desafiante
del orden imperialista que mata sin juicio ni ley.
Vamos con Cuba, con la orgullosa y vocinglera Cuba,
desafiante también de los dogmas de algunas
socialdemocracias y de algunas izquierdas, laderas de las
políticas imperiales.
Vamos con Cuba contra la muerte de pena que significaría
carecer del espejo que no refleja nuestros rostros, sino
nuestras esperanzas. Espejo que no es espejismo, sino
pueblo que marcha cada Primero de Mayo, o cada vez que
resulta necesario, con la frente alta de "aquí estamos",
con la misma rebeldía de la Sierra Maestra, con el mismo
coraje de Playa Girón.
Vamos con Cuba, contra la muerte de pena de quienes
pierden el rumbo y la amarra.
Vamos con Cuba, a defender la alegría que su pueblo
siente y socializa, un pueblo enamorado para siempre de
las bromas y la sonrisa eterna de Camilo Cienfuegos.
De todas las revoluciones hechas por la isla, tal vez una
de las más importantes sea la de haber creado las razones
para hacer verdadera y duradera la alegría.
Es la alegría de haber derrotado al Ejército batistiano
primero, y después al analfabetismo, la desnutrición
infantil. Es la alegría de haber realizado la Reforma
Agraria, de haber recuperado la soberanía sobre sus
recursos, sobre sus tierras, sobre su cielo, sobre sus
aguas. Es la alegría de quienes han sabido endurecerse,
sin perder la ternura.
Vamos con Cuba, contra la muerte de pena que sentiríamos
si un día cualquiera nos despertáramos sin saber que hay
una isla en este continente, que vigila sin descanso
nuestras utopías. Un pueblo que defiende las causas por
las que combatieron y cayeron todos los héroes y mártires
de nuestro continente. Y que a ellos y a ellas les dice:
"sus banderas siguen firmes en manos de nuestro pueblo
combatiente, y no las dejaremos caer, las sostendremos
hasta poder repartirlas en millones de hombres y mujeres
que conquisten la felicidad, en cualquier rincón del
planeta."
Vamos con Cuba, contra la muerte de pena que sentimos
cuando en nuestro país, los pibes son asesinados por
desnutrición, por enfermedades curables, por abandono de
personas; pibes ejecutados sin juicio ni posibilidad de
defensa; y si crecen, asesinados también por el
capitalismo con el gatillo fácil, con la droga fácil, con
la represión y la impunidad.
Vamos con Cuba, aunque lo verdaderamente importante es
que Cuba va. Y Cuba va junto a nosotros y nosotras, dando
ejemplo y dando ejemplos. Me refiero a que Cuba continúa,
pese a todos los pronósticos que anunciaron una y otra
vez su final, dando ejemplos de que es posible
desobedecer los dictados imperialistas.
Nos enseñó primero que es posible hacer la revolución.
Nos enseñó después, que es posible iniciar la
construcción del socialismo. Advirtió a Chile y a
Nicaragua, en su momento, que una Revolución no es tal,
si no sabe defenderse. Nos enseñó, cuando cayó la URSS y
el llamado campo socialista, que una Revolución es tal,
no sólo por el conocimiento de las relaciones de fuerzas,
sino también cuando aprende a faltarle el respeto a esas
relaciones. Nos enseñó que el secreto de la revolución,
su arma más peligrosa para el imperio, es la unidad de su
pueblo, la que todavía no supimos construir, la deuda que
tenemos quienes decimos que seguimos con Cuba. La
construcción de un proyecto político capaz de transformar
la resistencia en una auténtica alternativa de poder
popular. La revolución cubana nos enseñó que el
socialismo, más que el hecho de una mejor distribución
económica, es sobre todo, un hecho de conciencia. Cuba
nos enseña ahora, la necesidad de reconocer los peligros
de un mundo en el que la principal potencia imperialista,
asume un rumbo fascistizante. Nos enseña que ante los
peligros de ese mundo, no vale la pena lamentarse, sino
que hay que estar dispuestos al combate.
Frente al mundo de los que lloran, elegimos el mundo de
los que luchan, elegimos el tiempo de la alegría. Vamos
con Cuba, con la Revolución, con la tierra insurrecta que
guarda el misterio irresuelto de la inmortalidad de
Guevara. Vamos con el pueblo cubano que marcha aguerrido
a toda nueva batalla. Vamos con Fidel, porque es emblema
de unidad y de combate de ese pueblo.
Estar con Cuba, es estar contra el gobierno de EE.UU. y
sus derechas inhumanas, sus guerras infinitas, sus torres
de mentiras, sus misiles y sus tanques, sus bombas
malditas y su cínica CNN.
Vamos a andar con Cuba, contra la muerte de pena "con
todas las banderas trenzadas de manera que no haya
soledad. Que no haya soledad".
Vamos a andar con Cuba, por el derecho a la alegría,
contra la muerte de pena.
* Claudia Korol. Buenos Aires, Argentina, 13 de mayo del
2003. Intervención en el acto realizado en solidaridad
con la Revolución Cubana, en la Universidad Popular
Madres de Plaza de Mayo.
https://www.alainet.org/es/active/3725
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