El oso
04/05/2003
- Opinión
El gobierno de Uribe Vélez desde hace algunos meses, por
iniciativa de su principal asesor, Rudolf Hommes, venía
pregonando la urgente necesidad de un tratado comercial
bilateral entre Colombia y Estados Unidos. Se argumentaba
que no podía esperarse el ALCA, se llamaba a seguir el
ejemplo de Chile y de cinco países de Centroamérica, que
debía "saltarse la cola", que Colombia iba a quedarse de
último y que allí estaba la prioridad del comercio
exterior, incluso por encima de la Comunidad Andina. El
más estrecho círculo neoliberal cerró filas en torno a
Hommes. Los hermanos Montenegro, la ex ministra de
Comercio Exterior, Ángela Orozco, el ministro Jorge
Humberto Botero, Luis Carlos Villegas, el embajador Luis
Alberto Moreno, Junguito, los de ANALDEX y los otros
conocidos de autos.
La idea se presentó como una genialidad y con ella se
justificó el respaldo obsecuente del país a la invasión
norteamericana, incluido el asalto a los pozos
petroleros, a Irak. Como una especie de línea perruna en
política internacional se difundió "no morder la mano al
que da el pan", así el donante cometa los desafueros que
quiera. También por lo mismo se empezó a jugar al
interior de la Comunidad Andina el papel del "niño bueno"
de la clase, como dicen los estudiantes: "de sapo". El
"marco teórico" de este pragmatismo lo resume Hommes en
un último escrito titulado "Respice Pecuniam", que es una
simpleza: lo importante es el billete.
Pese a que el Consejo de las Américas, centro empresarial
que reúne a las principales multinacionales gringas,
había advertido hace tres semanas que según sus
conveniencias lo prioritario era la negociación conjunta
en el ALCA, Hommes y sus segundones, con Presidente de la
República a bordo, en Cartagena presentaron su obra
maestra ante el secretario del Tesoro Norteamericano, Mr.
Snow. Este funcionario ratificó que la prioridad era la
negociación dentro del ALCA. No obstante, a riesgo de
quedar en ridículo, pensando que en Estados Unidos
sucede como en Colombia donde los ministros y el jefe del
Estado no están de acuerdo en las políticas públicas, se
fueron de hinojos para Washington, alabando los crímenes
que el Tío Sam comete a nombre de la lucha contra el
terrorismo, a lanzar en público la ocurrencia.
La opinión conoce que Bush, para no hacer la afrenta más
grande, se vio a gatas para decirle a Uribe que la orden
del Imperio es concentrarse en el ALCA, que a sus
súbditos en Colombia corresponde, según algunos
analistas, ser los "grandes promotores de las bondades
del ALCA en América del Sur…". Y dijo textualmente: " A
mi juicio, el ALCA es el acuerdo que tiene más
esperanzas". El desconcierto no puede ser mayor en el
equipo de gobierno y está ocasionado por su completo
desconocimiento de las reales intenciones de Estados
Unidos en el Hemisferio. Nuestros primitivos neoliberales
siguen creyendo que "somos socios" y que el tema es
abrirle mercados a los sostenes de Leonisa o a las
pitahayas y uchuvas, algo que fascina al ministro de
agricultura, Carlos Gustavo Cano, y entregar a cambio el
maíz, los cereales, el algodón, la leche, el trabajo
asalariado industrial en la maquila, el petróleo, el
carbón y la soberanía alimenticia, entre otros.
Vale la pena aprender, de una vez por todas, lo recordado
por el senador Jorge Robledo en pasado debate sobre
agricultura y ALCA en el Congreso de Colombia: "vienen
por la tela, el telar y la que teje", no es un asunto
apenas de comercio, como creen los despistados agentes
del neoliberalismo criollo, el pedido es mucho mayor y la
pesca imperial no es con anzuelo sino con atarraya, así
algunos pescados deseen lo contrario. No es motivo de
productividades, competitividad y ni siquiera de
subsidios agrícolas. Es la recolonización de América, por
las buenas o por las malas. Contrario a la prédica de
Hommes, estamos en igual época o en una peor que en la de
Marco Fidel Suárez y su "Respice Polum" o "mirar siempre
al Norte". Esta sentencia, pronunciada hace cerca de
ochenta años y que consagra el más grosero servilismo,
fue subrayada por el representante comercial de Estados
Unidos, Robert Zoellick, en un discurso pronunciado en
Santa Marta el 14 de marzo de 2002. Él será el enviado de
Bush para atender las utopías mercantiles del ministro
Jorge Humberto Botero. ¡Qué esperanzas!
De "el oso" de la peregrinación a la Casa Blanca, la
nación colombiana debe aprender la verdadera catadura del
ALCA, sus implicaciones políticas y en los demás
órdenes, que sirva este chasco de Uribe y sus asesores
para saber de verdad lo que se viene y comprender que,
tratándose de un proyecto integral y esclavizante como el
ALCA, urge la más tenaz y amplia resistencia, incluyendo
la que pueda coordinarse allende nuestras fronteras, no
nos salva ni ser adulones ni "hábiles", buscando atajos
aún mas sinuosos que la ruta oficial. ¡No al ALCA!
Mayo 5 de 2003
https://www.alainet.org/es/active/3709?language=en
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