Concluida la campaña electoral y conocidos los resultados, muchos de los “analistas de la cosa política” y algunos compañeros del Polo, afirman que el Polo retrocedió. Sustentan tal aseveración en el hecho de que elegimos tres senadores y dos cámara menos y que, en general, bajamos la votación o no obtuvimos lo que ellos creían que lograríamos.

 

Las cifras señalan que aunque se eligieron menos parlamentarios, no es verdad que tengamos menos electores, pues superamos los 900 mil votos para el Senado de la República. Y en cuanto a las Cámara, es cierto que tuvimos menos votos válidos pero no es cierto que hubiéramos tenido menos electores, sino que muchísimos de ellos no supieron marcar correctamente la tarjeta electoral, entre otras razones, por la confusión que la tarjeta misma creó en varios departamentos al tener seguidos dos logos del Polo, uno arriba y otro abajo, confundiendo la cámara territorial con la cámara de circunscripción indígena nacional, que aparece con más 50 mil votos.

 

Ahora bien, estos resultados se dan en medio de una intensa lucha ideológica y política en la cual el gobierno, desde el presidente hasta el último de sus funcionarios, se dedicó a injuriar y calumniar al Polo y a sus más reconocidos dirigentes. Durante más de cuatro años, de manera persistente y desvergonzada, Uribe Vélez y sus acólitos, no sólo aprovecharon cualquier contradicción interna del Polo para desprestigiarnos y anunciarnos la muerte política, sino que no dejaron de tildarnos de terroristas y secuestradores, guerrilleros y, en la semana de elecciones, de agentes y correveidiles financiados por Hugo Chávez.

 

Días antes, el procurador de bolsillo de Uribe, monta un proceso contra Jorge Enrique Robledo, Gloria Inés Ramírez y otros dirigentes, pretendiendo enlodarlos y vincularlos con los supuestos computadores de Raúl Reyes y las Farc. Son continuas las expresiones contra Gustavo Petro por guerrillero, así en el proceso de paz con el M-19, él haya renunciado a la lucha armada y cumplido su palabra.

 

Toda una estrategia que se adobó, además, con el uso y el abuso de los puestos públicos, los contratos, los auxilios, los dineros de familias en acción y demás formas de asistencialismo y compra de electores. Digamos también que cualquier decisión de gobierno en Bogotá, con o sin razón, se usa para atacar al Polo y a su dirigencia. No sobra agregar que algunos de los nuestros, pareciera que, sin entender lo que sucede, asumen posiciones que no le ayudan al partido.

 

Con el método y la forma que fuera, el objetivo era acabar al Polo y sacarlo de la contienda política. También debe añadirse la calculada promoción de un partido de tres ex alcaldes de Bogotá, para inducir -engañando a muchos bogotanos y colombianos- que el Verde, sí es el partido diferente y alternativo que Colombia necesita, así los tres hayan ejecutado claras políticas públicas aperturistas y neoliberales. Y después de todas estas andanzas de quienes les sirven de escuderos al imperio y a la gran oligarquía, salen a decirnos que fracasamos, que retrocedimos, que no sacamos los votos suficientes, que no avanzamos, que no elegimos. ¡Cínicos! les gritamos con indignación quienes entendemos el juego sucio de aquellos que nos injurian y calumnian.

 

La verdad es que en medio de esa situación, el Polo no sólo se defendió, sino que aumentó su votación para senado, sostuvo una bancada de 13 parlamentarios, obtuvo una de las tres más altas votaciones para uno de sus dirigentes y, con la experiencia adquirida, se apresta a dar la batalla presidencial con Gustavo Petro. Es decir, se convierte en un partido más lúcido, más cualificado, más unido y más depurado que, sin duda, es la esperanza de miles de colombianos y el faro en medio de la larga y oscura noche a la que está sometida la nación.

 

Y en cuanto el resultado de Caldas valga señalar dos asuntos. El primero, por qué Robledo, al contrarío de lo que sucede en el país, rebaja su votación. La razón es sencilla; como Robledo juega de local, sus antagonistas con la lógica corrupta y clientelista que los caracteriza, se han dedicado a decir que Robledo no le trae nada a Caldas, no consigue partidas para repartir entre sus amigos o favorecidos, no tramita recursos para obras públicas y, además, se opone al desarrollo y progreso de Manizales. Y, ante esto, ¿qué decimos?

 

Señalamos que ellos saben que Robledo es un Senador de oposición al que no se le puede pedir que actúe como actúan quienes, -a cambio de unas cuántas migajas para repartir entre sus amigos- se dedican en el Senado a legislar contra el pueblo y contra Colombia. Y quienes, además, para poder engañar, necesitan de unas cuantas partidas para hacer clientelismo con sus electores.

 

Y agregamos, Robledo no venderá su voto. Seguirá, y esa es la garantía de quienes votamos por él, siendo oposición, denunciando los negocios turbios de la oligarquía y el imperio, haciendo debates de control político y defendiendo los intereses de las capas medias, los empresarios del agro y la ciudad y el pueblo, una de las razones de su abultado triunfo. Más de 160 mil votos lo catapultan como una reserva de la izquierda democrática, a la faz de millones de colombianos. Cuán pigmeos se ven aquellos que quieren hacer de Robledo, un vulgar politiquerito de Manizales.

 

Y segundo. En cuanto al resultado para Cámara, baste señalar que teníamos dos cámaras, una territorial y otra indígena. La primera, según el conteo oficial, alcanzó 9 mil 100 y la segunda 4 mil 80 para un total 13 mil 180 votos. Hace cuatro años, en unas condiciones muy distintas, logramos 18 mil votos y aunque en éstas rebajamos en el conteo oficial, quienes somos responsables del trabajo del Polo y cientos de testigos y jurados de todos los partidos saben que, entre los más de 54 mil votos nulos, hay miles que claramente marcaron su intención de voto por el Polo, -tanto que lo hicieron dos veces-, en ambas cámaras, en la territorial y en la indígena, y por eso dichos votos fueron anulados.

 

Algunos dicen que la rebaja en la votación se debe a la lucha contra el Transporte Integrado de Manizales TIM. No lo creemos así. Pero sí así fuera, privilegiamos la lucha del pueblo en su justa oposición al TIM, así que perder votos por eso tampoco nos preocupa. Ya nos entenderán quienes hoy se nos oponen.

 

Finalicemos este artículo con la siguiente reflexión: Ante el resultado de uno de los tantos eventos eleccionarios en los que hemos participado, Francisco Mosquera se preguntó “¿Cuántos votos le sirven a un Iguazo (1) ?” Esta frase afianza el hecho de que quienes estamos en estas tareas, lo hacemos para esparcir nuestras ideas, acrecentar nuestra fuerza, palpar el estado de ánimo del pueblo, hacernos una idea de la correlación de fuerzas y utilizar las tribunas alcanzadas para lo que hoy, con lujo de detalles, hace Jorge Enrique Robledo, pero sin perder de vista nunca que nuestra lucha es por alcanzar profundas transformaciones democráticas en la sociedad colombiana. Eso nos hace incombustibles. Ningún resultado electoral nos amilana, nos quema o nos saca de la lucha por cambiar a Colombia.

 

Manizales, Marzo 21 de 2010

 

(1) Iguazo: Obrero que recoge los sobrados de la caña que queda después de cosecharla.