Evo Morales puede ser reelecto en primera vuelta

05/12/2009
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Un nuevo fracaso de las políticas norteamericanas en América Latina
 
Es muy posible que Evo Morales sea reelecto el domingo como presidente de Bolivia y que alcance, sobre esa base, mayoría en ambas cámaras. Será uno de los mayores fracasos de EE UU en la región.
 
El domingo continúa en Bolivia la caravana de presidenciales en América Latina, que el domingo pasado tuvo una cita buena, en Uruguay, y una viciada, en Honduras. Después será el turno de Chile, donde el pinochetista Sebastián Piñera, dueño de la aérea LAN entre otras tantas empresas, va a la cabeza de las encuestas.
 
La compulsa boliviana pone en juego la presidencia y vice, las 166 bancas de la Asamblea Legislativa Plurinacional (así se llamará el año próximo el Congreso) y los estatutos de autonomía en La Paz, Oruro, Cochabamba, Potosí, Chuquisaca y la región del Gran Chaco (Tarija). Asimismo una docena de municipios resolverán sobre autonomía indígena (Huacaya, Tarabuco, Villa Mojocoya, Charazani, Jesús de Machaca, Chipaya, San Pedro de Totora, Pampa Aullagas, Salinas de Garci Mendoza, Curahuara de Carangas, Chayanta y Charagua).
 
Unos 5 millones de empadronados tienen cita con el cuarto oscuro y está previsto que voten unos 100.000 de esos ciudadanos que viven en Capital Federal, Gran Buenos Aires, Mendoza y Jujuy.
 
Se puede comprobar que Evo Morales llega fortalecido al comicio, con mayor adhesión en los 9 departamentos. Ha superado la virulenta campaña destituyente que en 2008 lo tuvo contra las cuerdas, hasta el clímax de los crímenes perpetrados por los grupos separatistas de Pando, mandados por el prefecto Leopoldo Fernández. Este, que continúa en prisión, es el candidato a vice de Manfred Reyes Villa, ex capitán del ejército y candidato del Plan Progreso para Bolivia (PPB).
 
Morales, que lleva los colores del Movimiento al Socialismo (MAS), está acompañado en la fórmula por el actual vice, Alvaro García Linera.
 
En tercer lugar llegaría la otra agrupación opositora, también conservadora: la del empresario cementero Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional (UN).
 
Repitiendo vicios de desencuentros, los dos referentes patronales no pudieron congeniar una fórmula. Fue patético que cerraran el jueves sus campañas en Santa Cruz de la Sierra con caravanas opuestas.
 
Ese día Evo Morales y García Linera hacían su acto multitudinario en El Alto, cerca de La Paz, ante más de 500.000 personas desbordantes de entusiasmo, lo que hace presumir que esta pelea puede terminar en el primer round. Los sondeos de Mori y de Ipsos arrojaron porcentajes del 52 al 55 por ciento de los votos para el candidato del MAS y de menos del 20 para el del PPB, con 10 por ciento para el del UN.
 
¿Tanto cambió la correlación de fuerzas político-electorales desde setiembre de 2008, cuando fue el pico de la conspiración separatista y latifundista contra el presidente de origen cocalero y aymara?
 
Crecimiento de Morales
 
En ese momento de mayor crisis tuvo que intervenir el presidente brasileño y su colega argentina, convocando de apuro a una cumbre especial de Unasur en Santiago de Chile. Allí fue apoyado Morales como mandatario del altiplano y condenados severamente los intentos desestabilizadores; incluso se envió una comisión a investigar la masacre de Pando.
 
A partir de ese hito, comenzó a declinar la fuerza separatista con base en Santa Cruz de la Sierra y el resto de la Media Luna, y en paralelo a crecer la estrella de Evo. Un jalón importante fue a fines de 2008, cuando éste pudo exhibir un logro histórico: Bolivia se declaró territorio libre de analfabetismo, gracias al programa cubano “Yo sí puedo” y los facilitadores cubanos y venezolanos.
 
En el cierre de campaña en El Alto, el presidente, emocionado, recordó que su primera promesa cuando asumió en enero de 2006 había sido liberar a su pueblo de las tinieblas del analfabetismo. Y pudo concretarla tres años más tarde, luego de superar las trabas puestas por el establishment empresario, la derecha política y la embajada norteamericana ocupada entonces por Philip Goldberg.
 
La política de recuperación del gas y los hidrocarburos, que había comenzado a poco de asumir, le había permitido financiar programas sociales como el bono para los escolares y la pensión a los ancianos. Esas conquistas le granjearon la simpatía de amplios sectores populares pero también la implacable oposición de las clases dominantes, que nunca habían creído posible que un indio aymara iba a tomar semejantes decisiones desde el Palacio Quemado.
 
En ese tiempo hubo duras batallas políticas alrededor de la Asamblea Constituyente, donde una mayoría leve del MAS se vio bombardeada por bancadas opositoras y por la violencia callejera de las elites de la Media Luna. Sin embargo, al final alumbró la Constitución Política del pueblo boliviano, ratificada en febrero de 2009. Claro que para ponerla en serio en práctica hacen falta mayorías parlamentarias que Morales no tiene hoy; de allí la importancia de los comicios del domingo 6 en que al fin puede llegar a esas mayorías, incluso a los dos tercios en el Senado hasta ahora presidido por el senador Ortiz, de Podemos, agrupación de oposición fundado por el ex presidente Jorge Quiroga.
 
El lunes 7 puede ser el reinicio, veloz, de la puesta en acción de los mejores contenidos de la nueva Carta Magna tan resistida por PPB, UN, Podemos y los devaluados Comités Cívicos de Santa Cruz y otros departamentos acaudillados por Rubén Costas y Branko Marinkovich.
 
 
 
Estados Unidos para atrás
 
Lejos de atemperar los ánimos violentos de esos desestabilizadores de Bolivia, la administración Bush puso en La Paz a su embajador Philip Goldberg, un especialista en separatismo graduado en años de práctica en la ex Yugoslavia.
 
En esa embajada se sucedían las reuniones de políticos opositores, productores sojeros y exportadores de la Media Luna y algún narco-terrorista de origen colombiano. Cualquier parecido con postales porteñas, durante el conflicto de la Mesa de Enlace, no es pura casualidad…
 
En el caso boliviano también operaban los enviados norteamericanos de la DEA, que supuestamente tiene por misión erradicar cultivos ilícitos y no desestabilizar gobiernos democráticos, aunque a veces los roles se cambian y los estupefacientes no les dejan ver los límites entre lo legal e ilegal. Así fue que el presidente resolvió echar de Bolivia a esa delegación de la DEA, lo que fue respondido por Bush con la pérdida de fondos de los programas antidrogas y, más importantes, los beneficios para la exportación de muchos de sus productos.
 
Después fue despedido sin honores Goldberg, con lo que la legación diplomática se quedó sin embajador y la oposición sin su mentor y financista.
 
Si alguien pensó que tales despidos harían del altiplano un mercado más poroso para la droga, se equivocó de medio a medio. El 2009 termina con la erradicación de 6.246 hectáreas de cultivos ilegales de hojas de coca en Cochabamba, La Paz y Santa Cruz. La ley de Régimen de Sustancias Controladas pautaba una erradicación anual de 5.000 hectáreas, según recordó el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres.
 
Este avance de Morales hacia otro mandato de cinco años estuvo pavimentado por sus medidas de recuperación de tierras y su distribución. El Instituto Nacional de Reforma Agraria (Inra) informó el 25 de octubre último que en los tres años de esta gestión se dio título de propiedad por 28,4 millones de hectáreas, de las que 20 millones irán a comunidades indígenas y campesinos sin tierras.
 
El paulatino progreso de la economía boliviana fue afectado por la citada disposición de Washington pero en mayor grado por la crisis internacional desatada en 2008. Sin embargo la estadística oficial asegura que en los últimos tres años se crearon 400.000 empleos. A lo largo de 2009 la inversión pública fue de 1.851 millones de dólares, que sumada a la de años anteriores, pudo reducir el índice de desocupación del 8,15 por ciento en 2005 al 6,83 por ciento en 2009.
 
Si el sueño de Evo en 2006 era terminar con el analfabetismo, ahora confesó en El Acto los que acunó para el próximo quinquenio: “industrializar a Bolivia, garantizar comunicación gratuita con un satélite propio e integrar a todas las regiones del país a través de carreteras y aeropuertos”.
 
El domingo a la noche se sabrá si la votación da lugar a ese proyecto industrializador y moderno de una Bolivia pluriétnica, o si los dinosaurios del altiplano amaestrados en el imperio vuelven a meter la cola. Las nueve naciones del ALBA, de la que Bolivia forma parte, tienen las miradas puestas en ese pueblo que en julio de 1809 inició las luchas de la primera Independencia.
 
 
 
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