Uruguay

La derecha uruguaya es impresentable

Susana Andrade

06/11/2009

Opinión

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Reyes del sofisma hasta caer en el ridículo, los “rosados” -partidos blanco y colorado que hoy hacen deshonor a la historia de sus respectivas gestas políticas fundacionales- desesperados por ver otra vez la Presidencia de la República irse como agua entre los dedos, se han dedicado a mentir y a enchastrar a diestra y siniestra al ganador Frente Amplio.

Son maquiavélicos y absolutamente irresponsables a la hora de calumniar al contrincante para ver si alguien los vota. No se dan cuenta la impresión social que sus falacias causan pues se percibe la fórmula blanca Lacalle-Larrañaga, como enterrada en arenas movedizas, hundiéndose más aún por los movimientos bruscos que ocasiona su propia angustia torpe y desatada.

Ahora resulta que el ex presidente Jorge Batlle y Luis Alberto Lacalle, asocian cualquier hecho delictivo o escandaloso, en este caso las armas encontradas en un domicilio de Montevideo, al Senador José Pepe Mujica y su fracción política. Esto sin movérseles un músculo de la cara de piedra que tienen como profesionales de la mentira que son, vehementes en verborragia tan perversa como inventada. Lenguas sueltas y cabezas llenas no se sabe de qué, porque ¡mire que dicen disparates! Sanguinetti acusa de golpistas al FA y al Pit Cnt, que ni siquiera existía en esas épocas, siendo que los más de doscientos compatriotas desaparecidos y asesinados por la dictadura cívico-militar, pertenecen al sector sindical, estudiantil y de la izquierda nacional.

Lo de Batllle sencillamente no tendría desperdicio para cuplé de Carnaval si sus delirios no fueran insanos, porque juega descaradamente con la sensibilidad de la población. Salió en la tele con aspecto de actor de cine en papel principal, como portando algo importantísimo para decir acusando al compañero Marenales del MPP-FA de tener vinculaciones con el caso del arsenal y ¡¡¡no tenía pruebas!!! Se burló del propio sistema judicial. ¡Es inaudito! Si está loco es peligroso y no debería andar suelto.

El magistrado debió actuar de oficio ante un perjuro falso e irreverente que se rió de un país entero y su Justicia por salir en televisión, haciendo olas contra los candidatos del Frente Pepe y Danilo, que van a ganar igual el próximo 29 de noviembre.

¿Y a Jorgito el divertido lo dejamos con una pericia mental y nada más? ¿Así que vas ante un tribunal en plena campaña electoral, con sospechas y especulaciones que desprestigian a un actor político que cuenta con el apoyo de las mayorías y queda por esa?

El autor de tales atentados contra la paz pública tendría que estar encerrado y no perderse tiempo en terapeutas, yendo directamente a la cárcel por agredir al pueblo uruguayo en sus más caras tradiciones democráticas. Sabía lo que hacía porque es su oficio: engañar, engañar y engañar para mantener privilegios. Lo dijo el mismo Batlle: utilizó al Juez para hacer una “declaración política” y es demasiada arrogancia y abuso para quedar impunes, aunque es actitud propia de quienes están acostumbrados al poderío usado a conveniencia.

Desacatados por el asco que les provoca la inminencia de la elección a favor de Pepe, dicen incoherencias sin medir consecuencias.

¿De qué equilibrio habla el Dr. Lacalle si pretende desestabilizar el Uruguay -ejemplo de democracia dolorosamente recuperada y en movimiento- reafirmando en el exterior la teoría del arsenal asociado a la fuerza frenteamplista? ¿Para qué queremos armas los de izquierda si estamos a pocos días de concretar la maravilla de un segundo gobierno ganado voto a voto con poder ciudadano?

Sin dudas los retorcidos de derecha no merecen que se les conceda la oportunidad de un debate. Sin dudas lo que hizo Lacalle, mentir así sin fundamentos a pocos días de una elección nacional, como él mismo mencionó: “Es un hecho que tiene carácter de terrorismo”.

No olvidemos que la única realidad en medio de tanta saña, es lo que dijo el Senador Pepe Mujica próximo Presidente del Uruguay: “No pueden soportar tanto verdadero republicanismo, intolerable para su idea de república jerarquizada.”

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