Necrología y Revolución

A propósito de la muerte del Comandante Almeida

13/09/2009
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La muerte del Comandante de la Revolución y Héroe de la República de Cuba Juan Almeida Bosque, miembro del Buró Político y Vicepresidente del Consejo de Estado, a la edad de 82 años a consecuencia de un paro cardio-respiratorio este 11 de septiembre de 2009, en medio del profundo dolor por la lamentable pérdida humana, constata hoy dos verdades insoslayables a tener en cuenta para la historia presente y futuro inmediato del país.
La primera de ellas es que la «generación histórica» que encabezó la Revolución y que ha llegado hasta hoy como su máxima dirigencia, se ve irremediablemente pautada por la cota natural que impone el tiempo físico. De lo cual se deriva que a la continuidad al frente de los primeros cargos del país se le agregan, además de la condicionante voluntad y disposición revolucionaria que históricamente siempre ha sido, la limitante cronológica que va determinando la imposibilidad de que tal «generación histórica» continúe al frente de un proyecto de tal envergadura.
La segunda conclusión a tomar en consideración a partir de la pérdida física de Juan Almeida es, que el «relevo» de la dirección del país irremediablemente ha de transitar a las generaciones que continúan y que no tuvieron participación en las luchas armadas en la Sierra Maestra o no estuvieron en los primeros años de la Revolución. De ello se deriva que el traspaso generacional en la dirección del país es hoy más inminente que nunca antes en la historia de su último medio siglo.   
Contemporáneos con Almeida nacidos en la misma década que él o pocos años después, como parte de la primera o segunda «generación revolucionaria», ocupan hoy los principales cargos en la dirección política de Cuba.
El propio Raúl Castro nació en 1931 y con 78 años es el presidente del Consejo de Estado y de Ministros, además de segundo secretario del Partido Comunista de Cuba. El primer secretario sigue siendo Fidel Castro quien nació en 1926 y con 83 años, a pesar de su convaleciente estado de salud, sigue siendo un referente para la dirección de los destinos del país, al frente del cual estuvo hasta casi cumplidos sus ochenta años.
Una buena parte de los principales cargos políticos de la dirección central de Cuba cuenta con edades que oscilan o superan los setenta años de edad. El Primer Vicepresidente del Consejo de Estado José Ramón Machado Ventura nació en 1930 y está próximo a cumplir 79 años. De los cuatro Vicepresidentes del Consejo de Estado, uno había sido el Comandante Juan Almeida Bosque quien había nacido en 1927 y con 82 años aún ejercía en su cargo en el Consejo de Estado y en la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. De los otros tres Vicepresidentes del Consejo de Estado, Julio Casas Regueiro nació en 1936 y es, con 73 años, además Ministro de la Fuerzas Armadas Revolucionarias; Abelardo Colomé Ibarra nació en 1939, tiene 70 años y es además Ministro del Interior y Vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros; y Esteban Lazo Hernández quien forma parte de la segunda generación es el más “joven” de ellos habiendo nacido en 1944, por lo que apenas tiene 65 años.  
Otros cargos determinantes en la alta dirección del país son el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, máximo órgano de Gobierno en Cuba, Ricardo Alarcón de Quesada quien nació en 1937 y tiene 72 años. Otros miembros del Consejo de Estado también nacieron en la década del treinta o inicios del cuarenta, tales son los casos del Viceministro Primero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Leopoldo Cinta Frías quien nació en 1941 y tiene 68 años; el Ministro de Salud Pública José Ramón Balaguer Cabrera quien nació en 1932 y tiene 77 años; el Viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Ramón Espinosa Martín quien nació en 1939 y tiene 70 años; el también Vicepresidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Agricultura Ulises Rosales del Toro quien nació en 1942 y tiene 67 años; y el Vicepresidente del Consejo de Ministros, Ministro de la Informática y las Comunicaciones y Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez quien también nació en 1932 y tiene 77 años.
Dentro de la más alta dirección del país también constan políticos de generaciones más jóvenes, dentro de los que son de destacar Abel Prieto Jiménez, Ministro de Cultura, quien nació 1950 y tiene 58 años; la Ministra de la Industria Básica, Yadira García Vera quien nació en 1955 y tiene 53 años; el recién nombrado Ministro de Educación Superior Miguel Díaz-Canel Bermúdez quien nació en 1960 y tiene 49 años; y Jorge Luis Sierra Cruz quien es Vicepresidente del Consejo de Ministros y Ministro del Transporte quien nació en 1961 y recién ha cumplido 48 años de edad.
El resto de los cargos políticos en Cuba oscila en edades similares a las de este último grupo descrito. No obstante, a niveles superiores de la dirección política la primera y segunda «generación revolucionaria» en el poder es la que dirige los destinos de la isla. A niveles de base los cargos políticos son asumidos por personas que como promedio son más jóvenes que en el nivel central y que con toda seguridad en las próximas décadas habrán de tomar por condición natural la dirección de la isla en su más alto nivel.
La muerte de uno de los hombres más importantes en el espectrum político cubano y de la Revolución Cubana, como lo ha sido Juan Almeida Bosque, no deja de ser un momento que además del duelo por la pérdida llame la atención sobre el carácter frágil de la condición humana en su impotente lucha contra el tiempo. Una condición que para la continuidad del «Proyecto Cubano» necesariamente ha de llevar las miras para con las próximas décadas en las que irremediablemente se ha producir, como en efecto se producirá, un relevo en la máxima dirección política del país.
Si otros pueden haber venido de familias terratenientes o con recursos, Almeida vino de una familia pobre y humilde del contexto urbano capitalino. Fue un obrero devenido en guerrillero, sobreviviente del asalto al Moncada, la prisión y el exilio; sobreviviente además del desembarco del Granma donde cerca del noventa por ciento de los desembarcantes murieron acribillados por las balas del ejército de entonces; comandante y alto cargo político de su país desde hace más de medio siglo. Símbolo además del ideal revolucionario y de los valores de la Revolución, del humilde obrero que devino en consolidado intelectual y político. Quien fuera en su juventud albañil y trabajador de la construcción vino a ser además uno de los intelectuales más fuertes en la órbita cultural cubana. En su repertorio constan alrededor de una docena de libros dentro de los cuales vale destacar su trilogía testimonial Presidio, Exilio y Desembarco; y una muy larga lista de composiciones musicales ya emblemáticas como pudieran ser Danzón Legrand, Fantasía Afrocubana, 30 años de la Música (I, II, III), o Dame un traguito y La Lupe popularizadas estas últimas y conocidas en todo el mundo como parte de la cancionística cubana.
La muerte del Comandante Almeida sume a Cuba en la declaración oficial de «duelo nacional» y, devela además detalles de la vida de un hombre que pudiera ser el contraste del «antes y el después» revolucionario. Una condición que difícilmente detractores y competencias inconfesas camufladas al sistema cubano toleren o lleguen a admitir con sentido crítico-consecuente, más cuando es previsible que siempre haya quien no hable más que de las manchas; pero Honor a quien honor merece –diría el maestro. En medio de la lamentable pérdida humana, y aún con el dolor propio por la pérdida de un gran hombre, resultaría atinado no dejar de tener en cuenta esta breve radiografía del espectrum político cubano para los retos del futuro (que es decir hoy ya: del presente) relevo político en Cuba.
- Yodenis Guirola es Profesor e investigador Cubano. Universidad de Barcelona.
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