Una acción legal que acaba con la Amazonia
01/01/1996
- Opinión
Más que contra viento y marea, contra la razón y el patrimonio natural de la
humanidad, la empresa petrolera Albert Energy Company ha empezado los trabajos
de prospección sísmica, para luego iniciar la explotación de petróleo en la
Reserva de Producción Faunística Cuyabeno. Las aves y animales han empezado a
emigrar, las plantas están muriendo y el crudo, de seguro, levantará selvas de
cemento en las grandes urbes.
La actividad petrolera en la región amazónica se ha extendido a tal punto que en
la actualidad existen 3 200 millones de hectáreas concesionadas tras 8 rondas
petroleras. Y si sumamos los campos marginales la cifra se acerca a los 5
millones de hectáreas. El daño al ecosistema, a los nativos y colonos de la
zona, es incalculable. Luego de un estudio realizado por Acción Ecológica,
establece que el 100 por ciento de los habitantes que viven cerca de las
estaciones se sienten afectados; del total de las 1 520 personas encuestadas la
contaminación se origina en un 57 por ciento de las piscinas, 56 por ciento de
los pozos, 42 por ciento de los mecheros y 39 por ciento de las estaciones.
Hoy, más allá del harakiri que se están haciendo las comunidades nativas sionas
asentadas en la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno, la depredación al
ecosistema ha empezado con el aval de las autoridades gubernamentales y con la
protección paramilitar y militar de la Compañía Alberta Energy Company, empresa
petrolera autorizada para la explotación antes de que sea declarada esa parte
del Oriente como zona intangible por el ex presidente Jamil Mahuad.
De acuerdo con un documento entregado por los pobladores de las comunidades
sionas Orehuaya, Puerto Bolívar, Biaña y Tarapuya, sus miembros en asamblea
general decidieron aceptar 340 mil dólares para autorizar el ingreso de la
compañía petrolera a realizar los trabajos en 17 mil hectáreas del Parque
Cuyabeno.
Tras una inspección de campo en la Reserva Cuyabeno por el diputado Julio
González, Alexandra Almeida de Acción Ecológica, dos delegados de la Defensoría
del Pueblo, entre ellos José Talahua y el promotor turístico, José Núñez, como
parte de la Comisión formada en defensa del ecosistema de esta parte de la
Amazonia, con la presencia de periodistas nacionales y extranjeros, constataron
los trabajos que viene desarrollando los técnicos de la compañía internacional.
Julio González, diputado por el Movimiento Plurinacional Pachakutik por la
provincia de Sucumbíos, como parte de la expedición comprobó las explosiones
realizadas por los técnicos y trabajadores de la compañía: "Hemos visto que
hacen una red de trochas en cuadriculado, con una distancia una de otra de 400
metros. También hemos constatado las explosiones o perforaciones para la
prospección, cada 50 metros".
Julio González calculó en más de 100 mil explosiones que deberá ejecutar la
compañía petrolera, para luego determinar dónde van a estar ubicadas las
estaciones encargadas de extraer el "oro negro".
El diputado gobiernista al tiempo de hacer un llamado a los ministro de Energía
y Minas, gral. Carlos Arboleda y del Ambiente Lcdo. Edgar Itsch, para que frene
este atentado a la naturaleza, cuestionó la política petrolera del presidente
Lucio Gutiérrez, al afirmar que la práctica gubernamental en los últimos 30 años
ha sido la deforestación, contaminación del ambiente, de los ríos con los
cientos de derrames de petróleo, de agua de formación y de producción: "Más aún
la preocupación nuestra se da cuando el Gobierno del presidente Gutiérrez,
recién instalado en el poder, anuncia que va a aplicar una política petrolera de
privatización e impulso a la inversión extranjera en esta línea".
Por su parte, Alexandra Almeida vocera de Acción Ecológica, al tiempo de
mostrarse impresionada tras constatar las explosiones realizadas por Alberta
Energy Compañy, se lamentó que las instancias gubernamentales competentes no
hayan hecho nada para impedir este atentado en contra de la reserva natural: "La
explotación petrolera en un área como esta es completamente incompatible", dijo
al tiempo de asegurar que el Cuyabeno, siendo la zona de mayor biodiversidad del
mundo, es frágil, por lo que sus plantas y animales se encuentran seriamente
amenazados.
La vocera de Acción Ecológica, recordó los estudios realizados por científicos
encargados de proteger el ecosistema, quienes aseguran que las explosiones que
se vienen realizando a menos de 50 metros de los ríos y esteros, violando las
leyes y reglamento ambientales y de explotación hidrocarburífera, pueden llegar
a matar hasta 300 peses.
De su parte, Luis Merino, director del Medio Ambiente del Municipio de Cuyabeno,
consultado si tiene algún tipo de competencia ese gobierno seccional para
impedir que se continúe con las labores de prospección sísmica, dijo que no, y
explicó que al momento están ejecutando una serie de trámites legales junto al
Consejo Provincial de Sucumbíos que le permitan descentralizar las competencias
que tiene el Ministerio del Ambiente y que debería ser de estricta
responsabilidad del Municipio: "Sólo de esta manera podremos tener jurisdicción
como municipio en lo referente al suelo, el aire y al agua. Entre el cual consta
el control forestal que es lo que estamos planteando".
Y otro de los sectores seriamente afectados son quienes se dedican al turismo,
principalmente ecológico. Según José Núñez, el turismo en la zona del Cuyabeno
está muriendo: "Lamentablemente las autoridades gubernamentales de turno no
tienen conciencia del daño que están haciendo a la naturaleza. Los turistas
extranjeros y nacionales que vienen a esta reserva y busca conocer la Amazonia
ecuatoriana, se van a encontrar con hombres de casco trabajando, policías,
militares y guardias armados protegiendo no la región sino a las compañías
petroleras. Así difícilmente se va a poder hacer industria sin chimenea como se
lo conoce a esta actividad", sentenció.
Al final, el diputado amazónico Julio González, en compañía de una decena de
personajes vinculados con la defensa de la naturaleza y junto a un riachuelo
donde aún se podía observar a simple vista algunos peces que se resisten a morir
por el ruido de las máquinas, la contaminación y la expansión de las ondas que
producen las explosiones dinamiteras, se comprometió a utilizar todos los
recursos legales para impedir este atropello a la Amazonia.
Pero lo que pasa es que la petrolera Alberta Energy Compañy está actuando
legalmente, sin medir que la Cuenca Amazónica es un patrimonio de la Humanidad
en la que ya no caven las decisiones oportunistas de unos cuantos indígenas que
no quieren comprender que más allá del dinero y su práctica occidental está la
vida del planeta.
¿Quiénes son los culpables? Todos los que irresponsablemente y sin ningún
proyecto de sostenimiento de la naturaleza, así como de los pueblos étnicos
ancestrales, insertaron a éstos a la vida de los espejos, crucifijos y demás
chucherías.
Vaya usted sabiendo
Fuente consultada: Acción Ecológica.
La población oriental (indígenas y colonos) identifican claramente las fuentes
de contaminación de sus tierras y esteros; pero, más pesa unas cuantas monedas
que les dan las petroleras que su propia salud. "El olvido los mato dos veces".
- Los contaminantes más frecuentes son petróleo (se produce cerca de 400.000
barriles diarios), gas (se queman más de 30.456 m.p.c. al día) y aguas de
formación (se produce 847.720 barriles de aguas de formación cada día).
- A la contaminación rutinaria se suman los derrames: Sólo en el año 2001 se
produjeron un total de 75 derrames, uno cada 5 días, con una pérdida de más de
31.398 barriles de crudo, cifra próxima a los 36 mil que se derramaron en Alaska
por el Exxon Valdez.
- Los derrames han aumentado en 500 por ciento los últimos 7 años. Y en los
primeros 6 meses del 2002 ya se tiene las mismas cifras que en todo el 2001.
- El envejecimiento de las instalaciones y el abandono de la zona hacen que los
problemas vayan sumándose.
- El 37 por ciento de los pozos están secos o son inoperantes pero no se ha
retirado la infraestructura y sigue siendo fuente de contaminación. En la
actualidad, en el proceso de extracción de crudo el 70 por ciento es agua, es
decir, desechos.
- La contaminación en la región amazónica ecuatoriana es permanente, creciente y
acumulativa. La población campesina e indígena está expuesta a una cantidad cada
vez mayor de contaminación pues ésta se acumula en pantanos, en los lechos de
los ríos y es cada vez más frecuente pues las tuberías, sin mantenimiento, se
rompen y aumenta su ámbito de influencia con cada pozo nuevo que se perfora.
- Los nativos y colonos que se ven afectados por la contaminación petrolera sino
arreglan por las buenas lo arreglan por las malas; esto es, si las compañías les
dan lo que piden, en buena hora; y sino, la presión de la petrolera con la
presencia militar y policial hacen que en muchos casos no se pague ninguna
indemnización por concepto de contaminación de tierras o utilización de zonas
bajo control de pueblos autóctonos.
- También hay otras formas de arreglo. Muchos indígenas y colonos se han dado a
la ingrata tarea de vivir parasitariamente buscando arreglos económicos con las
compañías petroleras con el aval y el asesoramiento de fundaciones,
principalmente indígenas y campesinas, que supuestamente defienden la
naturaleza, la cultura y el su hábitat.
* Cristóbal Rodríguez Guerra, es autor de varios libros de investigación
periodística, entre ellos: "El picotazo del cóndor. Diario de un periodista
en la guerra del Alto Cenepa" (1995); "Bucaram ¡Fuera!" (1997); "Las
pesadillas del Presidente (1999); su actual obra "Putumayo: vallenato y
fusil" (2000-2003), del cual en los próximos días estará publicando su
Cuarto Tomo, además de la Novela: "Elena Isabel: entre el amor, la política
y la guerra".
https://www.alainet.org/es/active/3254?language=es
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