Del colonialismo a la liberación

04/08/2009
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En ninguna otra época si no la presente, el pueblo hondureño pudo haberse dado cuenta y tener conciencia del enorme daño que recibió como herencia por la dominación de trescientos años de colonialismo español y más de ciento veinte años de explotación por su condición de país dependiente económicamente del monopolismo de los Estados Unidos. Hubo ser necesario el paso de más de cuatrocientos años para conocer la dura experiencia de saber ahora quienes son nuestros verdaderos enemigos y ver con claridad los muros de contención que nos alejaron del desarrollo.
 
Es una pesadilla real la que ha vivido nuestro pueblo, es un suplicio humano que lo devoró por años. No fueron una esperanza cristiana, una esperanza económica, no son ni siquiera un ejemplo de cultura histórica como para atreverse a afirmar que heredamos del explotador un presente y un futuro promisorio. Hoy no estamos mejor que antes, somos los Tolupanes, los Chorotegas y los Lencas diezmados y arrinconados en nuestros propios dominios territoriales por un enemigo extranjero y por un enemigo agazapado en casa.
 
Hoy nos hemos dado cuenta del porqué de nuestro atraso, el porqué de nuestra miseria y el porqué se nos niega nuestro propio destino. Creemos entonces, que en alguna medida, el atropello que por siglos hemos sufrido se está haciendo conciencia positiva para comenzar con decisión la búsqueda de un reencuentro con nuestra propia historia. Queremos una patria descarnada de toda influencia dominante, que como tal, no continúe deformándonos el único origen de nuestra legítima nacionalidad.
 
2009 no es la terminal de nuestra lucha y nuestra historia; al contrario, 2009 es la coordenada perfecta de la dignidad nacional, el rescate ancestral del orgullo indígena, el surgir de una cultura que refuerce la lucha popular. No podemos seguir tolerando la esclavitud monopolista, no podemos vivir con un enemigo de gran potencia que nos trata con desprecio en convenios y tratados de condiciones insultantes y vergonzosas. La historia de una Honduras libre, es la historia de un pueblo libre, un pueblo libre es dueño de su historia, a un pueblo esclavo le fabrican la historia para humillarlo.
 
Frente a estas realidades inobjetables que nos rodean ahora de vergüenza, indignándonos al tomar conciencia que hemos sido engañados por cuatro siglos de piratería internacional y nacional, curso en el cual jamás tuvo cabida total la teoría liberal, ni vigencia los más elementales principios del sistema de vida democrática. Sabemos que los grupos políticos, económicos y armados, son la fuerza que por siglos han servido de muro de contención a las luchas libertarias que más de alguna vez intentó llevar a cabo el pueblo hondureño. Estas argollas corrompidas son las mismas que arman y desarman dictaduras y gobiernos corruptos.
 
 Hoy el movimiento popular hondureño es una realidad donde confluyen diferentes actores sociales: el movimiento feminista, el campesino, el obrero, el movimiento magisterial, los artistas, escritores, patronatos, estudiantes universitarios y de secundaria, organizaciones indígenas y afrodescendientes, organizaciones de Derechos Humanos, miembros de partidos políticos, personas que no pertenecen a ninguna organización que, por primera vez en la historia de Honduras luchan, apartando sus objetivos particulares, por un objetivo único: el abuso de poder, la moral política, los derechos humanos, la soberanía nacional, defensa de la cultura y patrimonio cultural, la libertad de expresión... La indiferencia se ha convertido en conciencia popular, imposible de revertir, porque hoy han alzado su voz los que nunca la habían tenido.
 
- Lcda. Rebeca Becerra es Directora General del Libro y el Documento-SCAD, Secretaria Nacional de Cultura-CECC/SICA
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