El Parlamento discute el desafuero de Alemán: ¡El pueblo se sacó el gordo de Navidad!

12/12/2002
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Los nicaragüenses esperaron pacientemente muchos domingos a lo largo de estos últimos meses, para que se cumpliera aquél proverbio que dice que "a cada chancho le llega su domingo". Y no se cumplía. A falta de chancho asado, el Parlamento les va a servir un pavo relleno. Sí, mientras escribo esta nota, sorpresivamente, comenzaron los tan esperados debates para el desafuero del ex presidente del país, posteriormente presidente destituido de la Asamblea Nacional, me refiero al ahora multimillonario e internacionalmente conocido Arnoldo Alemán. En este momento, con un ojo observo las imágenes de las intervenciones de los defensores del acusado Arnoldo Alemán (y dos diputados más incluidos en las acusaciones de la Procuraduría General de la República, Martha McCoy y David Castillo). Son muchos millones de dólares los que están en juego, algunas decenas de éstos ya han podido ser congelados en diferentes cuentas de testaferros en Panamá, todas ligadas, en última instancia, a Alemán. Hace tres días un familiar del acusado más rico de Nicaragua intentó retirar –sin éxito- tres millones de dólares en un banco panameño. Apenas logro teclear, ya que ahora hace su intervención el propio Alemán. Se supone que es el último orador. Se presenta como hijo de humildes campesinos. La voz le tiembla. No hay duda, está a punto de llorar. Le habla a sus hijos. Parece el discurso de un reo que dice sus últimas palabras antes de ingresar a la cárcel. Pero recordemos que este paso es sólo lo que permitirá el inicio del procedimiento normal en los tribunales de justicia. Alemán solicita permiso para que se proyecte un video que, según dice, contiene pruebas fehacientes de su inocencia. Dicho video habría sido mantenido secreto hasta este momento. Un golpe de más, un golpe de suerte ¿A qué le debe el país tan inesperado regalo navideño? A la suerte. Un incidente fortuito –aunque esperado, o deseado por muchos adversarios de Alemán: hace un par de días, y como parte del guión de la tragicomedia, varios diputados del ala arnoldista protagonizaron, por segunda vez, un incidente boxístico en pleno hemiciclo: agredieron a golpes al Ministro –bolañista- de Transporte e Infraestructura (MTI), el señor Pedro Solórzano. Éste se encontraba en el lugar para comparecer, a solicitud de los parlamentarios, por su gestión. Un guardaespaldas de Solórzano se interpuso y fue evacuado por la policía. Sin embargo, la Junta Directiva actual, que hace algunas semanas reemplazó por ventaja de un solo voto a la Junta alemanista anterior, aprovechó esta circunstancia para sancionar a los diputados agresores del ministro Solórzano, a sabiendas –seguramente- de que uno de ellos, Delia Arellano, de Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), tenía un suplente favorable al desafuero de Alemán. Y así fue: este suplente caído del cristiano cielo, Mariano Suárez, viene a suplir el voto de Fernando Avellán, "el pistolero" que después de haber comprometido su voto contra Alemán, súbitamente debió ser "internado" en un hospital de Miami (ver nota anterior "El tragicómico culebrón del desafuero de Alemán"). Avellán pasará Navidad en Estados Unidos. Lo menos que podemos inferir es que los agresores del ministro Solórzano dieron un golpe de más, que se transformó por paradójica carambola, en el golpe de suerte de los bolañistas. Y si de golpes se trata, quienes se golpean con euforia el pecho, obviamente, son los sandinistas, quienes sólo levantarán la mano para votar. Para atar cabos aconsejo al lector leer mis notas anteriores, que han seguido el hilo de este proceso. En estos momentos habla el Procurador de la República, Francisco Fiallos, quien afirma "estar listo desde hace mucho tiempo para ir a juicio contra Alemán". Explica que es sólo una etapa en el proceso de purificación del país. Alemán es hoy uno de los hombres más ricos del país, con una fortuna varias veces superior a la propia dinastía somocista y adquirida en un tiempo geométricamente inferior. Pero también, un hombre político que ha sabido tejer una telaraña partidaria que lo secunda y un electorado de gente humilde a quienes supo enceguecer con maniobras populistas: les ofreció como regalos suyos las obras que el Estado tenía la obligación de realizar, al estilo del patrón de hacienda que paga a sus trabajadores como si les hiciera un favor. Esta telaraña partidaria y el apoyo de miles de personas, además de los enormes intereses económicos y financieros de Alemán, han justificado a ojos del Poder Ejecutivo la puesta en marcha del plan de alerta roja del ejército, parta prevenir disturbios y violencias. La policía encontró ayer reservas de armas y lanzagranadas tipo RPG, y detuvo vehículos que transportaban en Managua grandes cantidades de explosivo líquido (TNT). Las Jueces Gertrudis Arias y Juana Méndez, ambas autoras de sentencias en contra de Alemán por supuesta implicación en múltiples fraudes al Estado, tendrán la responsabilidad de reafirmar sus dictámenes en los meses siguientes. No puede predecirse lo que sucederá durante estos procesos judiciales que implicarán a otros altos personajes, pero de lograrse, la desaforación de Alemán será, en sí misma, una victoria sin precedentes para la causa de Bolaños y todos los que lo respaldan. Comenzando por el Fondo Monetario Internacional. Por su parte, en estos precisos instantes, Alemán, en directo en todas las pantallas del país, afirma que si no se fue del país cuando fue acosado por los sandinistas en los años 80, tampoco se irá bajo el acoso de su propio correligionario liberal –¡traidor!-, el presidente Enrique Bolaños. Podemos entonces suponer que Alemán no tomará un avión. En cambio, hace unos segundos acabo de recibir una información extraoficial de un corresponsal de Managua: habría, eso sí, en el aeropuerto Las Mercedes, de Managua, una avioneta esperando que terminen estas sesiones parlamentarias extraordinarias, para llevarse a buen resguardo a Mariano Suárez, el voto suplente caído del cielo. Pero, como en todas las circunstancias de tensión extrema y de tanta polarización, circulan muchísimas versiones extraoficiales. Acaban de ingresar al Parlamento los embajadores europeos. Ahora se procede a votar. Silencio: 47 votos (mayoría por un voto) a favor del dictamen de desaforación. Son las 3:55 de la tarde del día 12 de diciembre de 2002. El ciudadano Arnoldo Alemán, sin inmunidad, sale del recinto parlamentario rodeado de policías. Estimados lectores, hasta la próxima nota. * Carlos Powell, Periodista independiente radicado en Nicaragua
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