La profesión periodística fue puesta contra la pared
- Opinión
Ninguna desmentida es creíble
Al escuchar decir a autoridades del actual gobierno de México que no es cierto que ese país lidere la trágica lista de periodistas asesinados en Latinoamérica y el Caribe, no es necesario hacer un muy exhaustivo análisis para desmentir a quienes desmienten.
Como bien lo ha destacado la Comisión de Investigación de Atentados a Periodistas (CIAP), perteneciente a la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), sí es México, antes que Colombia incluso, el país en el que se mata a periodistas casi sistemáticamente, y más que en otros lugares del mundo, excepto en Irak.
La fidelidad de la CIAP -respecto de cifras de asesinados y circunstancias en que se produjeron los crímenes- obedece al aporte permanente que desde el propio lugar de los acontecimientos brinda la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX.
Uno de los fundadores de dicha organización, también vicepresidente de la FELAP, por México, el colega Teodoro Rentaría Arróyave se ha encargado –se encarga- no sólo de reportar qué ocurre, sino de contextualizar la interminable seguidilla de crímenes en el marco de una violencia generalizada. Haciendo hincapié –junto al presidente de la FAPERMEX, Roberto Piñón Oliva- en que “es la impunidad lo que retroalimenta la matanza”.
Desde los años ochenta a estos días en México mataron a un número mayor de cien periodistas y fueron víctimas de amenazas de muerte y atentados contra sus vidas muchas y muchos periodistas más. ¿Se puede saber a qué se refieren funcionarios del gobierno mexicano cuando se llenan la boca con desmentidas?
Ni dentro de México, ni fuera, existe interés, o intención, de poner al frente de una lista luctuosa a ningún país que no lo esté. En este caso –el de crímenes de periodistas en México- existen constancias, coincidentes, de diversas organizaciones de trabajadores de la prensa y organismos de derechos humanos, que demuelen las desmentidas torpes y desencajadas.
Nadie se atrevería a decir hoy que en Irak existen garantías para el ejercicio de la profesión periodística. Así como muy pocos se animarían a desmentir que las tropas estadounidenses se han convertido, en ese país, en un azote permanente contra el periodismo que lucha y denuncia las violaciones y abusos de los invasores.
Y debe saberse que no es cuestión de llevar un ranking para alardear de dar primicias acerca de asesinatos, o competir en torno a qué organización logra la cifra “más acertada”. Esto también vale decirlo, porque así como escasea la verdad, sobra el morbo.
Juan Carlos Camaño
Presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).
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