Cuenta la Biblia, en el capítulo 16 del primer libro de Samuel, que, al escoger un nuevo gobernante para su pueblo, Dios envió a Belén al profeta Samuel. Uno de los hijos de Jesé, señalado por Samuel, sería el escogido de Dios. Primero apareció Eliab. Yavé Dios alertó al profeta: "No te dejes impresionar por su apariencia o estatura. No es éste el que yo quiero, porque Dios no ve con ojos humanos. El hombre mira las apariencias, Yavé mira el corazón" (v. 7). Jesé presentó ante Samuel a sus otros seis hijos: Abinadab, Sama... Pero ante todos ellos el profeta tuvo que reconocer que "no escogió Yavé a ninguno de éstos" (v. 10). Intrigado, Samuel preguntó si estaban allí todos los hijos. Jesé respondió: "Falta el menor, que está cuidando el rebaño" (v.11). Jesé nunca imaginó que Dios fuera a escoger para gobernante al benjamín de la familia, David, que trabajaba como pastor, le gustaba tocar el arpa y no rehuía la pelea, hasta el punto de que derrotó al gigante Goliat (v. 17). David gobernó con sabiduría y competencia al pueblo de Dios, cuenta la Biblia. En la historia política del Brasil el Partido de los Trabajadores puede ser comparado con David. Nació pequeño, despreciado por los grandes, con fama de peleonero. Gracias a su integridad ética y al éxito en la administración de centenares de ciudades (hoy gobierna a casi 50 millones de brasileños), el PT pasó a derrotar a los 'goliats' de la política brasileña. En muchos Estados la confianza del elector en el PT expulsa de la vida política a viejos caciques, demagogos y corruptos. El día 27 de octubre vamos a elegir a Lula presidente del Brasil. La camarilla del presidente Cardoso no merece otros cuatro años de gobierno. En estos ocho últimos años los problemas del país aumentaron: el desempleo, la violencia, las deudas interna y externa, etc. Por eso el candidato Serra no representa la esperanza de cambiar y mejorar el país. "Dime con quién andas y te diré quién eres", dice el refrán popular. Gracias a la confianza en el PT los electores acaban de dar al partido 14 senadores (de ellos 5 mujeres) y 91 diputados federales. Para que Lula pueda hacer cambios urgentes que el Brasil exige, es necesario elegirlo presidente. El PT ya eligió a los gobernadores de Piauí y de Acre, y el día 27 tendrá que elegir también a los de São Paulo, Rio Grande do Sul, Mato Grosso do Sul, Amapá, Pará y Sergipe. De ese modo Lula tendrá aseguradas las bases para gobernar bien el Brasil, porque el dinero público irá hacia las prioridades sociales, como salud y educación, y no hacia el bolsillo de los corruptos. En esta segunda vuelta haga como el profeta Samuel: escoja con el corazón puesto en el sufrimiento de los pobres y con los ojos de Dios. Vote para cambiar el Brasil. Vote a Lula.