Estado de la región

16/10/2008
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El Consejo de Rectores de la Universidad de Costa Rica (formado por cuatro universidades públicas del vecino país) dio a conocer su versión del Estado de la Región (centroamericana) donde incluye a Panamá. El documento reproduce el estilo conservador de las instituciones de las Naciones Unidas. Con timidez anuncia el fracaso del neoliberalismo y describe los problemas más salientes que aquejan a los 40 millones de centroamericanos.

 

Parece que se ha vuelto un mal hábito plantear soluciones que son precisamente las causantes del problema. Por ejemplo, plantea que la región ha sufrido un deterioro de los términos de intercambio. Es decir, las exportaciones han aumentado en forma significativa pero el valor de las mismas ha disminuido borrando toda ganancia.

 

En forma contradictoria propone como solución al deterioro continuar con las mismas políticas económicas de desregulación y de flexibilización. Precisamente son estas políticas las que han debilitado la posición de los países de la región en el contexto global. En países como EEUU y Europa occidental los gobiernos están aplicando fuertes regulaciones al capital y están buscando formulas para estabilizar la fuerza del trabajo con empleos permanentes.

 

El informe sobre el Estado de la Región también se refiere al deterioro de la seguridad ciudadana. El documento no entra a analizar las causas sociales de la creciente criminalidad. Sin embargo, recomienda incrementar las medidas policíacas. Rechaza la filosofía de “mano dura” que califica como contraproducente.

           

El informe también se refiere al desabastecimiento alimenticio y a las carencias nutricionales en los países de la región centroamericana. Nuevamente, el documento no analiza las causas del problema y recomienda un conjunto de medidas que no corresponden a la realidad. Por ejemplo, identificar tierras sin cultivar para ponerlas a producir. Obviamente todas las tierras fértiles ya han sido acaparadas y la mayoría de los productores agrícolas han sido expulsados por grandes empresas.

 

El Estado de la Región también se refiere a la dependencia de los países centroamericanos de la importación de hidrocarburos. El informe no plantea las causas y tampoco propone soluciones. En este caso, la fluctuación de los precios de los energéticos son el producto de la  especulación en los mercados. Ante mercados nacionales sin regulación, las enormes ganancias de las empresas petroleras y sus ejecutivos siguen sin control.

 

Llama la atención que el informe no menciona la necesidad de elaborar un plan de trabajo para enfrentar los retos.  El documento presenta en forma implícita el fracaso de las políticas neoliberales. Los mercados no son el instrumento adecuado para guiar las decisiones que tienen que tomar los países. Al contrario, los países necesitan elaborar planes de desarrollo que guíen las economías en beneficio de toda la población. El mercado puede ser útil pero no puede caer en manos de un grupo de tecnócratas que, al mismo tiempo, son los únicos que se benefician de las leyes que ellos mismos redactan.

 

El informe pone sobre el tapete los problemas de la región: fracaso de la política económica neoliberal provocando un deterioro de los términos de intercambio, desabastecimiento alimenticio, dependencia absurda del los hidrocarburos y, como consecuencia, deterioro de la seguridad ciudadana.

 

Panamá, 17 de octubre de 2008.

 

Marco A. Gandásegui, hijo, (Profesor de la Universidad de Panamá e investigador del CELA)

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