Lula - detalles biográficos
30/09/2002
- Opinión
Luiz Inácio Lula da Silva es pernambucano de Garanhuns, donde nació, según
registra su certificado de bautismo, el 27 de octubre de 1945. En opinión
de los hermanos mayores, esta habría sido la fecha de su bautismo y la de
nacimiento el 6 de octubre. El hecho es que, en este octubre, el tendrá un
doble regalo: recibirá la votación para presidir Brasil el 6, y para asumir
la presidencia el 27.
El apellido "Lula" fue incorporado al nombre en 1982, por razones
electorales. Penúltimo de los ocho hijos de Eurídice Ferreira de Melo,
doña Lindú, y Arístides Inácio da Silva, pasó la primera infancia en las
ocho hectáreas de tierra donde su familia plantaba frijoles, maíz y
mandioca para su propio consumo.
Cuando Lula cumplió 7 años, en 1952, madre e hijos viajaron 13 días en
camión desde el Nordeste hasta São Paulo, dividiendo una pequeña ración de
harina, queso y raspadura. Vinieron al encuentro del padre, que trabajaba
como estibador en el puerto de Santos. Alumno del grupo escolar Marcílio
Dias, donde cursó la primaria, Lula ayudaba al magro presupuesto familiar
limpiando zapatos o vendiendo naranjas y tapioca en el puerto de barcas de
Santos.
En 1956, la familia se mudó para la capital paulista. Vivía en la Villa
Carioca, en un cuarto y cocina en la parte de atrás de un bar. A los 12
años tuvo su primer empleo, como ayudante en un tintorería. Dos años
después, ingresó a una metalúrgica y obtuvo el diploma de tornero mecánico
en el Sinai.
Lula pisó por primera vez el Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo
do Campo e Diadema en 1967, cuando trabajaba en las industrias Villares.
En 1969, fue electo suplente del directorio del sindicato y en 1972,
miembro del directorio ejecutivo. En 1975, asumió por primera vez la
presidencia del sindicato, electo con más del 90% de los votos. Reelecto
en 1978, innovó las campañas salariales, introduciendo la lucha por la
reposición salarial y promoviendo amplias movilizaciones de masas.
La huelga de 1979
Febrero de 1979. En Morumbí, Coríntians y Guarany decidían el campeonato
paulista. Las barras apoyaban a Lula, Devanir Ribeiro, Janjão y Alemão.
Se iniciaba la campaña salarial de los metalúrgicos de São Bernado do Campo
e Diadema. La pauta de las reivindicaciones incluía 34,1% más del índice
oficial, como reposición de las pérdidas salariales. Viendo la multitud en
el estadio, Lula tuvo una idea: convocar una asamblea sindical capaz de
llenar un campo de fútbol.
13 de marzo de 1979: 80 mil metalúrgicos en paro ocupaban el gramado y los
graderíos del estadio de Vila Euclides, en São Bernardo do Campo. Sin
micrófono, Lula pronunció su discurso repetido por los que lo oían, como
ondas sucesivas de un lago golpeado por una piedra. Dos días después,
cuando 170 mil trabajadores ya estaban parados en todo el ABC, la huelga
fue considerada ilegal. En la madrugada del 22 de marzo para el 23,
mientras los metalúrgicos permanecían en vigilia en el sindicato, en
Brasilia el ministro de Trabajo, Murilo Macedo, hablaba con el gobernador
paulista Paulo Maluf. Poco después, tropas de la Policía Militar
arremetieron contra el sindicato.
La represión al movimiento fue implacable. Con Vila Euclides cerrada, los
trabajadores hacían sus asambleas en la Iglesia Matriz de São Bernardo do
Campo. Pero al discutir con los empresarios la tregua de 45 días en el
movimiento, Lula exigió y obtuvo la reapertura del estadio.
El primero de mayo de aquel año coincidió con el período de tregua. 150
mil trabajadores participaron del acto comandado por Lula en la Vila
Euclides, cuando Vinicius de Moraes recitó El Operario en Construcción y
recorrió la noticia de que el delegado Sérgio Paranhos Fleury, jefe del
Escuadrón de la Muerte, moría extrañamente ahogado en el litoral paulista.
Al final de la tregua, el 13 de mayo, se firmó un acuerdo razonable entre
empresas y sindicato, la intervención fue suspendida y la huelga cerrada.
Sin embargo, aunque se redujo a ganancias salariales, el saldo político del
movimiento liderado por Lula fue significativo. Al movilizar todo su
potencial represivo, el gobierno reveló a los trabajadores su carácter
dictatorial; se vio la tónica de subordinación del poder público a las
multinacionales, y del ministerio de Trabajo, a la Fiesp (Federación y el
Centro de las Industrias del Estado de São Paulo); la Ley de Huelga quedó
desmoralizada; mientras el liderazgo de Lula y de sus compañeros de
directorio conquistaron más representatividad, pues igualmente con el
sindicato bajo intervención ellos fueron reconocidos por el gobierno y los
patrones como únicos interlocutores legítimos.
La huelga de los 41 días
En 1980, Lula lideró la histórica huelga de los 41 días. La campaña
salarial de los metalúrgicos de São Bernardo do Campo e Diadema
reivindicaba sobre todo garantías laborales, reducción de la jornada de
trabajo ha 40 horas semanales, control de las jefaturas por los
trabajadores y derecho de los dirigentes sindicales a ingresar en las
empresas en cualquier momento. Como los patrones se mostraban
irreductibles a las negociaciones, la huelga tubo inicio el 1 de abril,
cuando 140 mil metalúrgicos se cruzaron de brazos.
La represión al movimiento incluyó hasta helicópteros del Ejército que,
armados de ametralladoras, sobrevolaban las asambleas de Vila Euclides.
Lula Consiguió que los trabajadores no se dejaran intimidar. Mientras
cantaban el Himno Nacional, todos erguían banderitas de Brasil distribuidas
por el sindicato.
El 17 de abril, el ministro de Trabajo, Murilo Macedo, decretó la segunda
intervención en el sindicato presidido por Lula, proscribiendo a su
dirigencia de la vida sindical, pero sin conseguir que se apartaran de la
dirección del movimiento. El día 19, a las 6 de la mañana, Lula fue
apresado en su casa por la DOPS (Departamento del Orden Público y Social),
en una operación coordinada por el gobierno de Paulo Maluf, y que incluyó
la prisión de innumerables dirigentes sindicales en todo el ABC, incluso
sindicalistas y juristas de São Paulo.
El primero de mayo, Lula tuvo la alegría de saber, en prisión, que 120 mil
personas se habían reunido en una manifestación en São Bernardo do Campo.
La tristeza, pocos días después, fue obtener permiso especial para,
escoltado, asistir a la misa de cuerpo presente de su madre. Como forma de
presión para que los patronos retomasen las negociaciones, Lula y sus
compañeros de cárcel hicieron seis días de huelga de hambre.
El 20 de mayo de 1980, Lula obtuvo su prisión preventiva revocada.
Liberado, su primera actitud al llegar a casa fue sacar los pajaritos de la
jaula... Juzgado por la Justicia Militar en noviembre de 1981, recibió una
pena de 3 años y 6 meses de prisión. Posteriormente, el Tribunal Superior
Militar anuló el proceso.
La huelga terminó el 11 de mayo, y como saldo obtuvo un gran avance
político en la organización y en la conciencia de la clase de los
metalúrgicos del ABC.
El Partido de los Trabajadores (PT)
La propuesta de crear el PT surgió en el mismo día en que nació Sandro,
hijo de Lula: el 15 de julio de 1978. En el Hotel Bahía, en Salvador,
donde participaba de un congreso de los petroleros, Lula declaró a la
prensa que llega la hora de la clase trabajadora de crear su propio partido
político.
Lula descubre que la cuestión sindical es también una cuestión política.
En el escenario político nacional, todos los partidos pretendían ser la voz
del pueblo, mientras el propio pueblo no tenía como expresar su voz. En
enero de 1980, más de 80 diputados se reunieron en el Hotel Pampas Palace,
en São Bernardo do Campo, para debatir la propuesta del PT. Ninguno de
ellos soportó asumir por más de una elección un partido clasista, con gran
disciplina y democracia internas, y con un programa nítidamente socialista.
Lula recorrió el Brasil para convencer a la clase trabajadora de que era
inútil esperar que un Congreso Nacional repleto de empresarios hicieran
leyes favorables a los asalariados. La primera reunión histórica del PT se
realizó en enero de 1980, paradójicamente en un antiguo reducto de la
burguesía paulista, el colegio Sion. Intelectuales como Antonio Candido,
Mario Pedrosa y Sergio Buarque de Holanda se adhirieron posteriormente a
la nueva propuesta partidaria.
En 1982 el PT, que ya congregaba 400 mil militantes en todo el Brasil,
lanzó a Lula de candidato a gobernador del Sao Paulo. A pesar de la falta
de recursos de la campaña y de los prejuicios de clase del electorado, Lula
obtuvo 1 millón 200 mil votos. En 1986, fue elegido a la Asamblea Nacional
constituyente con 652 mil votos, el mayor índice obtenido por un diputado
federal en aquella elección. De los 572 municipios de São Paulo, el
recibió votos en 568, sobre todo en las regiones industriales. En la
Constituyente, su actuación a favor de los intereses de los trabajadores
fue considerada ejemplar por la prensa especializada.
Presidente del Partido, reelecto desde su fundación en 1980, Lula dejó el
cargo en 1987, reforzando el principio de rotación en la dirección
partidaria. Desde entonces, se convirtió en presidente honorífico del PT.
Y ayudó a fundar la CUT (Central Unica de Trabajadores), la CMP (Central de
Movimientos Populares) y el Instituto Ciudadanía, del que es presidente.
Ahora, se prepara para presidir Brasil, con la posesión señalada para el 1º
de enero del 2003.
* Frei Betto es escritor, autor de "Alfabetto- autobiografía escolar"
(Ática), entre otros libros.
https://www.alainet.org/es/active/2631?language=en
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