Crisis alimentaria o especulación desestabilizadora?
- Opinión
“Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia”, indicaba Fidel Castro ante
En el actual Nº 11 de nuestra publicación el artículo “
El efecto de esta crisis no es igual en un país u otro, y es diferente su efecto en cada región. Por ejemplo en el África subsahariana el alimento representa el 60% del gasto familiar y por tanto las consecuencias de su carestía son enormes, en cambio en China la alimentación significa la mitad de este porcentaje, es decir, el 30%, pero en EE.UU. se reduce a sólo el 10% de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con toda la dimensión tan dramática de esta crisis, las instituciones del sistema neoliberal se muestran reticentes a tratar sus causas y menos a darle solución. En el mes de junio se reunieron dos instituciones, el Grupo de los Ocho (G-8) y la FAO donde hubo mucho ruido y pocas nueces. Los países más industrializados del mundo (G-8) concluyeron que no saben si la causa de la elevación de precios del petróleo se debe a una carencia en la producción, o se debe a la especulación, por lo tanto encargaron al FMI realizar los estudios “pertinentes” al respecto.
En cuanto a
Frente a la dura realidad de la existencia de 2,9 mil millones de seres humanos que sobreviven con sólo 2 dólares diarios
Frente a medidas de muchos gobiernos (India, Vietnam, Egipto, Haití, Bolivia, Argentina, Tailandia, etc.) de frenar la exportación de ciertos alimentos para asegurarlos a su población,
Paralelamente a ésta reunión de
La especulación desatada en Bolivia
En Bolivia, también, los sectores populares como los de clase media están sometidos a un encarecimiento exagerado en los precios de los alimentos en particular y una carestía en general. A primera vista parecía que las causas provenían de este escenario internacional; sin embargo, es la especulación desatada internamente el factor que más incide. De hecho al inicio de la crisis, las elites, intentaron justificar esta alza como reflejo de los factores externos. De algún modo tenían que justificar su propio accionar. No tardaron en darse cuenta que su alegato no tiene quién lo aceptara. Como veremos, el objetivo no era sólo llenarse los bolsillos, sino también ir por el derrocamiento del actual gobierno, en la creencia que logrado este objetivo se pone fin al proceso de cambio, impulsado por las mayorías bolivianas, que las elites lo entienden como amenaza mortal a sus “habituales y consagrados” privilegios.
En esta parte del análisis se ha recurrido a varias fuentes, pero principalmente a la cartilla que ha producido y presentado recientemente el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), titulada “Alza de Precios… ¿Escasez o Especulación?” (www.cedib.org) En la mencionada cartilla se escogen los productos de mayor consumo popular; carne de Pollo, carne de res, soya y aceite de cocina, trigo, harina y pan, leche y finalmente el azúcar para exponer las características principales de producción de cada uno de esos artículos y de como están manipulados por pocas familias que dominan una producción u otra. Una de las principales conclusiones expuestas en dicho trabajo señala que ninguno de los seis principales productos de consumo popular, a excepción del trigo, están sujetos a los vaivenes registrados últimamente en el mercado internacional, pese a los insostenibles alegatos en contra, de los empresarios privados.
El otro aspecto a resaltar en este contexto, es que los principales empresarios que controlan la producción de estos artículos de consumo popular, o son transnacionales, o empresarios nacionales y que el sector productivo estatal (fuera del sector de hidrocarburos y el de telecomunicación) es embrionario y está ausente en la producción de estos artículos. Al mismo tiempo estos empresarios privados son dirigentes políticos y cívicos de una oposición que está abiertamente contraria al Proceso de Cambio que vive Bolivia desde la última década del siglo pasado.
Las conclusiones de estos hechos, a parte de su lógica, saltan a la vista. El grueso de los sectores populares no se ha dejado engañar aunque el bombardeo de los medios de información, casi todos propiedad de esta misma oposición, es diario y tremendo, las protestas no se han dirigido contra el gobierno, que era lo que se buscaba, sino contra esta misma oposición. Si algún descontento fue expresado por estos sectores se refiere a lo que consideraban como medidas gubernamentales tibias sea para frenar la especulación o corresponder a las reivindicaciones populares.
Las reacciones y medidas gubernamentales
La reacción gubernamental a esta campaña desestabilizadora ha sido tardía, mal difundida y excesivamente parcial. En esta reacción ha predominado el aspecto político y electoral, más que una visión sistemática propia de un proyecto o modelo de un Estado Productivo propiamente dicho. Un sólo ejemplo de esta reacción nos aclara las dos primeras características de esta reacción.
La artificial subida de precios arrancó en junio-julio de 2007, esto incluía el precio del pan de batalla. Todos apuntaron a un factor real que era el aumento en el precio internacional del trigo y la harina. Pero nadie apuntó a la participación del Gobierno Federal de EE.UU. en agudizar esta subida de precios. Es hasta el 6 de julio de 2008 cuando el Ministro de la Presidencia informa que “El gobierno boliviano acusa a Estados Unidos de haber asumido la decisión política de suspender la donación de trigo, lo que repercutió negativamente en el precio y la escasez del pan”, el Ministro sostenía que "no había trigo regalado, pero tampoco había producción”. Claro que la información fue dada por la oficial Agencia Boliviana de Información (ABI) y los medios de información privados la silenciaron.
Las medidas del gobierno, se han caracterizado en dar respuesta a medidas económicas especulativas concretas consumadas por la oposición. Por está misma razón, fueron medidas puntuales y transitorias como es el caso del Decreto Supremo 29524 del 18 de abril de 2008, que facultaba al gobierno a fijar una banda de precios para artículos de consumo popular y en su caso prohibir la exportación de éste artículo hasta que el precio en el mercado interno vuelva a situarse dentro de esta banda de precios. La medida duraba el tiempo en que duraba el desbande del precio y finalizaba cuando el precio se ubicaba dentro de la banda de precios fijada.
La medida de carácter provisional demostró su eficacia en estabilizar los precios de algunos productos de consumo popular, pero dejaba fuera de su acción una larga serie de artículos, que no entran en la categoría de “artículo de consumo popular”, dicho de otro modo, dejó la cancha abierta para la acción de encarecimiento general desatada por la oposición. Para entender esto último, se tiene que tener en cuenta, como ejemplo, que las necesidades populares abarcan los medicamentos que en gran medida son importados. Por encima de la constante devaluación del dólar y revaluación de la moneda nacional, era de suponer que todos los precios de los artículos importados irían bajando de precios. Pero no bajaron sino subieron en una considerable proporción, hecho que deja en evidencia la postura criminal de la oposición (el Estado boliviano no es importador, en cambio, las importación es monopolio de la iniciativa privada) de someter a su población a lo indecible con tal de debilitar al gobierno y de paso llenar sus bolsillos. Pero al mismo tiempo deja en evidencia que el mencionado Decreto Supremo además de ser transitorio, es parcial, y sólo puede controlar relativamente una media docena de artículos de consumo popular.
Frente a esta medida transitoria, la oposición pegó el grito en el cielo acusando al gobierno de ser totalitario por limitar la “libertad de empresa” e intervenir en la regulación del “libre mercado”. Lo mismo que en el caso de hidrocarburos, (donde la oposición se opuso a la nacionalización del sector por considerar que la regla general es que el recurso esté a disposición de la empresa privada, en este caso concreto, de las transnacionales del ramo. La oposición ignora y silencia el hecho de que sólo el 13% de las reservas mundiales de petróleo está en manos de la transnacionales, mientras el 79% de estas reservas están en manos de empresas estatales -es decir son reservas nacionalizadas-, y la parte restante está bajo control estatal) la oposición en este caso ha ignorado y silenciado el hecho de que varios Estados ya habían tomado esta medida en protección de la seguridad alimentaria de sus poblaciones. Entre estos países se encuentra
Alianza estratégica del Estado
El otro campo de las medidas gubernamentales se refiere a promover una alianza estratégica entre el Estado productor y la pequeña, mediana producción urbana y rural. En este marco el Gobierno Nacional ha creado
Cabe señalar en este contexto que el hecho de que el Gobierno vendiera arroz o aceite de cocina, ha ayudado a bajar el precio del artículo de parte de la empresa privada, pero es una medida transitoria, y de marco de aplicación reducido ya que sólo es aplicable, en el mejor de los casos, a puntos de venta concretos en los mercados de
Dentro de las medidas estructurales y frente al problema de la producción lechera, el Gobierno decidió la construcción de tres plantes lecheras (dos en Cochabamba y una en
Paralelamente a estas medidas productivas, el Gobierno ha estado implementando la distribución de alimentos, especialmente harina y arroz, con precios reducidos en el caso del arroz y subvencionados en el caso de la harina. Frente a la pasividad de muchas alcaldías y su inhibición de cumplir con el control de los mercados el Ejecutivo Nacional tomó la iniciativa de organizar las “Ferias del Precio Justo”. Aunque su pretensión es de extenderlas por las varias ciudades del país, pero hasta el momento se están efectuando en pocas ciudades y con éxito apreciable en la Sede de Gobierno. Finalmente cabe recalcar que lo expuesto arriba no es exhaustivo sino que se limitó a sintetizar las medidas más importantes del gobierno.
Los “Comités de Defensa de la Canasta Familiar”, como expresión del control social, han demostrado una buena eficiencia, en coordinación con el Gobierno, en la venta a bajos precios de varios productos de consumo popular. Su limitante es que han sido creados en varios departamentos, no en todos, y con campo de acción departamental igualmente reducido. Para una seguridad alimentaria para las mayorías, se hace urgente la profundización de su accionar a nivel departamental como su ampliación a nivel nacional.
Análisis de las medidas gubernamentales
Si es cierto que los ingresos del país, del erario publico, de las reservas nacionales de divisas, etc., como de las personas han registrado un considerable aumento en los dos últimos años, es cierto, también, que el índice de pobreza moderada se mantuvo en un 60%, debido al efecto negativo de la inflación, como lo dio a conocer
Pero las medidas del Ejecutivo nacional no sólo adolecen de esta falla, sino también padecen una especie de descoordinación ya que por un lado el Jefe de Estado reclamó a los gobiernos municipales del país generar proyectos productivos para combatir la especulación y contribuir a mejorar a soberanía alimentaria. Mientras una delegación de indígenas del municipio de Charagua arribo a
Otra falla que tienen estas medidas, se puede ver reflejada en otros hechos relacionados con la producción lechera.
Finalmente y contemplando las medidas estructurales, no las transitorias, que está tomando el Gobierno, resulta claro que no responden a un modelo concreto de producción agraria sea modelo neoliberal o contrario al mismo. Estas medidas no se pueden considerar de carácter neoliberal, que no lo son, pero tampoco implican una ruptura con el sistema neoliberal. La construcción, de parte del Gobierno, de cuatro plantas procesadoras de leche no es medida neoliberal. Pero el inhibirse de recuperar una empresa privatizada como
Como conclusión las medidas han sido tardías, mal difundidas y excesivamente parciales. En estas reacciones ha predominado el aspecto político y electoral, más que una visión sistemática propia de un proyecto o modelo de un Estado Productivo propiamente dicho.
Una visión a mediano y largo plazo de parte del Gobierno Nacional, implicaría la necesidad de reflexionar sobre la urgencia de reivindicar el rol del Estado en la economía, y dentro de este rol está la de productor, pero también, la de control del mercado y no dejarlos en manos de una oposición tan retrograda y aventurera. Esto, a su vez conduce a cuestionar la validez y la continuidad del famoso Decreto Nº 21060 que impuso a mediados de los ochentas del siglo pasado el sistema neoliberal en Bolivia, y estudiar con qué otras leyes se le puede sustituir.
En las últimas elecciones generales, el voto mayoritario de los bolivianos fue a favor del MAS, encargándole la tarea de dirigir y realizar el Proceso de Cambio, que implica cambios estructurales en términos políticos, económicos, judiciales, etc. Dentro de este proceso el Control Social juega una función vital para la salvaguardia del mismo Proceso de Cambio, como la salvaguardia de los intereses de las mayorías bolivianas. El Control Social lo vemos muy a menudo en las declaraciones y discursos políticos, pero poco en los hechos. Si lo fuera habría sido un freno frente a esta especulación desestabilizadora.
Articulo publicado en Petropress Nº 11, agosto 2008.
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