El embajador Danilovich presiona para instalación de la Academia de Policia
Costa Rica en el nuevo orden de Bush
18/09/2002
- Opinión
John J. Danilovich, embajador del gobierno de los Estados Unidos en San José,
dice que no debemos preocuparnos por el proyecto del Departamento de Estado que
pretende instalar una academia de policía de ámbito latinoamericano en nuestro
país. El embajador nos tranquiliza y nos cuenta que la academia trataría de
impulsar las grandes preocupaciones de la administración Bush: "la defensa de los
derechos humanos, el papel de la ley y la protección de la paz".
Danilovich es de esa escuela diplomática estadounidense que no sólo sospecha que
los latinoamericanos somos tontos, en su caso está convencido de que nuestro
cociente intelectual merece poco respeto. A los pocos días de llegar al país
amenazó veladamente con represalias si seguían adelante procesos que, a su
juicio, perjudicaban a inversionistas estadounidenses. En el caso de la academia
de policía, publicitada por el embajador casi como un kindergarten, amenazó con
llevársela a otro país si el convenio no era ratificado por el parlamento antes
de que finalice al año: "hay otros países que tienen mucho interés en que la
academia esté en su zona. Si Costa Rica no la quiere, otros quieren", dijo
Danilovich a la prensa el pasado 21 de agosto. Se sabe que ha estado
"cabildeando" a los diputados y hasta puso al Defensor de los Habitantes y al
Fiscal General a bailar su danzón en el Centro Nacional de Alta Tecnología, en
una conferencia de prensa donde el embajador se sintió como pez en el agua,
seguramente recordando que ahí estaba la sede del antiguo bunker de la AID.
Después la prensa ha destacado, como no, una carta pública del embajador
ensalzando las bondades de la bendita academia y atacando a los costarricenses
que nos oponemos a su instalación en nuestro país.
Lo primero que llama la atención es que el embajador , en su carta a los
costarricenses, elimine totalmente cualquier mención a la lucha contra el
terrorismo entre los objetivos de la academia. En el acuerdo firmado con el
ministro de Seguridad, Rogelio Ramos, y ante el testigo de honor, el presidente
Pacheco, el terrorismo es el primer delito transnacional que se menciona, entre
los crímenes que supuestamente tratará de combatir la academia. ¿ Por qué elude
mencionarlo Danilovich? ¿ Será el embajador un crítico hacia la política
antiterrorista de Bush o toma el pelo a los costarricenses?
Después del 11 de setiembre...
Desde los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 el mundo ha
sufrido un cambio radical. El presidente de la superpotencia, electo sin haber
ganado la mayoría de los votos, al frente de una coalición ultraderechista del
complejo militar-industrial, del petróleo y de las cúpulas de las corporaciones
financiero-empresariales tipo Enro, se apoyó en la cruzada antiterrorista para
justificar el relanzamiento del Nuevo Orden Mundial iniciado por su padre, que
trata de colocar a los Estados Unidos como el imperio en condiciones de fijar
unilateralmente las reglas de juego en todos los campos de la vida internacional.
La política de guerra y el enfoque militar-policial de los problemas de
cualquier índole, es el eje alrederor del cual giran prácticamente todas las
preocupaciones de Bush y sus halcones. Ya se trate de Irak, del eje del mal, del
medio ambiente, de la burbuja financiera, de las drogas o del sida, todo,
absolutamente todo, está supeditado a la política antiterrorista. Y tiene su
explicación, pues le brinda a un presidente cuestionado, salpicado por la
corrupción corporativa y acosado por la crisis económico-financiera, la coortada
para escapar de la crítica y del control democrático en la sociedad
estadounidense y para romper el orden internacional basado en el derecho con el
silencio y la complicidad de una comunidad de naciones que todavía hace poco
hablaba de la necesidad de un gobierno mundial democrático afincado en la ONU. El
impresionante retroceso de los derechos civiles en los Estados Unidos, secundado
por la aprobación de legislaciones represivas en muchos países, incluido el
nuestro; la rotunda negativa de Bush a ratificar convenios internacionales ya se
trate de la justicia, del medio ambiente, de la infancia o de la tortura; el
chantaje para que todo el mundo acepte de brazos cruzados el vendaval de sus
transnacionales, mientras en casa regresan a los mejores tiempos del
proteccionismo, son verdades como puños que hablan con claridad de las amenazas a
las que nos enfrentamos.
América Latina en la mira
¿Y América Latina? La quiebra del modelo neoliberal y la irrupción del
descontento y de la protesta popular preocupa, y mucho, al imperio. El "patio
trasero" está que arde, y para apagar el incendio el tío Sam recurre a las viejas
recetas conocidas: garrote, golpes de estado, presión económica y diplomática, y
a las más recientes que bajo el manto de la globalización, con el ALCA y el Plan
Puebla-Panamá de cabezas de playa, busca la anexión neolonial de nuestro
continente.
El teniente general James Hill, recientemente designado por Bush para el cargo de
comandante en jefe del Comando Sur, afirmó ante el Congreso de los Estados Unidos
que "la principal prioridad para el Comando Sur debe ser alentar el apoyo
regional a la guerra contra el terrorismo mejorando las capacidades de las
naciones asociadas, asegurando el acceso operacional de Estados Unidos, y
estableciendo socios confiables de la coalición". El alto militar asoció la lucha
ontra el terrorismo a la lucha contra las drogas, la migración ilegal y la
corrupción. Asegurar el acceso operacional de los Estados Unidos, es la clave del
asunto. En otro informe sobre los "Intereses de Seguridad Nacional de los Estado
Unidos" se afirma que entre aquellos objetivos concernientes a los intereses
vitales del país y para los que sería necesaria una intervención armada, debe
incluirse la defensa de la globalización, es decir, "el mantenimiento de la
estabilidad y la viabilidad de los sistemas globales, como son las redes
comerciales, financieras, de energía y del medio ambiente". Recordemos el burdo
intento de involucrar a Cuba en la producción de armas químicas, las maniobras
permanentes contra el gobierno constitucional del presidente Chaves en Venezuela,
la intervención en la crisis de Argentina y de Uruguay, las presiones
desesperadas para impedir el triunfo de la izquierda en Brasil, las amenazas
contra Bolivia si ganaba el líder campesino Evo Morales, las mismas amenazas que
contribuyeron a la derrota electoral del FSLN en Nicaragua, así entieden los
Estados Unidos la "defensa de la globalización", su globalización.
Agreguemos que el secretario de Defensa, Rumsfeld, dijo recientemente al Senado:
"Debemos tener la capacidad de ejercer un poder de disuasión en cuatro teatros de
operación...debemos poder derrotar a dos agresores al mismo tiempo. Y
simultáneamente debemos poder conducir una contraofensiva y ocupar la capital de
un país enemigo instaurando un nuevo régimen".
El Plan Colombia y la guerra
¿Para qué necesitan a Costa Rica? Sencillamente porque uno de esos "cuatro
teatros de operaciones" es el escenario de guerra que se construye alrededor del
Plan Colombia. De ahí los "permisos" para que atraquen en nuestros puertos buques
de guerra y la prisa para que se instale una academia policial.
Según un informe oficial en Colombia hay ya , por lo menos, 177 militares y 220
civiles estadounidenses colaborando directamente en la guerra civil colombiana
que no empezó ayer, sino hace muchos años por causas políticas y sociales. El
gobierno de Bush le ha asegurado al presidente Uribe, aliado de los
paramilitares, un total de dos mil millones de dólares para la guerra. Se trata
de reaccionar a la crisis profunda del neoliberalismo en América Latina con una
respuesta desmesurada en la militarización. El imperio ha establecido
instalaciones militares y bases en Bolivia, Brasil, Colombia, El Salvador,
Ecuador y Aruba. El pasado 13 de mayo la revista chilena "Primera Plana",
difundió un informe, hasta entonces calificado de confidencial, de la Conferencia
de Ejércitos Americanos, en el que la cúpula castrense se muestra preocupada por
los impactos del modelo económico neoliberal y la oposición que genera "de todas
aquellas organizaciones de ideologías extremistas...estamos sin lugar a dudas
frente a un panorama estratégico todavía incierto, complejo, volátil y al parecer
precariamente estable que no termina de decantarse". Está claro que para los
militares todo el que se opone al modelo neoliberal es un extremista, y por lo
tanto potencialmente un terrorista. De ahí el intento de criminalizar y tratar
policial y militarmente las acciones populares de resistencia a las políticas
corruptas y hambreadoras del modelo neoliberal.
La intención del gobierno de Bush de involucrarse militarmente en Colombia y en
la región, quedó todavía más claramente establecido tras las revelaciones del
periódico El País, de España, el pasado 28 de agosto: "Estados Unidos espera que
'tan pronto como sea posibe' se firme un acuerdo bilateral con Colombia que
prohiba la extradición de sus soldados en caso de ser requeridos por la Corte
Penal Internacional. Se trata de una verdadera prueba de fuego para el nuevo
presidente Alvaro Uribe, cuyo país depende en gran medida de la ayuda
esradounidense en su lucha contra el narcotráfico y la guerrilla". La Comisión
Colombiana de Juristas manifestó que aceptar la demanda del gobierno de Bush
significaría "autorizar que cualquier persona de ciudadanía estadounidense
realice actos de genocidio o cometa impunemente en nuestro país crímenes de
guerra o de lesa humanidad". La presión de los Estados Unidos sobre países
latinoamericanos para que participen en una intervención militar en Colombia, se
reflejó en las declaraciones del ministro de Defensa de Brasil, Geraldo de Cruz
Quintao, que dijo que su país "no apoya un ejército multinacional para luchar
contra la violencia colombiana".
La justicia que quieren
Así las cosas, cuando incluso el mismo embajador Danilovich y el ministro de
Seguridad costarricense, Rogelio Ramos, aceptaron que "la dedicación
estadounidense al combate antidrogas mediante la vigilancia en mares
costarricenses quedó relegada ante la necesidad de aumentar la seguridad de los
Estados Unidos", ¿se puede pensar seriamente en que los Estados Unidos se meten
en un gran proyecto de escuela policial para velar por la justicia y los derechos
humanos?
Cuando J. Danilovich trata de aplacar las críticas señalando que los alumnos de
la academia serán "fiscales, oficiales de aduanas, autoridades judiciales y su
personal", introduce todavía mayores preocupaciones. Además de los objetivos
militares, los Estados Unidos tratarían, entonces, de intervenir en la formación
de los miembros del Poder Judicial de América Latina. El imperio quiere que su
actual visión de la justicia sea compartida y aceptada por nuestros jueces,
fiscales y procuradores. Enorme riesgo y desprestigio para Costa Rica, que se
pretenda trasladar a la academia de marras la vasta y dominante intervención que
lleva a cabo el gobierno de los Estados Unidos sobre la sociedad civil, a través
de una legislación más propia de un estado policial, que socava las libertades
personales, que de un estado de derecho democrático.
Adios a los derechos...
El embajador Danilovich insiste en que la academia de policía tiene como objetivo
fundamental la defensa de los derechos humanos y de los procesos democráticos y
el combate a la corrupción. El diablo vendiendo escapularios.
Una lectura rápida de prensa internacional nos entrega, sólo en los últimos días,
algunas informaciones dignas de recordar: según informes del Departamento de
Justicia de EE.UU. cerca de 6 millones 600 mil estadounidenses se encontraban en
la cárcel o en libertad condicional, lo que según el jurista Marc Mauer, del
Sentencing Projet, sugiere "que hemos llegado a confiar en el sistema de justicia
criminal para responder a problemas sociales de una manera que no tiene
precedentes"; un informe de Human Rights Watch, acusa al gobierno de Estados
Unidos de realizar detenciones arbitrarias, violar el debido proceso, llevar a
cabo arrestos secretos, abusos físicos y verbales contra detenidos debido a su
nacionalidad o su religión; más de 600 personas arrestadas en la guerra de
Afganistán son tratadas como cobayas en Guantánamo; el presidente Bush y el
vicepresidente Cheney enfrentan acusaciones por sus posibles responsabilidades en
fraudes corporativos; revelan que Bush destinó 14 millones de dólares para evitar
que se repitiera el recuento de votos en Florida y poder ganar la presidencia...
¿Está el Departamento de Estado y los aparatos policiales de los Estados Unidos
en condiciones éticas y políticas de venir a impartir lecciones de justicia y
derechos humanos en la academia de policìa que quiere implantar en Costa Rica?
Se mire por donde se mire el proyecto es peligroso e inaceptable para Costa Rica
y para cualquier país democrático y defensor de la paz y de los derechos humanos.
Danilovich, cierra la boca, por favor...
Hace unas semanas, invitado por radio Santa Clara de la Iglesia Católica de San
Carlos, tuve oportunidad de participar en un foro sobre la academia de policía.
Se hizo una conexión con la embajada de los Estados Unidos en San José, para
recibir la opinión del señor Vance Stancey, anunciado como futuro subdirector de
la academia. El señor Stancey, nos contó las fantasías ya relatadas por el
embajador Danilovich, y agregó una perla más: nos dijo que entre los beneficios
que recibiría Costa Rica estaría el turístico, 500 o 600 alumnos anuales que
dejarían su dinerito y se irían hablando maravillas de nuestro país. Así que la
academia podría ser no una sucursal de la Escuela de las Américas sino un parque
temático de Walt Disney: policías, jueces, militares, fiscales, administradores
del orden y de la justicia pasándolo bien, al fin y al cabo todo es posible, ¿
acaso no acaban de enseñarnos los informes desclasificados sobre el genocidio
argentino, cómo funcionarios estadounidenses almorzaban alegremente con los que
torturaban y asesinaban? Turismo también, turismo de la mentira y de la muerte.
Epílogo. El embajador de Estados Unidos dice que se escogió Costa Rica porque
"ha sido un país modelo en América Latina en términos de desarrollo democrático,
papel de la ley, respeto por los derechos humanos y procesos judiciales.Se trata
de un país reconocido como líder en el campo de la educación". En el elogio la
ofensa. Si Costa Rica es todo eso, entonces tengan más respeto, no queremos
policías y militares, ¿por qué no financian una escuela internacional para que
vengan intelectuales, escritores, poetas, músicos, científicos, gente del mundo
de las ideas y de la cultura que son orgullo del pueblo americano y de la
humanidad?
* PUEBLO, Revista del Foro de Acción Política "Otra Costa Rica es posible, otro
mundo es posible"
** José Merino del Río es Coordinador del Foro "Otra Costa Rica es posible, otro
mundo es posible"
https://www.alainet.org/es/active/2556?language=es
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