Metamorfosis en una sociedad en crisis
23/08/2001
- Opinión
¿Dónde estaba los últimos cuatro años don Jorge Tuto Quiroga,
el actual presidente de Bolivia?, ¿por qué siendo
vicepresidente no mostró al menos trazos del programa de
gobierno que ofrece ahora pretendiendo hacer en un año tareas
de una gestión entera, aunque laboralmente su año sean dos,
puesto que promete trabajar 12 horas diarias incluyendo fines
de semana y feriados?. Aún queriendo que así sea, ¿tendremos
que creer en las metamorfosis de proyectos y de sus actores?.
Aún queriendo que así sea, ¿la salida de Banzer y la ascensión
por sucesión presidencial de Quiroga, será algo más que un mero
cambio de gobierno?
Un adiós con lágrimas y sin pena
Entre agosto de 1997 y agosto del 2001, cuatro presidentes
(todos ellos militantes de Acción Democrática Nacionalista,
ADN) pasaron por el Palacio de Gobierno: Walter Guiteras y
Leopoldo Fernández por interinato en su condición de
presidentes de la Cámara de Senadores; Jorge Quiroga tras
varios interinatos de entrenamiento previo, y el general Hugo
Banzer cabeza de un (des)gobierno sin precedentes en la
historia democrática de Bolivia. Lo característico de los
interinatos es que no fueron sino cambios de guardianía de la
silla presidencial que, paradójicamente nunca ocuparon, porque
el poder real del entorno familiar y político del general no
admitió intrusos en su trono ni intromisiones en su despacho,
desconociendo mandatos constitucionales y amparándose en una
falta de autoridad para la apropiación real del gobierno por
parte de los interinos.
Banzer se vio obligado a dejar la presidencia por un cáncer que
utilizó como argumento para pretender pasar a la historia como
demócrata. Pero ni la compasión que despertó en los actos de
transmisión de mando, ni la publicidad melodramática desplegada
por sus partidarios y ni siquiera las alabanzas de sus
aduladores alcanzaron para lavar su imagen dictatorial que
cumple ya 30 años el 21 de agosto, y menos aún para ignorar el
país enfermo que deja como herencia.
El general no supo irse. Vino, hizo pública su enfermedad,
mendigó lastima y cosechó compasión, pero fue incapaz de
arrepentirse. Por el contrario, el general vino a justificar
su dictadura y a intentar convencer sobre su autodenominada
vocación democrática. Dijo que no se arrepiente de nada de lo
que hizo. El general perdió la memoria, se fue con un show
piadoso que supo opacar la presencia del juez Baltasar Garzón
en Bolivia, y que supo crear un respetuoso silencio. El
general hizo dejación de su cargo pero no acaba de irse porque
deja atadas una imagen y una estructura partidista que podrían
hacer tambalear los propósitos renovadores del presidente
Quiroga.
La Bolivia que deja el general
Siendo todavía presidente, Banzer tuvo la osadía de afirmar que
su gobierno era un modelo de administración que iba a
garantizar que su partido gane las elecciones del 2002.
Después, en su discurso de despedida, pidió que se lo recuerde
como un hombre de realidades y no de ilusiones. Pero ni
siquiera su sucesor pudo sustentar esas afirmaciones, puesto
que apenas segundos después de agradecer al general porque
supuestamente "hoy vivimos una democracia gobernable con
economía estable", en su discurso de posesión presidencial
admitió que "sobre la situación económica quiero ser claro:
prefiero hablar con la verdad dolorosa a la mentira piadosa
(...) la crisis internacional, los fenómenos climáticos y la
erradicación de la coca, la lucha contra el contrabando y la
contracción de nuestro sistema financiero han generado pérdidas
equivalentes al 12% del PIB en los dos últimos años (...) estoy
conciente de la dramática situación de los bolivianos que han
perdido su fuente de trabajo y de los empresarios que enfrentan
dificultades para seguir produciendo".
Nada podría ocultar, ni siquiera las cifras oficiales, el país
que deja el general. En Bolivia la pobreza alcanza al 62,7% de
la población, con una relación en la que el 47% de la población
urbana y el 81,7% de la población rural son pobres(1). Estas
son las realidades por las que se lo recuerda y que hacen
alimentar ilusiones por un cambio.
Pero no es solamente la situación económica la que está en
crisis, la misma estructura social entró en un estado de
segmentación y descomposición reactiva a la ausencia de
propuestas en un régimen prepotente hacia adentro, impotente
ante las directrices de las multinacionales y obediente a las
certificaciones de la embajada norteamericana. La incapacidad
de gestión del gobierno sumada a una sociedad con un severo
déficit de cultura democrática deliberativa, inciden para que
las demandas se conviertan en problemas planteados con
protestas.
La inclusión ciudadana en el Estado es, en consecuencia,
todavía una retórica atractiva, y esto es fácil percibir en las
siguientes opiniones: el 93% de la población de los principales
departamentos del país(2) afirma que la situación económica
está peor que hace tres años; el 71% se ha visto obligado a
reducir su presupuesto y sus gastos; el 46% dice que se le hace
difícil pagar sus deudas por ausencia de ingresos para ello; un
83% dice que la situación económica del país es muy grave, y el
94% califica al gobierno de Banzer como regular o malo. Por
añadidura de este desempeño de (des)gobierno con sus secuelas
de corrupción y nepotismo, el 81% de los bolivianos afirma no
tener confianza en los partidos políticos.
Entre la tradición regresiva y la renovación
La salida de Banzer podría significar no sólo un cambio de
presidente, sino también un cambio generacional de líderes y
propuestas, y una renovación de las formas de hacer política.
Esta afirmación, que resume más un deseo que una realidad,
sirve para tratar de descifrar lo que la población boliviana
espera de la gestión de Tuto Quiroga, quien se desenvuelve en
la dialéctica de convertirse en mero sustituto de un gobierno
fracasado, o por el contrario generar un proceso de
recuperación de la credibilidad ciudadana en la política, en la
democracia y en el país. Quiroga está caminando, como
trapecista, en una cuerda de equilibrios y desequilibrios.
Entre los equilibrios se debe destacar la conformación de un
gabinete ministerial con orientación técnica, lo que ha
supuesto la incorporación de independientes, a nombre de
quienes el Canciller entrante expresó que "la nueva generación
de ministros está desligada de acontecimientos del pasado".
También Tuto Quiroga, contando con el respaldo de los partidos
de la coalición, particularmente del MIR cuya mirada está ya
puesta en las elecciones del 2002, se animó a romper el cerco
palaciego banzerista renovando buena parte de su gabinete con
la presencia de adenistas del sector de "los pitufos" que él
lideriza, y ofreciendo el exilio dorado a los colaboradores
directos de Banzer, del sector de los "dinosaurios", en
embajadas que los alejan del palacio de gobierno. Estos
hechos, que parecen obvios en las decisiones de cualquier
gobierno, no lo son tanto en un contexto en el que durante sus
interinatos Quiroga no gobernó y dejó que el entorno familiar y
partidista tradicional de Banzer decida las políticas del país.
Los desequilibrios se evidencian especialmente en tres hechos:
1) La permanencia del poder de Banzer manifestada en la
designación del ex Secretario Ejecutivo de la ADN como Ministro
de Justicia, ficha clave para su retirada sin juicios ni
cuestionamientos. 2) Algunos enroques entre partidarios de la
coalición que se acomodan como fichas de ajedrez con
conveniencias más partidarias que estatales y, en algunos casos
incluso con expresiones de nepotismo. 3) La entrega a dedo
?por parte de Banzer- de la Secretaría Ejecutiva de la ADN a
Guillermo Fortún, ex ministro de gobierno, quien en su estilo
característico, apenas posesionado amenazó con tapar a la boca
a todo aquel que se atreva a hablar mal del general.
Sueños y esperanzas
La gestión de Quiroga empieza con ilusiones puestas en el
cambio al lado de expectativas moderadas de una población que
en un 58% cree que el gobierno será igual al anterior; en un
28% que mejorará; y en un 14% que empeorará(3). De todas
maneras, como haciendo borrón y cuenta nueva de la gestión
anterior, Quiroga se planteó un programa de gobierno ambicioso,
al que define como una puesta en el tapete de los temas
trascendentales que desafían al país y que están ahí no para
ser resueltos ahora sino para empezar a encararlos.
Quiroga se ha planteado temas de profunda resolución como la
Reforma de la Constitución Política del Estado; la
modernización del sistema penal, civil y administrativo; la
convocatoria a elecciones con un sistema transparente de cortes
electorales; el desarrollo inmediato del Censo Nacional de
Población y Vivienda como base para la distribución de
recursos; y la lucha contra la corrupción, a la que califica
como una ofensa, advirtiendo a sus colaboradores que podrá
tolerarles que alguna vez "metan la pata", pero nunca que
"metan las manos a la lata".
Subrayando que "no existen soluciones milagrosas ni
inmediatas", Quiroga define que para enfrentar la crisis la
primera condición es garantizar la estabilidad económica, para
lo cual propone aplicar un programa de austeridad fiscal;
estabilizar los precios de los carburantes hasta fin de año; y
acelerar los programas de generación de empleo de emergencia
mediante la redistribución de las ganancias de las empresas
capitalizadas y los ingresos por la venta de gas.
Como preocupación de fondo, en la propuesta de Quiroga está la
lucha contra la pobreza en paralelo a la promoción de una
democracia participativa incrementando los recursos del
programa de alivio de la deuda externa para entregarla a los
municipios más pobres; para ello dispuso la apertura de dos
cuentas con 25 millones en lo que resta del año y 100 a partir
del 2002. Una de las cuentas, el Fondo Solidario Municipal,
estará dedicada a la contratación de maestros (se estima que
9.000 más) y personal médico y paramédico (al menos 2.000 más);
la otra cuenta, del Diálogo 2000, estará destinada a la mejora
de infraestructura educativa y sanitaria y a la inversión
productiva social.
En otro orden propone el desarrollo de una adecuada
infraestructura caminera; el fomento a la pequeña y mediana
empresa; el acceso a la tecnología masificando los modernos
recursos de la información; y una política internacional
orientada a la apertura comercial con Bolivia como el corazón
articulador de Sudamérica.
En clara alusión a las movilizaciones sociales, Quiroga ha
advertido que no negociará por miedo o bajo presión, convocando
a la paz social hasta fin de año. Bolivia le ha concedido ese
derecho optando por pasar sus demandas de las calles a las
mesas de diálogo esperando encontrarse con nuevas
interlocuciones. La extensión o rompimiento de esta pausa
depende más que de las organizaciones ciudadanas del propio
gobierno de Quiroga, que tiene como su primera tarea asumir el
poder y ejercerlo en el marco de su propia filosofía que dice
que "ya no podemos mantener un sistema basado en coaliciones
para el reparto de pegas y cuotas (...) es necesario lograr
acuerdos y pactos de gobernabilidad".
Notas:
1) EBRP, Estrategia Boliviana de Reducción de la Pobreza, 2001,
con base en datos del Banco Mundial, Instituto Nacional de
Estadística, Unidad de Análisis de Políticas Económicas
2) Encuesta realizada por los periódicos La Prensa, El Deber,
Opinión y Correo del Sur en el eje La Paz, Cochabamba y Santa
Cruz, agosto de 2001
3) Encuesta La Prensa, El Deber, Opinión, Correo del Sur,
agosto 2001
- Adalid Contreras Baspineiro, sociólogo y comunicólogo
boliviano, es Secretario General de la Plataforma
Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo.
https://www.alainet.org/es/active/2521
Del mismo autor
- La polarización en un mundo multipolar 06/04/2022
- Necesitamos estrategias de comunicación 19/01/2022
- Jaqin parlaña 24/11/2021
- Ciespal: espacio de encuentro continental de culturas comunicacionales 02/11/2021
- El diálogo político, eje de la integración 13/10/2021
- Los caminos de la integración en tiempos de pandemia 30/09/2021
- Paradigmas de retaguardia 15/09/2021
- Ciudadanía andina 19/08/2021
- La Chakana, espacio-tiempo de comunicación 03/08/2021
- Reducir la dimensión emocional de la información 08/06/2021
Clasificado en
![Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS](https://www.alainet.org/misc/feed.png)