Al amparo de las efímeras sombras que genera el pasajero sol de la popularidad de los personajes de farándula, algunos medios de comunicación nos quieren hacer creer, justo en el momento en que Yidis Medina Padilla decidió desnudar la verdad sobre su voto a favor de la “reforma de un articulito de la Constitución” para permitir la reelección del presidente Uribe, que ella ocultaba tras sus vistosas minifaldas, las charreteras de “comandante” del ELN.

En el mes de agosto de 2007, cuando Yidis todavía era una heroína de los cobertizos uribistas, la campaña por la gobernación del departamento de Santander se encontraba en su punto culminante. Horacio Serpa Uribe, por el Partido Liberal, y Didier Tavera por Convergencia Ciudadana se disputaban por estrecho margen el favor de los electores. Yidis se alineó con Horacio Serpa a la vez que denunciaba supuestos vínculos del senador santandereano Luís Alberto Gil, dirigente máximo de Convergencia Ciudadana, con los paramilitares. La respuesta no se hizo esperar, en las contiendas electoreras valen los golpes bajos, los golpes por la espalda y hasta los golpes sucios. Ricardo Sequeda, ex secretario de Hacienda de Barrancabermeja quien apoyaba a Didier Tavera, en el programa “De Frente” de la Televisión Regional de Oriente, acusó a Yidis de haber sido la autora de su secuestro, ocurrido el 21 de diciembre de 2000 en Barrancabermeja.

Según Sequeda, presuntos guerrilleros del ELN lo secuestraron a él y a Juan Carlos Carvajal, en su condición de Secretario de Hacienda y Tesorero respectivamente y los llevaron a un lugar cercano a Barrancabermeja, para exigir los pagos atrasados de un programa adscrito al Plan Colombia que Yidis dirigía a favor de las mujeres menos favorecidas del puerto petrolero. En el sitio del secuestro estaba presente Yidis Medina. A su turno, Yidis asegura que ella también fue secuestrada.

Lo extraño es que la investigación contra Yidis, por el presunto secuestro de los funcionarios de la alcaldía de Barrancabermeja, estuvo siete años durmiendo en los anaqueles del Despacho judicial y apenas ahora se acordaron de ellas. De la investigación y de Yidis: Un fiscal especializado de Bucaramanga dictó medida de aseguramiento, sin beneficio de excarcelación, en contra de la ex representante a la Cámara, por su presunta responsabilidad en los delitos de secuestro extorsivo agravado y rebelión.

La decisión no deja de ser curiosa. El organismo investigador, es decir la Fiscalía, tuvo siete años para encontrar la verdad y prodigar justicia pero no lo hizo. ¿Por qué? Solo el funcionario encargado de la investigación nos puede dar la respuesta. ¿Por qué apenas ahora?

Como se recuerda, Yidis fue condenada por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia a 47 meses como responsable del delito de cohecho y le concedió el beneficio de detención domiciliaria dada su condición de madre cabeza de familia. A pesar de la orden impartida por nuestro máximo tribunal, el Director del Inpec, subordinado del presidente Uribe se ha negado a dejar en libertad a la condenada Yidis bajo el argumento de que debe seguir detenida por cuenta de la Fiscalía especializada de Bucaramanga. Al fin y al cabo, si el presidente Uribe al conocer la sentencia que deja mal parados a varios de sus funcionarios allegados, reaccionó como suele hacerlo, de manera energúmena, y amenazó a la Corte y a los colombianos que respetan las reglas de juego de un Estado de Derecho con sepultarnos con su cacareada popularidad por vía de un referendo, qué otra cosa podría esperarse de otro burócrata que simplemente sigue la línea de mando del irrespeto hacia las demás ramas del poder público, especialmente la judicial y el atropello de las leyes?

Produce vergüenza, igualmente, que solo cuando Yidis narró la manera como negoció y vendió su voto a favor de la reelección, el presidente Uribe y su comparsa de cortesanos “descubrieron” horrorizados que Yidis era una “hampona”, “secuestradora”, “mentirosa”, “extorsionadora”. Y muy seguramente podrían aparecer más denuncias en su contra, que fácilmente pueden ir desde “acoso sexual con fines terroristas” contra los ingenuos Sabas y Dieguito, estafa contra el indefenso Teodolindo o “tentativa de sospecha de cualquier cosa”. Con éste régimen, que corta, remienda, estira y encoge la Constitución y las leyes a las medidas de su estrecha talla moral, todo es posible. Con este régimen que reparte denuncias penales contra quienes se atreven a investigarlos como repartiendo mercados en consejos comunales, todo es posible.

Que Yidis vendió su conciencia y su voto y por ello fue condenada por la Corte Suprema de Justicia, es una cosa. Que después de desnudar su moralidad lo hará con su cuerpo para una revista es otra cosa. Al fin y al cabo la política en Colombia es asunto de farándula. Pero de ahí a descubrir, siete años después, que Yidis en el año 2000 pertenecía al ELN provoca risa y deja un claro sabor a revancha.

- José Hilario López, Abogado, Corporación Utopía

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas
Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org