Panameñismo y PRD a un año de las elecciones
23/04/2008
- Opinión
Falta un año para las elecciones del 3 de mayo de 2009. En el torneo del próximo año se elegirán presidente de la República, 71 diputados, 75 alcaldes y más de 600 representantes de Corregimiento (concejales municipales). En 2009, al igual que en 2004, se presentarán más de 7 mil candidatos para los 750 puestos de elección popular.
Para la Presidencia de la República ya se han presentado un total de 8 precandidatos. El Partido Revolucionario Democrático (PRD) tiene 2 aspirantes. El Partido Panameñista tiene 3 precandidatos. Hay otros tres políticos de mucha experiencia que también quieren llegar al sillón presidencial.
En el PRD, los dos precandidatos – Balbina Herrera y Juan C. Navarro – prometen más de lo mismo: “Cero corrupción”, mas empleo y “mano dura”son las banderas electorales.
Marco Ameglio, Alberto Vallarino y Juan C. Varela, los tres precandidatos panameñistas, tendrán un debate público en mayo (2008). Independientemente de las cualidades individuales de los candidatos, el panameñismo sólo puede ofrecer un gobierno donde predomine los intereses familiares y la lucha por lealtades.
Los precandidatos están construyendo poderosas estructuras capaces de movilizar fuerzas electorales sobre la totalidad de la geografía nacional. Además, están montando maquinarias financieras sofisticadas para alimentar las campañas electorales.
En el caso del PRD, ha probado ser una organización política con presencia en cada rincón del país. El proyecto “torrijista”, de la década de 1970, redefinió en torno al PRD las alianzas hegemónicas internas de los grupos dominantes del país. El PRD se consolidó como el partido mayoritario, capaz de encontrar “clientes” en sectores amplios indiferentes a ideologías y propuestas.
En 2009, por primera vez, los dos precandidatos del PRD dividieron al gran capital financiero que alimenta sus cofres electorales. Por un lado, el “Grupo Motta” y, por el otro, el “Grupo General”. El PRD espera que una vez dilucidado el nombre del candidato, se resuelva la división.
En la oposición, sólo el Partido Panameñista tiene una organización parecida al PRD. Las simpatías del panameñismo se concentran en sectores ideológicamente conservadores, adversos a los cambios y, sobre todo, a la participación política de los trabajadores.
Uno de los candidatos panameñistas tiene una base financiera poderosa. En 1999, sin embargo, se demostró que “don dinero” no es suficiente para ganar elecciones.
Tanto el PRD como los panameñistas coinciden en políticas económicas y sociales, así como en política exterior (el “buen gobierno”). Ambos son promotores entusiastas del TLC con EEUU, de la privatización de la economía nacional, de seguir flexibilizando la fuerza de trabajo, de reducir el presupuesto en materia de salud, educación y desarrollo urbano. A pesar de los discursos ideológicos (social demócrata y populista, respectivamente) no tienen plan de desarrollo ni visión de país.
En los últimos 20 años, tanto el PRD como el panameñismo, se han alternado en el gobierno. Han privilegiado políticas neoliberales que le ha permitido a los sectores más afluentes concentrar más riqueza. Al mismo tiempo, las estadísticas oficiales arrojan resultados nefastos para los demás sectores sociales: más pobreza, más inequidad, más informalidad en el empleo, menos oportunidad de educación y un sistema de salud colapsado.
- Marco A. Gandásegui, hijo, (Profesor de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA)
Para la Presidencia de la República ya se han presentado un total de 8 precandidatos. El Partido Revolucionario Democrático (PRD) tiene 2 aspirantes. El Partido Panameñista tiene 3 precandidatos. Hay otros tres políticos de mucha experiencia que también quieren llegar al sillón presidencial.
En el PRD, los dos precandidatos – Balbina Herrera y Juan C. Navarro – prometen más de lo mismo: “Cero corrupción”, mas empleo y “mano dura”son las banderas electorales.
Marco Ameglio, Alberto Vallarino y Juan C. Varela, los tres precandidatos panameñistas, tendrán un debate público en mayo (2008). Independientemente de las cualidades individuales de los candidatos, el panameñismo sólo puede ofrecer un gobierno donde predomine los intereses familiares y la lucha por lealtades.
Los precandidatos están construyendo poderosas estructuras capaces de movilizar fuerzas electorales sobre la totalidad de la geografía nacional. Además, están montando maquinarias financieras sofisticadas para alimentar las campañas electorales.
En el caso del PRD, ha probado ser una organización política con presencia en cada rincón del país. El proyecto “torrijista”, de la década de 1970, redefinió en torno al PRD las alianzas hegemónicas internas de los grupos dominantes del país. El PRD se consolidó como el partido mayoritario, capaz de encontrar “clientes” en sectores amplios indiferentes a ideologías y propuestas.
En 2009, por primera vez, los dos precandidatos del PRD dividieron al gran capital financiero que alimenta sus cofres electorales. Por un lado, el “Grupo Motta” y, por el otro, el “Grupo General”. El PRD espera que una vez dilucidado el nombre del candidato, se resuelva la división.
En la oposición, sólo el Partido Panameñista tiene una organización parecida al PRD. Las simpatías del panameñismo se concentran en sectores ideológicamente conservadores, adversos a los cambios y, sobre todo, a la participación política de los trabajadores.
Uno de los candidatos panameñistas tiene una base financiera poderosa. En 1999, sin embargo, se demostró que “don dinero” no es suficiente para ganar elecciones.
Tanto el PRD como los panameñistas coinciden en políticas económicas y sociales, así como en política exterior (el “buen gobierno”). Ambos son promotores entusiastas del TLC con EEUU, de la privatización de la economía nacional, de seguir flexibilizando la fuerza de trabajo, de reducir el presupuesto en materia de salud, educación y desarrollo urbano. A pesar de los discursos ideológicos (social demócrata y populista, respectivamente) no tienen plan de desarrollo ni visión de país.
En los últimos 20 años, tanto el PRD como el panameñismo, se han alternado en el gobierno. Han privilegiado políticas neoliberales que le ha permitido a los sectores más afluentes concentrar más riqueza. Al mismo tiempo, las estadísticas oficiales arrojan resultados nefastos para los demás sectores sociales: más pobreza, más inequidad, más informalidad en el empleo, menos oportunidad de educación y un sistema de salud colapsado.
- Marco A. Gandásegui, hijo, (Profesor de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA)
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