Las claves del MST
01/07/1997
- Opinión
Hijo de campesinos, Gilmar Geraldo Mauro (GGM) en 1985 participó en una toma de tierras en la
población de Marmelero, en la provincia del Paraná. Luego de siete años de militancia y formación en
el Movimiento Sin Tierra, MST, pasó a formar parte de los 21 miembros de la directiva nacional del
MST. En la siguiente entrevista, el dirigente se refiere a los objetivos que orientan la acción del MST,
a las alianzas en la lucha por la reforma agraria y al problema agrario del Brasil.
LR: ?En la época en que tú participaste en el asentamiento, cuáles eran las principales demandas que
tenía el MST y cómo han ido cambiando?
GGM: Desde ese tiempo logramos dar un salto de calidad, desde el punto de vista interno y externo.
Y fue entender que la lucha por la reforma agraria no es la lucha de los sin tierra, que la reforma
agraria no será obra de las élites brasileñas, que la reforma agraria será obra y fruto de la lucha de los
trabajadores, y que la reforma agraria es parte de una lucha por transformaciones más amplias y por
acumular fuerzas y alterar la estructura de poder en el Brasil.
Hay cuatro aspectos importantes que han hecho que el Movimiento llegara hasta aquí: primero es tener
claro el rumbo, y nosotros tenemos claro que queremos reforma agraria y transformaciones sociales;
segundo, no vamos a llegar a ningún lugar sino hacemos la lucha, las transformaciones sociales han
sido producto de las luchas de las masas y de los pueblos; tercero, acumular fuerzas, dar organicidad a
las luchas y a las conquistas, no basta conquistar un asentamiento, tiene que estar claro que ese
asentamiento es parte de un proceso y por lo tanto se debe seguir luchando; por último está la unidad,
que es tener divergencias, es pelear, es discutir, pero sobre todo entender que necesitamos unidad de
acción y unidad ideológica, sin esto nos tornamos en una presa fácil de ser derrotada.
LR: En la lucha por la reforma agraria, ?con qué sectores sociales y políticos establecen alianzas?
GGM: Con todos aquellos que creen que es posible tener un Brasil diferente, un Brasil justo, un Brasil
solidario. La reforma agraria no es una lucha de un partido, ni de un movimiento, es una lucha de
varios partidos de izquierda progresista, de varios movimientos sociales. Entendemos que la reforma
agraria en Brasil no acontecerá sin haber cambios en la estructura del poder y peor, en los marcos de la
sociedad capitalista. Nosotros solos no vamos para ningún lado, y el miedo que el gobierno tiene es
que el ejemplo de los sin tierra sea asimilado por otros sectores, por ejemplo por los sin techo y los
desempleados. Y cuando logremos, y estamos trabajando para eso, que los sin techo hagan luchas
nacionales, y no solamente corporativas, provinciales o municipales, ciertamente vamos a dar un salto
de calidad.
LR: En estos momentos, ?cuáles son los puntos fundamentales en los que tienen contradicción y
cómo miran al gobierno?
GGM: La burguesía brasileña pensó en cuatro grandes objetivos para la agricultura brasileña: producir
para la exportación; producir para el mercado, no para atender la demanda social; producir materias
primas para las industrias, y liberar mano de obra del campo para la ciudad.
Estos cuatro objetivos fueron alcanzados, entonces desde el punto de vista de la burguesía no existe un
problema grave. Pero desde el punto de vista de los trabajadores existen varios problemas agrarios que
requieren ser enfrentados, como la concentración de la tierra (en Brasil el 1 por ciento de propietarios
tienen el 40% de la tierra) y la manera cómo se produce y se utiliza la tierra. Brasil tiene 850 millones
de hectáreas de tierra, 400 millones son aptas para el desarrollo de la agricultura, pero en el año 96
sembramos 52 millones de hectáreas, las demás son de utilización pecuaria extensiva, que ya de por sí
es un crimen contra la humanidad, o están sin producir absolutamente.
En el Brasil, tenemos 30 millones de personas que viven en la más absoluta miseria; hay muchas
regiones en el Brasil en las que el analfabetismo alcanza el 90% de la población; hay problemas de
trabajo esclavo, marginalidad, desempleo; un modelo tecnológico que obedece a la lógica de la
maximización de las ganancias y no se preocupa de las futuras generaciones y del medio ambiente.
Hay muchos problemas que deben ser enfrentados. Entonces, la reforma agraria no es solo distribuir
tierras, es revolucionar toda la estructura agraria. La producción debe ser para toda la población del
Brasil, debe generar empleo y desarrollo en el campo. No se pueden resolver los problemas de las
grandes megalópolis como Sao Paulo y Río de Janeiro, sin resolver el problema agrario.
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