El movimiento popular
10/07/2002
- Opinión
No las tiene todas consigo el próximo gobierno del señor Uribe Vélez.
Trascendiendo los límites del unanimismo imperante, diversas expresiones del
ámbito popular colombiano están en trance de propiciar formidables movilizaciones
para contener el daño de malignas políticas públicas.
En un contexto de agudo deterioro de la economía mundial y nacional que rebota en
mayores niveles de pobreza y exclusión social; campesinos, maestros, usuarios de
servicios y desempleados, alistan todo su arsenal organizacional y agitacional
para revertir una tendencia que los ahoga en la penuria.
No es solo la adversa gestión pública con estrategias alienadas, sino también las
severas consecuencias de la debacle económica del capitalismo global que azota
sin contemplación a los más débiles. Por supuesto que acá no somos ajenos a la
tormenta financiera global que estalló últimamente cuando las cotizaciones de
Worldcom, Xerox, Global Crossing, Tyco International y Adelphiacom han reventado
en la Bolsa, poniendo en evidencia monumentales fraudes contra los ahorristas.
Como reflejo, en los últimos días los indicadores del NSYE -Dow Jones y Nasdaq
que miden las cotizaciones de los valores en su conjunto -cayeron a su nivel mas
bajo en lo que va del presente siglo, desvaneciéndose así la cábala de una
recuperación sostenida de la economía internacional que presagiaba el primer
trimestre norteamericano. Hoy, la crisis económica planetaria sigue y se torna
multidimensional. Ataca a todos los mercados con furia. Despegó con una quiebra
del ciclo expansivo de los fines de los 90, según el Banco Mundial, caracterizado
por la caída de la tasa de crecimiento del PIB mundial del 4,7% a 1,2% entre
2000-2001 y 2002, bajón solo comparable a la crisis de 1974, atribuida al shock
petrolero. El comercio mundial decayó el 14% durante el 2001, afectando la
circulación de bienes, servicios y el transporte marítimo, en un contexto
deflacionario. Esta crisis es, por primera vez, en la historia moderna,
globalizada; comprende simultáneamente a casi todos los países, sean
desarrollados o subdesarrollados, y el anuncio de espantosas crisis monetarias y
cambiarias en los países mal llamados emergentes, como ya acontece en Argentina,
o derrumbes como el ururguayo, brasilero, paraguayo y venezolano. Esta crisis
económica mundial es tanto productiva, comercial, financiera y bursatil.
Colombia no está al margen de este desastre y el anunciado blindaje de Juan
Manuel Santos no pasa de ser una babosada como todas las suyas. El frenazo de la
economía y la reducción de la meta oficial de crecimiento para este año de 2,5% a
1,5% se veían venir, después de que se conocieran las cifras de la caída del PIB
(-0.79%) en el primer trimestre del año. En dos billones de pesos se redujo la
producción. Simultáneamente empeora el mercado laboral, pues en los últimos doce
meses la cantidad de personas sin empleo normal (desempleados y subempleados)
pasó del 46% al 50.1%, lo que quiere decir que hoy más de 10 millones de personas
en edad de trabajar viven del físico rebusque.
Frente a tal panorama, se ha desencadenado la reacción popular.
Los campesinos ya anunciaron y organizan para Septiembre la jornada nacional
agraria campesina que exigirá la suspensión de las importaciones de productos
agropecuarios que pueden producirse en Colombia; el reconocimiento del papel de
la economía campesina y la pequeña producción rural y de sus espacios como el de
los paneleros; la intervención de la crisis cafetera; la eliminación de las
fumigaciones de cultivos de coca, amapola y marihuana; el establecimiento de
cultivos alternativos sustentables; el fomento de la inversión social y
productiva del Estado sin condicionamientos a la participación en contratos,
alianzas, o cadenas productivas; el respeto a la inalienabilidad de las tierras
colectivas de los pueblos indígenas y comunidades afrocolombianas y a su cultura;
la ejecución de políticas que eviten el desplazamiento forzado, la guerra sucia,
el terrorismo de Estado y la indemnización a las familias desplazadas con plenas
y garantías de seguridad para su retorno.
Los educadores proyectan su movilización contra el "paquetazo educativo
neoliberal" que menoscaba las condiciones de trabajo de los docentes con la
flexibilización laboral e implanta el Nuevo Sistema Escolar condicionado por las
leyes del mercado, que el Gobierno de Uribe Vélez profundizara con su "revolución
educativa", en la que predomina la gestión privada en la empresa educativa, lo
que debilitará la calidad de la educación, propiciará la evasión de la
responsabilidad del Estado en materia de cobertura, llevará a la caída de la
inversión en educación y la eliminación de los derechos de los educadores, como
lo pretenden los oscurantistas de la Misión Alesinas, tan promocionada ahora en
que se afilan los cuchillos por la recalcitrante ultraderecha que nos gobernará.
Los usuarios de los servicios públicos actuarán para contener la espiral en las
tarifas de gas, que se incrementarán el 13%; de energía, las cuales se
reajustarán en un 40%; las de agua, basuras y teléfonos, los renglones más
costosos para los usuarios que los han visto subir sin control. Las recientes
protestas en la Costa Caribe contra los abusos de las empresas de energía
privatizadas y en manos de multinacionales españolas presagian el tamaño de la
repulsa ciudadana.
Los anunciados comités de desempleados se suman a este cuadro del movimiento
popular que incluye las dramáticas expresiones de quienes se enterraron en Usme
para llamar la atención por sus críticas condiciones derivadas de las políticas
neoliberales del profesor Antanas Mockus a quien la ciudad se le desbarata en las
manos no obstante su demagogia pedagógica y cultural.
Vienen, pues, épocas de insurgencia popular. Esperemos lucidez de quienes harán
su liderazgo político, que en todo caso no será el del bipartidismo colapsado y
estéril, reducido a las fronteras del clientelismo y la corrupción, como ocurre
con el oficialismo liberal ahora con ínfulas socialdemócratas. Para qué hacer
mención del paramilitarizado "espacio político" que asume las riendas del Estado
el próximo mes de agosto.
horacioduque18@hotmail.com
https://www.alainet.org/es/active/2300?language=es
Del mismo autor
- Colombia en clave de movimientos sociales 25/01/2022
- Colombia: ¿deja un histórico legado social el gobierno de Iván Duque? 16/12/2021
- ¿Cinco años de paz o de guerra? 23/11/2021
- Un paro cívico épico 06/05/2021
- La heroica resistencia del pueblo caleño 04/05/2021
- La nueva ola violenta colombiana 25/08/2020
- La masacre de Samaniego 20/08/2020
- La Comisión de la Verdad y los militares colombianos 07/08/2020
- Los asesores del paramilitarismo 31/07/2020
- Costa Caribe: Neoparamilitarismo, violencia, victimas y memoria histórica 24/07/2020