17 almitas

25/02/2008
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Hace años no tenemos una noticia tan alarmantemente violenta como la que se publicó esta semana: 17 almitas volaron al cielo porque murieron de hambre. Además 16 adultos mayores murieron por la misma causa en el año 2006.

En los albores del tercer milenio, en la democracia más antigua de América Latina, en el país donde los recursos estatales no deben destinarse a armar un ejército y sostener militares ¿cómo puede darse un hecho tan grave y violento?

Si un día salimos en carrera a trabajar para no llegar tarde y no tenemos tiempo de desayunar, a media mañana el hambre nos hace retorcer el estómago, hacia medio día la ansiedad es enorme y si llegásemos a la noche sin haber ingerido alimento alguno, sentiríamos desfallecer. No podemos imaginar siquiera lo que sería ir a dormir sin haber comido absolutamente nada en un día. Eso es lo que sintieron día a día los 17 niños menores de 5 años y los 16 adultos mayores que la muerte los liberó, porque eso es exactamente lo que deben haber sentido al expirar.

¿Y qué pasó con los niños y adultos mayores que no murieron pero viven el infierno de pasar hambre, en grave estado de desnutrición? ¿Y otros muertos que en medio de la pobreza entierran a su chiquito o su abuelito sin que sea noticia la razón de su muerte ni la contabilizan? ¿Y las enfermedades directamente relacionadas con una mala alimentación que pasan inadvertidas?

Costa Rica sigue ocupando el primer lugar en América Latina de exportaciones per cápita y a nivel mundial somos de los mejores. Cada día vemos más centros comerciales y edificaciones deslumbrantes para un país del tercer mundo y en ellas gente obesa, mientras a pocos kilómetros de distancia se mantienen reacias a desaparecer urbanizaciones de tugurios y bajo los puentes viviendas en condiciones infrahumanas con gente huesuda. Oscar Arias y su camarilla de seguidores dicen que la pobreza está bajando… ¡Por supuesto! Lo que no nos dicen es que la forma de acabar con la pobreza es dejando que se mueran de hambre.

Aquí la frase del maestro Gandhi, "Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres" se complementa con "más que los actos de los malos, me horroriza la indiferencia de los buenos". Gandhi hizo del ayuno una forma de protesta y así sintió lo que la gente de la India padecía.

Aquí sería lindo ver a los funcionarios del Patronato, IMAS, Cen-Cinai, Avancemos, y tanta parafernalia ayunando un día al año para que sientan lo que esas personas sienten. En su lugar organizan seminarios y eventos en hoteles de lujo con cenas de gala para analizar el problema de la pobreza y luego… ¡nada!

La sangre derramada en el 48 tenía mucho que ver con el ideal de erradicar esas atrocidades. Hoy la burocracia se come todo ante la indiferencia de muchas personas que se dicen solidarias y sensibles.

Mientras tanto, Cuba, un país que muchos critican con saña por ser una dictadura, agobiada por un embargo o bloqueo comercial de 50 años, dejado de la mano del bloque soviético tras su desplome, exhibe índices en salud, educación, protección del medio ambiente, deporte y artes muy superiores al nuestro. ¡Ahí nadie muere de hambre pese a todo!

Entonces, como dice mi esposo ¿para qué una democracia si no da de comer? Lo peor es que además vivimos como nos lo anunció el "Nobel de la Paz": una tiranía en democracia, ¡lo peor de los dos mundos!
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