Oaxaca, la guerra subterránea

23/02/2008
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“En Oaxaca el conflicto sigue” concluyó de manera contundente la comisión internacional de observación que recientemente visito ese estado sureño; para todos en Oaxaca es claro que el conflicto continúa, que está vivo, ya que no hay semana que las calles de diferentes ciudades oaxaqueñas sean recorridas por grupos nutridos de manifestantes; y por supuesto que esta vivo el conflicto ya que no hay semana donde no ocurran enfrentamientos por el control de planteles escolares y es claro también que el conflicto persiste porque son públicas las expresiones de inconformidad en contra de Ulises Ruiz y de los funcionarios de su gobierno, las cuales siguen ocurriendo de manera constante en diferentes lugares de la geografía oaxaqueña.

Pero también el conflicto está vivo porque no cesa la brutal y continúa represión que sigue enlutando hogares oaxaqueños. En Oaxaca se vive una guerra sorda, callada, subterránea en contra de los pueblos y de las organizaciones que se mantienen en la lucha reclamando sus derechos, la misma misión de observación reconoce que la situación de violación a los derechos humanos es extremadamente grave y que esta situación es responsabilidad tanto del gobierno estatal como del régimen que encabeza Felipe Calderón.

En los últimos meses se han intensificado las acciones violentas en contra de dirigentes sociales, en San PedroYosotatu en plena festividad navideña fue asesinado el representante mixteco Plácido López; en la región chatina fue secuestrado y desaparecido el líder indígena Lauro Juárez, mientras en el poblado zapoteco de San Blas Atempa fue secuestrado el opositor Rosalino Díaz, cuyo cuerpo fue encontrado al día siguiente con huellas de tortura; también en estos días se ha incrementado el hostigamiento en contra del municipio autónomo de San Juan Copala; y las muertes de disidentes en condiciones “extrañas” siguen ocurriendo como en el caso del presidente municipal de Huayapan , integrante del Frente de la Cordillera Norte o de cinco profesores de Salina Cruz entre los que se encontraba el hijo del dirigente histórico del magisterio oaxaqueño Erangelio Mendoza..

También en estos últimos días se han incrementado las detenciones en contra de dirigentes sociales, como es el caso del comisariado chinanteco Pedro Sánchez Antonio, quién fue encarcelado, acusado de delitos que no cometió; sin embargo en esta oleada represiva, los caciques prisitas y las policías estatales no han estado solos. El 7 de Febrero, miembros de la AFI detuvieron a Luis Fernando Canseco conocido dirigente magisterial y a Dora Ávila, una activista con una larga trayectoria en defensa de los derechos de las mujeres indígenas, aunque se les acusó del delito de ataques a las vías generales de comunicación, en realidad su delito fue haber tomado la palabra en un mitin ciudadano que se manifestaba en contra de los atropellos del gobernador tirano.

En Oaxaca el ejercicio de derechos plasmados en la Constitución es un simple y vulgar delito y el llamado “estado de derecho” una farsa sangrienta y costosa. En Oaxaca el conflicto persiste, porque las causas que le dieron vida no han sido atendidas; porque se mantiene la impunidad que le permite a porros y a pistoleros pasearse sin preocupaciones o a jefes policiacos a “exiliarse” sin castigo en Cancún o en la ciudad de México. Está vivo porque se mantiene en las cárceles a decenas de presos políticos, sujetos a juicios parciales plagados de aberrantes irregularidades. En Oaxaca el conflicto sigue porque reina entre la mayoría la pobreza y la violencia, mientras unos pocos, los funcionarios del gobierno y sus socios empresarios hacen pingues negocios. Sí en Oaxaca el conflicto existe y no tarda en estallar de nuevo, porque tanta muerte silenciosa, tanta guerra callada, tanto atropello y agravio, tanto crimen sin castigo no pueden permanecer eternamente. No deben permanecer
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