Campesinos del estado de Yaracuy en el centro norte de Venezuela fueron, otra vez, agredidos por la DISIP (policía científica).

El estado de Yaracuy posee la concentración de tierras más fértiles para la actividad agrícola. Tierras que en su enorme mayoría estaba en posesión de los grandes terratenientes de la zona. Los mismos que habían despojado de las tierras a los habitantes ancestrales, obligándolos a retirarse a pequeñas parcelas y a trabajar como peones para ellos. O los mismos que han ocupado por años las tierras del estado y las mantenían bajo su dominio y explotación.

Cientos de campesinos que venían denunciado hace más de treinta años la ocupación ilegal de la tierra por los representantes de la oligarquía local, recuperaron en los últimos dos años sus tierras, impulsados por la política de estado de la "guerra contra el latifundio" y se han instalado casi setenta asentamientos tan solo en Yaracuy. En los fundos expropiados la propiedad de la tierra es colectiva y toda decisión es tomada en asamblea.

Los trabajadores se plantean, ayudados por los créditos del Estado, una producción diversificada. Es decir, la posibilidad de romper con el monocultivo.

Además, intentan ir abandonando los plaguicidas por la introducción de formas orgánicas del control de las plagas. En uno de estos asentamientos, la muerte de un campesino por el uso de plaguicidas obligó a los compañeros a buscar formas naturales que permitan, a la vez, una producción de alimentos orgánicos y sanos para el consumo humano.

En un laboratorio artesanal dentro del asentamiento, alejado de las técnicas tradicionales, los mismos campesinos son los que desarrollan novedosísimas formas de control orgánico de plagas, y gracias a los resultados más que positivos lo están distribuyendo en otros asentamientos.

Pero los grandes latifundistas no han permanecido quietos.

Cerca de doscientos campesinos han sido asesinados en todo el país y otros miles reciben constantes y cotidianos amedrentamientos. No hay al día de hoy ningún inculpado, condenado y encarcelado por los crímenes. La impunidad con la que actúan es una de las falencias del estado bolivariano.

El pasado miércoles la cooperativa Pele El Ojo fue allanada por efectivos de la DISIP (Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención), intentando la criminalización de los trabajadores del asentamiento.

A continuación el documento elaborado por el Movimiento Campesino Jirajara en repudio al allanamiento.

"El movimiento campesino del estado Yaracuy, las cooperativas "Vuelvan Caras" y pequeños productores, rechazan de manera contundente la patraña que, amparada en fiscales del Ministerio Público y jueces totalmente desconectados de la realidad del estado Yaracuy, y valiéndose de organismos "de seguridad" (DISIP) que deben, como es la nueva política del Presidente y del nuevo Ministro de Interior y Justicia, luchar en contra de la delincuencia organizada, están persiguiendo de manera diabólica a la gente que trabaja y produce alimentos. Nos referimos al allanamiento del que fue objeto el pasado día miércoles 30 de enero, la Cooperativa "Pele El Ojo", ubicada en el caserío Tibana del municipio Arístides Bastidas, con el pretexto de ubicar en el Fundo: fertilizante completo, úrea, caraotas y armas. Encontraron fertilizante completo, úrea y caraotas, ¿Qué más esperaban encontrar en un fundo productivo? ¡Que gran descubrimiento! Con fiscales, jueces, y organismos "de seguridad" con este concepto de la delincuencia organizada, ¿tendrá éxito la política de seguridad que está implementando el Gobierno? La respuesta es muy obvia; la preocupación es que continúen con este hostigamiento, perdiendo recursos y tiempo en lugar de ir detrás de la verdadera delincuencia.

Esta DISIP que arremete sistemáticamente contra los campesinos yaracuyanos, siguiendo órdenes de terratenientes como Luis Gallo y los sanguinarios hermanos Di Batista, es la misma DISIP que en los años 70 y 80, asesinó a luchadores sociales, y a inicios de la década del 90, específicamente en 1991, bajo el mandato de CAP, asesinó a 16 estudiantes de 16 Universidades del país; hechos éstos que adelantaron la rebelión militar, comandada por el actual Presidente. Esto lo recordamos porque nos resistimos a perder la memoria histórica.

En Yaracuy hemos demostrado que sólo el pueblo salva al pueblo, y desde aquí le exigimos al Ministro del Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín, que "recoja a sus locos" y los dedique a investigar: ¿Quiénes secuestran en el país? ¿Quiénes contrabandean y acaparan alimentos?.

Un reto del Presidente Chávez con la Revisión, Rectificación y Reimpulso es evitar que siga pasando lo que dijo nuestro cantautor Alí Primera: "la policía sólo es eficiente cuando se trata de los pobres".

Al término de esta nota la DISIP le decomisó a la Cooperativa Pele El Ojo: 698 sacos de úrea, 78 sacos de semillas de caraotas, 166 sacos de abono completo y 61 cajas de insumos varios, financiados por el MPPAT a través de FONDAFA, para el Plan Especial de Siembra de Leguminosas.

Eleazar Morantes, inspector de la DISIP, quien dice a cada rato ser amigo del Ministro Elías Jaua, fue quien comandó la operación, y mencionó que hará lo mismo en los demás fundos rescatados del latifundio en el estado Yaracuy, donde existen cooperativas productivas que están haciendo grandes esfuerzos por consolidar la soberanía agroalimentaria".

- Cecilia Rovito-Red Eco (desde Yaracuy)

Fuente: Red Eco Alternativo, Argentina
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