Un guiño a la muerte
11/01/2008
- Opinión
El 11 de enero cumplía 93 días en huelga de hambre en la UTI del hospital de Angol la prisionera política Patricia Troncoso Robles, destacada activista de la lucha del pueblo mapuche. Su estado era muy grave al cierre de esta edición. El prolongado ayuno le ha provocado un profundo deterioro fisiológico y daños muy severos. El abogado Alberto Espinoza, en representación del Fasic, solicitó medidas cautelares para salvarle la vida. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), a su vez, solicitó al gobierno que informe el estado en que se encuentra Patricia Troncoso.
Hace tres meses ella inició la huelga de hambre junto a varios presos mapuches, algunos de los cuales resistieron hasta 66 y 81 días, en una dramática protesta que no logró conmover al gobierno. Patricia Troncoso siguió adelante en un esfuerzo que demanda la instalación de una mesa de diálogo que permita hacer justicia y poner en libertad a los presos mapuches.
Patricia Troncoso, de 38 años, se vinculó muy joven a la lucha social en la población La Pincoya, de Santiago. Perteneció a grupos de base de la Iglesia Católica y al centro cultural La Ventana. Quería ser monja e hizo estudios de sicología, educación de párvulos y teología en la Universidad Católica de Valparaíso. Se incorporó a la causa mapuche en el Alto Bío Bío y más tarde a las actividades en la región de la Araucanía.
La Cidh acogió también una presentación del abogado Alberto Espinoza que impugna la aplicación de la ley antiterrorista a los prisioneros mapuches. El jurista dijo a PF: “El gobierno no quiere hacerse cargo de la injusticia y arbitrariedad con que ha actuado. Ningún prisionero condenado por la ley antiterrorista cometió un hecho terrorista. Nunca se han afectado bienes jurídicos que sean trascendentes o que se encuentren amparados o protegidos por dicha ley”.
Entretanto, las gestiones del obispo de Temuco, Camilo Vial, para producir un diálogo con el gobierno, han resultado infructuosas.
Desde el hospital, Patricia Troncoso entregó una declaración en que señala: “Si mi muerte sirve para la liberación de la gente, yo voy a seguir… ¡Qué lastima, señora Bachelet, que usted se haya olvidado de todos los maltratos! ¡Qué lástima que usted se haya olvidado de todo lo que significó la prisión política y la muerte de tantos seres! Con la actitud soberbia de su gobiehjasta la fechsno, de sus representantes, hoy día nos torturan condenándonos a una muerte silenciosa”.
Punto Final se une a la demanda de las organizaciones sociales y de derechos humanos de Chile y de América Latina que reclaman la libertad para Patricia Troncoso y los demás presos políticos mapuches.
(Publicado en “Punto Final” Nº 655, 11 de enero, 2008)
Hace tres meses ella inició la huelga de hambre junto a varios presos mapuches, algunos de los cuales resistieron hasta 66 y 81 días, en una dramática protesta que no logró conmover al gobierno. Patricia Troncoso siguió adelante en un esfuerzo que demanda la instalación de una mesa de diálogo que permita hacer justicia y poner en libertad a los presos mapuches.
Patricia Troncoso, de 38 años, se vinculó muy joven a la lucha social en la población La Pincoya, de Santiago. Perteneció a grupos de base de la Iglesia Católica y al centro cultural La Ventana. Quería ser monja e hizo estudios de sicología, educación de párvulos y teología en la Universidad Católica de Valparaíso. Se incorporó a la causa mapuche en el Alto Bío Bío y más tarde a las actividades en la región de la Araucanía.
La Cidh acogió también una presentación del abogado Alberto Espinoza que impugna la aplicación de la ley antiterrorista a los prisioneros mapuches. El jurista dijo a PF: “El gobierno no quiere hacerse cargo de la injusticia y arbitrariedad con que ha actuado. Ningún prisionero condenado por la ley antiterrorista cometió un hecho terrorista. Nunca se han afectado bienes jurídicos que sean trascendentes o que se encuentren amparados o protegidos por dicha ley”.
Entretanto, las gestiones del obispo de Temuco, Camilo Vial, para producir un diálogo con el gobierno, han resultado infructuosas.
Desde el hospital, Patricia Troncoso entregó una declaración en que señala: “Si mi muerte sirve para la liberación de la gente, yo voy a seguir… ¡Qué lastima, señora Bachelet, que usted se haya olvidado de todos los maltratos! ¡Qué lástima que usted se haya olvidado de todo lo que significó la prisión política y la muerte de tantos seres! Con la actitud soberbia de su gobiehjasta la fechsno, de sus representantes, hoy día nos torturan condenándonos a una muerte silenciosa”.
Punto Final se une a la demanda de las organizaciones sociales y de derechos humanos de Chile y de América Latina que reclaman la libertad para Patricia Troncoso y los demás presos políticos mapuches.
(Publicado en “Punto Final” Nº 655, 11 de enero, 2008)
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