Estrategia energética y científica en la nueva CPE boliviana

14/12/2007
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Bolivia está llamada a integrarse para integrar y unir a países UNASUR del continente. La visita de Lula y Bachelet a Evo este fin de semana marca hito de proporciones para la función geopolítica y geoestratégica de Bolivia, como referente suramericano y centro comunicacional y energético de la región. Es Bolivia como un todo y con la nueva CPE que ingresará a referéndum en 2008 que se puede alcanzar cotas de desarrollo jamás soñadas en épocas y gobiernos anteriores. Las autonomías serán bienvenidas en el marco de la unidad.

Se trata del corredor bioceánico que atraviesa Bolivia desde Santos a Iquique, y que permitirá a Bolivia unir todos los sistemas geográficos estratégicos, como la costa atlántica, amazonía, zona paranaense, pantanal, chiquitos, valles bolivianos, andes y la costa pacífica.

Se constituye este hecho integrador, apoyado por Lula, Evo y Bachelet, en el signo más visible de la fortaleza boliviana como país, donde emerge claramente que la autonomía cruceña solamente es viable en términos administrativos e integradores en la nueva CPE consensuada en reglamentos y estatutos, con Bolivia primero y con Sudamérica después.

Evo Morales tiene la fortaleza implícita del Gobierno nacional y popular para que la integración entre estos tres países esté al servicio del potencial conjunto y nacional, y no de grupos y logias como se pretendería con autonomías chauvinistas que no tienen futuro.

En otros términos es Bolivia y no la oligarquía, por primera vez en la historia nacional, que tiene la sartén por el mango, aunque los logieros todavía no lo admiten o no se dan cuenta. Santa Cruz no tiene otra alternativa que negociar el futuro de Bolivia en términos de equidad y de sumisión al Estado boliviano y sus leyes. Es lo que más conviene a todos.

Otro factor a favor del proceso actual es la puesta en marcha de la estrategia energética que abarca la instalación de hidroeléctricas y termoeléctricas y plantas de separación-fraccionamiento con Brasil y Venezuela a través de sus empresas PETROBRAS y PDVSA.

El talón de Aquiles de Brasil es el crecimiento anual de su demanda energética que es de 5%, o sea cerca de diez millones de KW potencia que Brasil debería construir anualmente para satisfacer su demanda interna. Bolivia posee una de las más altas reservas potenciales de energía hidroeléctrica en ríos de sus sistemas amazónicos, andinos, platenses y endorreicos. Esta circunstancia es conocida por Brasil que ahora con Lula planteará la instalación conjunta de hidroeléctricas en ríos Madera, Guaporé, Mamoré, Madre de Dios, Beni, ríos andinos distribuidos en la zona geográfica Andes-Amazonas, platenses y otros.

Bolivia con más de 500 millones de KW de potencial hidroeléctrico haría bien en instalar hidroeléctricas por al menos 50 millones de KW los próximos cincuenta años. Esto significa una posible exportación de energía eléctrica de hasta 50 mil millones de dólares. Con lo que la estrategia y vocación energética de Bolivia se habría consumado con producción y funcionamiento de energías renovables a largo plazo, no sólo para atender el mercado brasileño sino que también para todos los países que rodean a Bolivia.

Si a la estrategia del Gobierno nacional de Evo Morales se sumaría la descentralización municipal y autonomías administrativas departamentales y otras, entonces la revolución industrial, científica y tecnológica, no tendría nada que temer de sectores oligárquicos porque se tendría el toro por las astas para demostrar a quince millones de bolivianos endógenos ( y cinco en el exterior ), que la vía nacionalista, popular y socializante actual se justifica plenamente ante las masas deseosas de elevar su nivel científico y tecnológico y ante municipios productivos deseosos de instalar con ayuda del Estado nacional diversos parques industriales, científicos y tecnológicos aprovechando las ventajas comparativas y competitivas locales y externas. Es la creación de empleo competitivo y técnico.

¿Podrá el Gobierno Evo Morales elevarse a una estrategia de desarrollo acelerado con inversiones directas externas (IDE) sometidas a reglas claras como las de la nueva CPE? Son leyes, normas y reglas para dar seguridad jurídica a empresas del mundo a cambio de organizar empresas mixtas de valor agregado y transferencia tecnológica con empresas públicas nacionales, pero también privadas, cooperativas, comunitarias y municipales, donde la parte boliviana posea el 51% y capacidad de decisión en la cadena productiva.

La estrategia socio-económica del Estado boliviano quedaría diseñada por una economía mixta dinámica, donde no todo lo hace el Estado nacional, pero donde todo es encauzado hacia el desarrollo nacional integral y solidario. La iniciativa privada sería esencial en la nueva CPE, pero con demandas de pagar impuestos y dar valor agregado a materias primas de exportación y consumo nacional endógeno. Es el socialismo democrático en acción.

Los ingresos actuales por hidrocarburos deberían incrementarse con la industrialización de los hidrocarburos y distribución nacional, empresarial y social y con la industrialización del país con los mismos como ocurre con en la siderurgia, cemento, hierro esponja, cerámicas, fundiciones, piro-metalúrgicas, hornos de secado de madera y alimentos y otros.

Si Evo Morales negociara con la parte autonómica del país poniendo todas estas cartas de desarrollo nacional en la mesa, tendría la ventaja estratégica esencial para coordinar y llevar adelante estas tareas mediante la política exterior independiente, soberana y digna. Algo que Bolivia no tuvo casi nunca desde su independencia. Y también desde que el imperio gringo se empeñó en desunir y dividir, tanto a Bolivia como al Tercer Mundo.

Si a esto se suma la elevación permanente en inteligencia y tecno-inteligencia del pueblo mediante acceso gratuito a nuevas universidades y tecnológicos en territorio nacional, entonces ya no serían sólo quince millones de habitantes vegetativos, sino millones de tecno-inteligentes interesados en dominar la naturaleza y desarrollo sostenible mediante la revolución en investigación, ciencia, tecnología y conocimientos de la humanidad global.

Bolivia sería parte activa de UNASUR con políticas competitivas ante otros centros de poder mundial como la CE, EE.UU., OCDE, Japón, China comunista, India, Rusia, Canadá, Finlandia, Escandinavos, árabes, Irán, Sudáfrica, Australia, Egipto, Marruecos, etc.

Con mil universidades y tecnológicos distribuidos en 330 municipios productivos, se tendría la fuerza suficiente para hacer de Bolivia una potencia emergente y social dentro de la estrategia global de modernización e integración de los países UNASUR.

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