La Revolución de las Asambleas
14/05/2002
- Opinión
El 19 y 20 de diciembre de 2001 se produjo en nuestro país la tercera irrupción
popular en las calles de nuestra historia reciente, dando, de esa manera, el inicio
de una nueva etapa histórica. Es el inicio de una profunda revolución que plantea
cambios en todos los ordenes de la vida social, política y cultural.
El 17 de Octubre de 1945
La primera de estas irrupciones se produjo el 17 de octubre de 1945. En este caso, el
protagonismo indiscutible perteneció a la clase obrera, especialmente a la que se
había formado recientemente con los hijos de los inmigrados y los venidos del
interior del país para ingresar en las fábricas de una burguesía en formación. Eran
los célebres "cabecitas negras" término despectivo dado por la oligarquía que sería
finalmente adoptado por los destinatarios y resignificado como título de honor.
Se produce, de esa manera, una actitud que se repetirá indefinidamente en la historia
de los sectores populares. Basta fijarse en una de las mayores manifestaciones
populares , esto es, el fútbol. Las hinchadas de los clubes designan a las hinchadas
adversarias con epítetos denigrantes como "gallinas ", "bosteros", "cuervos",
"canallas", "leprosos" que sus destinatarios asumen resignificándolos como títulos de
honor.
Toda la historia posterior esta signada por los cambios que salen a la luz del día el
17 de octubre de 1945. Los cambios se venían produciendo desde mucho tiempo antes. A
fines del siglo XIX se forma el Estado moderno y se produce el inicio de un proceso
de industrialización y la consiguiente formación de una clase obrera con componentes
que venían de la inmigración europea y de las poblaciones criollas del interior.
El acontecimiento del 17 de octubre fue lo que gráficamente expresara Scalabrini
Ortiz, " el subsuelo de la patria sublevada". El subsuelo, los cimientos, los
obreros, los habitantes de las villas, de la periferia, los abandonados que irrumpían
en el espacio público de una manera tumultuosa como son todas las irrupciones
populares. No hay convocatoria posible que la explique. La irrupción popular es
fundadora cuando es "espontánea", cuando surge de si misma, cuando no obedece a
ninguna estructura.
Puede haber habido convocatorias y participación de estructuras, pero estas no
explican la irrupción que, por otra parte, desborda todo tipo de convocatorias y
pretendida organización. Las masas que confluyeron en Plaza de Mayo el 17 de octubre,
lo hicieron impulsadas por todas las reivindicaciones por las que habían luchado
durante años. Era la memoria popular que surgía desde lo inconsciente y se
transformaba en un torrente de vida que todo lo arrastra.
Perón preso por los mismos poderes que los habían sojuzgado durante tanto tiempo y
contra los que habían luc hado desde la Patagonia de los Menéndez Bethy hasta el
Chaco de la Forestal, pasando por los talleres de Vassena. Los muertos en las
matanzas de la Patagonia, de la Forestal, de la Semana Trágica, revivían, resucitaban
en los "cabecitas negras" que desde la periferia invadían el centro de Buenos Aires.
El pueblo, en su sentido mas genuino, formado por trabajadores, villeros, maestros,
pequeños comerciantes, intelectuales populares irrumpía en el espacio público,
transformándose de esa manera en el sujeto de la historia. Desde ahora en adelante
nada se podría hacer sin ellos porque estaban decididos a protagonizar
Fue un momento fundacional. Nació la "Nueva Argentina" en la que los únicos
privilegiados eran los niños, en la que había plena ocupación, en la que los obreros
gozaban de buenos salarios, de vacaciones, de "aguinaldo". No era una revolución
socialista. Era el Estado de bienestar, el Estado keneysiano con una marcada impronta
vernácula, con rasgos autoritarios. La Nueva Argentina era la gran utopía que abría
el espacio para la nación " socialmente justa, económicamente libre y políticamente
soberana".
A mediados de la década del 50 mostraba claros indicios de degradación, pero no fue
por ello que se produjo el golpe de 1955 y el derrocamiento de Perón. Sino por las
virtudes de la etapa iniciada en 1945. Fue la reacción de los sectores concentrados
de la riqueza aliados al imperio quienes la gestaron. Desde ese momento comienza, por
parte del pueblo, la mítica " resistencia peronista"
El 29 de Mayo de 1969
A mediados de la década del 60 el Estado keneysiano que se había instalado en la
mayoría de los estados capitalistas después de la Segunda Guerra Mundial comienza a
colapsar. Comenzaba una profunda crisis en el capitalismo transnacional, ocasionado,
como siempre por el límite fundamental del capitalismo " la baja tasa de ganancias"
en proporciones gigantescas, lo que hacía necesaria una reconversión que sólo era
posible sacrificando a sus miembros mas débiles.
Comienza la era de los denominados "ajustes" que no son otra cosa que cercenamiento
de la mayoría de los derechos adquiridos por los sectores populares en la época
keneysiana. Se produce entonces el golpe de Estado de Onganía para comenzar la etapa
ajustista. Pero la tarea no fue fácil. En el seno de los sectores populares se había
producido un notable crecimiento de conciencia y organización.
De esa manera a la ofensiva del capital por medio de la fuerza militar, se le
respondió con la lucha, al principio dispersa hasta explotar el 29 de mayo de 1969
con el Cordobazo. Nuevamente fue la irrupción popular desbordando todas las
organizaciones. Esta vez la cabeza de la irrupción estaba ocupada por los sectores
mas combativos y esclarecidos de la clase obrera, a la que se unieron sectores
estudiantiles y, en general, medios. La ciudad de Córdoba quedó en poder del pueblo.
Se abría de esa manera, una nueva etapa histórica signada por las luchas y el avance
de los sectores populares, a los que se incorporó toda una nueva generación que
recogía la herencia de las luchas anteriores y se movilizaba con la utopía de la "
patria socialista". La lucha se profundiza . Surgen organizaciones armadas cuyo
accionar tiene como propósito responder a las demandas populares.
El cordobazo signó la suerte de la dictadura militar. Esta no se puede recomponer, a
pesar de los intentos de recambio en su mismo seno. El gran capital debe conceder
elecciones como una manera de ganar tiempo para la ofensiva final en una batalla que
le estaba costando demasiado.
Fue necesario aterrorizar con la temible Triple A y luego implantar directamente
el terrorismo de Estado que aplicó sistemáticamente la desaparición de personas, la
censura mas estricta de prensa, la vigilancia de todos los establecimientos
educativos, el encarcelamiento, la tortura.
La finalidad fundamental del Terrorismo de Estado fue la desorganización y
destrucción del sujeto popular, de las organizaciones populares, especialmente de las
organizaciones obreras, de manera que se pudiese finalmente imponer la reconversión
del capital que implicaba la destrucción del keynesianismo y la implementación del
neoliberalismo según las enseñanzas que venían de Chicago.
Martínez de Hoz fue el encargado de la tarea. Treinta mil desaparecidos, el
territorio sembrado de campos de concentración, miles de encarcelados, torturados, de
exilados, el terror sembrado a todo vapor fue necesario para su implementación.
Cuando cae la dictadura militar fundamentalmente por el peso de sus propias
contradicciones, de su propia degradación, el pueblo que emergía se encontraba
desorganizado, sin conciencia clara de lo que había pasado, con grandes esperanzas en
una democracia que no era mucho mas que una nueva etapa de avance del plan neoliberal
en marcha.
Sin embargo todavía había capacidad de resistencia en el pueblo. Eran todavía nuevas
medidas de desestructuración. Aunque débil, el juicio a los comandantes de la
dictadura había dado esperanza de una nueva etapa de recuperación. Pero no fue así.
Vinieron las leyes de impunidad, las del Punto Final y Obediencia Debida. No era
suficiente. Viene entonces la hiperinflación, con lo que el pueblo quedó a la deriva,
sin posibilidades de resistencia.
Fue entonces que apareció "el mesías" riojano con u corte de incondicionales,
desparramando promesas que nunca pensó cumplir. Fue una década, la del 90 en la que
se selló la impunidad con los indultos, se profundizó la corrupción sin límites, se
entregó a precio vil toda la riqueza nacional, se destruyó la producción, se humilló
al país con una política nacional e internacional sin ningún atisbo de dignidad.
Las denominadas "privatizaciones" que fueron en realidad entregas a monopolios
nacionales o extranjeros, lo mismo da, provocó despidos masivos de trabajadores,
pérdidas de fuentes de trabajo como nunca se había visto en el país. Por primera vez
la desocupación pasó a ser un problema social.
A todo esto, una denominada "clase dirigente" o "clase política" enriquecida de
repente, comienza a mostrar sus lujosas casas, sus fiestas interminables, mientras
los sectores populares comienzan a transitar un largo y difícil camino de
reconstrucción. Surgen los "movimientos sociales" que luchan por reivindicaciones
acotadas. Se forman redes de movimientos. Aparecen nuevos ámbitos de lucha y
organización como la ecología, la mujer, etc., que se agregan a los derechos humanos.
19-20 de diciembre de 2001.
En esa fecha "el subsuelo de la patria" volvió a emerger como siempre lo hace,
ganando la calle, manifestándose en forma multitudinaria y ruidosa, con un ruido
ensordecedor de cacerolas que desde los barrios se iban expandiendo hasta inundar la
Plaza de Mayo.
Decía Hegel que "el espíritu no permanece nunca quieto, sino que se halla siempre en
movimiento incesantemente progresivo. Pero como en el niño, tras un largo período de
silenciosa nutrición, el primer aliento rompe bruscamente la gradualidad del proceso
puramente acumulativo en un salto cualitativo , así también el espíritu que se forma
va madurando lenta y silenciosamente hasta hacia la nueva figura, va desprendiéndose
de una partícula tras otra de la estructura de su mundo anterior" que se anuncia solo
por "síntomas aislados" hasta que los desprendimientos parciales "se ven bruscamente
interrumpidos, por la aurora que de pronto ilumina como una rayo la imagen del nuevo
mundo". (FE. P12)
Los desprendimientos de la forma anterior, es decir del denominado "modelo" cuya
paternidad se disputaban ardorosamente Menem y Cavallo, en otros momentos, se iba
produciendo sin pausa en movilizaciones, organizaciones y movimientos de todo tipo,
cortes de ruta, piquetes, huelgas, escepticismo generalizado sobre los representantes
políticos, sindicales y judiciales. De repente el 19-20 de diciembre aparece el rayo
auroral de la " nueva imagen" de las asambleas.
Que había interesados en voltear a De la Rúa, que hubo "complots" y cosas parecidas.
Todo ellos es simplemente anecdótico. El pueblo, sectores populares de desocupados,
subocupados, maestras, maestros, clase media de todo tipo desbordaron todo tipo de
convocatoria. Ellos n o tenían nada que ver con esas oscuras tramas palaciegas en la
que corporizan los pequeños y grandes intereses de grupos encaramados en las
estructuras políticas.
Nadie puede decirse dueño de esa pueblada potente, desbordante, ruidosa que gritaba
su bronca por tantas humillaciones, por tantos atropellos, por tanta impunidad, por
tantos crímenes, por tantas mentiras. "Que se vayan todos" atronaba el aire como
expresión gráfica del rechazo visceral que nos ha esquilmado hasta límites
inverosímiles.
Los titulares del poder político que a esa altura carecían de todo poder, no podían
soportar tamaña manifestación de condena y lanzaron una de las mas feroces
represiones de los últimos tiempos. Mientras tanto los caceroleros habían recibido la
inestimable ayuda de los piqueteros que se sumaron a la patriada, resistiendo con
eficacia a la represión. Fue el primer acto de un movimiento en curso que se dirige a
la confluencia de los sectores populares, expresada en la consigna "piquetes y
cacerolas, la lucha es una sola".
Las Asambleas
La irrupción del pueblo en las calles no quedó en eso. No fue un hecho masivo pero
aislado, sin mayores consecuencias. Todo lo contrario. A partir de ese momento todos
los barrios de Buenos Aires, del Gran Buenos Aires y otras ciudades comenzaron a
movilizarse, a reunirse, a debatir. Nacen las "asambleas barriales", un hecho inédito
en la historia de los movimientos populares.
Así como nadie puede reclamar la paternidad de las movilizaciones del 19-20 de
diciembre, tampoco se la puede reivindicar para las asambleas. Nacen estas desde el
fondo de las reivindicaciones, broncas y reclamos insatisfechos. Los vecinos,
desempleados, amas de casa, maestras, psicólogas, plomero, profesores se "encuentran"
en una ciudad donde nadie "se encontraba", donde cada uno era para si y nadie para
todos. Se rompe la atomización , los barrios comienzan a adquirir personalidad
propia.
El principio de las asambleas es tumultuoso, las intervenciones son dispares, muchas
veces sin conexión entre ellas. Fácilmente se pasa de reivindicaciones barriales, de
la exposición de necesidades apremiantes de algunos vecinos, a las arengas encendidas
que delatan la intervención de algún militante de grupos de izquierda a los que
sorprendió, como a todos, el fenómeno y vieron luego la posibilidad de intervenir.
Hubo si una primera etapa de tanteos, de marcha sin rumbos definidos, sin saber como
hacer. Pero a todas las caracterizó desde un primer momento la radicalidad de los
reclamos, el rechazo visceral a la política tradicional, expresada enseguida en el
"que se vayan todos, que no quede, ni uno solo", en la horizontalidad en las
decisiones, es decir, la democracia directa.
Es un hecho que el movimiento, en lo sustancial, vino de abajo, se gestó de abajo,
como esa semilla de mostaza con que Jesús de Nazareth comparaba la revolución del
"Reino de Dios" que él anunciaba, como ese fuego que según el Martín Fierro calienta
desde abajo. Pero no todo es movimiento, ni todo es base pura. Hay movimientos que
pasan como ráfagas y luego se diluyen si no encuentran la manera de asentarse de
alguna manera, de darse forma.
El movimiento y sus contradicciones
De esa manera llegamos a algunos problemas, antiguos, pero experimentados con una
radicalidad que los hace extraordinariamente novedosos. La exigencia de
horizontalidad, de soberanía plena, de autonomía absoluta que entra en la
contradicción con la necesidad de organizarse, de estructurarse, de alguna manera; la
preservación del espacio reducido de la asamblea que ejerce un micropoder que
desconfía de todo macropoder, la separación del espacio de la asamblea que se
desarrolla en el seno de la sociedad civil con respecto al espacio político, donde
actúan los políticos corruptos y culpables de la entrega del país; la voluntad fuerte
de lasa asambleas de ejercer una soberanía plena y la actuación de la organizaciones
de izquierda para la cuales las decisiones de fondo, estratégicas, se toman afuera,
en el partido.
Horizontalidad versus organización
La verdadera realidad, es decir todo el ámbito de las relaciones humanas es
dialéctico, lo que significa que no deja de moverse en ningún momento. Esto es cierto
pese a la afirmación del nuevo pensador estrella que nos llega de Europa, Antonio
Negri, de que" la dialéctica es en realidad la forma en que se presenta siempre la
ideología burguesa, en todas sus variantes" (AS.p52) La verdad que este
descubrimiento de Negri es sensacional.
En efecto, yo tenía la sospecha de que Marx era un pensador burgués "camuflado"
La verdadera realidad, es la de los sujetos, que siempre son sujetos-objetos. Esto es
importante, porque parece que la verdad o realidad se ubica del lado de los objetos,
separada de los objetos. No por nada se pide "objetividad" a la verdad. La realidad
sujeo-objeto no deja de moverse en ningún momento. En ese sentido tiene plena razón
el viejo Heráclito cuando afirma que todo fluye. Pero si eso es así, sin ningún
matiz, todo se esfuma y nunca será posible bañarse, no digo ya en el mismo río, ni
siquiera en el río, como afirmara uno de sus adherentes.
El movimiento que siempre es movimiento del sujeto, de los sujetos, necesita momentos
de pausa, momentos de remanso. No se puede vivir en una investigación permanente que
nunca pueda presentar un producto ; no se emprende una carrera que no culmine en una
m eta, no se inicia un noviazgo que no apunte a una construcción común; no se
emprende un viaje que n o llegue a ninguna parte.
Ello significa que el movimiento dialéctico nunca se detiene, pero reconoce momentos
de aceleración y de desaceleración, de allegro vivace y de rallentando, de
destrucción de estructuras y construcción de otras, de negación y afirmación, de
cuestionamientos y realizaciones. Hegel lo comprendió exactamente, por lo cual el
movimiento con el que comienza la Ciencia de la Lógica , esto es la contradicción
entre el ser y la nada, tiene su primera concreción en el "ser-ahí" y el "esto" nos
encontramos con algo concreto, no con un mero fluir.
Gramsi, muy afecto a las metáforas bélicas, lo expresó como la contradicción-
alternancia de guerra de movimiento y guerra de posición, guerra a campo abierto y
guerra de trincheras. Un ejercito no puede estar constantemente expuesto al ataque
enemigo en descubierta, ni puede marchar indefinidamente exponiendo el pecho.
Necesita momentos de reposo, momentos de reaprovisionamiente, momentos de
reorganización del terreno conquistado.
Lasa asambleas son sujetos que, como todos los sujetos, consisten en hacerse sujetos,
en subjetualizarse. No hay otra manera para ser sujeto que el hacerse tal, porque si
otro lo hace, no lo hace como sujeto sino como objeto, lo objetualiza. El
subjetualizarse es en fluir que necesita esos momentos de concretización a los que
acabo de aludir. Ello significa que necesita una cierta estructuración que sea
flexible, que no traicione ni la horizontalidad, ni la dinámica dialéctica de la
construcción.
Las asambleas para funcionar como verdaderos sujetos necesitan organizarse,
estructurarse. Deben fijarse días de reunión, funciones diversas que deberían cumplir
sus miembros. Las funciones o cargos serán siempre elegidos por la asamblea, serán
revocables, rotativos, pero no pueden n o existir. Los primeros grupos o comunidades
cristianos denominaban a los cargos "diakonías", es decir, servicios, que se ejercían
de acuerdo a las "carismas" que poseía cada uno, es decir dones gratuitos en un doble
sentido, esto es, concedidos gratuitamente por Dios y que, en consecuencia, debían
ser proporcionados gratuitamente a la comunidad.
La horizontalidad exige que todos puedan expresarse, proponer ideas, proyectos,
discutir lo que proponen otros, pero alguien o algunos tienen que dar la palabra,
ordenar el debate, someter las cuestiones a votación. Los miembros realizan
funciones, de acuerdo a sus dotes, sus condiciones, sus inclinaciones, respetando la
libertad de cada uno pero de una manera ordenada que permitan acciones que sean
realmente eficaces.
El tema de la horizontalidad es el de la democracia directa. Hay una fuerte crítica a
la representación, a todo tipo de representación, porque generalmente "los
representantes" diputados, senadores, concejales, sindicalistas, se han representado
a ellos mismos. La conciencia de las asambleas es rousseauniana, independientemente
de que si sus componentes hayan leído o no a Rousseau. La democracia debe ser
directa, la asamblea expresa "la voluntad general" como quería el ginebrino.
Ello pertenece a la utopía en su sentido mas bello y positivo, en el de constituirse
en el motor que impulsa a su máxima realización las relaciones fraternales y
cuestione todo tipo de dominación. Pero, como utopía que es, no puede ser llevada
directamente a la práctica. ES por ello que cuando los Estados de Córcega y Polonia
le pidieron a Rousseau que les hiciese un programa de reformas de sus estados para la
realización del proyecto bosquejado en el "Contrato Social", Rousseau les propuso una
serie de instituciones o estructuras que, de hecho, transformaba la utopía en
proyectos que siempre implican una cierta relativización de aquella.
La critica radical a toda representación con la proclamación de cada uno se
representa a si mismo lleva a la impotencia. En todas las actividades de la vida
necesitamos la representación.
Micropoder versus macropoder; construcción del poder versus toma del poder.
Frente a la complejidad del mundo moderno, especialmente en la etapa denominada, por
una parte, posmodernidad y, por otra, globalización o neoliberal conservadora, las
propuestas de concentrarse en pequeños grupos en los cuales todos se conozcan y
reconozcan, tiene amplia aceptación.
Decía Max Weber en la segunda década del siglo XX que el dominio de la razón formal
condensada en la burocratización de todas las esferas de la vida llevaba a los
hombres a tomar una decisión difícil. O se acepta virilmente el presente burocrático
y desencantado o se recluye en alguna de esas iglesias o sectas en las que puede dar
rienda suelta a sus sentimientos. Afrontar el mundo con desencanto, entonces o huir
de él a los pequeños grupos salvadores. Algo semejante propuso desde oros ángulos.
Michel Maffesoli habla del " tiempo de las tribus"
Se trata de " la multiplicación de pequeños grupos de redes existenciales" , una
especie de tribalism o que descansa a la vez en el espíritu de religión (re-ligure) y
en el "localismo", grupos en los cuales estaría la potencia (Negri dixit) contra el
poder.
Pero es imposible referirse al micropoder sin referirse a Michael Foucalt, el autor
de la microfísica del poder. Ha despertado una nueva conciencia sobre el poder como
flujo que atraviesa todas nuestras relaciones, de manera que todos ejercemos y
sufrimos el poder. Las sociedades no son mas que un entrecruzamiento de poderes, de
"redes" de poder, de las cuales es imposible zafar: Ni se hable del macropoderes,
solo micropoderes, redes de poder.
Esta contradicción se entrecruza con la que contrapone la construcción del poder con
la toma del poder. La construcción del poder, denominada también contrapoder, tiene
parentesco y algo mas con el micropoder, y la toma del poder, con el macropoder. Se
ha expandido la concepción no solo de que el poder no se toma, porque no es una cosa,
un objeto, los cual es correcto desde todo punto de vista, sino que directamente no
hay que buscar, no hay que querer el poder.
Frente a la contradicción de micropoder contra macropoder, toda respuesta que se
busque por el lado de la exclusión de uno de los dos polos dialécticos terminará en
la frustración.. No hay micropoder sin macropoder y viceversa. Es cierto que todos
ejercemos y sufrimos poder, ¡vaya novedad!. Pero si nos quedamos solo en los
micropoderes, en las redes de micropoderes en los que se desarrolla la potencia, las
grandes corporaciones estarían muy agradecidas. Tendrían la mesa servida.
El desarrollo de los micropoderes, de los grupos pequeños como espacios de
realización y potenciación de los sujetos es absolutamente necesario. Nunca tendremos
una nueva sociedad, nuevos hombres y mujeres si n o lo hacemos en el camino de
transformación de la sociedad. Pero si esta no se transforma terminará aplastando las
hermosas realizaciones en pequeño. ES lo que pasó a las primeras comunidades
cristianas, que con su construcción de redes minaron el imperio , pero este pudo
rehacerse y vengarse cruelmente, transformándolas en grupos en los que se reproducían
sus contradicciones y alienaciones.
Los pequeños o grandes grupos, los movimientos de trabajadores desocupados, de
piqueteros, las asambleas barriales, los organismos sociales, los de derechos humanos
y tantos otros están insertos en la totalidad de una sociedad que políticamente se
condensa en el Estado. Totalidad y parcialidad, el todo y las partes son momentos
dialécticos inescindibles. El olvidarlo y esconder la cabeza en la arena como el
avestruz siempre se paga muy caro.
Esa claro que el trabajo debe ir siempre de lo pequeño a lo grande, de la base a la
cima, pero la andadura no puede ser rectilínea sino dialéctica. Ni saltar
directamente al cuestionamiento de las políticas del FMI, olvidándose o dejando de
lado las reivindicaciones concretas de todos los días, ni quedarse en estas, dejando
de lado las macropolíticas.
El poder no es una cosa, no es un objeto, no se encuentra en algún lugar como puede
ser la Casa Rosada o el Comando del Ejercito. El poder esta constituido por las
relaciones sociales, lo cual significa que se construye. Construir nuevas relaciones
sociales, nuevas maneras de reconocernos, es construir poder, nuevo poder. Es
evidente que sólo se puede hacer desde lo pequeño a lo grande, desde la base hacia la
cima, pero no en forma lineal. La cima existe, actúa y lo hace de una manera
persistente, y muchas veces brutal.
Ello significa que la respuesta no puede estar solo en los núcleos pequeños o grandes
y en sus redes, sino que se requieren respuestas mayores. Es necesario abrir el
espacio, el macroespacio, para lo cual se necesitarán estructuras, instrumentos
políticos nuevos.
Sociedad civil versus sociedad política
"Que se vayan todos, que no quede, ni uno solo " Grito potente que desde las jornadas
del 19-20 de diciembre de 2001 resuena en todas las movilizaciones y escraches.
Es fácil leer en ese grito un rechazo visceral, como apuntaba, al neoliberalismo
conservador que se realizó a través de ajustes, privatizaciones, flexibilizaciones
laborales y demás calamidades que, desde la infame década menemista asolaron nuestra
sociedad.
Hasta allí la consigna nos resulta clara. El problema se complica y la claridad
comienza a oscurecerse cuando se quiere llevar a la práctica o, en otras palabras,
cuando a esa utopía se la quiere transformar en proyecto.. El "todos" involucra a
todos los políticos, a todos los funcionarios que tuvieron o tienen alguna
participación en las estructuras del estado desde la década del 60 para acá. SE
encarna de una manera especial en "los políticos", en la denominada "clase política",
porque se la ve como responsables directos del monstruoso saqueo al que ha sido
sometido el país. Hoy no solo se hace política, sino que se habla de ella, se
discuten los temas políticos, pero se busca una nueva manera de hacer política que no
tenga nada que ver con la conocida.
Esta escisión entre lo social y lo político, la sociedad civil y el estado, ha dado
origen a una teorización que de hecho, fundamenta y legitima dicha escisión. Lo hace
mediante la distinción entre política y gestión, negación que esta última sea
política. De esta manera la política no sale de la marginalidad. Lo que esta aquí en
la base es el temor a la contaminación con lo impuro. La política sería el ámbito de
lo puro, lo contestatario.
Es un dicho que pertenece al sentido común de lo popular, que se presta a la
Manipulación que "el poder corrompe". Para conminarlo basta pasar una rápida lista a
una serie de los que fueron "compañeros" y que ahora se encuentran del otro lado.
Dejando de lado la "utopía" para aferrarse a la "realidad". Por otro lado, la década
menemista fue un verdadero florilegio de " corruptos" en el poder.
Cuando el pensamiento pretende salir de los carriles dialécticos y pretende aferrar a
la realidad con el entendimiento que todo lo fija y abstrae, acepta sin mas ese lugar
común y apuesta a construir al margen del poder, a ser puramente contestario, a
permanecer en el "contrapoder" y la " contracultura".
De esa manera, la política que se pretende revolucionaria o algo parecido, se contrae
expresamente a la marginalidad. Los megapoderes agradecidos.
Es cierto que el poder corrompe, pero también transforma; oprime, pero también
libera; construirse como sujeto es construir poder, la relación intersubjetiva es
siempre dialéctica, dominador-dominado, señor-siervo o, en otras palabras, "relación
desigual". Si fuera "igual" ya no se movería, la historia habría terminado. Relación
desigual en camino hacia la igualación o superación nunca lograda plenamente , pero
siempre acercable.
Autonomía versus partidos políticos
Las asambleas surgen de la movilización del 19-20 de diciembre con una vocación de
autonomía muy fuerte. Desde el primer momento las asambleas se pensaron autónomas,
autoconvocadas, soberanas, horizontales, alérgicas a todo partido político y , en
general, a toda organización que desde otro lugar pretendiese injerencia o
determinación sobre ellas.
En un movimiento lógico, los partidos de izquierda, que siempre fueron marginales en
la política nacional, interpretaron que allí se encontraba su lugar natural de acción
política y se largaron a participar activamente, como ya acontecía en los movimientos
de desocupados. Como consecuencia de ello se producen contradicciones en dos niveles.
El primero: el de las asambleas como movimientos autónomos en contra de los partidos,
que introducirían la heteronomía en cuanto los mandatos vendrían de los partidos. El
segundo: la de los partidos entre si, luchando por la hegemonía en el espacio de las
asambleas.
A los partidos de izquierda que históricamente han peleado su pequeño espacio en la
marginalidad, esperando el momento que finalmente la historia les dará la razón,
porque ellos son las vanguardias poseedoras de la verdad de la historia. De esta
manera, su ideología conforma una pantalla que no le permite captar la novedad que
presentan los acontecimientos históricos, novedad a la que siempre estuvo atento el
que debiera ser su referencia teórica fundamental, el cual, frente a la novedad para
su teoría representaba el "populismo" ruso, no se cerró en su teoría, sino que se
entregó a estudiar el fenómeno "nuevo" para él.
La dialéctica de esos partidos, con débil inserción popular, los lleva a la necesidad
por una parte, a participar en el espacio de las asambleas considerándolas como una
expansión de la política decidida por el partido y, por otra, a participar en
movilizaciones con la mayor cantidad de banderas posibles, de manera de aparecer como
el partido mas convocante.
Perspectivas
Los diversos actos que se realizaron el primero de mayo dibujan un mapa posible de la
evolución posterior de las asambleas. En todas las asambleas el tema fue debatido y
se tomaron opciones diversas indicativas de las divergencias existentes. En estas
divergencias mucho tienen que ver los partidos de izquierda intervinientes como el
PO, MST, PC .
Hubo asambleas en las que no hubo coincidencias en ir a un solo lugar y se optó por
transitar por todas las concentraciones.
Las divisiones ya existen y no se les ha encontrado todavía una solución conveniente.
Es de prever que, como sucede con los movimientos de desocupados también las
asambleas se dividirán en aquellas que se encolumnan detrás de determinadas políticas
o sindicales y las autónomas que parecen ser la mayoría. Lo mas correcto tal vez sea:
IFuncionar como una alianza de asambleas que se unen en la lucha, proyectan
tareas comunes, objetivos de corto plazo.
IIOrganización de las asambleas autónomas que buscan articularse y se fijan
objetivos estratégicos a largo plazo.
IIIArticulación de estas asambleas con otras organizaciones populares
autónomas esparcidas por todo el territorio nacional.
La pretendida extinción del estado
En todos los proyectos de estructuración de su proyecto teórico Marx coloca al estado
como momento de condensación de la sociedad y al mercado mundial como condensación de
los diversos estados. Lamentablemente se generalizó la concepción de que para Marx el
estado era un simple instrumento de dominación en manos de la clase dominante. Hoy,
desde ángulos opuestos se expande la concepción de que el estado ha terminado. Ello
es predicado tanto por el neoliberalismo fndamentalista, para el cual los tres mundos
han desaparecido como por los autores del "imperio", como superación del
imperialismo.
Desde las usinas neoliberales, predicada aquí por comunicadores sociales como
Neustadt y Grondona, se nos ha trasmitido hasta el cansancio de que el estado era el
culpable de todo nuestros males. Era necesario, pues, eliminar el estado, achicarlo
hasta su mínima expresión. Dejar libre a las fuerzas del mercado a los " flujos" que
atraviesan todas las sociedades dirían Deleuze, Guattari y Negri.
Menem y sus asociados se entregaron con fervor militante a la tarea de desmantelar el
estado, el cual dejó de existir. La consecuencia no fue precisamente que nuestros
males cesaran, sino todo lo contrario. Corporaciones españolas, norteamericanas y
otras se lanzaron sobre la presa. Detrás de ellas los estados "inexistentes" de
España y Estados Unidos, por citar a los dos que mas intervinieron, pusieron toda su
influencia para que sus corporaciones fuesen las mas favorecidas.
Es vidente que las funciones que cumplen los estados han variado. En Europa se ha
formado la denominada Unión Europea que, sin duda, cumple algunas de las funciones
que antes corrían por cuenta de cada uno de los estados, pero éstos están lejos de
desaparecer. Promueven políticas, subsidian determinados productos. Si fuese cierta
la desaparición o no importancia de los estados no se explica la preocupación por el
avance de la ultraderecha manifestada en la última votación francesa. La
globalización que sería la encargada de hacer desaparecer el estado esta impulsada
por las empresas transnacionales, especialmente el FMI, el BIRD , la OMC y los
estados fuertes como USA, Japón y los estados fuertes que forman la Unión Europea. En
ellos se concentran las empresas mas grandes del mundo. "El estado-nación" y las
empresas que funcionan en relación con estas naciones-estados son ahora m as fuertes
que nunca. Estados y multinacionales funcionan en una relación sinérgica (PG p.27).
Desde esos centros
Desde el otro ángulo quienes sostienen la finalización del imperialismo, sustituido
por el imperio, llegan a una conclusión semejante. Para ellos el imperio ya no tienen
ningún afuera. Todo se encuentra en su interior, de manera que los estados
desaparecen y ¡ en buena hora! Ya que siempre fueron opresivos. Ya no hay mas
estados, ningún centro de dominación, sino el imperio al que se contrapone el
contraimperio formado por la multitud, no por los pueblos, otra creación de la
burguesía. Los pueblos serían una simple "síntesis constituida" , es decir, en otros
términos, simples objetos, mientras que la multitud sería la "síntesis
constitutiva"(Imp.p.p 104-105) .
Por ello los palestinos se equivocan cuando pretenden constituirse en estado-nación
pues "en cuando la nación comienza a conformar un estado soberano, sus funciones
progresistas desaparecen" y Negri cita, con aprobación plena, las palabras de Jean
Genet "el día que los palestinos lleguen a institucionalizarse, yo no estaré de su
lado. El día que los palestinos constituyan una nación como las demás naciones, yo ya
no estaré allí. (Imp.p.110). Apenas se puede creer tal desvarío.
Por otra parte el fenómeno de la globalización produce como contracara la
fragmentación. Nunca ha habido tanta fragmentación tanto en el interior de los
estados, como entre los diversos estados como en la etapa globalizadora. Ello es así
porque en realidad la globalización es la imposición del mercado como un universal
abstracto que, al no dialectizarse con los particulares, a los que solo quiere
dominar, los fractura. Esta fractura produce el fenómeno que Negri denomina
"multitud" que sería el contraimperio.
Bibliografia citada.
Hegel, G.W.F.: Fenomenología del Espiritu
Negri, Antonio : La Anología Salvaje(Ensayo sobre potencia y poder en B. Spinoza)
Negri, Antonio: Imperio
Petras, James : Globaloney(El lenguaje imperial, los intelectuales y la izquierda)
Buenos Aires 15 de mayo de 2002
Negri, Antonio : La Anología Salvaje(Ensayo sobre potencia y poder en B. Spinoza)
Negri, Antonio: Imperio
Petras, James : Globaloney(El lenguaje imperial, los intelectuales y la izquierda)
Buenos Aires 15 de mayo de 2002
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