Movimientos sociales como "expresión" de gobernabilidad

13/05/2002
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La misma idea de integrar los movimientos populares en alianzas políticas orientadas por la izquierda, señala la importancia particular de los partidos políticos para servir de conexión entre el sistema político y otros movimientos sociales populares que operan al nivel de sociedad civil, mediante los diferentes mecanismos de representación que establezcan y que afecta la gobernabilidad. Una sociedad civil vigorosa fortalece al gobierno democrático. Es necesario transformar el marco jurídico en que funcionan las jurisdicciones internacionales con el objeto de permitir a la sociedad civil (ciudadanos y sus asociaciones) actuar ante la justicia en las jurisdicciones nacionales como en el escalón internacional contra los Estados, las empresas o las organizaciones internacionales.


Las alianzas posibles entre los movimientos globalifóbicos y los de izquierda, si se convierten en movimientos políticos pueden representar un frente de resistencia y oposición fuerte a los avances de los procesos de globalización económica promovidos por las grandes corporaciones transnacionales y por los acuerdos entre los Estados. Los procesos de globalización económica son inextricables e interdependientes de las instituciones y los procesos sociales y políticos, como en el caso de las relaciones de los Estados y el Estado-nación. Un fatalismo económico es alentado por el discurso mediático-político sobre las necesidades ineluctables de la globalización, el imperio de los mercados financieros con conducción por gobiernos socialdemócratas que, al prolongar la política de los gobiernos conservadores, hacen que ésta aparezca como la única posible.


Estas corporaciones limitan la capacidad de los Estados para regular sus propias economías y para tomar sus propias decisiones. Los movimientos establecen demandas para luchar en contra de sistema explotativos, o bien para ampliar y profundizar la democracia. Miguel Benasayag (Proceso, 2000) sentencia que "La dinámica actual de las luchas contra el neoliberalismo es subversiva precisamente porque se desarrolla a partir de las multiplicidades. Y mientras más múltiple sea, más subversiva."


No obstante, todas las instituciones del sistema político tales como los partidos y los movimientos políticos están perdiendo credibilidad y legitimidad, mientras que los niveles de inestabilidad se incrementan. Los limites de la legalidad no son los mimos de lo legítimo. En este sentido las organizaciones de la sociedad civil y los partidos políticos tienen funciones complementarias, más que antagónicas y los proyectos alternativos de partidos políticos diferentes al proyecto dominante hegemónico, tienen que ofrecer estructuras de movilización para tener acceso al poder político.


El incremento notable en los últimos años de las organizaciones sociales y las organizaciones no gubernamentales, consolidan la participación activa de los movimientos de liberación, de derechos humanos y de democratización, en amplios programas de desarrollo económico, político y social. Se pueden regular la economía y los intercambios partiendo del respeto a los derechos, tanto a los derechos civiles y políticos como a los económicos sociales y culturales. Con el objeto de asegurar el respeto a los derechos y la consideración de los derechos económicos, sociales y culturales en la regulación de las economías nacionales y mundial, se debe admitir la sumisión a la justicia de los derechos económicos, sociales y culturales.


Esta referencia a los derechos fundamentales se vuelve cada día más central en las movilizaciones y las reivindicaciones de los movimientos sociales del mundo. Los foros se convierten en lugares simbólicos porque se manifiestan y se expresan los diferentes movimientos en contrapoder, en convergencia o en resistencia, con articulaciones desde las mismas bases. La multiplicidad de los movimientos sociales es su fortaleza y lo que más teme el proyecto de la ideología única hegemónica del capitalismo.


En el futuro aparecerán instituciones en el ámbito global que sustituyan las funciones que actualmente realizan los partidos políticos en donde los políticos serán los intermediarios entre la ciudadanía global y los tomadores de decisiones en las organizaciones internacionales. En la arena económica internacional, las decisiones en las instituciones financieras se toman bajo la influencia directa de la comunidad financiera, los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales quienes buscan obtener mayor independencia de los aparatos democráticos de los estados nacionales. El diagnóstico de los problemas organizacionales en los procesos de toma de decisiones también identifica las estructuras formales e informales de governance, en donde tanto los fines y medios se caracterizan por los niveles de incertidumbre, consenso o certidumbre y controversia.



ESCENARIOS DE DECISIÓN Y REDES DE GOVERNANCE APROPIADAS


Medios y

Tecnologías

(Estado de las creencias en la relación de



Fines (Estado de las preferencias sobre los resultados posibles y esperados)



causalidad

Incertidumbre

Consenso

Controversia

Incertidumbre

Descentralizada

De equipo

De confrontación

Certidumbre

De equipo

Burocrática

De confrontación; de negociación

Controversia

De consulta; de confrontación

De consulta; de confrontación; de apelación

. Indeterminada:

Fuente: Adaptado por Cruz (2001) original de Hult y Walcott (9189:105)



El carácter contingente de las estructuras de governance determina los escenarios de decisión con la participación de actores internos y externos a los diferentes niveles de gobierno vinculados en redes de governance.



TIPOS DE REDES DE GOVERNANCE


Medios y

Tecnologías (Estado de las creencias en la relación de



Fines (Estado de las preferencias sobre los resultados

posibles y esperados)



Causalidad

Incertidumbre

Consenso

Controversia

Incertidumbre

1. inspiración/ mercado: transformación del liderazgo o de la estructura para permitir que las decisiones emerjan

2. colegial-consensual: Búsqueda del consenso y la colaboración

3. Colegial-competitiva/colegial de mediación: Representación de expertos y actores políticos relevantes, reglas de decisión formales.

Certidumbre

4. Colegial-consensual: Técnicas de "brainstroming", Delphi y grupo nominal.

5.Jerárquica: Decisión programada y mediante uso de autoridad formal.

6. Colegial-competitiva/Colegial de mediación: Representación de actores políticos clave, reglas de decisión formales.

Controversia

7. Adversarial: Promoción y defensa multipartidistas, con juicios desinteresados de una tercera parte; preocupación por incluir representación de actores políticos clave y expertos

8. Adjudicativa: reglas formales de argumentación y decisión, con el juicio desinteresado de una tercera parte.

9. Indeterminada: La estructura debe ser percibida como legítima. No es convniente el uso de la jerarquía ni la estructura para facilitar la representación.

Fuente: Hult y Walcott (1989:101)



No obstante, los elementos de análisis de la globalización de los movimientos sociales siguen siendo, muy subjetivos.


La estrategia orientada a limitar o reducir las funciones del Estado está enfocada a desviar la acción de los movimientos sociales hacia su integración a las organizaciones no gubernamentales, a efecto de poder controlarlas desde la misma estructura del poder del Estado. Las actividades de estas organizaciones no representan peligro ni riesgo alguno para las estructuras del poder de las elites económico-políticas, ni para el Estado nación, para las instituciones financieras internacionales, para los Estados imperialistas y para las corporaciones transnacionales. El nuevo marco de la globalización financiera, las instituciones financieras internacionales se han convertido en instrumentos que contribuyen a imponer, a menudo con la complicidad táctica de los Estados imperiales y la resignación de los Estados nacionales, políticas de privatizaciones y de liberalización de los mercados detrás de planes de ajuste estructural. Las instituciones nacidas de Bretton Woods, El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, se han ido alejando progresivamente de sus funciones iniciales para convertirse en instrumentos a través de los cuales el mercado financiero internacional impone a los países dependientes y endeudados sus preceptos organizativos: el ajuste estructural. La política económica neoliberal es la responsable de que la deuda externa crezca exponencialmente e imposibilite la aplicación de políticas sociales capaces de dinamizar las economías internas de los países más endeudados. El Tribunal Internacional de los Pueblos sobre la Deuda sostienen que la deuda externa de los Países del Sur, por haber sido constituida fuera de los marcos legales nacionales e internacionales, y sin consulta a la sociedad, por haber favorecido casi exclusivamente las elites en detrimento de la mayoría de la población, y por herir la soberanía nacional, es ilegítima, injusta e insustentable ética, jurídica y políticamente.


Tribunal Internacional de los Pueblos sobre la Deuda ha declarado que "las políticas económicas y de ajuste del FMI se mostraron desastrosas para los países que se sometieran a ellas y sirven para aumentar todavía mas la deuda externa y los otros pasivos externos de esos países, forzando una moratoria sin fin de las deudas sociales y ambientales, de las que son acreedores los niños y niñas, los pueblos indígenas, las mujeres y hombres trabajadores de campo y de la ciudad, los negros y negras y la naturaleza".


La mayor parte de los movimientos populares latinoamericanos encuentran apoyo ideológico y político a sus demandas en los partidos de izquierda, a pesar de que estos no han podido reponerse y menos fortalecerse, después de las transformaciones profundas que sufrieran durante la década de los ochenta en Latinoamérica. En la lógica de los procesos de globalización, los Estados latinoamericanos compiten por recibir los beneficios de la apertura comercial, la atracción de inversiones extranjeras y la transferencia de la propiedad mediante privatizaciones de las empresas públicas a las elites capitalistas locales que se convierten en intermediarios de las grandes corporaciones transnacionales.


Cuando los movimientos populares nacionales son fuertes, estos trascienden en un internacionalismo solidario. Los movimientos populares anteriores a la década de los setenta del siglo pasado se articulaban con la lógica revolucionaria cuyo objetivo era la toma del poder. La nueva radicalidad ya no tiene como objetivo la toma del poder porque en la nueva lógica el poder para liberar y modificar estructuras sociales radica en la misma base y no en la impotencia de la cúspide. La conceptualización materialista histórica del Estado como una relación social insertada en estructuras sociales que adoptan formas institucionales diferentes


Las consecuencias de estas políticas tienen relación con los efectos de la recesión de las economías de los ochentas y noventas. Las recesiones económicas son provocadas por la alta volatilidad de los mercados financieros y sus impactos son fuertes en el empobrecimiento de la población cuando las redes de seguridad son débiles. Las redes sociales por donde se transfieren los flujos de la información y el conocimiento constituyen el capital social que articula diferentes recursos, mejora "la eficiencia adaptativa de la estructura económica" y consolida mecanismos de concertación social, por lo que en tales ocasiones "el capital aparece más nítidamente como "fuerza productiva" (Lechner, 2000). Un aspecto relevante de todo programa de gobierno es que este tenga por objeto la promoción de un mayor acceso de la población a los bienes culturales, educativos e informativos. Esenciales a la democracia son las posibilidades que tiene la población para tener acceso al conocimiento y el respeto a su derecho a la información que garantizan una participación efectiva. El capital social es un recurso acumulable que crece si se hace uso o se devalúa si no es renovado.


La izquierda ha asimilado y repetido la retórica de la doctrina del libre mercado aunque se ha concentrado en la denuncia del desmantelamiento de las funciones del Estado. A pesar de las tendencias neoliberales que limitan las funciones y actividades del Estado, su participación sigue siendo fuerte para regular los procesos económicos. En las sociedades fuertes administra la mitad del producto social, racionalizando sus actividades como la manera más efectiva apara elevar la productividad social.


De acuerdo al análisis de Dowbor (2001), segmentos sustanciales de la sociedad han empezado a pensar en términos de un "pequeño y eficiente Estado", para justificar los procesos caóticos de privatización, posponiendo el problema esencial de a quien y cómo debe servir el Estado. El principal punto en la acción no es cortar partes del gobierno sino hacerlas trabajar mejor y con otros fines. Las fuerzas del libre mercado no resuelven por sí solas los problemas sociales. Las funciones públicas contingentes toma en consideración aquellas actividades que pueden ser subcontratadas (outsourcing) o privatizadas y que desestructura las principales funciones del Estado moderno a las que Dror (1995: 222) denominó como "las funciones de orden superior" del Estado.


Pero ante el descrédito de las políticas de ajuste estructural implantadas, la izquierda Latinoamericana empieza a recobrar posiciones y está en posibilidades de ser capaz de crear nuevos mecanismos para la participación popular y tolerar e incluso impulsar un papel más fuerte e independiente para los movimientos populares (Schönwälder, 1997: 762) La implantación de los programas de ajuste estructural requiere de "un estado fuerte dispuesto a resistir la oposición de la mayoría. Un estado ideológicamente comprometido, dispuesto a ocultar su rol histórico como entidad independiente y a rechazar la idea de soberanía popular para así poder implantar políticas por vías autoritarias, por real decreto", sentencia Petras (2001d).


De acuerdo a Petras (2001d) el programa de ajuste estructural se refiere a "poder de clase, riqueza y control", en donde el Estado re colonizado es "extremadamente importante y activo". Es una estrategia "diseñada por y para la clase dirigente", la clase capitalista transnacional y el capital exterior y "en contra de la gran mayoría de los productores locales, trabajadores y agricultores" Bajo el efecto de la política neoliberal y las fuerzas abandonadas a su lógica del mercado, como por ejemplo, con la privatización de grandes grupos de trabajo y la multiplicación de los "pequeños trabajos" aislados en el área de servicios, temporarios y de tiempo parcial, las bases mismas de un sindicalismo de militantes se ven amenazadas, en parte debido a la rupturas con los particularismos nacionales de las tradiciones sindicales, siempre encerradas en las fronteras de los Estados, de los que esperan los recursos indispensables para su existencia y que delimitan sus objetivos y campos de acción, y a la ruptura con un pensamiento concordatario que tiende a desacreditar el pensamiento y la acción críticos y a valorar el consenso social al punto de alentar a los sindicatos a participar de una política tendiente a hacer que los dominados acepten su subordinación.


El Estado neo-colonial que emerge es activo, regulador e intervencionista al igual que el Estado de Bienestar o el Estado populista, pero sus actividades, reglas e intervenciones se orientan a servir los intereses del capital extranjero y de la clase capitalista transnacional (Petras, 2001d).


Contrariamente a la retórica de los empresarios y la clase capitalista transnacional, el Estado seguirá desempeñando un rol importante que requieren el fortalecimiento de sus funciones de regulación, cuya finalidad es eliminar los riesgos que pueden atentar contra sus inversiones y garantizar la reproducción y el acrecentamiento de sus capitales. La regulación mundial no puede ser definida únicamente en términos institucionales: las cuestiones de derecho tienen su importancia. Es necesario que las Instituciones Financieras Internacionales se sometan al derecho internacional, especialmente a los protocolos y a los acuerdos que han suscripto la mayoría de los Estados miembros.


La creación de medios ambientes empresariales data de poco más de un siglo. El programa de la globalización que el empresariado viene promoviendo desde los años Setenta es regresivo, caracterizado por una reducción de la intervención pública, movilidad y flexibilidad de los trabajadores, ayuda pública a la inversión privada mediante asistencia fiscal, reducción de los aportes patronales, etcétera. El neoliberalismo es hábil presentar las exigencias inflexibles de contratos de trabajo leoninos bajo la apariencia de la "flexibilidad". Un análisis crítico de las sutiles estrategias de las reformas de los gobiernos socialdemócratas puede resumirse en el concepto de "flexplotación", para señalar una reducción de las horas de trabajo y una multiplicación de los empleos temporarios y de tiempo parcial. La estructura social de las sociedades contemporáneas experimentó cambios profundos, entre los cuales el más importante es la disminución, en la industria, de los obreros frente a los "operadores", quienes, más ricos en capital cultural, podrán concebir nuevas formas de organización, nuevas armas de lucha y nuevas solidaridades.


El Estado sigue siendo un actor de la globalidad y de la economía política mundial importante, cuyas funciones son relevantes para la promoción y el control de la estructura hegemónica del sistema capitalista imperial. Los analistas y teóricos de los procesos de globalización se equivocan cuando sentencian la muerte prematura del Estado nación, cuando en realidad se aprecia fuertes procesos de transformación de sus funciones en la economía política mundial. Los estados nacionales ejercieron su autonomía en la producción y distribución de bienes, enviando los excedentes mediante mecanismos intervencionistas a las instituciones de un Estado-nación caracterizado por un sistema capitalista de producción autártico ligado a los circuitos internacionales del comercio y las finanzas.


El desmantelamiento de la economía social del modelo del estado de Bienestar, el nuevo modelo de Estado neoliberal se torna intervencionista y regulador para proteger los grandes intereses hegemónicos de las grandes corporaciones transnacionales y sus aliados los Estados imperiales, siempre contando con el apoyo sumiso de las elites gobernantes locales. Los procesos de globalización promovidos por las grandes corporaciones transnacionales defienden sus intereses infiltrando sus decisiones en los gobiernos nacionales y no son receptivos para aceptar modificación de las reglas que imponen a través de las instituciones financieras internacionales. La existencia de un sistema imperialista tiene sentido en la medida que se comprende la importancia que tienen las actividades de los Estados imperialistas que siguen los dictados de los capitales transnacionales para la apertura de nuevos mercados.


Los Estados imperiales apoyan directamente a las instituciones financieras internacionales porque les sirven como instrumentos de penetración y control en los Estados neocoloniales, los que a su vez se alinean conforme a los lineamientos requeridos para convertirse en los garantes de la defensa de los intereses de los capitales transnacionales. Es esencial que la democracia y la transparencia estén igualmente organizadas a nivel popular en los niveles locales afectados por las intervenciones de las Instituciones Financieras Internacionales. La información hacia las sociedades locales debe ser sistemática. Las intervenciones de las Instituciones Financieras Internacionales deben ser objeto de debate y de la intervención parlamentaria nacional. Esto significa poner en tela de juicio el actual sistema de condicionalidades contrarias a la idea de cooperación como también al restablecimiento del equilibrio entre los desiguales vínculos existentes entre países ricos y países en desarrollo.


La nueva estructura neocolonial del Estado se organiza para la transferencia de valores y recursos a las metrópolis donde se ubican las grandes corporaciones transnacionales, las cuales buscan lograr mayores eficiencias en sus economías de escala y de alcance mediante un nuevo sistema de organización laboral que ha entrado en una etapa de especialización colonial como base de la creación de ventajas competitivas. Las estructuras supranacionales de las instituciones financieras internacionales apoyan a las grandes corporaciones transnacionales mediante el poder de influencia que tienen en los gobiernos nacionales para formular políticas públicas de corte neocolonialista que concentra los capitales en los grandes centros corporativos.


Esta relación estrecha de apoyo contribuye a desarrollar una clase transnacional hegemónica que reproduce y acumula el capital mediante el control en el ámbito internacional de los procesos de producción, distribución y consumo. La transnacionalización de las instituciones económicas, políticas y sociales es un proceso resultante de la transición y transformación de las instituciones nacionales atacadas por la reestructuración continua del sistema de acumulación capitalista bajo el fenómeno de la globalización. La transnacionalización del Estado presupone la transnacionalización del capital y de la sociedad civil no sin provocar conflictos en el centramiento del Estado nación o en la dualidad nacional- global.


Las instituciones financieras internacionales son parte de las extensiones de las redes formadas por los Estados imperialistas para mantener la supremacía política y económica sobre los Estados neocoloniales, los cuales se subordinan a sus dictados, siguen el modelo de corte neoliberal y se convierten en los actores más dinámicos a favor del proyecto hegemónico.


Son las empresas transnacionales y multinacionales las que configuran el actual poder que tienen los Estados imperialistas, las cuales derivan a sus comparsas, las instituciones financieras internacionales a efecto de controlar los flujos de la economía internacional y mundial, dotadas con suficiente poder para evaluar sancionar el comportamiento económico de los Estados nacionales mediante premios a ganadores y castigos a perdedores, los que finalmente afectan los niveles de vida de los ciudadanos. Los estados-nacionales son unidades jurídicas y geográficas, y a veces unidades culturales


Así, la función principal del nuevo Estado regulador es mantener la estabilidad de los mercados financieros para proteger los movimientos especulativos de los capitales de la volatilidad de los mercados emergentes, mediante la movilización de recursos financieros de otras fuentes, pero principalmente los provenientes de mayores cargas impositivas a contribuyentes con ingresos bajos.


Una política de descentralización exitosa debe crear estructuras de auto-gobierno regional al mismo tiempo que permitir el desarrollo de actores sociales capaces de auto-administrarse y de desarrollar una identidad, lo cual implica la necesidad de "construir" la región en términos sociales (Boisier, 1987: 143; Schönwälder, 1997:763). Los procesos de democratización y privatización de los servicios públicos constituyen el punto central de la descentralización de funciones de los gobiernos locales, los cuales deben de convertirse en los principales catalizadores de las fuerzas sociales de las comunidades, involucradas en el logro de los objetivos a corto, mediano y largo plazo. La organización del esfuerzo y el conocimiento de la comunidad representa un potencial significativo para la promoción de su propio desarrollo. Para Linklater (1998), en las comunidades políticas surgen las luchas por la transformación que dan lugar a la inclusión o a la exclusión, debido a que los grupos dominantes privan a ciudadanos de sus derechos legales y políticos, porque los grupos menos privilegiados lo son debido a que sus derechos legales y políticos por sí mismos no mejoran su situación si no se acompañan de una mejor distribución de la riqueza y el poder y finalmente, y porque se preservan las diferencias culturales entre los ciudadanos.


Hay escasas evidencias de que la región consiste de "sociedades postmodernas" o que se está moviendo a una era postmoderna. Las bases socioculturales facilitan el desarrollo del capital social y su recuperación resulta de la combinación de cambios estructurales y estrategias deliberadas de los agentes económicos y actores políticos y sociales. Las dimensiones del cambio económico, político y social mundial son determinadas por la reestructuración del capitalismo globalizador. Administrar el cambio es la administración dinámica (Dowbor, 2001) de un proceso permanente de ajuste de segmentos diferentes de reproducción social. El cambio tecnológico requiere de una administración dinámica capaz de ajustarse a nuevas situaciones. Una condición para alcanzar el desarrollo es administrar nuestros recursos en una forma más racional.


Es el estado el principal actor social que debe promover un crecimiento económico y un desarrollo social equilibrado y equitativo entre las diferentes regiones. El crecimiento económico puede ser acelerado por un capital social que permite la formación de redes de cooperación. La falta de flexibilidad del Estado nación para reaccionar a los acelerados cambios de la globalización económica y la inercia de sus pesadas estructuras que no responden a las actuales demandas de la ciudadanía, hace necesario fortalecer a las regiones.


La región se define en general como un área de territorio sobre la que puede identificarse una marcada unidad de problemas humanos y caracteres físicos con una fuerte tendencia hacia tal unificación. La palabra región proviene del latín que significa línea o demarcación, es decir, la región es el territorio comprendido entre varias líneas de demarcación, y por tanto, es "la unidad o porción de superficie inmediatamente menor que la unidad nacional cuyas características o propiedades socioeconómicas le determinan una identidad económica y socialmente significativa en el conjunto nacional (Tarapuez Chamorro, 2001).


Es decir, con el predominio de ciertos factores tanto comunes como complementarios, que generan una suerte de identidad" siguiendo a Boisier (1988). Una nueva delimitación del espacio territorial del gobierno local es un requerimiento para promover una gestión pública orientada a lograr la participación social de los principales actores y agentes en la solución directa de sus problemas. Son los agentes sociales los que realizan los procesos sociales del desarrollo. Los países desarrollados adoptan una estructura del Estado que facilita una amplia participación del gobierno local. Las ilusiones acerca de los bajos costos de cooperación pueden prevalecer. Los grandes actores pueden iniciar acción y subsidiar otros participantes. La gestión pública es un factor importante en la toma de decisiones que afectan las accione gubernamentales. Los actores políticos que persiguen la estrategia de consolidación apuntan a la excesiva polarización del proceso político, mientras que aquellos que descansan en puntos adicionales del veto experto no están obviamente satisfechos con el resultado de la toma de decisiones democrática en una escala más general.


La implementación de políticas de descentralización y la creación de nuevos espacios para la participación popular de movimientos sociales operando en el ámbito de sociedad civil, deben estar respaldados ampliamente por la voluntad política de una administración local que delimita el voluntarismo inherente de una participación popular que queda restringida solamente a la consulta, información y cooperación, pero que deja la responsabilidad de la toma de decisiones en los representantes electos (Schönwälder, 1997)


El Estado se transforma mediante procesos de democratización y por la forma en que la sociedad civil se organiza para garantizar la fundamentación política. Los procesos de globalización económica afectan la democratización de las estructuras del Estado. El debate sobre la relación entre la globalización económica y el Estado nación presenta dos frentes. Un primer frente se enfoca a considerar la gobernabilidad del Estado nación como rebasada por la globalización económica y un segundo frente que sigue considerando que el Estado nación no solo retiene sus funciones reguladoras, sino que continúa siendo el principal promotor del desarrollo y el soporte de las relaciones internacionales de los pueblos. Sin embargo, en los Estados latinoamericanos es muy difícil determinar que los procesos de democratización sean un efecto de la globalización.


El impacto político de la comunidad como una forma en que la sociedad se organiza para lograr sus fines señala el cambio de una sociedad gobernada por un sistema de democracia representativa a una democracia participativa donde la participación directa de los ciudadanos tiene más relevancia. La evolución de la organización política de la sociedad en comunidades organizadas para lograr sus fines mediante la práctica de un democracia participativa que apoya al Estado para administrar el interés público. Los mecanismos de coordinación y comunicación horizontal con la ciudadanía permiten la creación de un sistema complejo de redes que facilita la participación democrática para la toma de decisiones y para la implementación de las políticas públicas. Según Orozco (2001), la participación política ciudadana se refiere el grado en que se involucra individuo y de la sociedad en señalar pautas o agendas de acción social y política que afectan sus intereses". De acuerdo a la investigación de la organización World Audit (2001), en las sociedades existe una relación directa entre la participación política y la corrupción. Por lo tanto en aquellas sociedades donde la participación política es baja, los niveles de corrupción son altos y a la inversa, la corrupción es baja en los países donde la participación política es alta. Así la participación política es un factor que facilita el desarrollo democrático de las sociedades. La toma de decisiones debe realizarse al más cercano nivel de la población involucrada. Los elementos de la participación política que garantizan su existencia son, de acuerdo a Orozco (2001), la inclusión social y política, la cultura política, la educación y opinión informada del ciudadano, el contacto con ideas y disfrute de libertad, la calidad de vida, el buen gobierno y una sociedad activa y organizada. El buen gobierno propicia beneficios que facilitan la participación ciudadana, mantienen la estabilidad política, garantizan la transparencia y la existencia de un estado de derecho que crea confianza entre los ciudadanos (Orozco, 2001).


Es la sociedad civil la que instituye la función pública mediante la creación de un arreglo constitucional. El sistema de mérito está estrechamente vinculado con el desarrollo del capital social en base en la confianza entre los individuos que aprovecha de las ventajas del desarrollo tecnológico. Por lo tanto, el sistema de mérito se fundamenta en la confianza y proporciona seguridad jurídica para lograr una mayor eficiencia en el mercado. El sistema de méritos en la función pública neutraliza la presión de actores político-administrativos y de los diferentes grupos de interés. El arreglo institucional del sistema de méritos que sustituyó al patronazgo político fue impulsado cuando las coaliciones políticas son la respuesta al cambiante entorno competitivo de las condiciones de una economía de mercado.


Los diferentes arreglos institucionales que dan soporte a los diferentes sistemas de patronazgo o confianza política y el de méritos están orientados por la acción colectiva para la resolución de problemas. Pero ambos sistemas que fundamentan la confianza política y el mérito deben combinarse en un arreglo institucional que responda a las interrelaciones entre los requerimientos de los aparatos político-burocrático-administrativos. El sistema de méritos en la función pública se caracteriza por los requerimientos para la obtención de nombramientos mediante la presentación de exámenes, restringir la movilidad y la exigencia de la neutralidad en asuntos políticos, bajo el aseguramiento de un cuerpo regulatorio independiente (Prats; 2001).El sistema de patronazgo facilita la manipulación y el control socio-político y burocrático.


Ninguno de los dos acercamientos de la descentralización, el pragmático o el político, puede dar una explicación suficiente si los espacios para la participación popular pueden ser ampliados por la descentralización política. Esto repercutiría en la formación y reinvención de instituciones políticas más eficaces y eficientes, más contestatarias y responsables de las demandas populares, y por lo tanto más involucradas en procesos democráticos. El sistema político que incluye a las instituciones políticas y al estado deben ser los depositarios de "lo público". No obstante, las instituciones del sistema político, tales como los partidos y los movimientos políticos están perdiendo credibilidad y legitimidad en todas las sociedades, al mismo tiempo que se incrementan los niveles de inestabilidad.


Las ideologías (La ideología es el sustituto ateo de la fe, según Novak, 1999) que sustentan el nihilismo y relativismo antropológico del poder de los Estados o de los mercados totalitarios se neutralizan cuando los individuos adoptan actitudes contestatarias y se organizan en movimientos populares. El totalitarismo fue definido por Mussolini como la feroce volontá o "ansia de poder desenfrenado sin respeto alguno a la verdad" (Novak, 1999) Pero entre el relativismo moral y el control político del totalitarismo existe el autocontrol en el marco de una sociedad libre que fortalece su cultura moral. Los sistemas de sociedades totalitarias, ya sea porque tienen un partido único en el poder, por ser economías centralmente planificadas o por que son sistemas monárquicos, etc., entran en la caracterización del "Estado soy yo".


Sin embargo, las relaciones conflictivas de las diferentes expresiones de los movimientos populares siempre sujetas a condiciones de incertidumbre, no pueden ser totalmente predeterminadas sin que se sometan a tácticas de control político y manipulativo. Una subjetividad en contra del sistema capitalista emerge y se instala ideológicamente en los movimientos populares aunque liberada de un programa político radical que denota la ausencia de un modelo coherente desde la izquierda misma, pero siempre bajo un mismo denominador, la búsqueda de mejores condiciones de vida. La importancia de estos movimientos radica la apertura a la búsqueda de nuevas oportunidades, alternativas, formación de redes solidarias, creación de espacios de contrapoder, etc., como parte de procesos necesarios para la liberación de los pueblos.


Así los movimientos populares pueden representar la crítica radical social y su rechazo sistemático a todo aquello que signifique la dirección de un globalismo neoliberal. En otros casos, los movimientos son manipulados y manejados con ciertos fines estratégicos que benefician a los poderes económicos hegemónicos. Los movimientos establecen demandas en contra de sistema que son de explotación, o bien por la profundización y ampliación de la democracia. El funcionamiento de la democracia depende en buena medida en la construcción del capital social.


Ya sea que los movimientos populares elijan entre el camino de la violencia o una estrategia cliententelista, cuando se trata de participar en la política local, al menos tienen otras cuatro opciones posibles: pueden tomar la decisión de participar en contra de las instituciones estatales, participar en los partidos políticos y en las instituciones del Estado, formar alianzas más amplias con otros actores y operadores políticos enfatizando sus roles específicos más que liderazgos individuales o bien formar coaliciones con otros actores simultáneamente.


Para insertarse en los procesos de globalización es necesario enfatizar la importancia de formular e implementar una política local para el desarrollo, la cual debe complementar los esfuerzos en las lógicas propias del gobierno local, la sociedad local y el mercado local. Tarapuez y Chamorro (2001) define la política local para el fortalecimiento empresarial como "la organización de los esfuerzos y las acciones de los agentes sociales para el logro de un objetivo amplio y genérico: el desarrollo, competitividad, promoción y fortalecimiento de las MIPYMES", (micro, pequeñas y medianas empresas).


Los regímenes de gobierno presidencialistas que logran coaliciones mayoritarias multiparidistas contribuyen a alcanzar la gobernabilidad democrática. Las coaliciones multipartidistas que logra la cooperación entre sus diferentes actores políticos pueden lograr avances en la estabilidad del régimen político, presidencialista o no, mediante el apoyo popular y una adecuada formulación e implementación de políticas y estrategias para el desarrollo. Tanto los actores políticos estratégicos como los sociales y económicos aprovechan las estructuras de poder para ejercer influencia en los procesos de tomas de decisiones que favorezcan sus propios intereses. Hacia dentro del Estado nación se presenta la lucha de clase para lograr el aseguramiento del acceso a los recursos mediante la conquista del poder.


Por sí mismas, las empresas transnacionales no tienen las estructuras ni el poder que si tienen los Estados nacionales para transformar las estructuras políticas, económicas y sociales que facilitan la libre circulación y los movimientos financieros, así como los flujos comerciales internacionales. Las redes de poder atrapan a los ciudadanos y los somete a la lógica de una esfera de influencias y competencias con altos costos para quienes optan por alternativas diferentes que implican la negación de las telarañas de poder. Ramos (2001) concluye que la red de poder democrático se activa en un proceso cíclico que fluctúa entre la mercantlización y la estatalización, la adhesión y la apatía, la participación y la inhibición".


Sin embargo se está viendo cada vez más que la lealtad al partido cuenta más que la eficiencia y la competencia en muchos países La formación de alianzas políticas entre el gobierno y la sociedad, al margen de la estrategia clientelar, es un requisito indispensable para la implementación de programas con alcance socioeconómico. Las coaliciones políticas de gobierno, de acuerdo con la teoría de los eventos, terminan en forma impredecible. No obstante es posible estimar las relaciones de cooperación y conflicto entre las partes involucradas. Los conflictos que resultan de la competencia entre las empresas transnacionales y multinacionales trascienden las instituciones de los Estados nacionales porque estos no cuentan con las funciones reguladoras para solventar las diferentes situaciones que emergen de la protección de intereses de los grandes capitales transnacionales altamente especulativos. Los conflictos inter Estados tienen su origen en las resistencias que estos tienen a los procesos de globalización orientados a expandir la influencia y el poder de los capitales transnacionales para su propio beneficio. Las corporaciones transnacionales se expanden globalmente aprovechando las situaciones políticas.


La primera estrategia consiste en participar en la política local oponiéndose abiertamente en contra de las instituciones del Estado y presionar a través de alianzas con otros movimientos sociales. Para contrarrestar el influjo de los procesos de globalización económica, es necesario enfatizar la importancia de formular e implantar una política local para el desarrollo, la cual debe complementar los esfuerzos en función de las lógicas de la sociedad, el gobierno y el mercado locales. Para ello, es necesario seguir protegiendo la autonomía del movimiento y dejando las mínimas oportunidades de cooptación, aunque los alcances de éxito en sus demandas sean limitados, a menos que se trate de un movimiento fuerte capaz de arrancar concesiones importantes del Estado.


Las cooptaciones son pequeñas concesiones por los poderes hegemónicos a fin de diluir el criticismo y la oposición a los proyectos de expansión de la economía del mercado. Esta estrategia pone demasiado énfasis en las movilizaciones populares desde afuera del sistema político y descuida las relaciones entre los diferentes movimientos populares, derivándose en una tendencia que termina en la propia marginalización de los movimientos populares.


Cuando los movimientos sociales penetran las instituciones políticas y estatales para influir sus políticas, los líderes pueden alcanzar posiciones en el sistema político local. Lograrlo les permita el acceso a más recursos y a institucionalizar los cambios, aunque corren el riesgo de ser cooptados para entregar el movimiento a las estructuras clientelistas, comprometiendo su lealtad hasta que finalmente pueden perder la base de su propio movimiento.


Una tercera estrategia consiste en la formación de alianzas con otros actores y operadores políticos con la misma conversión ideológica. De tal forma que se enfatice más el desempeño de papeles específicos con un mayor peso en las demandas populares que los liderazgos individuales, en situaciones tales como vivienda, educación, sanidad, etc. Este tipo de alianzas permite a los movimientos populares crear y agrandar las oportunidades institucionales para la participación en la planeación y ejecución de políticas y programas de gobierno local.


En las alianzas entre los diferentes movimientos populares se manifiestan posibles transferencias de la autonomía en beneficio del más dominante, derivándose en las consideraciones de un viejo dilema para los movimientos absorbidos, entre la decisión de permanecer totalmente autónomo o cooptado. El movimiento popular cooptado y controlado pierde su autonomía en favor de los aliados, de quienes se hace más dependiente, relegando a segundo término a sus propias bases políticas de apoyo.


La creación de coaliciones con aliados preferidos y simultáneamente con otros actores políticos, permiten aprovechar mejor sus fortalezas, ya sea en disponibilidad de recursos o bien en capacidades específicas. Por otro lado, al mismo tiempo que las coaliciones pueden ayudar a proveer una mayor protección a los movimientos sociales, también los hace menos vulnerables frente a los cambios desafortunados y a las vicisitudes de un medio ambiente desfavorable. Schönwälder (1997) considera que las alianzas múltiples de los movimientos populares que operan en el ámbito local con una variedad de otros actores parecer ser la salvaguardia de la autonomía relativa y la forma mas apropiada para maximizar los recursos a su disposición


La sociedad civil puede también ser tipificada por los bienes mixtos que genera, los cuales pueden ser privados como los servicios exclusivos para los miembros, solidarios como los servicios de una organización de ayuda mutual, o públicos. Las actividades típicas de la sociedad civil generan como externalidades positivas, el capital social y el discurso público, también considerados como beneficios colectivos de la asociación voluntaria. Una sociedad civil vigorosa fortalece al gobierno democrático.


El eslabón perdido entre los ámbitos micro y macro del desarrollo social, sostiene (Lechner, 2000), es "una desventaja a la hora de analizar conjuntamente las relaciones de confianza generalizada y de asociatividad y, por otra parte, las normas de reciprocidad y de compromiso cívico vigentes en la sociedad." La asociatividad de las organizaciones tradicionales formales disminuye mientras se aumenta la participación en asociaciones con objetivos específicos y claros. La asociatividad y la confianza entre los individuos en una sociedad, como condiciones del capital social están disminuyendo debido en parte a la "destrucción creativa" de los procesos de modernización e indican que están en proceso de transformación. La exaltación del individualismo es una característica de los procesos de modernización capitalista que tiene implicaciones en las propuestas de las instituciones democráticas, la familia, etc. La expansión de los procesos de una globalización mitificada ha contribuido a la exaltación de un nuevo individualismo, el cual según (Giddens, 1999), "está asociado a la disfumación de la tradición y de la costumbre en nuestras vidas, un fenómeno relacionado con el impacto de la globalización entendida de un modo más amplio que la influencia de los mercados.


La asociatividad forma parte de las virtudes de los ciudadanos que participan en la gobernabilidad democrática y limita los excesos populistas, corporativistas y clientelares de los gobiernos.Las relaciones de confianza interpersonal, cooperación y compromiso cívico aprendidas en asociaciones crean un capital social que influye en el desarrollo económico y el desempeño democrático de las instituciones.


El capital social fortalece las relaciones y capacidades de la sociedad civil. El capital social se distribuye desigualmente en los diferentes grupos socioeconómicos que forman parte de la sociedad civil dependiendo de los niveles de educación e ingreso existentes. Las relaciones de confianza entre los individuos y el compromiso cívico dependen de las oportunidades y las restricciones que ofrece el contexto histórico-social. El vínculo social es un recurso del capital social para el desarrollo económico, el cual se presenta en forma neutral para ser aprovechado mediante diferentes estrategias. El capital social es un recurso acumulable que crece si se hace uso o se devalúa si no es renovado.


El capital social es una forma de reducir los costos de transacción mediante el involucramiento de las relaciones económicas en las relaciones sociales. El análisis de los costos de transacción proporcionan el contexto de la seguridad jurídica en una economía de libre de mercado. La participación en redes sociales genera una externalidad positiva mientras que el status genera una negativa. Las redes sociales por donde se transfieren los flujos de la información y el conocimiento constituyen el capital social que articula diferentes recursos, mejora "la eficiencia adaptativa de la estructura económica" y consolida mecanismos de concertación social, por lo que en tales ocasiones "el capital aparece más nítidamente como "fuerza productiva" (Lechner, 2000).


El desarrollo de las redes sociales están determinadas por un desplazamiento existente de las relaciones fuertes, permanentes y estables por otras más débiles, flexibles y pasajeras. El discurso público, de acuerdo con Wuthnow (1991b), se refiere a la habilidad de una sociedad para articular valores colectivos, para reflejarse en los problemas sociales, y para desarrollar metas políticas.



José Gpe. Vargas Hernández, M.B.A.; Ph.D.

Centro Universitario del Sur

Universidad de Guadalajara

Prol. Colón SN

Cd. Guzmán, jalisco, 49000

México

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E-mail: jvargas@cusur.udg.mx




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