Experiencias de las izquierdas gobernando
25/09/2007
- Opinión
Cuando en Colombia estamos en vísperas del debate electoral regional y local y se plantea la posibilidad para ciertos candidatos del Polo Democrático Alternativo de ser gobierno en algunas gobernaciones y alcaldías, es interesante analizar experiencias latinoamericanas de gobernantes de izquierda democrática y sobretodo los cambios producidos en estos dirigentes desde cuando eran parte de la oposición, hasta que asumen la responsabilidad de ser gobernantes de un país, una región o un municipio.
En reciente entrevista al Presidente Lula de Brasil en El País de Madrid el 16/09/2007 señala, después de un primer mandato como Presidente brasileño y empezando su segundo período, lo siguiente: “Cuando uno gobierna no tiene el derecho de actuar como actuaba cuando uno estaba en un mitin. En el Gobierno uno tiene que actuar, y lo hace de acuerdo con la correlación de fuerzas en el Congreso, y sobre todo con el presupuesto. Pero nuestro Gobierno mantiene la más sólida relación con el movimiento social. Y puedo decir hoy que en toda la historia de Brasil no ha habido un momento más sólido de la economía. Combinando algunas cosas que en Brasil no había costumbre de combinar. Por ejemplo, durante decenios, cuando Brasil se decidía a exportar, asfixiaba el mercado interno. Y cuando fortalecía el real, asfixiaba las exportaciones. Ahora estamos probando que no son cosas incompatibles.”
Esto muestra que es importante para los dirigentes y las fuerzas políticas de izquierda democrática tener la experiencia de ser gobierno en lo nacional o lo local, –y no sólo criticar desde la oposición-, porque ello les permite ponerle un principio de realidad a sus propuestas, y resituarlas en nuevas utopías de largo plazo, que deben mantenerse como referentes de las sociedades democráticas que se aspira a consolidar.
Igualmente es muy importante lo relativo a la relación de los gobernantes de izquierda con las Fuerzas Armadas y la política de seguridad y defensa del Estado, que tradicionalmente la izquierda, equivocadamente ha considerado como un tema de la llamada ‘derecha política’; al respecto lo citado a continuación de las Palabras del Presidente dela República de Bolivia, Evo Morales Ayma, en la posesión del Alto Mando militar y policial, en La Paz el 24/01/06, es ilustrativo: “Después de reflexionar profundamente como Capitán General de las Fuerzas Armadas, he entendido que es importante potenciar, fortalecer a nuestras Fuerzas Armadas, porque un país sin Fuerzas Armadas no sería un país libre, soberano, y por eso hay que fortalecerlas.” No hay duda que los sectores de izquierda democrática, deben entender que no pueden dejar el tema de la seguridad en manos exclusivas de sectores autoritarios de la sociedad, lo que algunos han denominado la ‘derecha’ política. Estas opciones políticas de izquierda democrática deben proponerle a sus sociedades alternativas acerca de cómo van a manejar el tema de la seguridad, tanto la ciudadana, como la pública y la nacional.
Lo anterior indica que las izquierdas tendrán futuro si logran ser exitosas en la conducción de los gobiernos, es decir, ir dando respuestas a problemas sociales históricamente represados como disminución de la pobreza y reducción de la inequidad con adecuado manejo de las finanzas públicas –el gobierno de Bogotá de Lucho Garzón muestra resultados positivos en este sentido-, dar a sus sociedades adecuada seguridad, impulsar los procesos de integración regional y subregional. Adicionalmente, contribuir con sus formaciones partidistas a superar la crisis de representatividad y de legitimidad que atraviesan la mayoría de las democracias latinoamericanas, incluida la nuestra. Los gobiernos del Presidente Lula en Brasil, el de Tabaré Vásquez en Uruguay y el de Michelle Bachelet en Chile son ejemplos de que esto es posible y que hay opciones de permanencia de estos gobiernos de izquierda democrática o “alternativos” en el mediano plazo.
- Alejo Vargas Velásquez, Profesor Universidad Nacional
En reciente entrevista al Presidente Lula de Brasil en El País de Madrid el 16/09/2007 señala, después de un primer mandato como Presidente brasileño y empezando su segundo período, lo siguiente: “Cuando uno gobierna no tiene el derecho de actuar como actuaba cuando uno estaba en un mitin. En el Gobierno uno tiene que actuar, y lo hace de acuerdo con la correlación de fuerzas en el Congreso, y sobre todo con el presupuesto. Pero nuestro Gobierno mantiene la más sólida relación con el movimiento social. Y puedo decir hoy que en toda la historia de Brasil no ha habido un momento más sólido de la economía. Combinando algunas cosas que en Brasil no había costumbre de combinar. Por ejemplo, durante decenios, cuando Brasil se decidía a exportar, asfixiaba el mercado interno. Y cuando fortalecía el real, asfixiaba las exportaciones. Ahora estamos probando que no son cosas incompatibles.”
Esto muestra que es importante para los dirigentes y las fuerzas políticas de izquierda democrática tener la experiencia de ser gobierno en lo nacional o lo local, –y no sólo criticar desde la oposición-, porque ello les permite ponerle un principio de realidad a sus propuestas, y resituarlas en nuevas utopías de largo plazo, que deben mantenerse como referentes de las sociedades democráticas que se aspira a consolidar.
Igualmente es muy importante lo relativo a la relación de los gobernantes de izquierda con las Fuerzas Armadas y la política de seguridad y defensa del Estado, que tradicionalmente la izquierda, equivocadamente ha considerado como un tema de la llamada ‘derecha política’; al respecto lo citado a continuación de las Palabras del Presidente de
Lo anterior indica que las izquierdas tendrán futuro si logran ser exitosas en la conducción de los gobiernos, es decir, ir dando respuestas a problemas sociales históricamente represados como disminución de la pobreza y reducción de la inequidad con adecuado manejo de las finanzas públicas –el gobierno de Bogotá de Lucho Garzón muestra resultados positivos en este sentido-, dar a sus sociedades adecuada seguridad, impulsar los procesos de integración regional y subregional. Adicionalmente, contribuir con sus formaciones partidistas a superar la crisis de representatividad y de legitimidad que atraviesan la mayoría de las democracias latinoamericanas, incluida la nuestra. Los gobiernos del Presidente Lula en Brasil, el de Tabaré Vásquez en Uruguay y el de Michelle Bachelet en Chile son ejemplos de que esto es posible y que hay opciones de permanencia de estos gobiernos de izquierda democrática o “alternativos” en el mediano plazo.
- Alejo Vargas Velásquez, Profesor Universidad Nacional
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