El miedo como vivencia espacial

18/09/2007
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  • Opinión
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En la Revista del CFIA de Costa Rica No.224, se lee: “(…) En el 2006, la categoría de proyectos “habitacionales”, generó el 52.42% de los metros cuadrados registrados ante el CFIA, esto es 4 103 048 m2, lo cual incluye a los condominios, apartamentos y viviendas individuales” (Pág.27).  Dicho reportaje, además, indica la distribución de metros cuadrados por provincia, reportando para San José 28.92% y Guanacaste 20.34%.

La importancia de referirnos a estos datos, compele a la preponderancia que el sector construcción ha adquirido en los últimos años, dentro de las actividades generadoras de riqueza y empleo en el país; así como resaltar los dos nodos de mayor incidencia constructiva: San José y Guanacaste.  Pero, a la vez, nos lleva a reflexionar sobre la tipología constructiva (habitacional, comercial, deportiva, turística, etc.), e hilando más fino, en la morfología y/o sintaxis arquitectónica que predomina en dichas tipologías.  Estos es, ¿Qué tipo de lenguaje arquitectónico apuestan, esos metros cuadrados de construcción registrados en el 2006? Si caracterizamos dicho lenguaje, ¿Qué imaginarios sociales concretiza dicha espacialización arquitectónica? Finalmente, al leer la arquitectura desarrollada en el 2006 ¿Qué tipos de representaciones, valores, imaginarios, utopías expresan y condensan dichas grafías socio-espaciales?

En el presente artículo, conferimos centralidad a la hipótesis: la oferta de seguridad urbana que adicionada a valores de consumismo (exclusividad, confort y/o novedad) produce soluciones arquitectónicas más o menos expresas de cerramiento (edge cities, urbanismo defensivo, comunidades cercadas) como nuevos productos de consumo.  Espacialización, que refuncionaliza dichas vivencias en una oferta de bienes y servicios que “garantizan” o simulan la seguridad, el confort, la exclusividad que unos pocos (los que pueden acceder) privatizando el espacio.

Dichas espacializaciones del miedo-seguridad forman exclusión física y enajenación del espacio, lo mismo que fomentan una ciudadanía desconfiada, con menos vínculos colectivos, y absorta a espacios privados (malls, centros comerciales, condominios, club´s, etc.) Simulación de seguridad dentro de los límites y la metáfora del miedo en el limbo fuera de las zonas de seguridad (agorafobia).

Ergo, la arquitectura del miedo-seguridad no es otra cosa que la afirmación material-espacial del imaginario ganador-perdedor que dentro de la dinámica del marketing potencia valores positivos y gesta una muralla de apropiación privativa de los espacios, a la vez que, naturaliza el ostracismo urbano de la seguridad-confort-exclusividad.

Como afirma Zygmunt Bauman: “la segregación de las áreas residenciales y los espacios públicos, que resultan comercialmente atractivos a los inversores y a sus clientes como remedio rápido de las ansiedades generadas por la “mixofobia”(miedo a la diferencia de estilos de vida), es en realidad la primera causa de la “mixofobia”.  Las soluciones en oferta, por así llamarlas, crean los problemas que supuestamente deben resolver; los constructores de barrios cerrados y condominios custodiados y los arquitectos de “espacios interdictorios” crean, producen e intensifican, la necesidad y la demanda que dicen satisfacer

- Javier Torres Vindas es Sociólogo y linotipista

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