Elecciones 2007, antes, durante y después
12/09/2007
- Opinión
Las elecciones del 9 de septiembre en Guatemala transcurrieron con relativa normalidad, con aceptable afluencia de votantes y sus resultados se ajustaron a los pronósticos de la mayoría de las encuestas, mientras que el abstencionismo disminuyó levemente a un 40 por ciento.
Más de 5 millones 900 mil guatemaltecos fueron convocados por el Tribunal Supremo Electoral a participar en las votaciones, la sexta desde el retorno a la institucionalidad, para elegir al presidente y vicepresidente, 158 diputados y 332 gobiernos municipales.
La campaña electoral estuvo marcada por violencia que dejó como saldo más de 50 de muertos, en contraste, la jornada de votaciones transcurrió con tranquilidad en casi todo el país, al punto de ser calificada como una "fiesta cívica, pacífica, ordenada y un ejemplo para América Latina”, por las misiones nacionales e internacionales que observaron el proceso.
El candidato presidencial de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Alvaro Colom, aventajó a su rival, Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP), con el 28.23 por ciento (926,244 votos), contra el 23.51 por ciento (771,175 votos), respectivamente, lo que los obliga a disputar una segunda vuelta el 4 de noviembre próximo; el primer aspirante ganó en 18 de los 22 distritos, mientras que el segundo logró un voto fuerte en la capital y Quetzaltenango, la segunda ciudad en importancia.
Colom es considerado por algunos analistas como de centroizquierda y su programa se basa en el combate a la pobreza, el crecimiento de la producción y la gobernabilidad, mientras que Pérez Molina, un general retirado y director de inteligencia militar durante el conflicto armado interno, propone un gobierno de mano dura para resolver la inseguridad; ambas propuestas mantienen la continuidad del modelo económico.
Los resultados de los comicios presidenciales y para diputaciones han sido aceptados por los diferentes adversarios, sin, embargo, tal y como se previó, se generaron disturbios y manifestaciones, algunos que aún se mantienen, en diversos municipios, por inconformidad con la elección de autoridades locales.
Los problemas más graves se dieron en El Cerinal y El Teocinte, en el suroriental departamento de Santa Rosa, donde los inconformes quemaron las urnas, por considerar que hubo fraude; en el occidente, en San Pedro Necta, Huehuetenango, correligionarios de varios partidos tomaron como rehenes a los fiscales de la UNE, a quienes acusaron de hacer campaña durante la votación a favor de su candidato.
Los incidentes se extendieron a Villa Nueva, municipio del departamento de Guatemala, donde hubo protestas por la reelección del jefe edil; en tanto que en el norte del país, en Tucurú, Alta Verapaz, también sucedieron hechos violentos con saldo de tres personas fallecidas.
En La Tinta, Lanquín y Panzós, del mismo departamento, se registraron protestas violentas contra los alcaldes electos, a quienes amenazaron con linchar y quemar vivos; en San Marcos La Laguna, Sololá, un municipio considerado pacífico, la población se reveló contra la autoridades del TSE, a quienes acusaron de facilitar el fraude.
En los municipios de Masagua y Palín, en el sureño departamento de Escuintla, también hubo protestas y serios disturbios, en el último lugar los inconformes incendiaron la casa de la autoridad electa y provocaron daños al edificio municipal; estos hechos se replicaron en San Juan Bautista, Suchitepéquez, San Lucas y La Antigua Guatemala, Sacatepéquez, aunque en la ciudad colonial las protestas han sido pacíficas.
Los conflictos locales se originaron por la reelección de los jefes ediles, a quienes sus opositores señalan de cometer actos de corrupción, de cerrar las puertas de la comuna a los vecinos y de no trabajar por la comunidad; también hubo impugnaciones por supuestas anomalías en el padrón electoral.
Las protestas violentas fueron disueltas por la Policía Nacional Civil (PNC), que capturó a por lo menos 73 personas, quienes quedaron procesadas en los tribunales tras ser sindicadas por el Ministerio Público (MP) y aunque en algunas localidades ya volvió la calma, en otras existen indicios de que podrían surgir confrontaciones en los próximos días.
La misión de observación de la Unión Europea (UE) lamentó los incidentes en las comunidades, donde el crimen organizado y el narcotráfico están infiltrados en los partidos, como lo expresaron los verificadores, antes de los comicios.
A pesar de estos hechos violentos, la misión de la UE se manifestó satisfecha por el desarrollo "pacífico y ordenado" de las elecciones generales, ejemplares para América Latina"; la Embajada de Estados Unidos en Guatemala también aplaudió el proceso.
Los Magistrados del TSE llamaron este jueves a la población, para que mantengan la calma y que respeten los resultados de los comicios, los que se llevaron a cabo bajo la vigilancia de miles de observadores internacionales y nacionales, que han dado su visto bueno a este evento electoral.
El eurodiputado alemán, Wolfgang Kreissl-Dörfler, jefe de la misión, dijo que las votaciones "fueron un ejemplo magnífico para América Latina", incluso, para Alemania, donde aconsejará que se "hagan comicios más felices”.
El Tribunal Supremo Electoral también se elogió por el éxito del evento; el presidente magistrado de ese órgano, Óscar Bolaños, criticó a los sectores que auguraban esta fiesta cívica como un fracaso y con incidentes.
Un detalle que resaltó durante las votaciones fue la participación de mujeres y jóvenes, lo que calificaron las diferentes misiones de observación, como "una muestra de que quieren participar en el desarrollo democrático del país".
Más de 5 millones 900 mil guatemaltecos fueron convocados por el Tribunal Supremo Electoral a participar en las votaciones, la sexta desde el retorno a la institucionalidad, para elegir al presidente y vicepresidente, 158 diputados y 332 gobiernos municipales.
La campaña electoral estuvo marcada por violencia que dejó como saldo más de 50 de muertos, en contraste, la jornada de votaciones transcurrió con tranquilidad en casi todo el país, al punto de ser calificada como una "fiesta cívica, pacífica, ordenada y un ejemplo para América Latina”, por las misiones nacionales e internacionales que observaron el proceso.
El candidato presidencial de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Alvaro Colom, aventajó a su rival, Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP), con el 28.23 por ciento (926,244 votos), contra el 23.51 por ciento (771,175 votos), respectivamente, lo que los obliga a disputar una segunda vuelta el 4 de noviembre próximo; el primer aspirante ganó en 18 de los 22 distritos, mientras que el segundo logró un voto fuerte en la capital y Quetzaltenango, la segunda ciudad en importancia.
Colom es considerado por algunos analistas como de centroizquierda y su programa se basa en el combate a la pobreza, el crecimiento de la producción y la gobernabilidad, mientras que Pérez Molina, un general retirado y director de inteligencia militar durante el conflicto armado interno, propone un gobierno de mano dura para resolver la inseguridad; ambas propuestas mantienen la continuidad del modelo económico.
Los resultados de los comicios presidenciales y para diputaciones han sido aceptados por los diferentes adversarios, sin, embargo, tal y como se previó, se generaron disturbios y manifestaciones, algunos que aún se mantienen, en diversos municipios, por inconformidad con la elección de autoridades locales.
Los problemas más graves se dieron en El Cerinal y El Teocinte, en el suroriental departamento de Santa Rosa, donde los inconformes quemaron las urnas, por considerar que hubo fraude; en el occidente, en San Pedro Necta, Huehuetenango, correligionarios de varios partidos tomaron como rehenes a los fiscales de la UNE, a quienes acusaron de hacer campaña durante la votación a favor de su candidato.
Los incidentes se extendieron a Villa Nueva, municipio del departamento de Guatemala, donde hubo protestas por la reelección del jefe edil; en tanto que en el norte del país, en Tucurú, Alta Verapaz, también sucedieron hechos violentos con saldo de tres personas fallecidas.
En La Tinta, Lanquín y Panzós, del mismo departamento, se registraron protestas violentas contra los alcaldes electos, a quienes amenazaron con linchar y quemar vivos; en San Marcos La Laguna, Sololá, un municipio considerado pacífico, la población se reveló contra la autoridades del TSE, a quienes acusaron de facilitar el fraude.
En los municipios de Masagua y Palín, en el sureño departamento de Escuintla, también hubo protestas y serios disturbios, en el último lugar los inconformes incendiaron la casa de la autoridad electa y provocaron daños al edificio municipal; estos hechos se replicaron en San Juan Bautista, Suchitepéquez, San Lucas y La Antigua Guatemala, Sacatepéquez, aunque en la ciudad colonial las protestas han sido pacíficas.
Los conflictos locales se originaron por la reelección de los jefes ediles, a quienes sus opositores señalan de cometer actos de corrupción, de cerrar las puertas de la comuna a los vecinos y de no trabajar por la comunidad; también hubo impugnaciones por supuestas anomalías en el padrón electoral.
Las protestas violentas fueron disueltas por la Policía Nacional Civil (PNC), que capturó a por lo menos 73 personas, quienes quedaron procesadas en los tribunales tras ser sindicadas por el Ministerio Público (MP) y aunque en algunas localidades ya volvió la calma, en otras existen indicios de que podrían surgir confrontaciones en los próximos días.
La misión de observación de la Unión Europea (UE) lamentó los incidentes en las comunidades, donde el crimen organizado y el narcotráfico están infiltrados en los partidos, como lo expresaron los verificadores, antes de los comicios.
A pesar de estos hechos violentos, la misión de la UE se manifestó satisfecha por el desarrollo "pacífico y ordenado" de las elecciones generales, ejemplares para América Latina"; la Embajada de Estados Unidos en Guatemala también aplaudió el proceso.
Los Magistrados del TSE llamaron este jueves a la población, para que mantengan la calma y que respeten los resultados de los comicios, los que se llevaron a cabo bajo la vigilancia de miles de observadores internacionales y nacionales, que han dado su visto bueno a este evento electoral.
El eurodiputado alemán, Wolfgang Kreissl-Dörfler, jefe de la misión, dijo que las votaciones "fueron un ejemplo magnífico para América Latina", incluso, para Alemania, donde aconsejará que se "hagan comicios más felices”.
El Tribunal Supremo Electoral también se elogió por el éxito del evento; el presidente magistrado de ese órgano, Óscar Bolaños, criticó a los sectores que auguraban esta fiesta cívica como un fracaso y con incidentes.
Un detalle que resaltó durante las votaciones fue la participación de mujeres y jóvenes, lo que calificaron las diferentes misiones de observación, como "una muestra de que quieren participar en el desarrollo democrático del país".
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