Ecuador: Hacia el rediseño de la lucha salarial de los trabajadores
11/02/2002
- Opinión
En la lucha política, las clases dominantes consolidan su sistema de
explotación mediante la acumulación de poder político(1), la
imposición de su lenguaje altamente ideológico(2), de normas legales
que institucionalizan procedimientos a los cuales someten a las clases
dominadas, etc.
Para la consolidación de su dominación recurren a difundir su lenguaje
a través de los grandes medios de comunicación, los "intelectuales
funcionales", la academia, etc. A ese esfuerzo, consciente o
inconscientemente, se suman incluso los voceros de las clases
dominadas, al utilizar tal lenguaje y abandonar el uso de las
categorías y conceptos propios de su clase, lo que termina por
distraerlos de sus objetivos, con lo que incluso acaban por afectar
los intereses de los trabajadores en un doble sentido, en su condición
de vida y en su capacidad insurgente.
Las normas legales, por su parte, inducen a las clases dominadas a
resolver sus demandas en el "campo" trazado por la burguesía, mediante
la imposición de procedimientos para institucionalizar las luchas de
los trabajadores, objetivo al que se agrega el sometimiento de los
dominados, por la aceptación, casi inconsciente, de lo que la
burguesía declara como "legítimo" o "ilegítimo", instrumentos todos
que, mediante la institucionalización, "domestican" a las clases
dominadas, principalmente cuando parte de los directivos de los
trabajadores son hasta tal grado inconscientes que parecen no tener
ojos, los cuales bastan, para ver: "... que nuestros gobiernos, esos
que para bien o para mal elegimos y de los que somos, por lo tanto,
los primeros responsables, se van convirtiendo cada vez más en meros
comisarios políticos del poder económico, con la misión objetiva de
producir las leyes que convengan a ese poder, para después, envueltas
en los dulces de la pertinente publicidad oficial y particular,
introducirlas en el mercado social sin suscitar demasiadas protestas,
salvo las de ciertas conocidas minorías eternamente
descontentas..."(3), o, lo que es más repudiable, cuando son cooptados
por la burguesía, mediante bastardas dádivas y prebendas de menor
monto.
El procedimiento impuesto y aceptado actualmente, por parte de los
dirigentes de las organizaciones sindicales de los trabajadores, y las
luchas políticas, habitualmente extemporáneas, para la fijación de
sueldos y salarios permite ejemplificar objetiva y adecuadamente lo
antes comentado. Estudiemos las razones de nuestro aserto, sobre la
base de las características del proceso de fijación del SMV en el
Ecuador.
En el Ecuador, hacia fines de cada año se procede a definir el nivel
del Salario Mínimo Vital (SMV), mediante una "negociación" (según el
lenguaje de la dominación), en las denominadas Comisiones
Tripartitas(4) (gobierno, trabajadores y empresarios), las cuales
habitualmente terminan con la fijación del nuevo nivel por el
gobierno, sobre la base de la inflación estimada para el año que
comienza, en función de las leyes aprobadas para el efecto por el
Congreso Nacional, o con la aceptación por parte de los representantes
de los dirigentes sindicales, lo cual no significa, de manera alguna,
que los niveles que acuerdan beneficien a los trabajadores como podría
presumirse(5).
Respecto a los instrumentos y metodología antes mencionados, valga
establecer algunas premisas:
a.- El aceptar como instrumento válido la "negociación" tripartita
conlleva olvidar que el Estado representa a las clases dominantes, las
cuales copan su institucionalidad y lo utilizan para la defensa de sus
intereses(6). En consecuencia, a más de que la "negociación"(7) no es
tal, las decisiones de gobierno siempre favorecen a las clases
dominantes, como lo comprueba, por ejemplo, que los niveles del SMV
aprobados, en todos y cada uno de los años, siempre sean contrarios a
los intereses de los trabajadores, como se demuestra más adelante;
b.- El reconocer la validez legal de lo decidido en las "Comisiones
Tripartita", legitima los niveles de SMV que se fijan, por lo que la
lucha de los trabajadores contra la decisiones aprobadas, a más de
tardía, se vuelve "ilegítima", situación que limita la participación e
incluso desmoviliza a parte de los trabajadores menos politizados; y,
c.- Lo que es más importante, desconoce que la acumulación capitalista
exige un incremento constante de las ganancias, por lo que la
burguesía siempre trata de aumentarlas deprimiendo los salarios
relativos(8). Para ello acude a recursos tales como la negociación
del aumento de los salarios nominales e incluso reales, ya que sabe
que: "El salario relativo puede disminuir aunque aumente el salario
real simultáneamente con el salario nominal, con el valor en dinero
del trabajo, siempre que estos no suban en la misma proporción que la
ganancia"(9).
Adicionalmente, debe advertirse que desde la perspectiva de la teoría
de los trabajadores, el SMV no debe negociarse únicamente sobre al
base de la inflación futura, como lo establecen las normas legales
adoptadas por la burguesía ecuatoriana, ya que tal aceptación, por
parte de la dirigencia de los trabajadores, implica:
a.- La no-consideración de la inflación pasada y la consecuente la
pérdida de capacidad adquisitiva de los salarios que genera, con lo
que se consagra la aceptación de un precio de la fuerza de
trabajo inferior a su valor, lo que, inevitablemente,
determina una caída en el nivel de vida de los trabajadores, a la vez
que incrementa la diferencia de su posición social respecto a la
burguesía, lo que tiene una serie de consecuencias, como el sumir a
los trabajadores en un círculo viciosos de pobreza -inadecuada
alimentación, inclusión en un pobre sistema educativo, bajos
rendimientos escolares por la inadecuada alimentación y otras
carencias (útiles y libros escolares), mala formación, ubicación
laboral precaria, bajos ingresos, inadecuada alimentación, etc- en
tanto que a las clases dominantes les es propio un círculo virtuoso,
exactamente contrario al vicioso antes descrito; y,
b.- Desconocer un principio básico de la teoría de los trabajadores,
el que establece que: "El coste de producción de la fuerza de trabajo
simple se cifra siempre en los gastos de existencia y reproducción
del obrero. El precio de este coste de existencia y reproducción
es el que forma el salario. El salario así determinado es lo que se
llama el salario mínimo"(10), mínimo entendido por Marx en
términos físicos. Efectivamente Marx afirma que: "Su límite
mínimo esta determinado por el elemento físico; es decir, para
poder mantenerse y reproducirse, para poder perpetuar su existencia
física, la clase obrera tiene que obtener los artículos de primera
necesidad absolutamente indispensables para vivir y multiplicarse. El
valor de estos medios de sustento indispensables constituye, pues, el
límite mínimo del valor del trabajo".
De lo antes expresado, puede concluirse que el precio total de los
bienes y servicios indispensables para la existencia y la
reproducción de las familias de los trabajadores (que en el
caso del Ecuador se incluyen en la denominada "Canasta Familiar
Básica"(11)), debe ser el parámetro mínimo de negociación salarial de
los trabajadores. Lo contrario implica aceptar una posición contraria
a la existencia y reproducción de las familias de los
trabajadores ecuatorianos.
El plantear que la lucha salarial se base en el costo de la "Canasta
Familiar Básica", genera el inmediato aparecimiento de voces opuestas
-explicables desde las filas de la burguesía más no de las de los
trabajadores-, las que argumentan que tal enfoque no procede por la
crisis actual que soporta el Ecuador, argumento falaz cuando se
recuerda que los niveles salariales aprobados y, consecuentemente, los
ingresos de los trabajadores han sido en la historia del Ecuador,
siempre insuficientes para cubrir los costos de la "Canasta Familiar
Básica"; trágica constante de la historia ecuatoriana, tanto en los
períodos de crisis como de bonanza, como lo demuestran, por ejemplo,
las cifras correspondientes a todos los gobiernos del último período
"democrático", desde agosto de 1982 a la fecha, indiferentemente de
sus "diferencias" políticas. Efectivamente, en los gobiernos:
"Populistas" (Jaime Roldós Aguilera y Abdalá Bucarám Ortiz), Demócrata
Cristianos (Osvaldo Hurtado Larrea y Jamil Mahuad), Social Cristiano
(León Febres Cordero), Socialdemócrata (Rodrigo Borja Cevallos), y el
actual del Demócrata Cristiano de Gustavo Noboa Bejarano, han sido
obsecuentes servidores, consecuentes con los intereses de la
minoritaria burguesía ecuatoriana, esfuerzo en el cual no han dudado
en fijar salarios para los trabajadores inferiores al costo de la
"Canasta Familiar Básica, e incluso de la "Canasta de Pobreza"(12).
El papel que puede jugar el costo de la "Canasta Familiar Básica",
sumado al trágico consenso anti-obrero que se observa en el gobierno
de Gustavo Noboa Bejarano, le indujo a manipularla con el objetivo de
sub-valorarla, para lo cual redujo el número de miembros de las
familias. Efectivamente, el gobierno de Noboa estipuló que el número
promedio de miembros de una familia se reduzca de 5 a 4, supuestamente
por el incremento acelerado de la emigración de ecuatorianos al
exterior, promedio que si bien estadísticamente podría ser cierto, no
lo es objetivamente desde la perspectiva de las familias de menores
ingresos, por las siguientes razones:
a.- Las familias ecuatorianas cuyos miembros perciben SMV,
habitualmente son más numerosas que las familias de mayores ingresos,
por lo que el análisis debe realizarse por estratos poblacionales y no
mediante promedios aritméticos, para reconocer, precisamente, esas
diferencias; y,
b.- Los gastos que demandan la emigración, rebasan con creces la
capacidad financiera de los grupos más deprimidos, por lo que aquella
se concentra, fundamentalmente, en los grupos medios.
El gobierno de Noboa Bejarano, en su afán de ocultar los resultados de
su política anti-obrera, a más de la sub-valorar el costo de la
canasta, mantuvo el número de los perceptores de ingreso, desestimando
una realidad evidente -como lo demuestra irrefutablemente cualquier
análisis sobre emigraciones-, la participación en el proceso
emigratorio de uno de los dos miembros que se supone generan ingresos
(la madre o el padre), lo que obligaba, si de atenerse a la verdad
objetiva se trataba, a reducir el número de preceptores a 1 y no a
mantenerlo en 2 como efectivamente ocurrió. Este acción claramente
dolosa le permitió reducir la diferencia entre los ingresos y el costo
de la "Canasta Familiar Básica".
Los procedimientos anteriores, como es evidente, sub-valoran el costo
de la "Canasta Familiar Básica" y, simultáneamente, sobre-valoran los
ingresos, con lo cual se reduce la diferencia entre los ingresos y el
costo de la canasta, en burdo afán de escamotear la realidad, de
ocultar la depauperización y marginamiento en la que está sumida la
mayoría de los trabajadores ecuatorianos.
A pesar de la burda maniobra antes denunciada, el incremento del 1.8%
registrado en los precios de la "Canasta Familiar Básica" (enero del
2002), determinó que el costo de la canasta se ubique en 319 dólares
al mes, en tanto que el ingreso mínimo de una familia de cuatro
miembros era de sólo 221 dólares, cifras que, al relacionarse,
advierten que las familias de los trabajadores no pueden adquirir
bienes y servicios por la suma de 98 dólares, o lo que es lo mismo,
tienen que dejar de comprar bienes indispensables para su
reproducción e incluso su existencia.
El problema planteado es aún más grave, si se considera que el costo
de la "Canasta de Pobreza", esto es aquella que incluye los bienes y
servicios con los cuales los trabajadores sólo pueden existir
precariamente, se elevó en enero del 2002 a 243 dólares, valor
superior al sobre-valorado ingreso familiar de 221 dólares,
situación que permite concluir que los ingresos de las familias de los
trabajadores ecuatorianos incluso no son suficientes para asegurar una
precaria existencia, peor para una adecuada reproducción,
situación que, igualmente, es una constante en la historia del
Ecuador(13). Como comentario al margen debe señalarse que como parte
de la tragicomedia que constituye el gobierno de Gustavo Noboa, desde
julio del 2000 la "Canasta Familiar de Pobreza", pasó a denominarse
"Canasta Familiar Vital", burda maniobra de ocultación, alevosa,
cínica y del más despreciable humor macabro, al denominar como
"vital", esto es lo relativo a la vida, de suma importancia o
trascendente, a aquello que somete a una lenta agonía y muerte a los
trabajadores ecuatorianos.
Para ilustrar la gravedad de la situación de los trabajadores
ecuatorianos, valga recordar que de acuerdo a la terminología oficial,
las familias ecuatorianas que tienen ingresos inferiores a 243 dólares
mensuales y que se ubican en el grupos de los pobres, sumaban un total
de 9.1 millones de ecuatorianos en el año 2000, equivalentes al 71% de
la población total del Ecuador actual, cifras que hablan por sí solas.
Si a lo expresado en el párrafo inmediato anterior se agrega que, a
diciembre del 2001, los subempleados y los desocupados equivalían al
75% de la Población Económicamente Activa (PEA), y que estos grupos
tienen ingresos menores a quienes mantienen empleos permanentes o
simplemente no perciben ingresos, es obvio que no pueden adquirir ni
siquiera los bienes y servicios necesarios para su existencia.
Este grupo es denominado oficialmente como pobres en extremo o
indigentes, connacionales cuyo número se elevó a 4.5 millones en el
año 2000, los que, sumados a los pobres, grafican la magnitud de la
tragedia nacional a la que le ha conducido el capitalismo neoliberal
al cual adscribe irrestrictamente el gobierno de Noboa.
El análisis anterior sobre la insuficiencia de los ingresos respecto
al costo de la "Canasta Familiar Básica", es susceptible de extenderse
a los trabajadores que venden su fuerza de trabajo en las empresas que
operan en las diferentes ramas de actividad económica, en las que se
supone que sus ingresos son superiores al SMV, como lo pretende el
poder.
Efectivamente, si se analiza la información que sobre "Renta Primaria
Promedia Mensual" que contienen los "Indicadores de Coyuntura del
Mercado Laboral Ecuatoriano", sobre la base de la información de
Cuenca, Guayaquil y Quito, elaborados por el Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos (INEC) para el mes de noviembre del 2001 (último
mes para el cual se dispone de información), se comprueba que los
ingresos oscilaron entre un máximo de 320 dólares (Administradores
Públicos) y un mínimo de 100 dólares (Trabajadores no calificados), y
que solo los ingresos promedios mensuales de los Administradores
Públicos, superaban el costo de 314 dólares al que ascendió, en ese
mismo mes, la "Canasta Familiar Básica", según el propio INEC. Los
restantes grupos de trabajadores: Profesionales Científicos e
Intelectuales; Técnicos y Profesionales de Nivel Medio; Empleados de
Oficina; Trabajadores de Servicios y Vendedores en Comercio;
Agricultores y Trabajadores Calificados Agropecuarios y Pesqueros;
Oficiales y Operarios de Industrias Extractivas y de la Construcción;
Operadores de Instalaciones y Maquinarias; y, Trabajadores No
Calificados, percibían ingresos promedios mensuales de 280,200, 179,
120, 120, 120, 160, y 100 dólares, respectivamente, todos ellos
inferiores al precio de la "Canasta Familiar Básica".
Así observado el problema, la lucha política por los salarios debería
concentrarse en:
a.- Lograr niveles salariales indispensables para cubrir el costo de
la "Canasta Familiar Básica", ya que, ello es lo mínimo que deben
reclamar los trabajadores para que su familia pueda subsistir, para
poder educarse y educar a sus hijos y disfrutar de alguna diversión,
derecho mínimo de todo ecuatoriano, a lo que se agrega que el reajuste
anual del costo de esa canasta, implica, de hecho, considerar la
inflación pasada;
b.- Proponer modificaciones a las leyes laborales vigentes, para que
se apruebe el costo de la "Canasta Familiar Básica", como el parámetro
sobre el cual debe establecerse el nivel anual mínimo del SMV;
c.- Develar todo lo que se esconde tras el lenguaje oficial, cuando
utiliza los conceptos de "Canastas Familiar Básica" o "Vital" Para
ello es indispensable traducirlas, siempre a sus equivalentes en
bienes y servicios, para que los trabajadores puedan objetivizar con
mayor facilidad las implicaciones que tratan de ocultarse;
d.- Rechazar el uso de término "Canasta Familiar Vital", en la
práctica diaria y en el discurso, ya que su uso, implícitamente,
desestima las aspiraciones mínimas de los trabajadores, al mismo
tiempo que otorga a las clases dominantes y sus testaferros mayor
capacidad de maniobra y engaño, al poder jugar con un valor
comparativo menor que el de la "Canasta Familiar Básica" y hacer uso
de una denominación sugerente; y,
e.- Rechazar el lenguaje eufemístico propio de la dominación, en la
práctica diaria y en el discurso, de los términos "restricción" o
"desfase", con los que se califica a la diferencia entre los costos de
las canastas y los ingresos de las familias trabajadoras, advirtiendo,
simultáneamente, que su uso por parte de las clases dominantes y sus
apologistas sólo pretende ocultar el subconsumo al que se somete a los
trabajadores ecuatorianos, la imposibilidad física que la política
salarial actual impone a la existencia y reproducción de
las familias de los trabajadores, al reducirlas a la mera
subsistencia.
Todo ello sin dejar de insistir en que la satisfacción de los
requerimientos de los trabajadores, en última instancia es incluso del
interés de la burguesía ecuatoriana, si se recuerda que: "El capital
es un producto colectivo; no puede ser puesto en movimiento sino por
la actividad conjunta de muchos miembros de la sociedad y, en último
término, sólo por la actividad conjunta de todos los miembros de la
sociedad", ya que: "El capital no es, pues, una fuerza personal; es
una fuerza social"(14).
La comprensión de la política salarial de los trabajadores desde la
perspectiva de la lucha de clases, igualmente permitirá fortalecer la
solidaridad entre los empleados y los desempleados, borrar la supuesta
oposición de intereses que la burguesía pretende en forma soterrada
imponer entre esos dos sectores, aglutinar a los sectores populares
desempleados y avanzar en su organización(15), en procura de conseguir
el pago, por parte del Estado, de un ingreso para los desocupados(16).
Esta acción conjunta, solidaria de los desempleados y los empleados,
igualmente nos permitirá entender que la existencia de un, cada vez
mayor, ejército industrial de reserva responde a una acción
consciente de la política neoliberal avanzada por la burguesía
ecuatoriana, que pretende utilizarlo como instrumento para deprimir
aún más los salarios, y para desmovilizar a los empleados mediante el
miedo a perder su puesto de trabajo.
Finalmente, es necesario insistir en que la lucha política por la
elevación de los salarios de los trabajadores en niveles que les
permitan comprar los bienes y servicios necesarios para su existencia
y reproducción como clase, se contrapone a los esfuerzos que despliega
la burguesía por incrementar su tasa de ganancia, por lo que los
obreros, en tanto subsista el capitalismo y el sistema de dominación
burguesa, no podrán alcanzar más que victorias coyunturales, de corto
plazo, no por ello menos importantes para la acumulación de fuerzas
indispensables para el ataque final al poder.
La posibilidad cierta, entonces, para que los obreros y trabajadores
reciban ingresos que les permita satisfacer las necesidades familiares
solo será posible cuando se destruya el sistema capitalista, lo que
permitirá acabar con la contradicción entre las ansias de ganancias
cada vez mayores del reducido número de burgueses con la necesidad
imperiosa de la gran mayoría de trabajadores, para disponer de
salarios que les permitan salir de la situación de pobreza e
indigencia, en la cual les sume actualmente la voracidad burguesa, con
el apoyo del Estado, del poder legislativo y los gobierno de turno
que, bajo el amparo de lo estipulado como "legal" (que les permite
presumir una aparente neutralidad), conscientemente aprueban alzas que
saben, a ciencia cierta, que favorecen los intereses de la burguesía
intermediaria y transnacional, y hunden a los trabajadores
ecuatorianos y sus familias, aún más, en la pobreza e indigencia.
A forma de corolario
Quienes fungen, actualmente, como dirigentes de los trabajadores y que
acuden a las mesas de negociaciones, por cierto, tienen todo el
derecho a operar en el marco de la institucionalidad, de continuar
participando en las "Comisiones Tripartitas" en clara demostración de
su adhesión a la propuesta socialdemócrata de concretar "Pactos
sociales"; de continuar "negociando" los niveles salariales en las
mencionadas comisiones, a pesar del "poder" desigual que caracteriza a
aquellas; a aceptar como parámetro de negociación la inflación futura
estimada, desestimando la erosión de la que han sido objeto los
salarios en toda la historia nacional. Mas, si optan por esa
alternativa, tienen igualmente la obligación de informar a sus
dirigidos que su actitud consagra la pobreza como condición de vida de
los trabajadores ecuatorianos. Explicarles por qué: "De un modo
consciente o inconsciente", se han convertido en: "el dócil y
burocratizado sindicalismo (..), en gran parte, responsable del
adormecimiento social resultante del proceso de globalización
económica en marcha"(17).
Una disgresión necesaria a propósito de los Comités
Tripartitos.
Lenín, en forma reiterada e irónica (como lo demuestra el
entrecomillado que utiliza) pone énfasis en rechazar la tesis de la:
"La lucha económica de los obreros contra los patronos y el gobierno",
afirmando que: " ‘La lucha económica contra el gobierno’ es
precisamente política tradeunionista, que está a una distancia grande,
pero muy grande, de la política socialdemócrata"(18).
La razón para que Lenín califique de esa forma a "la lucha económica
contra el gobierno", responde a dos razones:
a.- A que: ".. el tradeunionismo implica precisamente la esclavización ideológica de los obreros por la burguesía"(19), ya que el economicismo, lo que hace, en esencia no es más que lograr que: "... los vendedores de la fuerza de trabajo aprendieran a vender esa ‘mercancía’ con mayores ventajas y a luchar contra los compradores en el terreno de transacciones puramente comerciales", en tanto que: "La socialdemocracia dirige la lucha de la clase obrera no sólo para obtener condiciones ventajosas de venta de la fuerza de trabajo, sino para que sea destruido el régimen social que obliga a los desposeídos a vender su fuerza de trabajo a los ricos"; y, b.- A que: "La socialdemocracia representa a la clase obrera no solo en su relación con un grupo determinado de patronos, sino en sus relaciones con todas las clases de la sociedad contemporánea, con el Estado como fuerza política organizada"(20), por lo que: "..considera su deber presentar al gobierno esta exigencia no solo sobre el terreno de la lucha económica, sino también sobre el terreno de todas las manifestaciones en general de la vida social y política. En una palabra, como la parte al todo, subordina la lucha por las reformas (económicas N.A.) a la lucha revolucionaria por la libertad y el socialismo"(21). En otros términos, lo que Lenín pone de relieve es, por una parte, la restricción político-ideológica que impone la negociación económica con el gobierno, y, lo que es más sustantivo, que el gobierno es el órgano que ejercita el poder, directamente, a favor del sistema de dominación, entendido éste como el conjunto de clases dominantes, frente a las cuales, la lucha popular debe enfrentar a toda la acción gubernamental y, con ello, a todas las clases dominantes, no sólo en el plano económico, sino y fundamentalmente, en lo ideológico y teórico. En consecuencia, la participación en las "negociaciones" de las Comisiones Tripartitas", contrariamente a lo que se afirme, ante las masas obreras termina por reducir el conflicto a lo económico, ya que, es ello y no más que ello, lo que aquellas captan, objetivizan. Lo contrario es creer en el "espontaneismo" que sugiere que los obreros y los trabajadores son capaces de elevar, de convertir a las luchas "económicas" en luchas políticas, en luchas por el poder político. Al respecto valga recordar que: "La conciencia política de clase no se le puede aportar al obrero más que desde el exterior, esto es, desde fuera de la lucha económica, desde fuera de las relaciones entre obreros y patronos. La única esfera en que se puede encontrar estos conocimientos es la esfera de las relaciones de todas las clases y capas con el Estado y el gobierno, la esfera de las relaciones de todas las clases entre sí"(22). Así planteado el problema, resulta ocioso explicar por qué el análisis apuesta al abandono de los Comités Tripartitos por parte de las organizaciones sindicales que se plantean una profunda transformación del capitalismo, cuanto más que existe una conciencia plena de que en tales comisiones, siempre, inevitable y en forma permanente, las resoluciones favorecen a las clases dominantes, sin consideración incluso a lo que establece la Constitución Política del Ecuador, la que, en su artículo 35 que: "El trabajo es un derecho y un deber social. Gozará de la protección del Estado, el que asegurará al trabajador el respeto a su dignidad, una existencia decorosa y una remuneración justa que cubra sus necesidades y las de su familia"(23), la que, según el artículo 23, numeral 20 de la Constitución, debe ser suficiente para asegurar uno de los derechos civiles irrenunciables: "El derecho a una calidad de vida que asegure la salud, alimentación y nutrición, agua potable, saneamiento ambiental, educación, trabajo, empleo, recreación, vivienda, vestido y otros servicios sociales necesarios", lo que traducida en términos de bienes y servicios está representada, precisamente, por la "Canasta Familiar Básica", cuyo costo es muy superior a los niveles salariales aprobados en las Comisiones Tripartitas, como quedó demostrado. En consecuencia, la participación en las Comisiones Tripartitas también avala una violación constitucional, y, en consecuencia, impide la lucha de los trabajadores contra aquella violación, contra el gobierno y todas las clases que lo sustenta y a cuyos intereses responde esa violación, por más que los argumentos legales sean absolutamente suficientes para demostrarlo, como lo comprueba, en forma fehaciente e irrefutable, Diego Delgado Jara en su último estudio: "La Supremacía Constitucional de los Derechos Laborales"(24). Finalmente valga analizar el argumento que defiende la participación en las Comisiones Tripartitas, sobre la base de "la debilidad actual del movimiento obrero en el Ecuador", lo que, de cierta manera, determinaría que deban mantenerse las negociaciones tripartitas como parte de las luchas obreras. Para el efecto es importante reconocer varias de las causas y las características de ese debilitamiento. A nuestro criterio, el debilitamiento del movimiento obrero, precisamente, deviene de haber otorgado prioridad a un modelo burocratizado e institucional, como son las negociaciones tripartitas, en detrimento de las luchas directas de las organizaciones de los trabajadores con sus respectivas patronos. Es el producto de del debilitamiento de la lucha a nivel de las organizaciones de primer nivel, en beneficio de la institucionalización de las negociaciones con la participación de las organizaciones de segundo o tercer nivel. Lo anteriormente expuesto se demuestra por la presencia actual de dos situaciones distintas en el movimiento obrero, exactamente contrarias, por una parte, una fuerte presencia y alta combatividad en las organizaciones obreras y de trabajadores, en las cuales se privilegio la confrontación a nivel de las respectivas unidades productivas, como es el caso de los trabajadores eléctricos, petroleros, de la educación, de la salud, etc; y, por otra, un progresivo debilitamiento ostensible de la capacidad de convocatoria de las organizaciones de tercer nivel, lo que, entre otras razones, obedece, precisamente, al repudio que genera entre los trabajadores las decisiones adversas a sus intereses, que se adoptan, con la participación de los dirigentes de los trabajadores de tercer nivel, en las distintas comisiones tripartitas. Lo anterior, por cierto, no pretende disminuir el rol que les corresponde a las organizaciones de segundo y tercer nivel. Por el contrario, su papel es invalorable en la conducción de la lucha global de los obreros y trabajadores contra la política global del Estado y el gobierno. No olvidemos que, en términos teóricos, son sus directivos los llamados a elevar la conciencia política de sus asociados, a convertirse en ese exterior al que se refería Lenín. Lo que se pretende, entonces, es advertir que perdieron su derrotero cuando optaron por el camino institucional, burocrático de las Comisiones Tripartitas y otras Comisiones similares, lo que incluso ha permitido a ciertos directivos a convertirse en usufructuarios de posiciones burocráticas, incluso en las instancias del gobierno con el cual se sientan a negociar, precisamente sobre la base de la representatividad conferida por los trabajadores(25). Quito, 11 de febrero del 2002 ------- NOTAS (1) "La explotación material tiene que encubrirse detrás de lo inmaterial y buscar por otros medios el asentimiento de los dominados. La acumulación de poder político supera a la acumulación de riqueza económica. Lo que se acumula ya no es fuerza de trabajo sino capacidad de elegir y de pronunciarse. Lo que se suprime no es la explotación sino la conciencia de ser explotado", Enzensberger, Hans Magnus: "Detalles", editorial Anagrama, Barcelona, España, 1985, página 14.
(2) "Todo ejercicio de la fuerza va acompañado por un discurso cuyo fin es legitimar la fuerza del que la ejerce; se puede decir incluso que lo propio de toda relación de fuerza es el hecho de que sólo ejerce toda su fuerza en la medida en que se disimula como tal", Bourdieu, Pierre: "Cuestiones de Sociología", Editorial Istmo, Madrid, España, 2000, página 222.
(3) Saramago, José: "Este mundo de la injusticia globalizada* Mensaje del premio Nobel de Literatura en la clausura del Foro Social Mundial. Porto Alegre - Brasil. 31 enero - 5 febrero, 2002.
(4) El lenguaje de la dominación, en este caso, sugiere la existencia de tres partes, independientes entre sí, con igual "poder" de negociación, lo que oculta que el Estado, para volver más "eficiente" su papel a favor de las clases dominantes, sugiere estar ubicado "sobre la sociedad", estar "divorciado" de las clases sociales dominantes, a las que representa y sirve.
(5) "La elevación de sueldos y salarios de 21 dólares (para el año 2001), aceptada por Mesías Tatamuez, en el local de la Cámara de Industriales de Pichincha, es totalmente insuficiente para compensar la elevación de los precios de la canasta básica, como producto del proceso inflacionario. Efectivamente, los sueldos y salarios habían perdido un 13.5 por ciento en el año 2000, incluyendo todas las alzas de sueldos que se sucedieron en ese año, en tanto el propio gobierno proyectaba una inflación del 30 por ciento para el 2001, por cuya sola causa los sueldos y salarios debían elevarse al menos en 24,65", Parlamento de los Pueblos de Pichincha: "Declaración del Parlamento de Pichincha, ante la actual coyuntura Política", 2 de febrero del 2001.
(6) "El Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del orden que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases", Lenín: "El Estado y la Revolución", Editorial de Lenguas Extranjeras, 1960, Obras Escogidas, tomo II, página 307.
(7) De acuerdo a la teoría de la decisión, se negocia, coopta o impone, sobre la base de la correlación de fuerza de los contradictores. Se negocia cuando considera que las fuerzas de los contradictores son similares, cual no es el caso de las "negociaciones" del nivel de salarios, dada la evidente alianza gobierno-empresarios, lo que determina la existencia de un "poder" superior al "poder" de los trabajadores. Las Comisiones Tripartitas, entonces, sólo crean la "ilusión" de que los trabajadores pueden obtener "triunfos" en la, objetivamente, desigual "negociación", mecanismo utilizado solamente para desarmar a los trabajadores.
(8) Marx señalaba que: "El salario se halla determinado, además y sobre todo, por su relación con la ganancia, con el beneficio obtenido por el capitalista: es un salario relativo proporcional", agregando más adelante que, por ello: "La parte del capital, la ganancia, aumenta en la misma proporción en que disminuye la parte del trabajo, el salario y viceversa. La ganancia aumenta en la medida en que disminuye el salario y disminuye en la medida que aumenta", Marx, Carlos: "Trabajo asalariado y capital", en Carlos Marx y Federico Engels: "Obras escogidas", Ediciones en lenguas extranjeras, Moscú, 1955, tomo I, páginas 88 y 90, respectivamente.
(9) Marx, Carlos, Op. Cit., página 91.
(10) Marx, Carlos, Op. Citada, página 81
(11) El costo de la Canasta Familiar Básica se calcula sobre al base de los volúmenes, precios y ponderadores de alimentos y bebidas; alquiler; alumbrado y combustibles; bienes de aseo; indumentaria; cuidado de la salud; cuidado y artículos personales; recreo y material de lectura; educación; y, transporte.
(12) Véase Navarro, Guillermo: "Capitalismo Popular, Privatizaciones y Concentración Económica", Ediciones Zitra, Quito, Ecuador, páginas 49-55.
(13) Navarro, Guillermo, Op. Cit. páginas 56 y 57.
(14) Marx, Carlos: "Manifiesto del Partido Comunista", en Carlos Marx y Federico Engels: "Obras escogidas", Ediciones en lenguas extranjeras, Moscú, 1955, tomo I, página 37.
(15) En Argentina, los desocupados se organizaron en los denominados Movimientos de Trabajadores Desocupados (MTD), la "Coordinadora de Trabajadores Desocupados Anibal Veron" o al interior de las centrales o corrientes sindicales (como la Corriente Clasista Combativa), las cuales tuvieron activa participación en las movilizaciones y luchas de última data.
(16) "En Argentina se denominó "seguro de empleo y formación", con un nivel de "380 pesos mensuales para cada jefa o jefe de familia desocupado, una asignación universal de 60 pesos por mes por cada hija o hijo de hasta 18 años, y otra de 150 pesos para los mayores de 65 años que no perciban jubilación o pensión alguna", Página 12: "El viernes empieza la Consulta Popular del Frente Nacional contra la Pobreza (FENAPRO)", Buenos Aires, Argentina, 10 de diciembre del 2001.
(17) Saramago, José: "Este mundo de la injusticia globalizada* Mensaje del premio Nobel de Literatura en la clausura del Foro Social Mundial. Porto Alegre - Brasil. 31 enero - 5 febrero, 2002.
(18) V.I. Lenín: "¿Que Hacer?", Editorial de Lenguas Extranjeras, 1960, Obras Escogidas, tomo I, página 179. (19) V.I. Lenín, Op. Cit. página 158.
(20) V.I. Lenín, Op. Cit. página 172.
(21) V.I. Lenín, Op. Cit. página 177.
(22) V.I. Lenín, Op. Cit. página 192.
(23) La existencia y reproducción de la clase obrera en palabras de Marx.
(24) Delgado Jara, Diego: "La Supremacía constitucional de los Derechos laborales", Escuela de Educación "Antonio José de Sucre", Movimiento Patriótico Simón Bolívar, Quito, Ecuador, 2001.
(25) La participación en el directorio del Banco de Desarrollo, es un buen ejemplo de lo afirmado.
a.- A que: ".. el tradeunionismo implica precisamente la esclavización ideológica de los obreros por la burguesía"(19), ya que el economicismo, lo que hace, en esencia no es más que lograr que: "... los vendedores de la fuerza de trabajo aprendieran a vender esa ‘mercancía’ con mayores ventajas y a luchar contra los compradores en el terreno de transacciones puramente comerciales", en tanto que: "La socialdemocracia dirige la lucha de la clase obrera no sólo para obtener condiciones ventajosas de venta de la fuerza de trabajo, sino para que sea destruido el régimen social que obliga a los desposeídos a vender su fuerza de trabajo a los ricos"; y, b.- A que: "La socialdemocracia representa a la clase obrera no solo en su relación con un grupo determinado de patronos, sino en sus relaciones con todas las clases de la sociedad contemporánea, con el Estado como fuerza política organizada"(20), por lo que: "..considera su deber presentar al gobierno esta exigencia no solo sobre el terreno de la lucha económica, sino también sobre el terreno de todas las manifestaciones en general de la vida social y política. En una palabra, como la parte al todo, subordina la lucha por las reformas (económicas N.A.) a la lucha revolucionaria por la libertad y el socialismo"(21). En otros términos, lo que Lenín pone de relieve es, por una parte, la restricción político-ideológica que impone la negociación económica con el gobierno, y, lo que es más sustantivo, que el gobierno es el órgano que ejercita el poder, directamente, a favor del sistema de dominación, entendido éste como el conjunto de clases dominantes, frente a las cuales, la lucha popular debe enfrentar a toda la acción gubernamental y, con ello, a todas las clases dominantes, no sólo en el plano económico, sino y fundamentalmente, en lo ideológico y teórico. En consecuencia, la participación en las "negociaciones" de las Comisiones Tripartitas", contrariamente a lo que se afirme, ante las masas obreras termina por reducir el conflicto a lo económico, ya que, es ello y no más que ello, lo que aquellas captan, objetivizan. Lo contrario es creer en el "espontaneismo" que sugiere que los obreros y los trabajadores son capaces de elevar, de convertir a las luchas "económicas" en luchas políticas, en luchas por el poder político. Al respecto valga recordar que: "La conciencia política de clase no se le puede aportar al obrero más que desde el exterior, esto es, desde fuera de la lucha económica, desde fuera de las relaciones entre obreros y patronos. La única esfera en que se puede encontrar estos conocimientos es la esfera de las relaciones de todas las clases y capas con el Estado y el gobierno, la esfera de las relaciones de todas las clases entre sí"(22). Así planteado el problema, resulta ocioso explicar por qué el análisis apuesta al abandono de los Comités Tripartitos por parte de las organizaciones sindicales que se plantean una profunda transformación del capitalismo, cuanto más que existe una conciencia plena de que en tales comisiones, siempre, inevitable y en forma permanente, las resoluciones favorecen a las clases dominantes, sin consideración incluso a lo que establece la Constitución Política del Ecuador, la que, en su artículo 35 que: "El trabajo es un derecho y un deber social. Gozará de la protección del Estado, el que asegurará al trabajador el respeto a su dignidad, una existencia decorosa y una remuneración justa que cubra sus necesidades y las de su familia"(23), la que, según el artículo 23, numeral 20 de la Constitución, debe ser suficiente para asegurar uno de los derechos civiles irrenunciables: "El derecho a una calidad de vida que asegure la salud, alimentación y nutrición, agua potable, saneamiento ambiental, educación, trabajo, empleo, recreación, vivienda, vestido y otros servicios sociales necesarios", lo que traducida en términos de bienes y servicios está representada, precisamente, por la "Canasta Familiar Básica", cuyo costo es muy superior a los niveles salariales aprobados en las Comisiones Tripartitas, como quedó demostrado. En consecuencia, la participación en las Comisiones Tripartitas también avala una violación constitucional, y, en consecuencia, impide la lucha de los trabajadores contra aquella violación, contra el gobierno y todas las clases que lo sustenta y a cuyos intereses responde esa violación, por más que los argumentos legales sean absolutamente suficientes para demostrarlo, como lo comprueba, en forma fehaciente e irrefutable, Diego Delgado Jara en su último estudio: "La Supremacía Constitucional de los Derechos Laborales"(24). Finalmente valga analizar el argumento que defiende la participación en las Comisiones Tripartitas, sobre la base de "la debilidad actual del movimiento obrero en el Ecuador", lo que, de cierta manera, determinaría que deban mantenerse las negociaciones tripartitas como parte de las luchas obreras. Para el efecto es importante reconocer varias de las causas y las características de ese debilitamiento. A nuestro criterio, el debilitamiento del movimiento obrero, precisamente, deviene de haber otorgado prioridad a un modelo burocratizado e institucional, como son las negociaciones tripartitas, en detrimento de las luchas directas de las organizaciones de los trabajadores con sus respectivas patronos. Es el producto de del debilitamiento de la lucha a nivel de las organizaciones de primer nivel, en beneficio de la institucionalización de las negociaciones con la participación de las organizaciones de segundo o tercer nivel. Lo anteriormente expuesto se demuestra por la presencia actual de dos situaciones distintas en el movimiento obrero, exactamente contrarias, por una parte, una fuerte presencia y alta combatividad en las organizaciones obreras y de trabajadores, en las cuales se privilegio la confrontación a nivel de las respectivas unidades productivas, como es el caso de los trabajadores eléctricos, petroleros, de la educación, de la salud, etc; y, por otra, un progresivo debilitamiento ostensible de la capacidad de convocatoria de las organizaciones de tercer nivel, lo que, entre otras razones, obedece, precisamente, al repudio que genera entre los trabajadores las decisiones adversas a sus intereses, que se adoptan, con la participación de los dirigentes de los trabajadores de tercer nivel, en las distintas comisiones tripartitas. Lo anterior, por cierto, no pretende disminuir el rol que les corresponde a las organizaciones de segundo y tercer nivel. Por el contrario, su papel es invalorable en la conducción de la lucha global de los obreros y trabajadores contra la política global del Estado y el gobierno. No olvidemos que, en términos teóricos, son sus directivos los llamados a elevar la conciencia política de sus asociados, a convertirse en ese exterior al que se refería Lenín. Lo que se pretende, entonces, es advertir que perdieron su derrotero cuando optaron por el camino institucional, burocrático de las Comisiones Tripartitas y otras Comisiones similares, lo que incluso ha permitido a ciertos directivos a convertirse en usufructuarios de posiciones burocráticas, incluso en las instancias del gobierno con el cual se sientan a negociar, precisamente sobre la base de la representatividad conferida por los trabajadores(25). Quito, 11 de febrero del 2002 ------- NOTAS (1) "La explotación material tiene que encubrirse detrás de lo inmaterial y buscar por otros medios el asentimiento de los dominados. La acumulación de poder político supera a la acumulación de riqueza económica. Lo que se acumula ya no es fuerza de trabajo sino capacidad de elegir y de pronunciarse. Lo que se suprime no es la explotación sino la conciencia de ser explotado", Enzensberger, Hans Magnus: "Detalles", editorial Anagrama, Barcelona, España, 1985, página 14.
(2) "Todo ejercicio de la fuerza va acompañado por un discurso cuyo fin es legitimar la fuerza del que la ejerce; se puede decir incluso que lo propio de toda relación de fuerza es el hecho de que sólo ejerce toda su fuerza en la medida en que se disimula como tal", Bourdieu, Pierre: "Cuestiones de Sociología", Editorial Istmo, Madrid, España, 2000, página 222.
(3) Saramago, José: "Este mundo de la injusticia globalizada* Mensaje del premio Nobel de Literatura en la clausura del Foro Social Mundial. Porto Alegre - Brasil. 31 enero - 5 febrero, 2002.
(4) El lenguaje de la dominación, en este caso, sugiere la existencia de tres partes, independientes entre sí, con igual "poder" de negociación, lo que oculta que el Estado, para volver más "eficiente" su papel a favor de las clases dominantes, sugiere estar ubicado "sobre la sociedad", estar "divorciado" de las clases sociales dominantes, a las que representa y sirve.
(5) "La elevación de sueldos y salarios de 21 dólares (para el año 2001), aceptada por Mesías Tatamuez, en el local de la Cámara de Industriales de Pichincha, es totalmente insuficiente para compensar la elevación de los precios de la canasta básica, como producto del proceso inflacionario. Efectivamente, los sueldos y salarios habían perdido un 13.5 por ciento en el año 2000, incluyendo todas las alzas de sueldos que se sucedieron en ese año, en tanto el propio gobierno proyectaba una inflación del 30 por ciento para el 2001, por cuya sola causa los sueldos y salarios debían elevarse al menos en 24,65", Parlamento de los Pueblos de Pichincha: "Declaración del Parlamento de Pichincha, ante la actual coyuntura Política", 2 de febrero del 2001.
(6) "El Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del orden que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases", Lenín: "El Estado y la Revolución", Editorial de Lenguas Extranjeras, 1960, Obras Escogidas, tomo II, página 307.
(7) De acuerdo a la teoría de la decisión, se negocia, coopta o impone, sobre la base de la correlación de fuerza de los contradictores. Se negocia cuando considera que las fuerzas de los contradictores son similares, cual no es el caso de las "negociaciones" del nivel de salarios, dada la evidente alianza gobierno-empresarios, lo que determina la existencia de un "poder" superior al "poder" de los trabajadores. Las Comisiones Tripartitas, entonces, sólo crean la "ilusión" de que los trabajadores pueden obtener "triunfos" en la, objetivamente, desigual "negociación", mecanismo utilizado solamente para desarmar a los trabajadores.
(8) Marx señalaba que: "El salario se halla determinado, además y sobre todo, por su relación con la ganancia, con el beneficio obtenido por el capitalista: es un salario relativo proporcional", agregando más adelante que, por ello: "La parte del capital, la ganancia, aumenta en la misma proporción en que disminuye la parte del trabajo, el salario y viceversa. La ganancia aumenta en la medida en que disminuye el salario y disminuye en la medida que aumenta", Marx, Carlos: "Trabajo asalariado y capital", en Carlos Marx y Federico Engels: "Obras escogidas", Ediciones en lenguas extranjeras, Moscú, 1955, tomo I, páginas 88 y 90, respectivamente.
(9) Marx, Carlos, Op. Cit., página 91.
(10) Marx, Carlos, Op. Citada, página 81
(11) El costo de la Canasta Familiar Básica se calcula sobre al base de los volúmenes, precios y ponderadores de alimentos y bebidas; alquiler; alumbrado y combustibles; bienes de aseo; indumentaria; cuidado de la salud; cuidado y artículos personales; recreo y material de lectura; educación; y, transporte.
(12) Véase Navarro, Guillermo: "Capitalismo Popular, Privatizaciones y Concentración Económica", Ediciones Zitra, Quito, Ecuador, páginas 49-55.
(13) Navarro, Guillermo, Op. Cit. páginas 56 y 57.
(14) Marx, Carlos: "Manifiesto del Partido Comunista", en Carlos Marx y Federico Engels: "Obras escogidas", Ediciones en lenguas extranjeras, Moscú, 1955, tomo I, página 37.
(15) En Argentina, los desocupados se organizaron en los denominados Movimientos de Trabajadores Desocupados (MTD), la "Coordinadora de Trabajadores Desocupados Anibal Veron" o al interior de las centrales o corrientes sindicales (como la Corriente Clasista Combativa), las cuales tuvieron activa participación en las movilizaciones y luchas de última data.
(16) "En Argentina se denominó "seguro de empleo y formación", con un nivel de "380 pesos mensuales para cada jefa o jefe de familia desocupado, una asignación universal de 60 pesos por mes por cada hija o hijo de hasta 18 años, y otra de 150 pesos para los mayores de 65 años que no perciban jubilación o pensión alguna", Página 12: "El viernes empieza la Consulta Popular del Frente Nacional contra la Pobreza (FENAPRO)", Buenos Aires, Argentina, 10 de diciembre del 2001.
(17) Saramago, José: "Este mundo de la injusticia globalizada* Mensaje del premio Nobel de Literatura en la clausura del Foro Social Mundial. Porto Alegre - Brasil. 31 enero - 5 febrero, 2002.
(18) V.I. Lenín: "¿Que Hacer?", Editorial de Lenguas Extranjeras, 1960, Obras Escogidas, tomo I, página 179. (19) V.I. Lenín, Op. Cit. página 158.
(20) V.I. Lenín, Op. Cit. página 172.
(21) V.I. Lenín, Op. Cit. página 177.
(22) V.I. Lenín, Op. Cit. página 192.
(23) La existencia y reproducción de la clase obrera en palabras de Marx.
(24) Delgado Jara, Diego: "La Supremacía constitucional de los Derechos laborales", Escuela de Educación "Antonio José de Sucre", Movimiento Patriótico Simón Bolívar, Quito, Ecuador, 2001.
(25) La participación en el directorio del Banco de Desarrollo, es un buen ejemplo de lo afirmado.
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