Ecuador ante dilema electoral:
Hacienda bananera o proyecto nacionalista
31/10/2006
- Opinión
Tras un proceso electoral cargado de irregularidades y salpicado por denuncias de fraude, el multimillonario bananero Álvaro Noboa ganó las elecciones presidenciales, seguido por el economista de tendencia nacionalista Rafael Correa. Los dos disputarán la Presidencia de la República en una segunda vuelta que se cumplirá el próximo 26 de noviembre.
Según los resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral, Álvaro Noboa obtuvo 1.464.251 votos válidos (26,83%); Rafael Correa 1.246.333 (22,84%); Gilmar Gutiérrez 950.895 (17,42%); León Roldós 809.754 votos (14,84%); Cynthia Viteri 525.728 (9,63 %); Luis Macas 119.577 (2,19%); Fernando Rosero 113.323 (2,08%); Marco Proaño Maya 77.655 (1,42%); Luis Villacís 72.762 (1,33%); Jaime Damerval 25.284 (0,46%); Marcelo Carrera Cabrera 23.233 (0,43%); Lenin Torres 15.357 (0,28%); Carlos Sagnay de la Bastida 13.455 (0,25%). De un total de 6.610.504 ciudadanos que constan en el padrón electoral, 775.613 votaron nulo y 316.220 en blanco.
Irregularidades
Por primera vez, desde 1979 en que el país retornó al régimen democrático, la noche del domingo 15 de octubre, día de las elecciones, los ecuatorianos se fueron a la cama sin conocer los resultados de las elecciones para diputados, consejeros, concejales y parlamentarios andinos. La empresa brasileña E-Vote, contratada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) por la suma de 5, 2 millones de dólares para realizar el conteo rápido fracasó estrepitosamente en su tarea de informar la misma noche sobre los resultados. Hasta la 1h30 del 16 de octubre, cuando había contabilizado el 70,59% por ciento de la votación para presidente, sospechosamente suspendió la votación dando como triunfador a la Presidencia a Alvaro Noboa y dejaba en segundo lugar a Rafael Correa. Un día antes de las elecciones, Correa tenía un 31% de las encuestas.
Varias irregularidades se han denunciado en este proceso electoral conducido por un Tribunal Supremo Electoral (TSE) presidido por el socialcristiano Xavier Cazar e integrado por otros 6 representantes de partidos y movimientos políticos. El caso del Consorcio E-Vote ha sido el más publicitado y la Fiscalía ha iniciado indagaciones contra los vocales del TSE. Entre otras irregularidades, se ha denunciado que el TSE firmó el contrato con E-Vote en forma precipitada, sin autorización de la Procuraduría y la Contraloría, y sin que la empresa reúna las condiciones técnicas para cumplir con su labor.
Pero el caso de E-Vote constituye una cortina de humo para esconder otro tipo de anomalías registradas en estas elecciones, algunas de las cuales fueron denunciadas semanas atrás por el candidato Correa. Se han registrado alteración de actas, desaparición de las mismas, retiro de urnas por parte de uniformados sin identificación, papeletas marcadas previamente, detención del personal del TSE el domingo 15 por haber metido votos en las urnas, hallazgo de urnas con votos en una casa particular 4 días antes de las elecciones, etc. (Revista Vanguardia, N º 57, 24 al 30 de octubre 2006, p. 29).
Pero lo más grave, quizá, y que también puede catalogarse como un fraude, es el haber autorizado al magnate bananero Álvaro Noboa que exceda el gasto electoral previsto en la ley (2’748.270 dólares para la primera vuelta) lo que le permitió, en última instancia, que gane las elecciones. Noboa ya había gastado en el 2005 y hasta mediados del 2006, más de 3’500.000 dólares en su campaña.
Aunque la delegación de la OEA, presidida por el argentino Rafael Bielsa, descartó que se haya producido un fraude, lo cierto es que la credibilidad del TSE ha quedado profundamente minada y para las elecciones del 26 de noviembre hay serias dudas y desconfianza sobre la idoneidad del Tribunal para conducir el proceso en forma limpia y transparente.
Los resultados
Los resultados de las elecciones del 15 de octubre no dejan de tener novedades. Por un lado, Noboa, a través de una campaña multimillonaria de dádivas y ofrecimientos, logró captar la votación de sectores empobrecidos y golpeados por la crisis seducidos por su discurso mesiánico y cargado de promesas, ganando en cuatro provincias. Por otro lado, Rafael Correa, tras una corta campaña y con un discurso anti-sistema, logró entrar a la segunda vuelta derrotado a las viejas maquinarias electorales, obteniendo el triunfo en 6 provincias. La sorpresa fue la ubicación en tercer lugar de Gilmar Gutiérrez (hermano del expresidente Lucio) del Partido Sociedad Patriótica quien ganó en 12 provincias de la región oriental y de la Sierra central. La alta votación de Gutiérrez se explica por una combinación de factores en la que destacan la utilización de las redes clientelares que armaron cuando fueron gobierno; el descontento popular que existe con el gobierno de Palacio; y el presentarse como víctimas tras el intento del TSE, de excluir su candidatura.
En el ámbito legislativo, el Partido Renovador Institucional Acción Nacional, PRIAN, de Alvaro Noboa, y el PSP de Gutiérrez aparecen como los grandes triunfadores y controlarán el Congreso en el próximo período.
Los grandes derrotados son León Roldós, del movimiento Red Etica y Democracia (apoyado por el partido socialdemócrata Izquierda Democrática), quien fue relegado a un cuarto lugar cuando las encuestas lo ubicaban entre los favoritos; la candidata socialcristiana Cynthia Viteri que se situó en el quinto puesto. Los movimientos y partidos de izquierda como Pachakutik, Movimiento Popular Democrático y el Partido Socialista también sufrieron un revés. La emergencia del voto nulo, sobre todo para diputados, que en algunas provincias se ubica en el primer lugar, como expresión de rechazo a la “partidocracia”, influyó en los magros resultados de la izquierda.
El candidato del movimiento Pachakutik Luis Macas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Luis Macas, alcanzó apenas el 2,19% de la votación. Macas no logró alianzas y adhesiones, más allá del propio espectro del movimiento Pachakutik. Muchas personas de los ámbitos democráticos y progresistas optaron por el voto útil, ante la presencia de una candidatura con posibilidades de triunfo como la de Correa. Pero lo más preocupante es que en las provincias donde el movimiento Pachakutik era fuerte como Cotopaxi, Bolívar, Chimborazo y Tungurahua ganó el Partido Sociedad Patriótica, en cuyo gobierno se desarrolló un efectivo trabajo de división de las comunidades indígenas a través de prácticas clientelares.
Polarización política
La segunda vuelta electoral se presenta como una dura y abierta confrontación entre dos proyectos definidos, que en alguna forma reproduce la polarización social y política recientemente vividas en Perú, México e incluso Brasil. Por un lado, el magnate del banano Álvaro Noboa encarna el proyecto del gran capital, de la agroexportación y del alineamiento absoluto con el gobierno de Estados Unidos, a la vez que es la expresión de un anti-comunismo visceral y desfasado. Por otro lado, Correa aspira a aglutinar a las fuerzas de izquierda, ciudadanas y nacionalistas que plantean la reforma política a través de una Asamblea Constituyente, cuestionan las políticas neoliberales y proponen un proyecto de integración latinoamericana y de recuperación de la soberanía nacional.
Heredero de una enorme fortuna que amasó su padre, Luis Noboa Naranjo, y actualmente propietario de unas 120 empresas, Noboa pretende manejar el país como una de sus haciendas. No hace diferencia ente lo público y privado. Graves acusaciones pesan en su contra como explotación del trabajo infantil en sus plantaciones bananeras, represión a sangre y fuego a los trabajadores que han intentado formar sindicatos, el haberse apropiado de la herencia de su padre por cuestionables métodos, entre otras.
Con el fin de atraer la inversiones extranjera, Noboa ha prometido bajar el impuesto a la renta (de lo cual el mismo sería el más beneficiado), limitar al máximo la injerencia del Estado, una mayor flexibilización laboral, privatizar el Seguro Social, etc. De ganar la Presidencia, promete continuar las negociaciones del TLC con Estados Unidos, mantener la presencia militar estadounidense en la base de Manta, romper relaciones con Venezuela y Cuba, involucrar al Ecuador en el Plan Colombia combatiendo a las FARC, entre otros puntos.
La propuesta de Correa
Rafael Correa, de 43 años, es de origen modesto, realizó estudios superiores en universidades de Europa y Estados Unidos. Luego de la revuelta ciudadana de abril del 2005, que dio al traste con el gobierno de Lucio Gutiérrez, fue designado por el presidente Alfredo Palacio como Ministro de Finanzas, cargo en el que duró apenas tres meses pero en el que mantuvo una política de cuestionamiento al Banco Mundial y al FMI y de priorización del gasto social.
El programa de Correa se orienta a defender la soberanía nacional en materia de recursos naturales, para lo cual ha anunciado que renegociará los contratos petroleros con las empresas transnacionales. Así mismo, propone “arrojar al tacho de la basura al TLC”, no renovar el convenio de la base de Manta, cuyo plazo vence en el 2009, y no involucrarse en el Plan Colombia. Sin embargo, Correa ha anunciado que mantendrá la dolarización, considerando que todavía no existen condiciones para reemplazarlo por una moneda regional.
Para enfrentar al multimillonario Noboa, Correa ha logrado la adhesión de la Izquierda Democrática, el MPD, Pachakutik, la CONAIE, la Unión Nacional de Educadores y decenas de ONGS. En total son más de 200 entidades que apoyan a Correa. Algunas de ellas trabajan por llegar a un gran acuerdo nacional en función de parar el proyecto oligárquico representado por Noboa.
Según los resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral, Álvaro Noboa obtuvo 1.464.251 votos válidos (26,83%); Rafael Correa 1.246.333 (22,84%); Gilmar Gutiérrez 950.895 (17,42%); León Roldós 809.754 votos (14,84%); Cynthia Viteri 525.728 (9,63 %); Luis Macas 119.577 (2,19%); Fernando Rosero 113.323 (2,08%); Marco Proaño Maya 77.655 (1,42%); Luis Villacís 72.762 (1,33%); Jaime Damerval 25.284 (0,46%); Marcelo Carrera Cabrera 23.233 (0,43%); Lenin Torres 15.357 (0,28%); Carlos Sagnay de la Bastida 13.455 (0,25%). De un total de 6.610.504 ciudadanos que constan en el padrón electoral, 775.613 votaron nulo y 316.220 en blanco.
Irregularidades
Por primera vez, desde 1979 en que el país retornó al régimen democrático, la noche del domingo 15 de octubre, día de las elecciones, los ecuatorianos se fueron a la cama sin conocer los resultados de las elecciones para diputados, consejeros, concejales y parlamentarios andinos. La empresa brasileña E-Vote, contratada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) por la suma de 5, 2 millones de dólares para realizar el conteo rápido fracasó estrepitosamente en su tarea de informar la misma noche sobre los resultados. Hasta la 1h30 del 16 de octubre, cuando había contabilizado el 70,59% por ciento de la votación para presidente, sospechosamente suspendió la votación dando como triunfador a la Presidencia a Alvaro Noboa y dejaba en segundo lugar a Rafael Correa. Un día antes de las elecciones, Correa tenía un 31% de las encuestas.
Varias irregularidades se han denunciado en este proceso electoral conducido por un Tribunal Supremo Electoral (TSE) presidido por el socialcristiano Xavier Cazar e integrado por otros 6 representantes de partidos y movimientos políticos. El caso del Consorcio E-Vote ha sido el más publicitado y la Fiscalía ha iniciado indagaciones contra los vocales del TSE. Entre otras irregularidades, se ha denunciado que el TSE firmó el contrato con E-Vote en forma precipitada, sin autorización de la Procuraduría y la Contraloría, y sin que la empresa reúna las condiciones técnicas para cumplir con su labor.
Pero el caso de E-Vote constituye una cortina de humo para esconder otro tipo de anomalías registradas en estas elecciones, algunas de las cuales fueron denunciadas semanas atrás por el candidato Correa. Se han registrado alteración de actas, desaparición de las mismas, retiro de urnas por parte de uniformados sin identificación, papeletas marcadas previamente, detención del personal del TSE el domingo 15 por haber metido votos en las urnas, hallazgo de urnas con votos en una casa particular 4 días antes de las elecciones, etc. (Revista Vanguardia, N º 57, 24 al 30 de octubre 2006, p. 29).
Pero lo más grave, quizá, y que también puede catalogarse como un fraude, es el haber autorizado al magnate bananero Álvaro Noboa que exceda el gasto electoral previsto en la ley (2’748.270 dólares para la primera vuelta) lo que le permitió, en última instancia, que gane las elecciones. Noboa ya había gastado en el 2005 y hasta mediados del 2006, más de 3’500.000 dólares en su campaña.
Aunque la delegación de la OEA, presidida por el argentino Rafael Bielsa, descartó que se haya producido un fraude, lo cierto es que la credibilidad del TSE ha quedado profundamente minada y para las elecciones del 26 de noviembre hay serias dudas y desconfianza sobre la idoneidad del Tribunal para conducir el proceso en forma limpia y transparente.
Los resultados
Los resultados de las elecciones del 15 de octubre no dejan de tener novedades. Por un lado, Noboa, a través de una campaña multimillonaria de dádivas y ofrecimientos, logró captar la votación de sectores empobrecidos y golpeados por la crisis seducidos por su discurso mesiánico y cargado de promesas, ganando en cuatro provincias. Por otro lado, Rafael Correa, tras una corta campaña y con un discurso anti-sistema, logró entrar a la segunda vuelta derrotado a las viejas maquinarias electorales, obteniendo el triunfo en 6 provincias. La sorpresa fue la ubicación en tercer lugar de Gilmar Gutiérrez (hermano del expresidente Lucio) del Partido Sociedad Patriótica quien ganó en 12 provincias de la región oriental y de la Sierra central. La alta votación de Gutiérrez se explica por una combinación de factores en la que destacan la utilización de las redes clientelares que armaron cuando fueron gobierno; el descontento popular que existe con el gobierno de Palacio; y el presentarse como víctimas tras el intento del TSE, de excluir su candidatura.
En el ámbito legislativo, el Partido Renovador Institucional Acción Nacional, PRIAN, de Alvaro Noboa, y el PSP de Gutiérrez aparecen como los grandes triunfadores y controlarán el Congreso en el próximo período.
Los grandes derrotados son León Roldós, del movimiento Red Etica y Democracia (apoyado por el partido socialdemócrata Izquierda Democrática), quien fue relegado a un cuarto lugar cuando las encuestas lo ubicaban entre los favoritos; la candidata socialcristiana Cynthia Viteri que se situó en el quinto puesto. Los movimientos y partidos de izquierda como Pachakutik, Movimiento Popular Democrático y el Partido Socialista también sufrieron un revés. La emergencia del voto nulo, sobre todo para diputados, que en algunas provincias se ubica en el primer lugar, como expresión de rechazo a la “partidocracia”, influyó en los magros resultados de la izquierda.
El candidato del movimiento Pachakutik Luis Macas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Luis Macas, alcanzó apenas el 2,19% de la votación. Macas no logró alianzas y adhesiones, más allá del propio espectro del movimiento Pachakutik. Muchas personas de los ámbitos democráticos y progresistas optaron por el voto útil, ante la presencia de una candidatura con posibilidades de triunfo como la de Correa. Pero lo más preocupante es que en las provincias donde el movimiento Pachakutik era fuerte como Cotopaxi, Bolívar, Chimborazo y Tungurahua ganó el Partido Sociedad Patriótica, en cuyo gobierno se desarrolló un efectivo trabajo de división de las comunidades indígenas a través de prácticas clientelares.
Polarización política
La segunda vuelta electoral se presenta como una dura y abierta confrontación entre dos proyectos definidos, que en alguna forma reproduce la polarización social y política recientemente vividas en Perú, México e incluso Brasil. Por un lado, el magnate del banano Álvaro Noboa encarna el proyecto del gran capital, de la agroexportación y del alineamiento absoluto con el gobierno de Estados Unidos, a la vez que es la expresión de un anti-comunismo visceral y desfasado. Por otro lado, Correa aspira a aglutinar a las fuerzas de izquierda, ciudadanas y nacionalistas que plantean la reforma política a través de una Asamblea Constituyente, cuestionan las políticas neoliberales y proponen un proyecto de integración latinoamericana y de recuperación de la soberanía nacional.
Heredero de una enorme fortuna que amasó su padre, Luis Noboa Naranjo, y actualmente propietario de unas 120 empresas, Noboa pretende manejar el país como una de sus haciendas. No hace diferencia ente lo público y privado. Graves acusaciones pesan en su contra como explotación del trabajo infantil en sus plantaciones bananeras, represión a sangre y fuego a los trabajadores que han intentado formar sindicatos, el haberse apropiado de la herencia de su padre por cuestionables métodos, entre otras.
Con el fin de atraer la inversiones extranjera, Noboa ha prometido bajar el impuesto a la renta (de lo cual el mismo sería el más beneficiado), limitar al máximo la injerencia del Estado, una mayor flexibilización laboral, privatizar el Seguro Social, etc. De ganar la Presidencia, promete continuar las negociaciones del TLC con Estados Unidos, mantener la presencia militar estadounidense en la base de Manta, romper relaciones con Venezuela y Cuba, involucrar al Ecuador en el Plan Colombia combatiendo a las FARC, entre otros puntos.
La propuesta de Correa
Rafael Correa, de 43 años, es de origen modesto, realizó estudios superiores en universidades de Europa y Estados Unidos. Luego de la revuelta ciudadana de abril del 2005, que dio al traste con el gobierno de Lucio Gutiérrez, fue designado por el presidente Alfredo Palacio como Ministro de Finanzas, cargo en el que duró apenas tres meses pero en el que mantuvo una política de cuestionamiento al Banco Mundial y al FMI y de priorización del gasto social.
El programa de Correa se orienta a defender la soberanía nacional en materia de recursos naturales, para lo cual ha anunciado que renegociará los contratos petroleros con las empresas transnacionales. Así mismo, propone “arrojar al tacho de la basura al TLC”, no renovar el convenio de la base de Manta, cuyo plazo vence en el 2009, y no involucrarse en el Plan Colombia. Sin embargo, Correa ha anunciado que mantendrá la dolarización, considerando que todavía no existen condiciones para reemplazarlo por una moneda regional.
Para enfrentar al multimillonario Noboa, Correa ha logrado la adhesión de la Izquierda Democrática, el MPD, Pachakutik, la CONAIE, la Unión Nacional de Educadores y decenas de ONGS. En total son más de 200 entidades que apoyan a Correa. Algunas de ellas trabajan por llegar a un gran acuerdo nacional en función de parar el proyecto oligárquico representado por Noboa.
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