Haití: Nuevo capitán en buque testarudo

30/07/2006
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Puerto Príncipe

Una nueva administración, completada en junio pasado con la entrada en funciones del Primer Ministro Jacques Édouard Alexis, quien fue ratificado por el Parlamento después de su nombramiento por el Presidente René Préval, se apresta a tomar en sus manos las riendas de la situación de Haití, que aún resulta delicada.

El espíritu de concertación que marcó el retorno de Préval al poder con las elecciones del 7 de febrero de 2006, se mantuvo luego del traspaso del poder, el 14 de mayo. Este espíritu es claramente perceptible a través de la elección del Primer Ministro, su ratificación y la formación del Gobierno.

Los distintos partidos representados en el Parlamento fueron consultados sobre la designación de Alexis, que ya fue jefe de Gobierno durante el primer mandato de Préval (1996-2001). La formación del Gobierno fue objeto de negociaciones con distintos sectores políticos y el equipo de Alexis se benefició de un voto casi unánime en las dos cámaras.

El 24 de mayo, el Senado ratificó la política general de Jaques Édouard Alexis, así como su Gobierno, por 22 votos a favor, de los 24 senadores presentes, y una abstención. Al día siguiente, la Cámara de Diputados se pronunció en el mismo sentido, con 79 votos favorables, sobre 82 diputados presentes y dos abstenciones.

En el momento de la instalación del nuevo Gobierno, el 9 de junio, el Presidente Préval, destacó que la composición del gabinete ministerial es el fruto de un proceso de diálogo y concertación directos, “sin intermediarios”. Préval reconoció, toda vez, que el camino que deberá reestablecer la confianza, o sea “una ausencia de desconfianza entre los distintos sectores nacionales”, será largo y sembrado de obstáculos.

Préval abogó por un “nuevo planteamiento” que debe construirse en la concertación y la colaboración de todos los sectores “para combatir el robo, la droga, la inseguridad, y arreglar las infraestructuras apropiadas (carreteras, hospitales, viviendas)”.

El aparato gubernamental

El Gobierno instalado en Haití, al parecer heteróclito, está formado en su conjunto por personalidades de los círculos socialdemócratas o democratacristianos, provenientes de los principales partidos políticos representados en el Parlamento, o próximas al Presidente Préval.

Al menos ocho personalidades que ya ocupaban puestos ministeriales en el país, han sido ratificadas por Alexis en un Gobierno compuesto de una veintena de miembros. Entre ellos, se destaca la presencia del jurista, René Magloire, a la cabeza del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública. Paul-Antoine Bien-Aimé pasa del Ministerio de Educación Nacional, donde tuvo problemas con los sindicatos de profesores entre 1999 y 2001, al Ministerio del Interior y de Colectividades Territoriales. El agrónomo François Séverin, del Estado Mayor del partido Esperanza de Préval, vuelve a ser Ministro de Agricultura y el ingeniero Frantz Verella, ex funcionario del Banco Mundial, regresa al Ministerio de Obras Públicas.

La militante feminista, Marie Laurence Jocelyn Lassègue, toma la cabeza del Ministerio de la Condición Femenina, donde fue Jefa de Gabinete durante los 2 últimos años. Bajo el primer mandato de Jean-Bertrand Aristide, en 1991, Lassègue era el Ministra de la Información y la Cultura.

Por otra parte, el padre Gabriel Bien-Aimé, nombrado Ministro de la Educación Nacional y la Formación Profesional, pertenece a la Organización del Pueblo en Lucha (OPL), que durante mucho tiempo fue opositor al régimen del ex Presidente Aristide. Maguy Durcé, nombrado Ministro de Comercio, viene también de la Alianza Democrática (ALYANS), perteneciendo a la antigua oposición. Lo mismo ocurre con el doctor Robert Auguste, uno de los responsables del partido Fusión de los socialdemócratas haitianos (FUSION), que es titular de la Salud Pública. Se ha designado al antiguo candidato al Senado, bajo la bandera de la Unión Nacional Cristiana para la Reconstrucción de Haití (Uncrh), Jean-Marie Claude Germain, como Ministro del Medio Ambiente.

El ex diputado José Jazmín, del bloque antineoliberal bajo el primer mandato de René Préval y ahora alto responsable de la Plataforma Política Lespwa, asume como Ministro Delegado Adjunto al Primer Ministro, encargado de las relaciones con el Parlamento. Jean-Max Bellerive, que ocupa la cartera de la Planificación y la Cooperación Externa, es miembro del partido Fanmi Lavalas.

El Ministro de Asuntos Exteriores Jean Rénald Clérismé, es un antiguo sacerdote del movimiento de la teología de la liberación, que también acompañó una de las principales organizaciones campesinas de Haití, Tét Kole Ti Peyizan Ayisyen (Unión de Pequeños Campesinos Haitianos). Clérismé fue representante de Haití ante la Organización Mundial del Comercio.

El Ministro de Economía, Daniel Dorsainvil, es un antiguo cuadro de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Con su equipo, Alexis se propone crear en Haití un “Estado estratega descentralizado y un Estado de Derecho”. En su declaración de política general, destacó que las dos grandes orientaciones del Gobierno son, por una parte, la construcción del Estado moderno y el refuerzo de las instituciones democráticas y, por otra parte, la creación de las condiciones favorables a la inversión para la creación de riquezas en beneficio del conjunto de la población.

El Primer Ministro anunció la puesta en marcha de un Programa de Apaciguamiento Social (PAS), que prevé la constitución de un banco de fichas de más de trescientos proyectos e intervenciones que deben realizarse en los distintos sectores de la vida nacional y en los distintos departamentos y municipios de Haití.

El Primer Ministro invita a sus Ministros, también, a luchar contra la corrupción y el nepotismo. “Cuento con ustedes para garantizar una gestión sana de las cuentas públicas y cuento con ustedes también para establecer relaciones armoniosas con los diputados y senadores, que tendrán que rendir cuentas a sus electores de la forma en que velan por sus intereses”, destacó Jacques Édouard Alexis.

Iniciativas, contexto y pretensiones

Una de primeras iniciativas de la nueva administración fue la realización, el 25 de julio de 2006, de una conferencia internacional sobre el desarrollo socioeconómico de Haití, que reunió en Puerto Príncipe a los principales organismos y países donantes que otorgan tradicionalmente ayuda a este país.

Numerosas delegaciones extranjeras, incluidas las del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Comunidad Económica del Caribe (CARICOM), la Unión Europea (UE), así como las de Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania y España, participaron en esta conferencia internacional sobre Haití, la sexta en el espacio de más de 2 años.

Al fin de la jornada, el conjunto de las delegaciones anunció una ayuda de 750 millones de dólares a favor de Haití para el próximo ejercicio fiscal (agosto 2006-septiembre 2007). El Primer Ministro Jacques Edouard Alexis interpretó el compromiso de la comunidad internacional como un éxito, debido al hecho que las solicitudes del Gobierno para el próximo año sólo sumaban 540 millones de dólares.

La administración del Presidente René Préval tenía previsto, sin embargo, defender ante sus contrapartes internacionales proyectos del orden de 7,1 mil millones de dólares americanos, para la implementación de “grandes obras” durante los próximos 5 años.

La víspera de la conferencia del 25 de julio, varios movimientos sociales abogaron, en un debate público, en Puerto Príncipe, por la anulación de los 1,4 mil millones de dólares americanos considerados como el conjunto de la deuda externa de Haití.

Estas organizaciones, entre ellos el Movimiento Democrático Popular (MODEP), destacaron que “la deuda externa es un instrumento político. Abre la vía a la aplicación de los programas de ajuste estructural”.

De 2001 a 2006, la mayor parte de los fondos desembolsados por Haití sirvió para pagar a las instituciones de financiación internacionales, según los datos tabulados presentados en esta sesión. La deuda externa es perjudicial al desarrollo económico y social de los países del Sur, sostuvieron los participantes, quienes destacaron que los sectores de educación, salud y medio ambiente son los más afectados por la política neoliberal.

La iniciativa gubernamental se desarrolló, además, en un contexto donde la violencia y la inseguridad volvieron a manifestarse en algunos barrios de la capital, después de algunos meses de apaciguamiento. Se registran nuevos casos de asesinatos y secuestros diariamente, mientras que confrontaciones entre bandas rivales resultaron en una treintena de muertes en algunas semanas.

En paralelo, el Presidente Préval anuncia operaciones urgentes de reformas profundas en la justicia y la policía haitianas con el fin de hacer frente a la situación, ya que, dijo, hay criminales detenidos que circulan en las calles con toda tranquilidad. “Esto produce efectos perversos, al punto que se desmotiva al policía”, insiste. El Primer Ministro Alexis dice claramente que “la zanahoria y el bastón” serán aplicados a los instigadores de disturbios.

Pero la espera se hace larga para sectores sociales que sufren el pleno embate de las repercusiones de esta situación socioeconómica. La Solidaridad de las Mujeres Haitianas preguntó, en un comunicado reciente, si no habría “capitán en este buque”.
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