Atabaque contra proyecto de reparación

24/04/2007
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Lejos de traer aires de reconciliación, el llamado proyecto de ley de reparación, creación del Diputado García Pintos, sopló vientos de discordia que avivaron fuegos de enfrentamiento. Nunca antes algo disgustó tanto a tanta gente.

Indudablemente la iniciativa marca un retroceso en materia de Derechos Humanos en el Uruguay y seguramente esto está siendo evaluado por organismos internacionales especializados.

Los Senadores y Diputados frenteamplistas no están conformes con el proyecto de ley remitido el mes pasado al Parlamento por el Poder Ejecutivo, que busca compensar con dinero a los familiares de militares, policías y civiles muertos entre 1962 y 1976 en enfrentamientos con la guerrilla, y a los de las 26 personas reconocidas como detenidas desaparecidas por la Comisión para la Paz. Esa iniciativa tiene las firmas del Presidente Tabaré Vázquez y de los Ministros Danilo Astori (Economía), Azucena Berrutti (Defensa) y Daisy Tourné (Interior), y es casi idéntica a la presentada en enero de este año en la Cámara de Representantes por el Diputado colorado Daniel García Pintos. El proyecto fue cuestionado, entre otras organizaciones, por Madres y Familiares de Detenidos-Desaparecidos, la Asociación de ex presos políticos Crysol y el PIT-CNT, por considerarlo reivindicatorio de la \"teoría de los dos demonios\" ya que equipara la acción de la guerrilla tupamara al terrorismo de Estado. ¿Qué pasó?

El criterio asumido en la campaña política por el Presidente del Uruguay Dr. Tabaré Vázquez en materia de DDHH tendiente a la investigación y juzgamiento de los responsables de crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura y cómplices de la “doctrina militar de la seguridad nacional”, aunque no planteó ir contra la ley de impunidad, tenía y tiene casi todo para ser aplaudido por las víctimas y tal vez las excepciones confirmen la regla. Sin embargo esta deformación casi no tiene disculpa. Al parecer conforma solo a García Pintos y a su grupo.

Sobre el concepto de reparación, cuestionado mundialmente en estos casos, el propio sentido común dicta que no es apropiado, pues con tal concepción de los hechos debería repararse actualmente, a pasado y a futuro, a los familiares de todos los funcionarios de orden interno y defensa malogrados mientras ejercían sus tareas. De hecho se hace. Además, ninguno de los policías o militares de la época estaba “casualmente” involucrado en la represión. Sabían en qué estaban metidos e incluso fueron entrenados para ejercer con eficacia tareas de tortura. No eran inocentes y de serlo hubieran renunciado por dignidad como muchos hicieron. ¿Por qué los premian entonces? ¿Por ser operadores de la vesania y de la crueldad?

Una pena que el Ejecutivo haya prohijado la parición de este afrentoso proyecto de ley que el Parlamento debe ahora dirimir, por lo cual apelamos a la sensibilidad de los legisladores

Nuestro movimiento Atabaque que votó dentro del Frente Amplio y que apoya la búsqueda de la verdad y la concreción de la justicia en materia de Derechos Humanos que venía aplicando el Gobierno progresista, manifiesta su rechazo absoluto a la violencia moral del referido proyecto, que daña la sensibilidad uruguaya, y disfraza el genocidio sufrido por la población de parte del peor de los terrorismos, el del Estado.

Hablando concretamente de policías y militares, resarcir a los que ejercieron el gobierno del estado por las armas, es incentivarlos a volver, legitimando los desgraciados hechos de lesa nación institucionalizados.

En cambio “los guerreros del pueblo”, sí fueron desaparecidos hasta hoy y asesinados por el poder de facto, y entre ellos contamos no solo tupamaros, sino estudiantes, sindicalistas, obreros, docentes, muchos apenas salidos de la adolescencia.

Sostenemos que buscar caminos de encuentro supone reconocer las dimensiones de los acontecimientos en su real magnitud, de ahí la importancia de la Historia reciente.

Este 14 de abril, una vez más debimos soportar que a los actos en el Centro Militar y el Círculo Militar asistiera el comandante en jefe del Ejército, teniente general Jorge Rosales. Una acción de provocación innecesaria hacia la gente, cuyo mensaje es de aval a la actuación de la atroz dictadura que avergonzó a nuestro país en el pasado con consecuencias irreversibles actuales y a futuro.

La única forma de demostrar que no hay subterfugios es que aparezcan los archivos, que hablen los que tienen información y que se continúe la búsqueda de los mártires sacrificados en la lucha por la democracia

Se acerca otro 20 de mayo y los familiares de desaparecidos políticos, las organizaciones que les acompañan y el pueblo todo, marcharemos una vez más reclamando Verdad y Justicia.

Nada menos.

Fuente: http://www.atabaque.com.uy
https://www.alainet.org/es/active/17089
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