Las falsas promesas del capítulo laboral del TLC
- Opinión
Con el triunfo del Partido Demócrata en los comicios de Noviembre del 2006, la ratificación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y EE.UU. va a estar mucho más obstaculizada, debido a las criticas justas de dicho partido frente a la falta de fuertes compromisos asumidos por el acuerdo en materia laboral y ambiental. De hecho, en enero de 2007, el representante adjunto de comercio de EE.UU. John Veroneau anunció que ya se está empezando una renegociación de los capítulos que corresponden a estos asuntos, para poder alcanzar la aprobación del tratado en el Congreso de aquel país.1 Sin embargo, queda la inquietud: ¿El nuevo texto del capítulo laboral contendrá herramientas poderosas que se puede utilizar para mejorar el triste panorama laboral que los trabajadores colombianos padecen, o si solamente dejará plasmada las buenas intenciones de los Demócratas, pero sin mecanismos eficaces que obligarán a los estados y a las empresas de proteger y cumplir con los derechos laborales fundamentales?
La necesidad de buscar nuevos instrumentos para garantizar el pleno respeto de los derechos laborales y sindicales de los trabajadores colombianos, no podría ser más urgente. Colombia sigue siendo el país mas peligroso del mundo para ejercer el trabajo sindical, con 71 sindicalistas asesinados entre el 1 de Enero y el 31 de diciembre de 2006, esta cifra contradice las proclamaciones del gobierno colombiano, que señalan incorrectamente que las violaciones a los derechos humanos de trabajadores sindicalizados han mermado como resultado de su política de “seguridad democrática.” Es importante enfatizar que los crímenes contra sindicalistas son un producto directo de su actividad gremial, y no son parte de una ola de violencia indiscriminada, dado que la mayoría de los asesinatos, amenazas, y secuestros de trabajadores sindicalistas ocurren durante épocas de conflictos laborales. Además, más del 98% de las violaciones graves de los derechos humanos de los sindicalistas se han quedado en la impunidad total. Frente a los 843 asesinatos de trabajadores sindicalizados cometidos desde 1 de Enero del 2000 hasta hoy, el sistema judicial colombiano sólo ha llegado a condenas de los actores responsables en 15 de los casos.2 A pesar de las
1 “TLC vuelve a calentarse en manos de los políticos,” Portafolio, 22 de Enero de 2007, www.portafolio.com.co/port_secc_online/porta_econ_online/2007-01-22/.
2 International Confederation of Free Trade Unions,
numerosas obligaciones nacionales e internacionales adquiridas por el gobierno colombiano para respetar y proteger los derechos humanos a través de la aprobación de leyes nacionales y la ratificación de tratados internacionales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de
En materia de derechos laborales, Colombia tampoco ha cumplido con sus deberes bajo los 60 Convenios de
La cláusula laboral del TLC no garantizará que el gobierno colombiano pare de violar dichos derechos. Aunque la cláusula dice que “es inapropiado promover el
3 Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, Informe de las centrales sindicales colombianas a la 95ª Conferencia Internacional del Trabajo, al Consejo de Administración de
4 Escuela Nacional Sindical, Las libertades sindicales en Colombia, http://www.cut.org.co/DOC/LAS%20LIBERTADES%20SINDICALES.doc.
5 Escuela Nacional Sindical, Las libertades sindicales en Colombia.
comercio o la inversión mediante el debilitamiento o reducción de la protección contemplada en su legislación laboral interna”,6 el texto de la cláusula también señala que los estados firmantes del TLC sólo se compromete a cumplir con sus propias leyes laborales, que en el caso de Colombia, son bastantes débiles en comparación con la normatividad laboral internacional consagrada en los Convenios de
6 Para el texto completo del capítulo laboral del TLC, ver www.tlc.gov.co/VBeContent/tlc/Textos/17%20COL%20LABORAL.final%20letter.pdf.
7 Maquila Solidarity Network, What is the North American Agreement on Labour Cooperation? www.maquilasolidarity.org/campaigns/NAO/NAALC_background.htm.
Otro caso concreto es relacionado al TLC entre EE.UU. y Jordania, aprobado en el año 2000, y que también incluye una cláusula laboral. En Mayo del 2006, una ONG norteamericana publicó un informe detallando las pésimas condiciones laborales en el sector maquilador de confección para exportación en el país árabe, donde los trabajadores padecen jornadas de hasta 100 horas semanales y no reciben ningún pago por las horas extras.8 Pocos meses después, la confederación sindical norteamericana AFL-CIO y el gremio textilero norteamericano NTA solicitaron que el Representante Comercial del gobierno estadounidense iniciara el proceso para sancionar a Jordania por violaciones graves de los derechos contemplados en la cláusula laboral del Tratado. Sin embargo, el gobierno de Bush decidió utilizar métodos “diplomáticos” para abordar el tema con sus contrapartes jordanos, en vez de penalizarlos por su falta de cumplimiento con las disposiciones del capítulo laboral. Hoy en día, no hay ninguna evidencia de que la situación laboral en las maquilas jordanas haya mejorado.
Tememos que, con el TLC entre Colombia y EE.UU., la historia se vuelva a repetir. Detrás de las bonitas frases de una cláusula laboral modificada para reflejar las preocupaciones de los Demócratas, existiría una falta de voluntad por parte de las administraciones de Bush y de Uribe de convertirlas en una herramienta poderosa para proteger los derechos laborales, tanto de los trabajadores norteamericanos como de los colombianos. Y frente a las amenazas graves a la industria agropecuaria y manufacturera colombiana que el TLC representa, los empresarios terminarán explotando el único factor de competitividad que tiene Colombia –-el bajo costo de la mano de obra-– así agravando aun más la situación laboral del país. Asimismo, los impactos de otros capítulos del TLC atentarán contra el bienestar de los trabajadores colombianos, como por ejemplo la perdida de la seguridad y soberanía alimentaría a través de las importaciones masivas de productos alimenticios impulsadas por la desgravación de aranceles ordenada en el capítulo agrícola, y la restricción al acceso a los medicamentos básicos, causada por el fortalecimiento de los patentes decretada en el capítulo de propiedad intelectual. Por eso, el movimiento social y sindical colombiano rechazan rotundamente el TLC en su totalidad, con o sin una cláusula laboral, y se espera que las fuerzas democráticas en el país del norte que se preocupen verdaderamente por los derechos humanos y laborales en Colombia, y se unan a este llamado.
8 “U.S. Union, Business Group Slam
- Jana Silverman es investigadora de
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Corporación Viva
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