El modo demente de gobernar

08/03/2007
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Sí, claro.

A García había que darle el beneficio de la duda, si recién comenzaba su gobierno.

Había que esperar a ver si había cambiado, si los años lo habían hecho más maduro, o las condiciones internacionales no le dejaban margen para otra cosa, o los medios lo llevaban de la mano a donde querían.

Todo esto al margen del voto con las narices tapadas, con sentido de vómito o las comparaciones entre el cáncer, sida o diabetes, para las opciones de segunda vuelta.

Para decirlo en otras palabras, la derecha y su público limeño, sabían en que se estaban metiendo. Y es por eso las explicaciones consoladoras de los primeros meses de las que doy cuenta más arriba.

Ahora el modo demente de gobernar está afectando a todo el mundo. Del Castillo es una buena muestra: ¿por qué continúa en el cargo después de mil desplantes y acepta informar con la misma cara que antes saludó el éxito de la renegociación del contrato con Gildemeister, la decisión final de anular el contrato renegociado?

¿Se lo piden los empresarios?, ¿cree que se lo comerán en el partido si regresa después de lo que ha venido pasando?, ¿ya no sabe que hacer con su vida?

Aldo M. es otro. Hoy escribe que si fuera Alva Castro habría hecho lo mismo de cuestionar el contrato de los patrulleros, para no empezar con tamaño anticucho su gestión. Pero ocurre que alditus sabe, como todos, que Alva aceptó el cargo post informe de la renegociación.

Entonces, ¿de qué se trataba?, ¿de una emboscada del partido contra el premier?, ¿de estar como García a favor y en contra de Mazzetti, a favor de la renegociación y luego por su anulación?

Pero Aldo ya está en el juego locazo de encontrar racionalidades en el despelote.

Ya no se sabe si tres meses, seis meses, siete meses (sin contar los cinco años anteriores de gobierno, son necesarios para que un hombre actualmente de 58 años, madure y no haga el gesto de bailarín de Ventanilla, antes de echar al suelo la edición de uno de los diarios que más lo adula.

¿Qué es esto por Dios?

Simple. El modo demente de gobernar, que el Perú de los segmentos A y B, de Lima y la costa norte eligieron en el 2006. El candidato de oportunidad que se escogieron después del dudoso segundo lugar de la primera vuelta.

Aquel del que dijeron, in pectore, mucho mejor si no tiene programa y no tiene equipo porque le ponemos el nuestro. No sabían que García es un programa en sí mismo, disparatado, pero real, y un equipo, él sólo, contra todo el mundo.

A la tragedia histórica del Perú tenemos que añadir la farsa de tomarnos en serio a un gobernante que no puede tomar en serio la presidencia del país.

Alguien me ha escrito que entender a García es un acto de desprendimiento. Estoy a punto de creer que se trata de un desprendimiento de cerebro.

He dicho.
https://www.alainet.org/es/active/16202?language=en
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