Soberanía y parques nacionales
16/01/2007
- Opinión
Condición necesaria para la existencia de un Estado es la posesión de un territorio, del suelo patrio, del lugar donde sus habitantes ejercen derechos soberanos. País, término que nos refiere a la parte física de ese Estado, es consustancial a ese territorio, formado por las partes continental y marina reconocidas por la comunidad internacional. Territorio por el cual los pueblos luchan y hasta desafían la muerte en su defensa. Territorio en que todos los hombres y mujeres aspiran a ejercer su independencia irrestricta, por la cual se ha luchado y derramado sangre de patriotas. No se trata pues de un “algo” negociable que se puede trasladar a un grupo de personas, nacionales y extranjeras, para que hagan en parte de él o en su totalidad, lo que sus intereses egoístas les aconsejan.
En el caso particular, nuestra Costa Rica está formada por una parte continental de extraordinaria riqueza natural y un territorio marítimo que le compite en belleza y valor. Los ticos, desde antes de la independencia de España, desde la época colonial, amaban este pedacito de mundo y lo deseaban independiente y soberano. Se luchó por él, se derramó sangre por él y jamás se permitió que “vendepatrias” esporádicos nos lo arrebataran y negociaran.
Así que, cuando conocimos de un “proyecto” privatizador de los parques nacionales, auspiciado por entes extraños al ser costarricense, que con sus dólares vieron cristalizar en un documento sus aspiraciones neocolonialistas, no podíamos guardar inaceptable silencio. Cuando con el pretexto de que para romper las “barreras burocráticas” que impiden que los parques nacionales generen ganancias económicas, se propuso trasladarlos a una “ sociedad anónima ”, se nos hirvió la sangre. Por eso, a los que nos acusan de “malintencionados” por echar abajo semejante agresión a la Patria, les decimos que recibimos con orgullo el calificativo, máxime viniendo de los que, jugando el papel de “Malinches”, pretendieron entregar la riqueza natural más grande de Costa Rica a “conservacionistas” de habla inglesa, vinculados a organismos como el Banco Mundial, el Departamento de Estado y el Pentágono.
¡Claro que entendemos su molestia! pues imaginamos que ahora no podrán explicar a sus financistas, por qué dejaron abandonada la criatura final de su “investigación”, o sea, el proyecto de ley con que esperaban traspasar el territorio soberano de los parques nacionales a una “sociedad anónima”, ente privado regido por leyes comerciales. Como tampoco podrán explicar a la opinión pública el porqué pensaron siquiera que su “sueño” habría de ser posible, cual si los habitantes de Costa Rica no fueren a reaccionar ante tal afrenta a la Soberanía Nacional.
Pero siempre hay lecciones que aprender a partir de tales desaguisados. Ahora, las autoridades gubernamentales -principalmente del Ministerio del Ambiente y Energía- habrán de revisar las conexiones, vínculos, relaciones, etcétera, con que se ha venido comprometiendo indebidamente al Estado costarricense con semejantes entes. Tan inaceptable e ilegal es lo de la “sociedad anónima”, como es también el que salarios de funcionarios gubernamentales (por ejemplo, guardaparques en el “Parque Nacional Marino las Baulas”) sean pagados por organismos extranjeros como el “Leatherback Trust” de Boza y Spotila, precisamente uno de los auspiciadores del proyecto ahora huérfano.
Finalmente, expresamos nuestra satisfacción por la rápida y enérgica reacción de los que, enterados, se unieron y lograron detener y desechar (¡ojalá que para siempre!) tan entreguista “iniciativa”, con lo cual salió fortalecida la Patria y nuestra Soberanía.
Freddy Pacheco, Ph.D.
Universidad Nacional – Costa Rica
Publicado en La Prensa Libre, martes 16 de enero del 2007
En el caso particular, nuestra Costa Rica está formada por una parte continental de extraordinaria riqueza natural y un territorio marítimo que le compite en belleza y valor. Los ticos, desde antes de la independencia de España, desde la época colonial, amaban este pedacito de mundo y lo deseaban independiente y soberano. Se luchó por él, se derramó sangre por él y jamás se permitió que “vendepatrias” esporádicos nos lo arrebataran y negociaran.
Así que, cuando conocimos de un “proyecto” privatizador de los parques nacionales, auspiciado por entes extraños al ser costarricense, que con sus dólares vieron cristalizar en un documento sus aspiraciones neocolonialistas, no podíamos guardar inaceptable silencio. Cuando con el pretexto de que para romper las “barreras burocráticas” que impiden que los parques nacionales generen ganancias económicas, se propuso trasladarlos a una “ sociedad anónima ”, se nos hirvió la sangre. Por eso, a los que nos acusan de “malintencionados” por echar abajo semejante agresión a la Patria, les decimos que recibimos con orgullo el calificativo, máxime viniendo de los que, jugando el papel de “Malinches”, pretendieron entregar la riqueza natural más grande de Costa Rica a “conservacionistas” de habla inglesa, vinculados a organismos como el Banco Mundial, el Departamento de Estado y el Pentágono.
¡Claro que entendemos su molestia! pues imaginamos que ahora no podrán explicar a sus financistas, por qué dejaron abandonada la criatura final de su “investigación”, o sea, el proyecto de ley con que esperaban traspasar el territorio soberano de los parques nacionales a una “sociedad anónima”, ente privado regido por leyes comerciales. Como tampoco podrán explicar a la opinión pública el porqué pensaron siquiera que su “sueño” habría de ser posible, cual si los habitantes de Costa Rica no fueren a reaccionar ante tal afrenta a la Soberanía Nacional.
Pero siempre hay lecciones que aprender a partir de tales desaguisados. Ahora, las autoridades gubernamentales -principalmente del Ministerio del Ambiente y Energía- habrán de revisar las conexiones, vínculos, relaciones, etcétera, con que se ha venido comprometiendo indebidamente al Estado costarricense con semejantes entes. Tan inaceptable e ilegal es lo de la “sociedad anónima”, como es también el que salarios de funcionarios gubernamentales (por ejemplo, guardaparques en el “Parque Nacional Marino las Baulas”) sean pagados por organismos extranjeros como el “Leatherback Trust” de Boza y Spotila, precisamente uno de los auspiciadores del proyecto ahora huérfano.
Finalmente, expresamos nuestra satisfacción por la rápida y enérgica reacción de los que, enterados, se unieron y lograron detener y desechar (¡ojalá que para siempre!) tan entreguista “iniciativa”, con lo cual salió fortalecida la Patria y nuestra Soberanía.
Freddy Pacheco, Ph.D.
Universidad Nacional – Costa Rica
Publicado en La Prensa Libre, martes 16 de enero del 2007
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