La convocatoria a una Asamblea Constituyente es una exigencia histórica y popular, que se viene planteando con fuerza, en el Ecuador, desde hace algunos meses atrás. Pero son las fuerzas sociales y políticas que llevan al poder a Rafael Correa, las que plantearon ésta, como reivindicación principal, en su propuesta programática de gobierno, y que el pueblo ecuatoriano acogió mayoritariamente.

Somos la mayoría de ecuatorianos quienes tenemos puestas nuestras esperanzas en la Constituyente, como el mecanismo necesario para realizar los cambios que nos ubicaran positivamente en el concierto internacional. Para modernizar el Estado Ecuatoriano. Para poner fin a la corrupción, para superar la crisis política y de valores, para resolver los problemas sociales y económicos que tenemos los ecuatorianos de dentro y fuera del Ecuador.

Los emigrantes ecuatorianos consideramos que el planteamiento de la Constituyente en si no resolverá los acuciantes problemas de nuestra bien amada Patria. Dependerá fundamentalmente de dos elementos: su composición y sus atribuciones.

Si las atribuciones son restringidas y si su composición esta dada por los mismos que han desgobernado el Ecuador, los cambios, las transformaciones, no se producirán

No podemos negar de que existe un riesgo de no avanzar en este proceso y que las fuerzas antihistóricas se aprovechen para adaptar la Constitución a sus intereses neoliberales.

Los de siempre, son los responsables que más de 3 millones y medio de ecuatorianos, estemos fuera de nuestra Patria, y es esta minoría quien en este momento se apoyan con diversos mecanismos para engañarnos. Vienen trabajando con el objetivo de hacernos bajar el estado de ánimo, a fin de que se minimice el contenido de la propuesta del Presidente electo. A todo esto corresponde sus llamados de “concertación”, sus llamados a la “reflexión”, a la “conciliación”, a dejar los discursos de campaña y a ver la “realidad”.

El pueblo ecuatoriano votó por un cambio radical, por una constituyente originaria y con participación popular, y estas son las características y las condiciones con las que se deberá realizar.

De tal manera no será el Presidente electo quien deberá enfrentar a estos sectores atrasados, sino que será la movilización de los más de 3.500.000 ecuatorianos, la que posibilitará la constituyente.

Hacemos un llamado público a todos los ecuatorianos, de dentro y fuera del País, a estar vigilantes, a fin de hacer respetar la voluntad del pueblo ecuatoriano, con nuestra movilización.

Los emigrantes ecuatorianos, representados por ERE y sus 48 delegaciones en el mundo, nos solidarizamos con los justos anhelos de cambio de Rafael Correa y del pueblo ecuatoriano, por que somos parte de él.

Nos parece importante la propuesta de la participación de los emigrantes en la Constituyente, hecha publica en estos días y en la campaña electoral, pero consideramos que el numero de nuestros representantes: “seis asambleístas”, es una representación numérica que no esta en relación con el numero de ecuatorianos que residimos en el exterior.

Se estima que en el exterior, vivimos alrededor de tres millones quinientos mil ecuatorianos, o sea el 30 % de la totalidad de la población ecuatoriana. Es en esta relación y concordando con el espíritu democrático de la Asamblea, que numéricamente debe estar nuestra representación a la Asamblea Constituyente.

La legitimidad de la Asamblea, estará dada en cuanto nazca de la representación real que tenga de los ecuatorianos. Desde ese punto de vista, consideramos que es de justeza moral, mas que numérica, que los emigrantes debemos estar representados por 30 asambleístas.

Los únicos requisitos que deberán cumplir los candidatos a asambleístas deben ser:

Ecuatorianos con más de 25 años, con por lo menos los dos últimos años fuera del Ecuador.

Los electores emigrantes votaran de manera directa y universal, y los escaños serán asignados a los candidatos mas votados.

Madrid, 07 de diciembre de 2006

- Oscar Imbaquingo, Coordinador de Asociación Mundial de Ecuatorianos Residentes en el Exterior - ERE, en España