Migración ecuatoriana, política de Estado

21/11/2006
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  • Opinión
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Hasta la presente fecha, se estima que más 3.5000.000 ecuatorianos salieron del país, ahuyentados por las crisis económicas. Estos compatriotas representan el 30 % del total de la población ecuatoriana. Si a estos sumamos sus familiares que permanecen en el Ecuador, que representan el 45 %, estamos hablando de una mayoría absoluta de ecuatorianos vinculados directa o indirectamente a este hecho social.

Según datos de empresas vinculadas a las remesas: 7 de cada 10 migrantes envían mensualmente un promedio que va desde los 150 a 300 dólares, lo que para 2006 representará una cantidad anual de 2.500 millones de dólares, los mismos que sirven para sostener directamente el consumo y por ende dar una mayor liquidez a la economía ecuatoriana. Según el BID, “las remesas son la principal arma de lucha contra la pobreza”.

De estos 7 de cada 10 migrantes ecuatorianos que envían remesas, uno mantiene sus ahorros en el país de acogida., lo que significa que cerca de dos millones ocho cientos mil ecuatorianos trabajan en el extranjero. Por lo tanto: la migración es la primera fuente de empleo del Ecuador.

Gran parte del desarrollo económico del Ecuador gira alrededor de la migración y del trabajo de los ecuatorianos en el exterior. Preguntémonos: ¿que haría el Ecuador con 2.500 millones de dólares anuales menos? ¿Y con 2.400.000 de desempleados más?

De otra parte, las políticas migratorias de los países receptores, en algunos casos son: restrictivas y criminalizantes, lo cual expone a cientos de miles de ecuatorianos a la vulneración de sus inalienables derechos: humanos, económicos, sociales y culturales.

La migración ecuatoriana viene incidiendo y permeando en casi todos los estratos de la sociedad ecuatoriana, provocado transformaciones cada vez más profundas.

Existe una ausencia total de un marco jurídico normativo y de políticas claras, que estén en relación con las nuevas realidades históricas en materia migratoria y de extranjería en el Ecuador.

Frente a todo lo anterior, resulta urgente e impostergable, la construcción de una Política de Estado que fortalezca las instituciones publicas y se enmarque dentro de una estrategia nacional de desarrollo. Política Migratoria, en el marco de un Proyecto de desarrollo del País, que tienda hacia la construcción de un Ecuador más humano, equitativo y solidario, para lo cual se deban abordar, al menos, los siguientes puntos básicos:

1.- Sensibilización y conocimiento real de la complejidad e integralidad del hecho migratorio ecuatoriano. Se deberá enfrentar desde la óptica de los propios actores: los emigrantes, a fin superar las caducas visiones que pretenden “darnos” interprendo este hecho social y humano, identificándolo erróneamente como un fenómeno, o solamente con el envío de remesas, etc.
2.- Enfrentar el hecho migratorio desde una visión amplia e integral, a fin de articular acciones coordinadas en los diferentes niveles del Estado que permitan canalizar planes, programas y proyectos de mayor y mejor impacto. Ello implicara la creación de un organismo director y ejecutor de las políticas migratorias en nuestro país: un súper ministerio de migración, el cual deberá coordinar acciones con subsecretarias creadas para el efecto, en los ministerios de: Relaciones Exteriores, Gobierno, Educación, Vivienda, Salud.

3.- Desarrollar políticas, planes, programas y proyectos que permitan eliminar las causas económicas, sociales y políticas que obligan a los ecuatorianos a emigrar en condiciones de indignidad.

4.- Los Consulados ecuatorianos en los diferentes países, a más de las actuales actividades, deberán promover, vigilar y proteger los derechos humanos, y legales de los connacionales, independientemente de su condición migratoria.

5.- Suscripción de acuerdos bilaterales y multilaterales, en el marco de la normativa internacional en materia de Derechos Humanos y de trabajo con los países de destino de los ecuatorianos.

6.- Desarrollo de planes y programas, en torno al apoyo a los familiares de los migrantes, en especial a la niñez y juventud.

7.- Implementación de Planes y programas orientados al fomento y desarrollo de microempresarios, como inversión de las remesas.

8.- Creación del Banco del Emigrante, donde los accionistas sean los propios emigrantes y que sirva para desarrollar la inversión de los emigrantes.

9.- Implementación de mecanismos para investigar, prevenir y sancionar las redes de tráfico de personas.

10.- Plena vigencia de todos los derechos democráticos de los compatriotas en el exterior. Derecho a ser elegidos en los cargos de representación popular y en proporción con los ecuatorianos que viven en el exterior.

11. - Creación e implementación de la Quinta Región (propuesta original nuestra), la misma que tendrá una estructura especial transnacional, a nivel jurídico, político y administrativo. Mas allá de una simple una región electoral, como plantea Rafael Correa.

12.- Desarrollo de planes y programas destinados a apoyar el retorno y reinserción de los emigrantes.

Los ecuatorianos que residimos en el exterior, hemos aprendido ha hacer Patria desde afuera. Sabemos que la migración ecuatoriana, podría convertirse en un verdadero aliando transnacional estratégico para el desarrollo local, regional y de nuestro país, siempre cuando se desarrollen políticas estatales que se comprometan con nuestros objetivos y que las comunidades de origen y destino de los migrantes promuevan procesos permanentes de capacitación y organización que nos permita el empoderamiento en ambos lugares. He ahí nuestra responsabilidad.


¡Siempre, la utopias, acaban siendo realidades ¡

Madrid, 19 de Noviembre del 2.006

- Oscar Imbaquingo es arquitecto y periodista ecuatoriano.
https://www.alainet.org/es/active/14640
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