Reflexión cristiana sobre la segunda vuelta electoral
- Opinión
Regala sillas de ruedas, computadoras, dinero, banano, etc. Lo hace en los sectores más pobres, a los que además, les da atención médica gratuita. Lo hace en nombre de Dios, por eso reza, levanta
No cabe duda que esta estrategia una vez más ha sido exitosa electoralmente. Ha seducido a los más pobres. Por lo demás, la historia está plagada de ejemplos en que el sentimiento religioso del pueblo ha sido manipulado para mantener las cosas tal como están, sin cambio alguno, favoreciendo insolentemente los privilegios de pequeños grupos. De hecho las más sangrientas dictaduras del Cono Sur y los gobiernos oligárquicos militaristas democratacristianos de los años 70 en Centroamérica se justificaron a sí mismos en nombre de Dios, de la democracia y contra el comunismo. Hoy mismo, el otro enviado de Dios manda a bombardear pueblos enteros en Medio Oriente asesinando personas inocentes, en nombre de Dios y de la democracia.
Pero entonces, ¿qué debemos hacer los que nos sentimos seguidores de Jesús ante situaciones como éstas? ¿Debemos permanecer en silencio? ¿Debemos permanecer “imparciales”? o ¿debemos, con valor y claridad, desenmascarar privada y públicamente la manipulación del sentimiento religioso del pueblo y la profanación de Dios y su mensaje? La respuesta es obvia. Y
Nos preguntamos entonces si algo tiene que ver el dios al que se refiere Alvaro Noboa con el Dios de Jesús.
El teólogo Ignacio Ellacurría y Monseñor Romero denunciaron, hace ya muchos años, la idolatría creada por el sistema capitalista. Las oligarquías han hecho del dinero su dios y en él afincan su confianza. Es intocable, es todopoderoso. La acumulación de poder y de dinero es su fin último, la inviolabilidad de la propiedad privada es su credo. Para honrar a este dios reprimen, mienten, manipulan la verdad, pisotean la justicia, compran tribunales electorales, negocian con el derecho de los pobres. De esto, nada se habla en los círculos eclesiásticos, no interesa. Tampoco se habla en los medios informativos, generalmente de propiedad de los mismos grupos económicos privilegiados. Pero de esto es de lo que debemos hablar ahora los cristianos, los que nos pretendemos seguidores de Jesús.
Dios opta por los pobres y contra los poderosos que los explotan
La noticia ha escandalizado siempre: Dios no es imparcial. Toma partido por los pobres, por los explotados, por los que viven en la opresión, los que son víctimas de un sistema injusto. Se pone de su lado, lucha junto a ellos para reestablecer la justicia y se pone en contra del opresor, contra el oligarca explotador que ha construido su fortuna pagándole al pobre salarios de hambre, contra el que usa su poder para reprimir a quienes claman justicia.
“Yavé dijo: “he visto la humillación de mi pueblo en Egipto, y he escuchado sus gritos cuando lo maltratan sus mayordomos. Yo conozco sus sufrimientos. He bajado para liberarlo del poder de los egipcios…” (Exodo 3, 7-8)
Esa es la noticia que algunos no quisieran escuchar. Dios está con los pobres y desde allí combate a los poderosos. No es indiferente al sufrimiento del pueblo, escucha su clamor, toma partido por los pobres, baja a liberarlos y se enfrenta al poder de los explotadores. Dios estuvo con los ex - trabajadores de
Pensar que del hombre más rico del país, de aquel que no paga impuestos, ni respeta los derechos de sus trabajadores, de aquel que explota el trabajo infantil y que tiene tantos intereses económicos en sus 113 empresas, vendrá el bienestar y la justicia para los pobres es iluso y necio. Decir que esto es designio de Dios es profanar su nombre.
Dios prohíbe el capitalismo
Según el propio candidato Noboa, sus terrenos tienen una extensión de 75 millones de metros cuadrados. Es propietario además de 113 empresas. Es el hombre más rico del país. El otro lado de la medalla, es la inmensa cantidad de pobres que viven en la miseria, sin un pedazo de terreno donde vivir o en covachas de madera construidas sobre el mar. Allí viven… allí sobreviven, allí arriesgan las vidas sus niños cada día, muchos de los cuales mueren ahogados porque cayeron al agua. Son millones los pobres que no tienen donde vivir, que no tienen trabajo.
Pero Dios tiene un juicio claro sobre quienes acaparan las tierras y despojan a los pobres:
“Ay de los que juntan casas con casas y campos con campos hasta que no quede más terreno, acaparando todas las cosas...” (Isaías 5, 4-8)
“Ay de aquel que amontona sin parar cosas que son de otros y se llena de prendas empeñadas. Ay del que levanta su casa con ganancias injustas…Ay del que construye una ciudad en base a sangre y funda un pueblo con medios injustos”. (Habacuq 3, 6-12)
“El Señor vendrá a juicio contra los jefes de su pueblo. Pues se han comido mi chacra. Las cosas robadas a los pobres llenan sus casas. Han aplastado a mi pueblo. Han machacado el rostro de los pobres”. (Isaías 3, 14-15)
“¿Acaso he de tener yo por justa la balanza que es infiel o por cabales las pesas falsas?... Por medio de estas cosas los ricos se han llenado de riquezas injustas. Están robando a todo el mundo. Tienen en su boca una lengua mentirosa”. (Miqueas 6, 3-12)
“Y luego intentan, curar el quebranto de mi pueblo a la ligera, diciéndole: “Todo está bien; hay paz”.Pero esa paz no existe por ningún lado” (Jeremías 6, 7-14)
Toda la riqueza de Noboa es la negación de Dios. Dios aborrece el acaparamiento que despoja a los otros. Las leyes que permiten esta injusticia, que permiten que se reproduzca, que dan un rostro de legalidad al despojo sistemático, forman parte de lo que los obispos de
Para Dios, lo primero es la Justicia
“¿De qué me sirven a mí, dice el Señor, todos los sacrificios que hacen ustedes? Me dan repugnancia. No me agradan más sus dones…No me sigan trayendo ofrendas inútiles…Me resultan despreciables sus fiestas solemnes…Estoy cansado de aguantarlos… Cuando ustedes levantan las manos para orar, yo me tapo los ojos, por no verlos. Cuantas más oraciones me hagan, tanto menos les escucharé. Porque sus manos están llenas de sangre.
Lávense. Purifíquense. Quiten sus fechorías de delante de mi vista. Dejen de obrar el mal. Aprendan a hacer el bien. Busquen lo justo. Den sus derechos al oprimido. Hagan justicia al huérfano. Defiendan a las viudas.
Y después de todo esto, entonces sí, vengan y nos entenderemos” (Isaias 1, 11-18)
Las dádivas, las promesas y el dinero con que se compran los votos son aborrecidos por Dios. Parecen ser gestos de bondad y de sensibilidad ante el clamor de los pobres; con estos, el oligarca se presenta bueno, bondadoso, sus regalos aparecen como señales de lo que vendrá cuando sea gobierno. En él supuestamente los pobres serán los preferidos, los paralíticos tendrán ayuda y los enfermos serán sanados. Pero no. Todos estos no son sino instrumentos con los que se pisotea la dignidad de los hijos de Dios. A través de ellos se hace del pobre un miserable, sin dignidad, se lo humilla, se lo engaña. Se hace de él un objeto sin conciencia y se le niega el derecho a ser el sujeto de su propia historia.
Lo primero para Dios es
Ni las oraciones sirven si no hay justicia. “Cuando ustedes levantan las manos para orar, yo me tapo los ojos, por no verlos. Cuantas más oraciones me hagan, tanto menos les escucharé. Porque sus manos están llenas de sangre” (Isaías 1, 15)
Difícil resulta para la oligarquía entender la voluntad de Dios, porque han estado acostumbrados a hacer de Él un instrumento para mantener su poder y sus privilegios. Por eso Dios no los escucha. ¿Sabrá Alvaro Noboa cuál es el ayuno o culto que le agrada a Dios? Pues no lo querrá entender porque su corazón y su confianza están en su dinero y en su poder.
“¿No saben cual es el ayuno que me agrada? Romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los oprimidos, y romper toda clase de yugo.Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano…Si en tu casa no hay más gente explotada, si apartas el gesto amenazante y las palabras perversas; si das al hambriento lo que deseas para ti y sacias al hombre oprimido; brillará tu luz en las tinieblas y tu oscuridad se volverá como la claridad del medio día” (Isaías 58, 6-10)
De nada sirven las oraciones a Dios y las dádivas a los pobres si se mantiene a los trabajadores de las bananeras viviendo en condiciones miserables, ganando salarios injustos. De nada sirven las oraciones si cuando el pobre toma conciencia de sus derechos, se los reprime con violencia y se mancha las manos de sangre. Dios aborrece las oraciones de quien pisotea la justicia y se ensaña contra los pobres.
Dios aborrece los cultos religiosos de los explotadores
Desde hace varios años, el candidato Noboa usa el sentimiento religioso para ganar los votos que le lleven a la presidencia. La transmisión televisada en directo del bautizo de su hijo desde los Estados Unidos fue un insulto a la miseria en la que vive el pueblo pobre. Pero es algo más. No solo se manipula el sentimiento religioso del pueblo sino se manipula la misma eucaristía. Mons. Romero llamó a éstas, “las misas que se someten a la idolatría del dinero y del poder” Pero ¿cuándo una misa se somete a la idolatría del dinero y del poder? “… cuando se usa para cohonestar situaciones pecaminosas, cuando se usa la misa para hacer ver al pueblo que no hay diferencias con la iglesia. Y lo que menos importa es la misa, y lo que más importa es salir en los periódicos (en
“Aborrezco y desecho las festividades religiosas de ustedes. Me causan enojo sus ofrendas. Cuando me presenten sus sacrificios y sus dones yo no les aceptaré… Mientras no corra como agua la rectitud y la justicia como un torrente impetuoso” (Amos 5, 21-24)
Dios no escucha a los explotadores
Para algunos resulta hasta ridículo mirar al candidato en la tarima orando a Dios, imponiendo las manos, rezando el padrenuestro, arrodillándose con sus brazos en alto y mirando al cielo, pero para muchos pobres esto es un gesto que le produce confianza. Piensa el pobre, en su ignorancia, que los rezos del candidato serán la garantía de un gobierno que será ayudado por Dios. Piensa que Dios oirá las oraciones del candidato y le iluminará para tomar las decisiones cuando sea presidente. Así, pone su confianza en él pensando que está poniendo su confianza en Dios. Pero no hay que llevarse a engaño. Dios no escucha a los explotadores, aunque ellos se llenen la boca hablando de Dios y aunque hagan todas las misas y sacramentos que quieran. En el pueblo de Israel ya pasó algo similar. Los que explotaban al pueblo, los que engañaban y mentían, los que compraban la justicia y perjudicaban a los pobres, los que falseaban las balanzas para robarlos, ellos también rezaban, hacían sacrificios, se pensaban como modelos de hombres religiosos. Pero los profetas, en nombre de Dios les desenmascaran claramente. Los llaman a que busquen primero la justicia y ellos no lo entienden y le preguntan extrañados a Dios:
¿Cómo es que ayunamos y tú no nos haces caso? ¿Por qué nos mortificamos y tú te haces el desentendido?
Dios les contesta:
Es porque en el día en que ayunan ustedes siguen buscando sus negocios, y siguen explotando a todos sus trabajadores. Es que ustedes ayunan como para poder seguir sus pleitos y contiendas. Y para poder herir tranquilos al indefenso con golpes sin piedad… (Isaías 58, 3-10)
¿Qué hacer en esta hora?
“Pues Yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva y el pasado no se volverá a recordarlo jamás ni vendrá más a la memoria. …Ya no se sentirán, en adelante sollozos de tristeza ni gritos de angustia. Ni habrá más, allí, recién nacidos que apenas vivan algunos días, o viejos que no vivan largos años. ..Harán sus casas y vivirán en ellas, plantarán viñas y comerán sus frutos. Ya no edificarán para que otro vaya a vivir, ni plantarán para alimentar a otro. Los de mi pueblo tendrán vida tan larga como la de los árboles y mis elegidos vivirán de lo que hayan cultivado con sus manos. No trabajarán inútilmente ni tendrán hijos destinados a la muerte…”(Isaías 65, 17-23)
El llamado de Dios es a la esperanza. Pero ella tiene su fundamento histórico en la organización y movilización del pueblo. Ningún gobierno, ningún presidente por sí solo podrá cambiar el país. Hay muchas fuerzas que se oponen a los cambios que beneficien al pueblo. Hay muchos privilegios que destruir y muchos intereses que combatir. Solo la organización y movilización del pueblo nos dará la certeza de caminar hacia una sociedad justa y fraterna.
No es la hora de votar nulo. Es la hora de cerrar el paso a un gobierno neoliberal, represivo como él mismo lo ha anunciado y abrirnos a la posibilidad de un gobierno que demuestre algo de sensatez para con los pobres.
El seguimiento de Jesús es un proceso histórico. Muchos errores podemos cometer en el camino. Pero hay que caminar. Y caminar organizados, fortaleciendo las organizaciones del pueblo, allí está nuestra fuerza. Sin embargo hay que decir que en esta hora, que si por algún lado puede haber mejores condiciones para el crecimiento del pueblo como sujeto no es por el lado de Álvaro Noboa sino de Rafael Correa.
- Xavier Guachamín
Comisión de Vivencia Fe y Política