El Instituto Costarricense de Electricidad y su función social

05/10/2006
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El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) es una institución estatal creada con una función social, una función de satisfacción de la demanda en electricidad y telecomunicaciones, atendiendo principios de universalidad, solidaridad, justicia social, subsidiaridad y sostenibilidad. Su fin es, por lo tanto, la rentabilidad social, no la rentabilidad empresarial. Sorprende que aún con todas las trabas administrativas y financieras a las que ha estado sometido, el ICE haya sido capaz de cumplir satisfactoriamente. Solo imaginemos la clase de institución que el ICE podría ser si se le otorgan los medios administrativos, legales, financieros y técnicos para un apropiado desempeño, imaginemos la calidad y mejora en el servicio que podría lograrse. Es cierto entonces que hay que quitarle amarras al ICE, pero para que pueda ser mejor y más eficiente como institución del Estado, no para que pueda competir con otras empresas. Poner al ICE a competir en un mundo empresarial, solo ocasionaría la eliminación del servicio universal y solidario que brinda la institución. Sería arrojar la mejor institución nacional al juego y a la voracidad del libre mercado y la competencia. No cabe duda de que con la experiencia y capacidad técnica que existe en el ICE, se podría ser sumamente competitivo en el mercado eléctrico y de telecomunicaciones. Pero el ICE sería competitivo como empresa, atendiendo razones y objetivos de empresa, con lo cual se le obligaría a perder su visión y principios sociales. Ya no le interesaría al ICE llevar el servicio a zonas rurales donde no sea empresarialmente rentable, o subsidiar a sectores pobres en el servicio eléctrico o de telecomunicaciones, tampoco sería importante efectuar planificación eléctrica de largo plazo con visión nacional, ni contemplar planes y programas de mitigación o compensación ambiental. Ya esto no sería importante, porque privaría la necesidad de reducir costos y maximizar utilidades, a fin de poder competir con las otras empresas. Por lo tanto, desde un punto de vista de interés nacional, la necesidad de que el ICE entre en competencia para mejorar los servicios es un mito que debe caer, insistir en el mismo es ni más ni menos que promover la eliminación del ICE y su función social. Es por ello que la apertura y privatización del ICE no debe darse; por el contrario, debe promoverse un fortalecimiento integral de la institución, que atienda razones técnicas, financieras, administrativas y ambientales. Debemos mejorar y consolidar lo que ya tenemos como institución del Estado, en vez de debilitarla o destruirla. La discusión de fondo es ideológica, y atañe al modelo de desarrollo. Es entre la consolidación de un modelo estatal, donde por medio de instituciones solidarias se pueda garantizar la mejor calidad de vida para todos, o bien un modelo basado en la libre competencia, que no garantiza, como ya se ha demostrado en muchos países, a pesar de los mecanismos de control que se establezcan, esa mejor calidad de vida No tengamos miedo a mantener lo que sin duda ha funcionado bien. Podemos ser diferentes e impulsar y consolidar un modelo de desarrollo distinto, enseñándole al mundo que es posible, que no aceptamos la imposición del modelo neoliberal de competencia y libre mercado y que, por el contrario, queremos mantener el modelo de Estado solidario y de justicia social, fortaleciéndolo y perfeccionándolo cada día. - Rolando Portilla Pastor es Ingeniero Civil.
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