La Habana El líder cubano, Fidel Castro, aún convaleciente de una intervención quirúrgica a fines de julio pasado, pero en visible mejoría, retornó parcialmente a su trabajo público como estadista durante la XIV Cumbre de los Países No Alineados, celebrada durante seis días en estas capital y finalizada el sábado, al encontrarse con líderes de las naciones asistentes y personalidades internacionales. Como colofón de esas actividades desplegadas por el dirigente durante la semana pasada, se anunció este lunes que el domingo recibió al presidente de Ecuador, Alfredo Palacio, con quien sostuvo "un fraternal intercambio" en el cual conversaron sobre la conferencia recién terminada. Ambos mandatarios coincidieron en calificar de exitosa la recién concluida conferencia así como abordaron "importantes temas internacionales y de nuestra región". Como en otros encuentros del alto perfil durante la Cumbre, Castro conversó con Palacio sobre la Operación Milagro, programa solidario médico en el contexto del cual pacientes latinoamericanos y caribeños reciben en hospitales cubanos operaciones de la visión para curar enfermedades como las cataratas. Más de seis mil ecuatorianos han recibido ese tratamiento. Durante la Cumbre y hasta después de su final, Fidel Castro recibió a los presidentes venezolano, Hugo Chávez, y boliviano, Evo Morales, ambos en dos ocasiones, a Palacio, al primer ministro malasio, Abdullah Badawi, al jefe de Estado argelino, Abdelaziz Bouteflika, y al secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan. También al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, al primer ministro de la India, Manmohan Singh, y al intelectual y diputado argentino Miguel Bonasso, enviado especial a la Cumbre del presidente Néstor Kirchner. Tras su primer encuentro con el dirigente cubano, a inicios de la pasada semana, Bonasso escribió una crónica para el diario Página 12 en la cual describió los temas de conversación con su anfitrión y habló de su estado de salud, en recuperación. Hoy, el diario nacional Granma reveló que el argentino se reunió por una segunda ocasión con Fidel Castro, durante la Cumbre. "-Oye, ¿qué pasó con la nota? ¡Tremenda repercusión tuvo! -dice la voz afónica por el auricular. Y agrega con ironía-: Me han dicho que te has convertido en la estrella de la Cumbre, que todos quieren hablar contigo", citó Bonasso al líder de Cuba en una conversación telefónica que este le hizo para invitarlo nuevamente. "Aunque lo conozco bien, me cuesta creer lo que me dice el Comandante. Verlo de nuevo en dos días, escucharlo contento como si no fuera Fidel Castro sino un principiante al que lo entrevistan por primera vez. Además, tiene razón en lo que a repercusión se refiere: me he pasado los últimos dos días dando entrevistas sobre la entrevista. Y recibiendo el saludo y la curiosidad de cientos de delegados a la Cumbre del Movimiento de No Alineados. Me han preguntado por la salud de Fidel príncipes con turbante, mandatarios de los tres continentes, ministros, embajadores del Tercer Mundo y del Primero. También me han interrogado con los ojos aguados de emoción muchos cubanos humildes y anónimos: esos que te abren una puerta o te sirven un mojito. "¿En serio lo vio bien al Comandante? ¿Se pone de pie sin ayuda? ¿Camina? ¿Recuperó algunos kilos?", escribió Bonasso en el artículo que publica este lunes el periódico cubano "Se produce la segunda vuelta: el pasillo, el travelling, los hombres de blanco, la señora amable que me introduce al sancta santorum donde se recupera el líder cubano", agregó -Hoy vamos a caminar- dice Fidel Castro a modo de bienvenida. Y caminamos por la habitación frente a la lente de la cámara de Richard, uno de sus jóvenes colaboradores. El Comandante explica: "Hay que desentumecerse", dijo el argentino en la crónica. "Volvemos a sentarnos y me confiesa con los ojos brillantes de alegría: "Estos días tengo un hambre terrible. Como de todo". "Me doy cuenta de que me he convertido sin proponérmelo en una suerte de portavoz de sus avances en la recuperación. Hablamos como siempre de todo lo divino y lo humano y me pide que mande un saludo especial para los lectores de Página 12. Le cuento que el capítulo 24 del libro Cien horas con Fidel aparece hoy como suplemento especial del diario y se alegra mucho de este anticipo. Dos días antes, como recordarán los lectores, me había confesado que la corrección y enriquecimiento de esas memorias, recopiladas en cien horas de reportaje por el periodista Ignacio Ramonet, había constituido su ocupación esencial y trascendente en las horas crueles y peligrosas que sucedieron a la operación", escribió. "Muchos me han preguntado en estos días si el Comandante, cuando concluya su recuperación, volverá a ser el de antes (el infatigable) o se concentrará exclusivamente en algunas tareas estratégicas, para preservar una salud que valoran como si fuera propia, millones de personas. Es una pregunta difícil de contestar. Y por eso ni siquiera se la formulé", estimó Bonasso. Narró que "solo puedo contar lo que vi a partir de esta segunda llamada: le interesa lo que pasa en Venezuela, en Bolivia, en México, en Argentina, en la Cumbre y sus pasillos. Escucha con atención los cables que lee su secretario Carlitos Valenciaga, pide que lo comuniquen con este o con aquel. Y se despide, de pie, con un abrazo, porque Evo está al llegar. La verdad, me cuesta imaginarlo en reposo", concluyó. El dirigente cubano fue el jefe de la delegación cubana a la Cumbre de los No Alineados, pero no pudo asistir a sus actos oficiales porque sus médicos así lo aconsejaron. Fuente: World Data Service http://www.wds.wdrc.info http://www.wdrc.cubaresearch.info