La raza y la cultura como principios del discurso político

28/08/2006
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"Los seres humanos producto de la mezcla de razas son despreciables" Adolf Hitler. Indígenas contra q'aras, q'aras contra indígenas, collas contra cambas, cambas contra collas. El discurso político boliviano gira entorno a maniqueísmos de contenido racial y cultural, frente a la posición contemplativa del Defensor del Pueblo y otras organizaciones de derechos humanos. En efecto, mientras el Presidente Evo Morales, con la participación de sus más conspicuos asesores, justifica la creación de un Estado con hegemonía indígena (1) y el privilegio de ciertos habitantes "indígenas" para ocupar altas funciones de gobierno por su sola condición racial – bajo el emotivo eufemismo de la "descolonización cultural" – como artilugio que oculta la decisión gubernamental de contar con empleados públicos obsecuentes de la "élite masista" por encima de cualquier identidad programática o ideológica; sectores empresariales, a la cabeza del Comité Cívico de Santa Cruz, y afines a las fuerzas políticas PODEMOS, UN, MNR, entre otras, en base a la socialización mediática de la novísima "Nación Camba" repulsiva del llamado "andinocentrismo", o la simple regionalización a ultranza del debate constituyente, pretenden autogobiernos departamentales capaces de autorizar la negociación de empréstitos, la enajenación de bienes y celebración de contratos que comprometan las rentas petroleras del Estado boliviano, y definir planes migratorios para la utilización de la tierra y de los recursos naturales del país (2). Visiones etnocéntricas, discursos racistas, xenófobos y discriminatorios El presidente del Concejo Preautonómico de Santa Cruz, Carlos Pablo Klinsky, sostuvo, en relación a una agrupación del concejal municipal de El Alto, Roberto de la Cruz, que "esa tropa de talibanes es verdad que dan miedo, pero por feos y su entrenamiento da chiste". El Prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas Aguilera, en un mitin realizado el 20 de mayo de 2006, expresó en referencia al denominado "centralismo andinocéntrico" que "si quieren acullicar sus odios y sus rencores, desenmascaren a los verdaderos culpables del fracaso de estos casi 200 años de vida republicana". Sergio Antelo, líder del Movimiento Nación Camba de Liberación, manifestó: "No podemos permitir que Santa Cruz se convierta en un prostíbulo". Agregó que a su movimiento no le interesa "si tumban al Presidente", sino que los campesinos marchistas no "bolivianicen" a Santa Cruz. El Movimiento Nación Camba de Liberación, que desde sus inicios tuvo a empresarios y gente allegada al Comité Cívico de Santa Cruz y los partidos políticos y agrupaciones ciudadanas de la "derecha histórica", comprende dentro de su simbología un mapa dividido de Bolivia en el que diferencia la "Nación Camba" y anacrónicamente el "Alto Perú", y sostiene que "se conoce a Bolivia como un país fundamentalmente andino, encerrado en sus montañas, una especie de Tibet Sudamericano constituido mayoritariamente por las etnias aymará-queschua, atrasado y miserable, donde prevalece la cultura del conflicto, comunalista, pre-republicana, iliberal, sindicalista, conservadora, y cuyo centro burocrático (La Paz) practica un execrable centralismo colonial de Estado que explota a sus colonias internas, se apropia de nuestros excedentes económicos y nos impone la cultura del subdesarrollo, su cultura" (3). Paralelamente, el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, David Choquehuanca Céspedes, declaró en un programa radial que desde que él adquirió conciencia de su origen aymara ya no lee libros y su sabiduría proviene de la lectura de las arrugas de sus ancianos. Afirmó que "el país está mal por culpa de las personas que leen libros" (sic). En una entrevista ofrecida al programa televisivo de Andrés Oppenheimer, Choquehuanca dijo que los antiguos aymaras vivían 200 años o más y calificó la cultura de Occidente como "la cultura de la muerte". Félix Patzi Paco, Ministro de Educación, escribió en la revista indigenista "Mallki" (4) de la organización "Fausto Reynaga", un artículo intitulado Movimiento multiforme sin hegemonía en el que aseguró que "emergía en 2000 un movimiento indígena libre de las intermediaciones culturales, es el tercer gran movimiento indígena después de Tupaj Katari y Zarate Willka…Un movimiento que cuestionará después de un siglo la legitimidad del Estado boliviano". Para el Ministro Patzi, la descolonización de la educación significa poner fin a las fronteras étnicas y terminar con la "sociedad de castas" que, según él, durante 514 años monopolizó las oportunidades académicas, políticas y laborales. A tal efecto, propuso un anteproyecto de ley sobre la base de un sistema educativo estatal "desde el potenciamiento y desarrollo de la sabiduría y lengua propia de las naciones indígenas originarias". Evo Morales Ayma, Presidente de la República, en una campaña publicitaria relativa a la política de alfabetización difundida en el canal del Estado, afirmó que antes "a los indígenas les sacaban los ojos o les cortaban las manos por aprender a leer". El Vicepresidente de la República, Alvaro García Linera, en el acto de inauguración de la Asamblea Constituyente, aseveró que "somos un país comunitario y asociativo, indígena y popular" a tiempo de plantear que ese rasgo distingue a Bolivia en el concierto internacional. García señaló que llegó la hora de las mayorías indígenas hasta ahora marginadas y que los pueblos originarios, siempre excluidos, tienen la posibilidad de revindicar derechos elementales, negados hace 500 años. Los excluidos, los que estaban escondidos en el sótano, hoy salen a la luz, expresó, a tiempo de señalar que en Bolivia se forja una revolución tras años de represión y crímenes. Edmundo Novillo, presidente de la Cámara de Diputados, concluyó en una rueda de prensa que "sería interesante fusionar la bandera boliviana y la whipala". Según el Portal Cultural de la Región Andina http://www.quechuanetwork.org/ "la Whipala es bastante más que la bandera y el emblema de la nación Andina y de los Aymara Quishwa, es la representación de su filosofía andina y, actualmente, el símbolo de la resurrección de la cultura que fluyó de los primordiales Cuatro Estados del Tiwantinsuyo". Sin embargo, diversas encuestas indican que la mayoría de los bolivianos no se sienten representados por este símbolo, y mucho menos aceptarían fusionar la bandera nacional y la whipala. Por último, la Comisión de Política Social de la Cámara de Diputados convocó a historiadores académicos y no académicos a un debate respecto de la propuesta de cambiar el nombre de la histórica Plaza Murillo, por el nombre de Plaza Tupaj Katari. En su exposición de motivos, el anteproyecto indica que Pedro Domingo Murillo fue un asesino de indígenas que participó en el descuartizamiento de Tupaj Katari e incluso transportó el pie izquierdo del caudillo indígena a los Yungas para amedrentar a los indios. La propuesta legislativa contempla también declarar feriado nacional el 14 de noviembre conmemorando el descuartizamiento de Julian Apaza (Tupaj Katari). Este anteproyecto de ley plantea también que los colegios enseñen que Pedro Domingo Murillo fue un genocida, asesino de indios y descuartizador de Tupaj Katari, y en definitiva, sustituir el nombre de todas las plazas de ciudades, pueblos, marcas, calles y avenidas por los nombres de "héroes originarios" en reemplazo de los "colonizadores". Aclaraciones lingüísticas, históricas y sociales En primer lugar, "colla" y "camba" son bolivianismos reconocidos como tales en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, que no dejan de ser clichés harto imprecisos. "CAMBA 1. m. Bol. Indio o mestizo del oriente de Bolivia. 2. m. Bol. Persona o forma de vida típica de esta región. COLLA 1. com. Bol. Persona que habita en las mesetas andinas. 2. com. Bol. Persona que ha nacido o vive en la región occidental de Bolivia" (5). Luego, un hijo de padres alemanes, nacido en Beni, con costumbres orureñas y residente en Oruro ¿es colla o es camba?. Un hijo de padres tarijeños, nacido en La Paz, residente en Pando, con costumbres típicamente pandinas ¿es colla o es camba? Además, el Kollasuyo – que originaría el bolivianismo "colla" - no existe hace siglos. En este acostumbrado uso novelesco y medieval de la lengua, nadie, sin embargo, llama "realistas" a los ciudadanos de tez blanca, o "tiwanacotas" a quienes viven a orillas del Lago Titicaca (6). En segundo lugar, si bien existen comunidades indígenas y campesinas con una base cultural y organización política y social diferenciada en el país – que no siguen precisamente pautas centenarias o milenarias; por el contrario, han adoptado normas, costumbres y mores propios de la modernidad - el Informe de Desarrollo Humano del 2004 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) establece que el 72 por ciento de la población boliviana se siente mestiza. Ello se acentúa gradualmente con la movilidad social propia de la migración campesina que ha configurado una población boliviana eminentemente urbana, la modernización de las zonas rurales, el crecimiento del ingreso per cápita en el campo, etc. Pero el mestizaje y la migración son fenómenos sociales incluso anteriores a la época colonial. Los pueblos precolombinos mantuvieron sangrientas guerras contra otros colindantes, siendo paradigmáticas la invasión del Imperio Incaico – con sede en Cuzco, actual República de Perú – a los aymaras, y el sometimiento de la etnia Uru por los aymaras y luego por los incas. Manuel Gamio, primer director del Instituto Indigenista Interamericano, cuando ya llevaba más de dos décadas al frente de esta institución, escribía lo siguiente: "... hay una cuestión pendiente que es de capital importancia para el indigenismo y ha sido objeto de discusión desde hace años y en especial desde que se fundó el Instituto Indigenista Interamericano, pero que hasta la fecha no ha podido ser satisfactoriamente resuelta. Esa cuestión implica tres preguntas que parece fácil contestar, pero que no lo es en realidad: ¿Cuántos, quiénes y cómo son los habitantes de América que deben ser propiamente conceptuados como indígenas?" (7). Tampoco hay que prescindir el hecho que muchos ciudadanos – que bien podrían ser etiquetados de "indígenas" u "originarios" - internalizaron las pautas de la burguesía occidental y en otros casos son grandes capitalistas que concentran vastos sectores de la economía boliviana. De la misma manera, tampoco se puede desconocer que frecuentemente estos habitantes al alcanzar cierto estatus social y económico, discriminan a gente con rasgos hereditarios comunes, por su simple falta de instrucción o pobreza (8). La demagogia de muchos actores políticos bolivianos, es plausible en su discurso etnocéntrico, racista, xenófobo y/o discriminatorio, utilizado como coartada para despertar ocultas pasiones humanas y así ganar provechos electorales. Su misión es siempre la misma, y se resume en la máxima maquiavélica "dividir para reinar"; no obstante sus tesis y prácticas distan mucho de ser medianamente revolucionarias (9) o efectivas en el campo de la política económica o social. Sin embargo, el grave peligro socializar visiones etnocéntricas, racistas, discriminatorias o xenófobas en la historia de la humanidad a través de propaganda política, se patentiza en el hecho que la política, la raza y los sesgos históricos y culturales, unidos, condujeron siempre a formas de autoritarismo, marginación social, guerra, e incluso genocidio. Notas: 1. Cuando se le consultó al constituyente masista Raúl Prada cuál es el tipo de Estado que propone el partido de Gobierno, respondió: "El MAS busca un Estado pluricultural, con hegemonía indígena". Vid. http://www.laprensa.com.bo/20060731/politica/politica04.htm La norma constitucional vigente prescribe que Bolivia es un Estado multiétnico y pluricultural – art. 1 CPE -. Asimismo, su art. 171 establece que "se respetan y protegen en el marco de la ley, los derechos sociales, económicos y culturales de los pueblos indígenas que habitan en el territorio nacional, especialmente los relativos a sus tierras comunitarias de origen, garantizando el uso y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, a su identidad, valores, lenguas, costumbres e instituciones. El Estado reconoce la personalidad jurídica de las comunidades indígenas y campesinas y de las asociaciones y sindicatos campesinos. Las autoridades naturales de las comunidades indígenas y campesinas podrán ejercer funciones de administración y aplicación de normas propias como solución alternativa de conflictos, en conformidad a sus costumbres y procedimientos, siempre que no sean contrarias a esta Constitución y las leyes. La ley compatibilizará estas funciones con las atribuciones de los Poderes del Estado". 2. Cfr. Propuesta de Reforma del Texto Constitucional para Estructurar el Estado Autonómico, en http://www.constituyentesoberana.org/autonomiasdepartamentales/comitepro... 3. Vid. http://www.nacioncamba.net/quienesomos.htm 4. Según su Editorial, MALLKI es una Revista que pretende abrir polémica sobre lo que es el Indianismo y lo que es el pensamiento amáutico. Invita a la nueva generación de escritores, intelectuales y jóvenes inquietos a escribir sus ideas para entrar a una discusión sobre cómo entendemos el pensamiento indigenista, indianista y amáutico, además de todas las corrientes ideológicas en torno al llamado "surgimiento étnico" en toda América, en especial a partir de los 500 años de la invasión española. Cfr. http://www.faustoreinaga.org.bo/mallki/revistas/Atitu1r1sept03.htm 5. Diccionario de la Real Academia Española, en http://www.rae.es/ 6. Los usos peyorativos de las palabras "camba" y "colla" son frecuentes en espectáculos deportivos, mitines políticos e incluso en carnaval. Contemporáneamente, han surgido verbos vernáculos como "cambear" que en palabras usuales significa "buscar mujeres de escasos recursos económicos para mantener relaciones sexuales". 7. GAMIO, Manuel, Consideraciones sobre el problema indígena, Instituto Indigenista Interamericano, México, 1966, p. 175-176. 8. La literatura y el cine nacionales ejemplifican con maestría esta dicotomía social, verbigracia, la obra teatral "Me avergüenzan tus polleras" de Juan Barrera Gutiérrez; o la representación de Jhony en el filme "Chuquiago", del cineasta Antonio Eguino. 9. Desde una visión marxista, el sociólogo estadounidense James Petras considera a Evo Morales un "político social liberal moderado que en los últimos cinco años ha evolucionado hacia el centro". Cfr. PETRAS, James, Evo Morales y Bolivia: Gestos populistas y fondo neoliberal, en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=25141 - Mauricio Ochoa Urioste es abogado, investigador de la ciencia jurídica y escritor independiente.
https://www.alainet.org/es/active/13114
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