“De Guatemala a Guatepeor”:
Hacia dónde va la República Dominicana?
01/08/2006
- Opinión
Acabo de regresar de Guatemala, un bello y pobre país lleno de ricos, centros comerciales y volcanes, de piedra y de gente. Un país hermoso de gente afable, lleno de historia, con una prodigiosa naturaleza y una geografía extraordinaria. Un país de hombres del Maíz, de quetzales, un pueblo sufrido por la bota militar, por la dictadura que no termina de morir. La sangre de los pueblos del maíz ha corrido tantas veces que ya no se detiene.
La paz fue la victoria de los poderosos, la herida no ha sanado. El pueblo sufrido ha buscado las formas de expresar la violencia como contraataque. Se vive violencia, se respira violencia en todas partes, a toda hora. Guatemala es un rico país repleto de pobres en todas las esquinas, en donde la delincuencia le ha ganado la batalla a la sociedad. Es un país en guerra, no hay esquina, ni calle segura. Todos los lugares están bajo ataque.
En el centro de la ciudad los atracadores, en los barrios y campos las maras, en todas partes las policía. En los lugares exclusivos, de otra forma, roban los Bancos y las empresas telefónicas, los burócratas y los diputados, los jueces y los políticos…delincuentes bien vestidos que roban desde sus oficinas y despachos. Es el espejo donde debemos mirarnos, el precipicio hacia donde nos dirigimos, “e ‘pa lante que vamos”. ¿Pa’ donde me decía? Allá me entere del regalo de la Sund Land a Leonel; la estatua millonaria vestida de corrupción y estafa al pueblo. ¡Que desfachatez! Allá me enteré de las medidas de Leonel “contra la delincuencia que su gobierno provoca”.
Me preguntaba allá ¿Cómo un Gobierno que firmó un contrato como el robo de la Sun Land, pudiese tener moral para luchar contra la delincuencia. ¿Paradojas de la vida? Recordé entonces que en Guatemala tampoco se vende alcohol después de las 1:00 pm, y supe entonces que no hay ninguna relación entre el alcohol y la criminalidad. Y es que los ladrones y asaltantes no van a beber antes de cometer una fechoría. Pensé entonces, que República Dominicana es un país turístico, que esta medida agravaría mucho más el desempleo, que es después de todo la principal causa de la delincuencia. Y es que el alcohol no tiene relación directa con la criminalidad (que no sea otra que negativa).
La criminalidad guarda relación con la impunidad, con la corrupción, con la pobreza, con la inversión de valores, con el desempleo, con el abuso. A nada de esto le presta atención el Gobierno. En Guatemala la “Ley Seca” sólo ha servido para arruinar la vida nocturna de la ciudad y la economía de muchos empresarios. Ahora los jóvenes comienzan a emborracharse desde muy temprano, ya a las 10:00 están borrachos, lo que aumenta por mucho el riesgo de accidentes de transito. La delincuencia, en vez de disminuir, ha aumentado…así sucederá en nuestro país, mientras no se tomen medidas verdaderas, sobre sus causas. Allá me enteré de cómo, después del “traspapeleo” de Cesar Pina Toribio, el Congreso Nacional aprobó el contrato de la Isla de la Mafia. A las tres de la mañana, como los ladrones que son, aprobaron un contrato fraudulento, despreciable y que nadie (salvo los sobornadores y sobornados) desea.
El Presidente, como quien no quiere la cosa, quiere y no quiere, se queda callado, esperando que el tiempo pase. Ganando tiempo puede lavarse las manos como Pilato y culpar a los senadores. Así lo hizo con el Metro, iba y no iba, fue o no fue, al final fue. La estrategia le dio buenos resultados a su mentor Balaguer, él confía en que le sirva. República Dominicana va mal, los que gobiernan la han estado saqueando y destruyendo progresivamente hasta, al parecer, dejarla sin nada.
Si las cosas no cambian, ya el problema no será la isla artificial, sino la isla grande. Además de la Isla Artificial, los buenos dominicanos deberemos dejarles la isla completa a los ladrones. Habrá que luchar para cambiar las cosas, para sacar a los ladrones del poder o irse definitivamente, dejar todo atrás y no volver.
Al fin de cuentas, República Dominicana es una isla hundiéndose, me decía a mi mismo mientras venía en el avión, repasando con una profesora colombiana la triste historia de Colombia, de Latinoamérica. Se nos unió a la conversación un joven hindú que produce genéricos en la India y vende medicamentos baratos en el país.
La India es un continente surgiendo, con porvenir. América Latina (pese a que hay zonas rezagadas) también se está levantando, dije. Así es, ya Venezuela, Cuba y Bolivia son zonas liberándose, hay una luz en el camino República Dominicana tiene que cambiar, no puede seguir precipitándose por el despeñadero, ante la mirada impasible de sus hijos e hijas. ¡Es hora de actuar, que se vayan todos!
Un apagón detuvo la maquina que mueve las maletas. “Bienvenido a República Dominicana” me dije a mi mismo y sonreí. Recordé entonces que en Guatemala no se va la luz, ese es un problema de Santo Domingo. ¡Welcome to Dominican Republic! !Time Will going to change!
La paz fue la victoria de los poderosos, la herida no ha sanado. El pueblo sufrido ha buscado las formas de expresar la violencia como contraataque. Se vive violencia, se respira violencia en todas partes, a toda hora. Guatemala es un rico país repleto de pobres en todas las esquinas, en donde la delincuencia le ha ganado la batalla a la sociedad. Es un país en guerra, no hay esquina, ni calle segura. Todos los lugares están bajo ataque.
En el centro de la ciudad los atracadores, en los barrios y campos las maras, en todas partes las policía. En los lugares exclusivos, de otra forma, roban los Bancos y las empresas telefónicas, los burócratas y los diputados, los jueces y los políticos…delincuentes bien vestidos que roban desde sus oficinas y despachos. Es el espejo donde debemos mirarnos, el precipicio hacia donde nos dirigimos, “e ‘pa lante que vamos”. ¿Pa’ donde me decía? Allá me entere del regalo de la Sund Land a Leonel; la estatua millonaria vestida de corrupción y estafa al pueblo. ¡Que desfachatez! Allá me enteré de las medidas de Leonel “contra la delincuencia que su gobierno provoca”.
Me preguntaba allá ¿Cómo un Gobierno que firmó un contrato como el robo de la Sun Land, pudiese tener moral para luchar contra la delincuencia. ¿Paradojas de la vida? Recordé entonces que en Guatemala tampoco se vende alcohol después de las 1:00 pm, y supe entonces que no hay ninguna relación entre el alcohol y la criminalidad. Y es que los ladrones y asaltantes no van a beber antes de cometer una fechoría. Pensé entonces, que República Dominicana es un país turístico, que esta medida agravaría mucho más el desempleo, que es después de todo la principal causa de la delincuencia. Y es que el alcohol no tiene relación directa con la criminalidad (que no sea otra que negativa).
La criminalidad guarda relación con la impunidad, con la corrupción, con la pobreza, con la inversión de valores, con el desempleo, con el abuso. A nada de esto le presta atención el Gobierno. En Guatemala la “Ley Seca” sólo ha servido para arruinar la vida nocturna de la ciudad y la economía de muchos empresarios. Ahora los jóvenes comienzan a emborracharse desde muy temprano, ya a las 10:00 están borrachos, lo que aumenta por mucho el riesgo de accidentes de transito. La delincuencia, en vez de disminuir, ha aumentado…así sucederá en nuestro país, mientras no se tomen medidas verdaderas, sobre sus causas. Allá me enteré de cómo, después del “traspapeleo” de Cesar Pina Toribio, el Congreso Nacional aprobó el contrato de la Isla de la Mafia. A las tres de la mañana, como los ladrones que son, aprobaron un contrato fraudulento, despreciable y que nadie (salvo los sobornadores y sobornados) desea.
El Presidente, como quien no quiere la cosa, quiere y no quiere, se queda callado, esperando que el tiempo pase. Ganando tiempo puede lavarse las manos como Pilato y culpar a los senadores. Así lo hizo con el Metro, iba y no iba, fue o no fue, al final fue. La estrategia le dio buenos resultados a su mentor Balaguer, él confía en que le sirva. República Dominicana va mal, los que gobiernan la han estado saqueando y destruyendo progresivamente hasta, al parecer, dejarla sin nada.
Si las cosas no cambian, ya el problema no será la isla artificial, sino la isla grande. Además de la Isla Artificial, los buenos dominicanos deberemos dejarles la isla completa a los ladrones. Habrá que luchar para cambiar las cosas, para sacar a los ladrones del poder o irse definitivamente, dejar todo atrás y no volver.
Al fin de cuentas, República Dominicana es una isla hundiéndose, me decía a mi mismo mientras venía en el avión, repasando con una profesora colombiana la triste historia de Colombia, de Latinoamérica. Se nos unió a la conversación un joven hindú que produce genéricos en la India y vende medicamentos baratos en el país.
La India es un continente surgiendo, con porvenir. América Latina (pese a que hay zonas rezagadas) también se está levantando, dije. Así es, ya Venezuela, Cuba y Bolivia son zonas liberándose, hay una luz en el camino República Dominicana tiene que cambiar, no puede seguir precipitándose por el despeñadero, ante la mirada impasible de sus hijos e hijas. ¡Es hora de actuar, que se vayan todos!
Un apagón detuvo la maquina que mueve las maletas. “Bienvenido a República Dominicana” me dije a mi mismo y sonreí. Recordé entonces que en Guatemala no se va la luz, ese es un problema de Santo Domingo. ¡Welcome to Dominican Republic! !Time Will going to change!
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