La Asamblea, la participación social y la práctica democrática
04/07/2006
- Opinión
Al término de la elección de los representantes para la Asamblea Constituyente podemos decir que el fenómeno político más importante en los actuales procesos que configuran a la sociedad boliviana, es la expansión, consolidación y protección de la democracia, como los elementos marco de responsabilidad, compromiso e intervención significativa en las decisiones que protegen el orden social del país.
En el ámbito de las relaciones socio-políticas y económicas, la democracia representa un recurso estratégico e indispensable para defender esa sociedad de la presión política por parte de entes que buscan imponer principios condicionados a nuevos elementos normativos, institucionales y de vigilancia que implanten estructuras socio-políticas y económicas.
No hay que desconocer el desarrollo histórico de la cultura democrática boliviana, hoy reflejada en el marco de la composición de la futura Asamblea Constituyente, cuyo principal mandato plantea la transición de la democracia política a la democracia social, de la democracia representativa a la democracia directa pero cuya consolidación no puede ni debe interpretarse como la irrupción de formas o modalidades ideológicas como el resurgimiento del socialismo, bajo la careta de comunitario.
La instauración de los derechos políticos, la competencia electoral, la transición pacífica del poder y la existencia de dispositivos institucionales permiten hacer prevalecer la voluntad de la sociedad, como condición suficiente para representar la amplitud del derecho a participar de manera directa o indirecta en los espacios de decisión política; así el instrumento de la Asamblea Constituyente conforma la esfera política donde se deliberará, definirá y determinará los aspectos más importantes de la vida pública, que impactan en la gestión de los individuos, en sus inversiones privadas, en el desarrollo y en la dimensión privada, evitando cualquier tendencia, elemento o práctica absolutista, dictatorial y/o déspota de movimientos e ideologías, que implican la imposición de la politización integral y absoluta; que no es más que una variante del sistema totalitarista social, donde la libertad, el Estado de derecho y las garantías individuales se disuelven para dar paso a un fundamentalismo democrático donde todo se resuelve con la dictadura de las mayorías como los existentes en los gobiernos populistas o de izquierda.
El resultado de la elección ha frenado las intenciones gubernamentales de aplicar un modelo ajeno, de matiz extranjero e impropio a la naturaleza boliviana, pero sobretodo debe llevar a entender al gobierno de Morales que toda acción que desee plantear o imponer requiere y deberá pasar necesariamente por la construcción profunda de una plataforma de participación donde los bolivianos mantengan las bases de la libertad y democracia, donde el Estado, a través de instituciones, leyes, normas y prácticas comunes, organiza, incorpora e integra a los ciudadanos; configurando la unidad de un pueblo que siempre exigirá respeto reciproco y autonomía.
- Gonzalo J.S. Quiroga Soria, PhD. es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales
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