¡Benito Juárez, bienvenido al siglo de la diversidad!

10/03/2006
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La celebración del bicentenario del natalicio de Benito Juárez, este 21 de marzo de 2006, constituye un acto de congruencia para la memoria de las y los mexicanos. Con Juárez y las Leyes de Reforma, México inició su incorporación a la modernidad democrática, a través de la separación Estado-iglesias, del reconocimiento de la soberanía sin injerencias sacras y eventualmente de la igualdad jurídica de todos los ciudadanos y ciudadanas. Sobre esas reformas también se cimentaron las libertades de conciencia, de creencias, de pensamiento y de la toma de decisiones sobre el propio cuerpo, tal como se consigna ahora en los artículos 3º y 4º constitucionales. El legado de Juárez se finca en el espacio público, a través del empleo de la ley soberana y la igualdad de todos los ciudadanos frente a ella, en lugar del dogma y el privilegio. El juarismo corre por las venas del México del siglo XXI para fomentar la pluralidad política, la comprensión de la complejidad social y la diversidad cultural e individual. Nuestras instituciones de salud, educación o justicia, así como el resto del Estado mexicano, son laicas por mandato constitucional y constituyen una sólida base para el ejercicio de nuestras libertades y derechos. Las organizaciones abajo firmantes, conscientes de la importancia de la herencia juarista, convocamos a la candidata y los candidatos a la Presidencia de la República a profundizar nuestro régimen de libertades y derechos a través de su adhesión a los siguientes seis puntos: 1. Promover los valores de libertad, responsabilidad, solidaridad, tolerancia, respeto e igualdad entre mujeres y hombres sin importar su condición. 2. Conducirse en el marco del Estado laico, que reconoce su quehacer en el espacio público, republicano, donde imperan la voluntad popular a través de las leyes y, a la vez, respeta, dentro del orden legal, el espacio privado, en el cual se expresan las opciones personales como son las sexualidades, las religiones, las filosofías y las diversas creencias. 3. Comprometerse a no confundir la función pública encomendada por el pueblo con sus creencias personales. No utilizar lo político en favor de lo religioso ni lo religioso en favor de lo político. 4. Fomentar el debate, serio, científico y objetivo sobre los distintos aspectos que involucran las decisiones acerca del cuerpo humano (aborto, eutanasia, sexualidad, clonación o genoma humano); que derive en legislaciones justas y equitativas, las cuales permitan a la sociedad ampliar el ejercicio de sus derechos ciudadanos. 5. Fomentar en la niñez, desde la currícula escolar y bajo la tutela de la Secretaría de Educación Pública, el conocimiento de los derechos humanos, de las libertades de pensamiento, de conciencia, de religión, de expresión e información, así como el estudio de estas garantías individuales en la Constitución y en los Tratados Internacionales (como la Convención sobre los Derechos del Niño). Ello, como medio para desarrollar en las y los estudiantes seres humanos autónomos, con pensamiento crítico, democráticos y con vocación por transformar el mundo con base en una perspectiva científica y orientada a la justicia social. 6. Garantizar que las libertades de conciencia y de expresión, en todas sus vertientes, sean favorecidas lejos de cualquier censura. Firmas: Frente por la Cultura Laica/ Mexfam, Católicas por el Derecho a Decidir, Afluentes, GIRE, Democracia y Sexualidad (Demysex), Sipam, Consorcio para el Diálogo Parlamentario, Letra S, Salud Sexualidad y Sida, Red por las Libertades Laicas, Agencia de Información NotieSe.
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