La recuperación continúa en 2006
17/02/2006
- Opinión
Como vimos en artículos anteriores, 2005 fue considerado un año excepcional para la economía mundial. Hay alguna duda sobre la posibilidad de continuar un crecimiento tan intenso y tan generalizado de esta economía. Las razones son considerables. Se teme sobre todo a las debilidades de la locomotora estadounidense que apoya su alta tasa de crecimiento en un enorme déficit fiscal, que sólo puede cubrirse a través de los excedentes comerciales obtenidos por China, Japón y otros países que invierten en títulos de deuda pública estadounidense.
Sin embargo, los cambios científicos y tecnológicos que están a la disposición del sistema económico actual son tan radicales que se hace muy difícil paralizar el impulso revolucionario que ellos implican. El sistema empresarial, basado en comportamientos monopólicos tradicionales, se ve amenazado por la emergencia de nuevos centros de poder económico.
El caso de los BRICA -es decir, la idea cada vez más consensual de que Brasil, Rusia, la India y China serán los grandes poderes económicos de la mitad del siglo XXI- crea un contexto económico muy especial. Se entiende, en consecuencia, que está amenazado el control monopólico existente en varios sectores. Esto es evidente en las ramas de tecnología de punta donde surgen nuevos millonarios en pocos años, los cuales destruyen empresas muy poderosas en tiempo récord.
Pero más graves aún son las amenazas que nacen de las economías en emergencia. Ellas pueden incorporar nuevas tecnologías en tiempo rapidísimo y pueden financiar la innovación y difusión de los nuevos productos y de las nuevas tecnologías en periodos muy cortos, valiéndose de los enormes excedentes financieros generados por los superávit comerciales. Es claro que les falta a las burguesías locales la osadía para sostener políticas tan revolucionarias. Pero encontramos en la burocracia civil y militar, en los movimientos populares y en sectores de la intelectualidad, voluntad política para aprovecharse de la ocasión tan excepcional. No faltarán también capitales internacionales que se dispongan a jugar la carta de estas clases o sectores de clase cuando disponen de un poder estatal sólido con fuerte apoyo popular. El caso chino es espectacular. Al disponer de una dirección política centralizada, un proyecto de desarrollo más o menos bien articulado, y un entusiasmo popular enorme por sus resultados, pone en jaque sectores enteros de la economía mundial.
Por esto se hace tan mezquino y decepcionante observar la actitud timorata de las élites locales latinoamericanas frente a las perspectivas abiertas por esta nueva ola expansiva mundial. Ellas continúan dominadas por principios teóricos superados, por un liberalismo arcaico y derrotado por los pueblos de la región que no se dejaron engañar por el gigantesco aparato mediático que intentó vender el neoliberalismo para estas poblaciones.
Es muy decepcionante ver cómo el crecimiento de América Latina revela niveles tan bajos cuando el resto del mundo, sobre todo el sudeste asiático, presentan altísimos niveles de crecimiento y desarrollo económico.
Dentro de América Latina llama la atención el caso brasileño. Brasil sería innegablemente uno de los países más capacitados para asumir un rol de punta en esta ola de recuperación mundial. Y podría arrastrar consigo a casi toda la región. Su política exterior apunta hacia esto. Los éxitos de sus iniciativas de negociación firme con los países centrales lo han demostrado. Por detrás de esta política existe un organismo de Estado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, que formó generaciones de disciplinados diplomáticos. Cuando esta capacidad institucional encuentra un ambiente político adecuado y un liderazgo osado y decidido, puede realizar una acción internacional muy superior a sus fuerzas inmediatas. Por detrás de esta política está también el pensamiento social latinoamericano, que cumplió un rol fundamental en la comprensión de los problemas del sistema económico mundial, de nuestros países y de los países periféricos en general.
Son muchos los campos en que tenemos potenciales que deben y pueden ser despertados si optáramos decididamente por una política económica volcada hacia el crecimiento, la distribución del ingreso y la formación de recursos humanos. No es sin razón que se bosqueja una gran campaña de una parte consecuente de los empresarios brasileños, con fuerte apoyo en todos los sectores de la sociedad, para romper definitivamente con el pensamiento económico conservador, y restablecer una política de crecimiento y de desarrollo económico. A su lado y de manera independiente, un creciente sector de la izquierda y de centro-izquierda planea una ofensiva similar. Cuando esto se alía a los resultados electorales cada vez más desafiantes de la región latinoamericana, podemos asegurar que tendremos un feliz 2006. Si no por los resultados finales que asegure, por lo menos lo será por las nuevas ideas, movimientos e iniciativas en la región.
https://www.alainet.org/es/active/10640
Del mismo autor
- Construir soberanía: una interpretación económica de y para América Latina 26/11/2020
- La ofensiva del gran capital y las amenazas para Latinoamérica 27/10/2016
- A volta de Marina Silva: é possível servir a dois senhores? 11/04/2016
- A political economy of science and technology 24/11/2015
- "Cheiro de queimado": a excitada vontade de matar abre o verbo 18/11/2015
- Uma economia política da ciência e tecnologia 05/10/2015
- Une économie politique de la science et de la technologie 05/10/2015
- Una economía política de la ciencia y la tecnología 01/10/2015
- Teoría económica y las políticas económicas 22/09/2015
- Teoria econômica e políticas econômicas 18/09/2015
Clasificado en
Clasificado en:
