En dos reuniones que por su significado pueden calificarse de excepcionales, el Congreso Boliviano inició una etapa de profundos cambios en lo que será la nueva administración del poder legislativo. Cumpliendo las jornadas previas a su instalación oficial y la juramentación del nuevo presidente de Bolivia, Evo Morales, las cámaras de senadores y diputados eligieron sus juntas directivas, correspondiendo la presidencia de ambas cámaras a dos militantes del Movimiento al Socialismo, Santos Ramírez en el Senado y Edmundo Novillo en Diputados. Segunda derrota de la derecha La elección en la Cámara de Senadores resultaba la más compleja. El MAS sólo tenía 12 senadores electos, la agrupación de derecha PODEMOS del candidato derrotado Jorge Quiroga 13, y tanto el Movimiento Nacionalista Revolucionario MNR como Unidad Nacional (UN) sólo un senador cada uno; pero, a la vez, se convertían en el fiel de la balanza para que el MAS consiguiera su propósito. El MNR anticipó su decisión de apoyar la candidatura masista y la incertidumbre estaba en el parecer que finalmente dispusiera la colectividad de UN. La duda se despejó al momento de la votación cuando el Santos Ramírez logro 14 votos y se convirtió en Presidente del Senado. Más allá de los sinsabores del momento, la derecha ha sufrido su segunda derrota exactamente a un mes de su vencimiento a manos del MAS en las elecciones nacionales. Políticamente el triunfo masista en el Senado abre paso, por un lado, a una estabilidad de las cámaras legislativas y, por otro lado, a un clima de coordinación y complementación entre los poderes legislativo y ejecutivo que, con toda seguridad, se requiere para que el nuevo gobierno pueda enfrentar el primer año de su gestión. Es muy probable que producida esta prescripción de las expectativas derechistas, PODEMOS concentre sus actividades en las prefecturas departamentales que ganó en las elecciones de Diciembre. En este caso lo novedoso es que, también en contra de sus perspectivas, los resultados electorales no fueron tan avasalladores como ellos esperaban, baste indicar que por ejemplo, en el departamento de Santa Cruz, el MAS se constituyó como la segunda fuerza política con una significativa votación y, por lo tanto, los prefectos de derecha tendrán que tomar sus recaudos, pues no podrán hacer tabla rasa como cuando en el 2004 cuando prácticamente los comités cívicos y los partidos tradicionales eran casi mayoría absoluta en términos respaldo popular. Por lo tanto es factible prever que la denominada gobernabilidad del proyecto masista no sólo estará basada en la complementación ejecutivo-legislativo, sino también en el respaldo de los movimientos sociales que, tal como se anota líneas arriba se expresará igualmente en departamentos como Santa Cruz o Tarija. Nueva imagen legislativa Santos Ramírez y Edmundo Novillo han coincidido en la necesidad de impulsar un cambio en la imagen institucional del Poder Legislativo. Pero no han dejado de lado los ejes centrales de la propuesta del Movimiento al Socialismo, señalando en el caso del Presidente del Senado el compromiso de impulsar la realización de la Asamblea Constituyente y la recuperación de los recursos naturales privatizados en los últimos diez años, así como de las necesarias medidas de austeridad. Novillo, cuya elección era segura por la mayoría absoluta del MAS en la Cámara de Diputados, resaltó el papel de los movimientos sociales en la nueva configuración de su cámara, reiteró la obligación de cumplir las promesas electorales y enfatizó el compromiso ético de todos los diputados, indicando que será una prioridad de su presidencia la instalación de una oficina de transparencia que, usando la tecnología disponible ponga en disposición de la ciudadanía la posibilidad de ejercer el control ciudadano. Mención aparte merece la vista que ofrecen ahora los hemiciclos de las cámaras legislativas, la diversidad cultural boliviana ya no es una excepción, ya no es más el motivo singular del reportero gráfico, ahora es el signo mayoritario de un nuevo país. - José Pinto, ALAI, La Paz, Bolivia