Eficiencia y efectividad: Dos c aras de la economía
07/11/2013
- Opinión
Con gran expectativas recibimos el anuncio de las medidas económicas anunciadas por el Presidente Nicolás Maduro, en el marco de una crisis económica ¡nunca antes vista en Venezuela! puesto que lo acostumbrado era conocer el monto de la “devaluación del Bolívar” para proyectar la Inflación, cosa muy distinta a la situación actual, porque lo que determina el alto costo de los productos y servicios es el “mercado paralelo”, cuyo monto es tan astronómicamente alto, en comparación al dólar oficial, que cualquier monto que hubiera señalado el Gobierno ¡hubiese sido una bendición! para reducir los precios especulativos que pagan los consumidores.
Pero nos quedamos en la frustración, puesto que no se adelantaron medidas efectivas para eliminar el “mercado paralelo”, quien es quien marca el precio de los productos y servicios, y lo que se planteó ¡COMO INNOVADOR! fue la participación precaria de INDEPABIS, quien ha demostrado su impotencia de combatir de manera efectiva la especulación, por muchas ganas que tenga Eduardo Samán, puesto que la especulación y el acaparamiento no es una situación aislada, sino una cayapa económica de todos los sectores económicos, incluyendo el propio Estado, quien ha sido ineficiente en controlar la distribución eficiente de los productos de la cesta básica ni el precio del cemento, la cabilla y los materiales de construcción subsidiados por el Estado.
EFECTIVIDAD es hacer las cosas bien… mientras que EFICIENCIA es hacer las cosas que a juicios del colectivo parecieran estar bien.
En su presentación, el Presidente Nicolás Maduro hizo un recuento de la efectividad del gobierno con cuadros estadísticos que demuestran efectivamente la inversión social ¡cosa indiscutible! si lo comparamos con la poca inversión social que hizo la Cuarta República… Pero la eficiencia no se percibe en la calle donde pulula la falta de productos y la especulación grosera…
Si bien es cierto, el Presidente señaló la problemática de los altos precios en bolívares en comparación a los precios en dólares, no se atacó la médula del problema, puesto que la manera efectiva de controlar a los especuladores es ¡OBLIGANDO! a los comerciantes a colocar los precios en bolívares y su equivalente en dólares, para que el mismo usuario, mediante una simple división de bolívares entre dólares, pueda optar en pagar el precio en bolívares o en dólares, y de esta manera cada consumidor pueda convertirse en un fiscal al constatar el precio del “mercado paralelo” que maneja el comercio, como una manera eficiente de controlar al especulador.
El Presidente también habló la necesidad de que se permita el manejo de Cuentas en Dólares en la Banca Nacional, para que se permita la circulación y repatriación de divisas por parte de los particulares, como le han recomendado otros mandatarios.
Finalmente celebramos que el Presidente promoviera el presupuesto en dólares, como una fórmula de medir el impacto económico y controlar la especulación del dólar frente al Bolívar, lo cual es la manera efectiva y eficiente de controlar el “mercado paralelo”, que no actúa por un página Web en Internet, sino por el control de cambio que monopoliza el Estado y que no permite que otros oferentes de dólares puedan ofrecer al comercio.
Pero los tres anuncios, o más bien reflexiones, requieren de tres acciones que no señaló el Presidente, y que van de mano de los anuncios para su instrumentación:
Primero: Derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios para que no se castigue al dólar, como una droga prohibida, y se autorice la negociación bajo el esquema de oferta y demanda, como la manera optativa de oxigenar la economía con dólares distintos a los que aporta PDVESA y el Banco Central.
Segundo: Autorización para que en Venezuela se pueda comprar en dólares, lo cual, además, solucionaría el problema de los “RASPACUPO”, ya que bajo esta modalidad, en Venezuela se podría utilizar el “Cupo de CADIVI” y no hace falta salir al exterior para utilizar las tarjetas de crédito.
Tercero: Presupuesto de Divisas para todos los importadores, en base a su historial de importaciones, lo cual permitirá fijar los precios sin sobresaltos ni imprevistos, lo que conlleva a suspender el SICAD como una mala práctica de entregar (subastar) dólares a sectores privilegiados, ya que allí funciona la “discrecionalidad” en el otorgamiento y agrava el problema, ya que buena parte de estos dólares son los que terminan en el “Mercado Paralelo” para distorsionar la economía.
Tres medidas que no requieren mayor profundidad en su instrumentación, pero que cambiarían el pesimismo económico que alimenta el desabastecimiento y la especulación.
¡Presidente Nicolás Maduro… es la solución que tanto busca y que no le han dado sus colaboradores!
https://www.alainet.org/en/node/80676
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