La necesaria reforma fiscal

23/04/2013
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Hay optimismo en los gobernantes de la Federación. Sus estrategias para mostrar que pueden hacer cambios importantes han sido tomadas muy en serio por los organismos y los medios internacionales. Tanto que al coro de los periódicos elogiando a Enrique Peña Nieto se sumó The Washington Post. El diario más influyente en lo político del imperio, pues en lo económico, obviamente esta The Wall Strett Journal, quien también habla positivamente de las posibles reformas mexicanas, especialmente en el codiciado petróleo.
 
El País, con todo y sus broncas internas, generalmente trae dos o tres noticias diarias del llamado auge mexicano, incluyendo asesinatos. Quizá porque los españoles están realmente hartos de la clase política que dice gobernar esa nación. Acá como allá muchas de las acciones las impone la troika diabólica: FMI, BM y OMC.
 
Los encargados del servicio exterior, entre ellos el secretario de Hacienda de Felipe Calderón, José Antonio Meade; el embajador en Estados Unidos y procurador general de la República en el sexenio anterior, Eduardo Medina Mora, entre otros, van a los medios importantes y les conceden largas explicaciones acerca de los proyectos en muchos terrenos. Mientras que a los corresponsales mexicanos en yanquilandia y otros países, les invitan únicamente un cafecito y la conversación es off the record.
 
Lo anterior denunció en el noticiario de Carmen Aristegui, la gran periodista Dolia Estévez. Añadió la compañera que esa misma táctica: halagar a los extranjeros y menospreciar a los que pagamos impuestos en México fue implantada por el régimen de Carlos Salinas y vuelve a utilizarse. Así pues, el nuevo PRI muestra su verdadera cara.
 
Recientemente supimos que los capitales extranjeros, también llamados golondrinos, inundaban el país (El Financiero, 2 de abril). Tanto que los ubicados en valores gubernamentales (127 mil 694 millones de dólares) eran más que la deuda externa del sector público (127 mil 78 millones de dólares). Algo peligroso ya que a la menor incertidumbre pueden fugarse y tendremos, Keynes no lo quiera, una situación similar a la ocurrida en la transición entre Salinas y Zedillo, que nos llevó al Fobaproa. Anterior al Corralito en Argentina y el cual hoy padece Chipre.
 
Pero mientras esa tragedia no se dé, el dólar va a la baja y se dice que el año próximo incluso andará  a menos de 11 pesos  a la venta.  Merrill Lynch, una de las que llevaron a la crisis económica que padecemos debido a sus fallidos análisis, llama a invertir en pesos, dado que el rendimiento es mayor que en otras partes. Y es que según estimaciones, los Cetes darán una tasa de 4 por ciento, mientras que en el país del norte los beneficios andan en 0.5 por ciento o menos.
 
Sabemos que la especulación no tiene patria ni principios ni deseos de ayudar, sino que va a donde tiene mayores ganancias y cuando hay el aleteo de una mariposa que no le gusta, por medio de un teclazo en internet huye a otro sitio más  confortable.
 
Al decir de la SH, este año creceremos al 3.5 por ciento y el próximo al 4 por ciento. Nada mal en un orbe que se encuentra estancado. Ello sin considerar la “eventual aprobación de una reforma hacendaria” (El Financiero, ídem). Es más, no obstante que el barril de petróleo baje –por la recesión mundial– de 86 dólares a casi 83.
 
El anterior pronóstico da idea que los subordinados de Peña Nieto no están muy seguros de poder aplicar el famoso impuesto en alimentos y medicinas que tanto habían presumido. Debido a que les puede  estallar el famoso Pacto por México, ya que PRD y PAN, en ese orden, no aceptarían la medida.
 
Este gravamen aumentaría únicamente el presupuesto en 150 mil millones de pesos. Cifra ridícula para lo que se necesita sólo para la tan reiterada Cruzada contra el Hambre, que no se inicia a pesar de tantos anuncios en voz de Rosario Robles.
 
Mientras existen esas dudas, nos enteramos que de 2000 a 2011 la citada Secretaria de Hacienda devolvió a los empresarios un billón 641 mil 473 millones de pesos. Con ese monto se  hubieran construido 111 refinerías, dotado de presupuesto a la UNAM por 48 años o rescatado a mil 262 empresas como Mexicana de Aviación (Emeequis, 30 de marzo; nota de Zorayda Gallegos).
 
El sacrificio de los más no es importante mientras unos pocos se enriquecen a lo bestia y burlan al erario como les da la gana. Ante ello, las autoridades se decidieron, por medio de la PGR, a cobrar las evasiones de impuestos a las empresas, las cuales van en aumento pues hace un año se hablaba de 28 y ahora están en la mira 45 (Reforma, 2 de abril).
 
En esa situación se encuentran: Manuel Borja Chico y Jorge Eduardo Gámez, presidente y apoderado de Mexicana de Aviación con un adeudo de 12 millones de pesos. Juan Alberto Mena, con 39 millones de pesos de evasión. Y a la empresa Showmex, que maneja el club Jaguares de Chiapas de la Liga MX, entre varias.
 
Recientemente leímos un reportaje muy interesante que en un parte decía: “la gestión del futbol… ha sido desastrosa, el dinero se ha dilapidado en fichajes desorbitados y con frecuencia innecesarios, hay un mar de comisiones más que sospechosas y Hacienda y las Administraciones han mostrado durante años una sorprendente manga ancha a la hora de renegociar las deudas” (El País, 31 de marzo). Si eso ocurre en España, qué estará sucediendo en México donde ni siquiera la hebra de la madeja tenemos a la mano.
 
Reforma hacendaria sí, pero no contra los débiles sino metiendo en cintura a los grandes evasores. Esos beneficiarios que antes se amparaban y ahora no lo podrán hacer tan fácilmente debido a los cambios en la ley. Y también cobrarles en serio a quienes tienen negocios como el fútbol, el beisbol y otros espectáculos, los cuales gozan de prebendas sin fin.
 
¿Se atreverá Enrique Peña Nieto a  llevar a cabo  dichas medidas?
 
Jorge Meléndez Preciado
Tuiter: @jamelendez44
 
Fuente: Forum en línea
 
https://www.alainet.org/en/node/75593?language=es

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